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jueves, 7 de noviembre de 2013
La Comunidad Valenciana, paraíso...
No ha gustado en la Generalitat valenciana la decisión del Tribunal Superior de Justicia anulando el expediente de regulación de empleo que mandaba a la calle a la mayoría de la plantilla de Canal 9. La más que rabieta de Alberto Fabra ha sido anunciar el cierre de la RTVV, con la televisión y la radio en paquete. Ha argüido que resulta inasumible el coste del mantenimiento. Lo dice quien pertenece al mismo partido que lleva gobernando esa comunidad desde hace casi dos décadas y ha sido el gestor de un despilfarro y una corrupción de enorme calibre. El lugar donde se han financiado con dinero público obras faraónicas, la mayoría en quiebra, como es el caso en Valencia de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Luz, el circuito urbano de automovilismo...; en Alicante, de Terra Mítica, las instalaciones de la Copa del Mundo de Vela....; en Castellón, del el aeropuerto... Obras cuyas adjudicaciones han sido objeto de sospecha y cuyos presupuestos iniciales se acabaron duplicando o triplicando. El territorio donde se ha subvencionado millonariamente a entidades privadas, como clubes de fútbol. El territorio donde sus cajas de ahorro han pululado en el ladrillo, los favores y los enriquecimientos personales. El territorio de la Gurtel, de la comisiones, del dinero negro, del enchufismo... Hay una sucesión de imputaciones y procesamientos judiciales a numerosos cargos públicos, cuyo resultado está aún por ver: Francisco Camps, Carlos Fabra, Rita Barberá, Ricardo Costa, Sonia Castedo... Y ahora nos sale Alberto Fabra con que el Canal Nou es inasumible. Suena a cortina de humo. Lo es buscar en las 1700 personas de la plantilla la causa de los males de la comunidad que preside. Olvidándose que en ese ente se han pagado sumas astrónomicas por televisar partidos de fútbol, carreras de fórmula 1 o competiciones de vela. Se han pagado sueldos millonarios a quienes lo han dirigido. Gente que ha hecho una gestión desastrosa, que ha estado al servicio de sus mentores, destinando recursos para promocionarlos, para festejar triunfos electorales, para fabricar programas basura... No les ha importado que la manipulación informativa sistemática alcanzara cuotas inigualables. Sí, la Comunidad Valenciana es un paraíso del despilfarro, de la corrupción, del descaro.