Las encuestas del CIS son muy reveladoras de la orientación política de la gente y de su relación con distintas variables (edad, sexo, tamaño de municipio, nivel de estudios, creencias religiosas...). En las contiendas electorales resulta de gran importancia saber ganarse la franja del centro político, en la medida que la fuerza política que lo consiga en mayor medida tendrá grandes posibilidades de hacerse con la victoria. Se expresa con el nivel 5 y 6 de la escala de autoubicación político-ideológica, pero a ella también podrían unirse los niveles 4, por la izquierda, y 6, por la derecha.
Las tres mayorías absolutas obtenidas por el PSOE en los años ochenta o las dos del PP en 2000 y 2011 han sido producto de la inclinación de ese sector por el partido ganador. En el resto de las elecciones no tiene por qué haberse dado una correlación entre partido ganador y voto preferente de la franja central (5-6).
El reparto de las franjas político-ideológicas del electorado
Según el último barómetro del CIS el reparto por franjas políticas es el siguiente: la izquierda (1-4 en la escala) suma el 38'7%, el centro político representa el 30,7% y la derecha (6-10), el 10,3%. Existe un escoramiento moderado hacia la izquierda, expresado no sólo por la parte proporcional que representa, sino por el promedio de la muestra, que es de 4,48. Quienes no se han manifestado políticamente (grupo de NS/NC) representan el 20,3%.
Aunque a través de este sondeo no se puede saber cuál es su cuantificación en términos absolutos, los estudios postelectorales realizados lo sitúan en torno a unos diez millones de votos (Montoro, 2007: 64), una cantidad muy importante y que se ha mantenido estable al menos desde finales de los noventa.
Esta estabilidad tiene en cierta medida su correspondiente con el promedio del estado, que ha oscilado desde 1996 entre el 5,02 de abril de 2000 y noviembre de 2011, y el 4,48 actual. Se da la circunstancia que los promedios más hacia la derecha se han correspondido con las elecciones donde el PP obtuvo mayoría absoluta.
El centro político en distintas variables sociológicas
Edad. Los mayores niveles se encuentran en los grupos de 55-64 años (34,4), 35-44 (33,7) y 25-34 (32,1), que contrastan con el resto: 18-24 (28,4), 45-54 (26,6) y 65 y más (27,9).
Sexo. Hay más varones (31,6) en el centro que mujeres (29,9).
Nivel de estudios. Por encima de su media se encuentran quienes tienen estudios secundarios de nivel 1 (33%) y superiores (31,1); en la media, secundarios de nivel 2 (30,8); y por debajo de la media,formación profesional (29,5), primarios (29) y sin estudios (26). Resulta llamativo que la indefinición política disminuye según aumenta el nivel de estudios.
Creencias religiosas. Aquí hay que tener en cuenta una correlación clara: el nivel de creyentes aumenta hacia la derecha y, viceversa, el de no creyentes lo hace hacia la izquierda; así, quienes se han posicionado en el centro representan el 80% de las personas creyentes (78,4, católicas; y 1,6, de otras religiones) y el 18,3% de las no creyentes.
Tamaño de municipio. Existe un predominio mayor de los que tienen menos habitantes: por encima de la media están los de 2.000-10.000 (33,9) y menos de 2.000 (32,2); algo por debajo de la media (29,9), los de 10.000-50.000; también están por encima de la media los de 50.000-100.000 (31,6) y 400.000-1.000.000 (31,5).
Condición socioeconómica. Por encima de la media destacan ante todo los grupos de agricultores (57,1) y comerciantes y pequeños empresarios (40,4); en menor medida, el de personal administrativo (36), trabajo doméstico (34,5), empresariado y altos ejecutivos (34,1) y gente en paro (32,1); en torno a su media están los grupos de estudiantes (30,8) y capataces y obreros cualificados (30,3); y por debajo, obreros no cualificados (28,8), jubilados y pensionistas (27,3), profesionales y cuadros técnicos (25,9) y sin catalogar (25,6).
Status socioeconómico. El centro político es la opción preferida por las clases medias, tanto en el grupo de las nuevas (34,7) como en el de las viejas (33,9); algo por debajo están los grupos de clase alta y clase media-alta (29,9), obreros no cualificados (29,8) y obreros cualificados (28,1), quedando lejos quienes no constan en un grupo concreto (20,9).
Grupos políticos. El partido preferido por la franja del centro es el PP (19,2), seguido del PSOE (11,8) y UPyD (9,4); lejos queda IU (3,4). En el caso de los grupos nacionalistas conservadores, pese a representar en términos absolutos niveles más bajos dentro del conjunto del estado, el centro es la franja política donde obtienen mayores apoyos: en CiU, del 3,8% frente a una estimación de voto del 1,4; en el PNV, 1,2 y 0,6; y en CC, 1 y 0,4. El resulta llamativo el elevado número de quienes no han optado por cualquiera de las fuerzas políticas (39,1), destacando especialmente quienes se posicionan explícitamente por ninguna (28,7); en el centro político este comportamiento representa, respectivamente, el 44,7% y el 31,3%.
El centro político, una opción moderada
Por grupos sociales existe un sector claramente identificable con el centro político: el pequeño empresariado del campo y la ciudad. Es la opción favorita también del empresariado y la clase media-alta, e incluso de otros grupos sociales donde la presencia de las clases medias es importante, como es el caso de las amas de casa, el estudiantado y la gente que está en paro. En este último caso expresa la situación que se está viviendo en numerosas familias, donde la pérdida del puesto de trabajo de quienes ya lo tenían, con las secuelas que conlleva, y las perspectivas difíciles para quienes aspiran a conseguirlo por primera vez apuntan a una tendencia creciente al desclasamiento.
La opción del centro está repartida muy homogéneamente por todos los municipios, aunque es algo mayor en los menores de 100.000 habitantes. Por nivel de estudios predomina más entre los que tienen sólo estudios primarios o secundarios de nivel básico.
Por edades es la opción preferida de quienes están entre 25 y 44 años, y 55-64. No estaría de más indagar acerca de sus generaciones: la más joven, nacida entre 1979 y 1988, ha sido educada plenamente en la democracia; y la segunda, nacida entre 1947 y 1958, se educó en el franquismo. Coinciden también en que pueden ser entre sí padres/madres e hijos/hijas. Pese a ello, no debemos menospreciar que la generación de 1947-58 es la más escorada a la izquierda (46,8%), por lo que podríamos estar hablando de la expresión muy diferenciada de dos sectores de población coetáneos que vivieron el tardofranquismo: uno, muy politizado, que participó activamente en la lucha contra la dictadura; y otro, menos politizado.
En las diferencias por sexo, aun cuando hay una mayor preferencia por el centro entre los varones, no debemos olvidar que entre las mujeres hay una mayor presencia de indecisas (24,4%) que en los varones (16%).
Por último, las opciones políticas concretas son muy reveladoras de las características del centro político. Sobre el total del electorado el partido preferido del centrismo es el PP, con el 19,2%, que entre su propio electorado representa el 42,6%. También tiene una cuota centrista importante UPyD, que recoge el 9,4% del total de quienes ocupan ese espacio y que, a su vez, representa el 45,9% de su electorado. CiU obtiene también del centro político sus principales activos (51,9%), lo que es similar a PNV y CC.
La naturaleza del centrismo
El centrismo político es un comportamiento de un parte de la población que se expresa como un voto moderado y donde existe una enorme presencia de las clases medias. Por la dimensión que tienen éstas, la disputa política cobra una gran importancia. En las contiendas electorales y las acciones de gobierno acaban siendo la base sobre las que actúan los partidos que tienen opciones de gobernar en los distintos ámbitos donde actúan. El PP y PSOE lo hacen en el del conjunto del estado, aunque en las comunidades autónomas la situación es más compleja. A veces compiten entre sí y otras lo hacen con algún grupo nacionalista, como CiU, PNV y en menor medida CC.
El centrismo comparte muchos valores con la derecha. Es más abierto en materia de libertades y derechos civiles, y se permite una mayor flexibilidad a la hora de concretar el voto. Pero tienen en común la defensa de un modelo social basado en el individualismo y el clasismo.
La situación de crisis no ha dado lugar a cambios importantes en el comportamiento político de la población. Se está produciendo un moderado giro hacia la izquierda, como se refleja en el promedio más bajo de los últimos tres lustros y en un desplazamiento de una parte del electorado del PSOE hacia IU. Además el voto centrista está tendiendo a desplazarse hacia otras opciones moderadas distintas al PP y el PSOE, como es el caso de UPyD y, en Cataluña, de Ciutadans.
Basándose en los sondeos del CIS, si se unieran los votos del centro y la derecha y se estableciera una comparación con el del conjunto de la izquierda, se puede sacar una conclusión nada desdeñable: desde 1996 los primeros siempre han superado a la izquierda, con la única excepción de 2004.
A modo de conclusión
El importante aumento de la conflictividad social que se ha producido en los últimos años es evidente. Refleja el malestar derivado de la crisis económica y de las medidas tomadas por los gobiernos del PSOE y el PP desde 2009. Pero se trata de una conflictividad muy segmentada. Mucha gente sigue viendo los problemas desde una óptica estrecha, reducida al ámbito donde vive o trabaja. En muchos casos se tiene la idea de que es una situación pasajera, con la esperanza de que se pueda volver a la situación anterior.
Buena parte de la población ha perdido la conciencia, si es que alguna vez la ha tenido, de que los derechos sociales han sido fruto de conquistas colectivas conseguidas en un proceso largo y arduo, y que perderlas no sólo supone una regresión, sino la posibilidad real de que se tarde bastante en recuperarlas. Y esto último podría ocurrir siempre que se recompongan y, a la vez, se creen nuevas formas de acción colectiva y solidaria.
La ideología neoliberal ha calado profundamente en la sociedad. Por eso políticamente el centrismo sigue teniendo bastante arraigo social y político.
Este artículo se ha basado en la información obtenida en los barómetros del CIS siguientes: abril de 1996, abril de 2000, abril de 2004, octubre de 2011 y octubre de 2013; así mismo, se han utilizado datos del artículo de Ricardo Montoro Romero (2007) "Voto, ideología y centro político", en Cuadernos de pensamiento político, abril-junio, pp. 49-80, http://www.fundacionfaes.org/ fileupload/publication/pdf/20130423172613voto-ideologia-y-centro-politico.pdf (consultado el 24-11-2013).