En el mismo
año de su publicación, en 1986, leí ávidamente el libro Miseria y grandeza del Partido Comunista de España. 1939-1985
(Barcelona, Planeta), de Gregorio Morán. Su contenido está basado en la consulta de los documentos guardados en el Archivo del PCE, que contaba por aquellos años como director con la figura del mítico Domingo Malagón. Fue un hecho insólito que eso ocurriera, en la medida que Morán puso al descubierto "intimidades" del partido y sus dirigentes. Poco después algunos documentos acabaron desapareciendo y al propio Morán se le tachó de ingrato.
Recientemente se ha publicado una
edición revisada, a la que incluso se ha hecho un retoque en su título: Miseria, grandeza y agonía del Partido Comunista de
España (1939-1985) (Madrid, Akal, 2017). No he accedido todavía a ella,
pero sí al acto en que se presentó la nueva edición del libro, a finales de
2017, donde el autor trazó, anécdotas aparte, algunas de las claves del proceso
de elaboración, allá por los años 80, y de su contenido. Puede verse también una entrevista de interés publicada en El Confidencial.
No pretendo
hacer un comentario crítico, sino que me voy a detener en un aspecto concreto, esto es, la
evolución política de cada componente del Comité Ejecutivo del PCE a partir de
noviembre de 1982. Es algo que llevaba tiempo rumiando sobre cómo plasmarlo, aunque ha sido ahora cuando por fin he dado el paso.
Siguiendo
la primera edición del libro, en la cuarta parte del capítulo V, corta en
extensión y con título “Sicodrama en cuatro jornadas del Comité Ejecutivo” (pp.
607-619), aparecen los personajes de lo que fue un momento crítico, si no decisivo,
de la historia del PCE. Tras el fracaso electoral de octubre de 1982, coincidiendo
a su vez con la victoria arrolladora del PSOE, la reunión del Comité Ejecutivo
supuso el fin de la supremacía de Santiago Carrillo al frente del partido
después de algo más de dos décadas como secretario general. Su protagonismo fue indudable durante los momentos finales del régimen franquista y el inicio de la Transición. Fue uno de los artífices en el ámbito internacional de la corriente eurocomunista y en España marcó la estrategia política moderada en el proceso de cambio a lo largo de los años 70. Su fracaso precipitó una crisis de gran envergadura en el PCE, que, entre cosas, acabó con la salida del propio Carrillo.
Quienes
participaron en la reunión de ese órgano fueron 24 miembros, de cada cual hace Morán
una mención breve relativa a su cargo político, edad y profesión, no faltando
en algún caso cierta sorna sobre lo último. Resulta llamativo que sólo hubiera
una mujer, en la persona de Eulalia Vintró, miembro del PSUC.
Veamos
brevemente, por orden alfabético, qué fue de cada cual a partir de noviembre de
1982. He evitado referirme la forma como con anterioridad se habían posicionado
dentro del partido. Teniendo en cuenta lo que vino después con la ruptura del partido,
primero, por parte del conocido como sector prosoviético y, después, por el
carrillista, amén de las sucesivas salidas individuales, observar todo ello
después de más de tres décadas, puede resultar
llamativo, sorprendente y hasta curioso.
Felipe Alcaraz: se ha mantenido en el PCE y
especialmente ha trabajado desde Andalucía, donde dirigió el PCA hasta
principios de este siglo.
Leopoldo Alcaraz: carrillista en un primer momento, se
pasó desde en 1984 al Partido Comunista de los Pueblos de España, el partido de
corte prosoviético.
Julián Ariza: carrillista y dirigente de CCOO, fue
expulsado de la dirección del PCE en 1985; formó parte del Partido de los
Trabajadores de España-Unidad Comunista y acabó integrándose en 1991 en el PSOE.
Jaime Ballesteros: se alejó de la dirección del PCE para formar la Fundación José
Díaz e integrarse en 1984 en el PCPE; tras la crisis de este partido, que acabó
en 1988 con la vuelta de un sector al PCE, abandonó la militancia; ha participado
en la defensa de derechos humanos a través del colectivo SPAAL-Solidaridad.
Santiago Carrillo: expulsado de la dirección del PCE
en 1985, dirigió el Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista, que
acabó integrándose en el PSOE, aunque él no lo hizo, al parecer por la
oposición de Alfonso Guerra; siguió considerándose comunista.
Andreu Claret: de la corriente leninista del
PSUC, abandonó el partido en 1986; se dedicó al periodismo, escribió novelas y se
vinculó a la Generalitat como director Instituto Catalán del Mediterráneo;
catalanista, pero no independentista; en 2017 anunció su voto a la candidatura
de Catalunya en Comú Podemos.
Enrique Curiel: se mantuvo en el PCE y llegó a ser
elegido diputado por IU en 1986; en 1988 renunció al PCE e IU, pasando desde
1991 a tener cargos de representación por el PSOE: concejal, diputado y
senador; se dice que en el momento de su muerte, en 2011, pidió ser enterrado
con la bandera del PCE.
Francisco Frutos: de la corriente leninista del
PSUC, apoyó a Gerardo Iglesias, primero, y Julio Anguita, después, al que
sustituyó en 1998 en la secretaría general del PCE; fracasó en su intento por
ser coordinador federal de IU en 2000; muy
crítico con el independentismo catalán, ha participado en 2017 en movilizaciones
unionistas.
José Galán: carrillista y proveniente de la
organización del País Valenciano, fue expulsado de la dirección del PCE en
1985; se integró en el PTE-UC.
Ignacio Gallego: líder del sector prosoviético, fue
fundador en 1984 del PCPE, que participó
a su vez en 1986 en la formación de IU; en 1988 volvió al PCE.
José María González Jerez: vinculado al Partido Comunista de Euskadi,
en 1989 regresó a Cuba, donde había vivido exiliado durante el franquismo.
Ángel/Anxó Guerreiro: dirigente del Partido Comunista de
Galicia, fue un activo dirigente de Esquerda Unida, la sección gallega de IU;
tras su intento en 1997 de una coalición con el PSG-PSOE, formó Esquerda Galega;
fue elegido diputado, pero no consiguió revalidar el pacto con el PSOE en 2001.
Antonio Gutiérrez Díaz: del sector eurocomunista del PSUC,
del que era secretario general, participó en la formación de la coalición Iniciativa
per Catalunya; fue diputado en el Parlament y eurodiputado por IU-IC.
Anselmo Hoyos: carrillista, fue expulsado de la
dirección del PCE en 1985.
Gerardo Iglesias: fue elegido secretario general del
PCE en noviembre de 1982, a propuesta de Carrillo; participó en la formación de
Izquierda Unida, de la que fue coordinador federal; en 1988 fue sustituido por
Julio Anguita al frente del PCE y un año después, de IU; acabó desligándose de
la política, si bien recientemente se ha vinculado a Podemos.
Ignacio Latierro: carrilista y del Partido Comunista
de Euskadi, fue expulsado de la dirección del PCE en 1985; formó parte del el Partido
de los Trabajadores de España-Unidad Comunista y acabó integrándose en el PSE-EE.
Lucio Lobato: se mantuvo en el PCE.
Adolfo Piñedo: carrillista, fue expulsado de la
dirección del PCE en 1985; formó parte del Partido de los Trabajadores de
España-Unidad Comunista y acabó integrándose en el en el PSOE, del que fue diputado en la
Asamblea de Madrid.
Juan Francisco Pla: se ha mantenido en el PCE e IU; ha
sido concejal de IU en Madrid.
Francisco Romero Marín: se mantuvo hasta su muerte en el
PCE e IU.
Simón Sánchez Montero: estuvo en la dirección del PCE hasta
1991, dimitiendo junto con otros miembros de la tendencia renovadora del
partido y de IU; miembro de la Fundación Alternativas, próxima al PSOE; mantuvo
siempre su militancia en el PCE.
Nicolás Sartorius: activo promotor de la formación de
IU; fue diputado tanto por el PCE como por IU; estuvo en la dirección del
partido hasta 1991, dimitiendo junto con otros miembros de la tendencia
renovadora del partido y de IU; formó la corriente Nueva Izquierda, que acabó
desvinculándose de IU en 1997 y formando el PDNI, que pactó con el PSOE en las
distintas elecciones de 1999 y 2000; miembro de la Fundación Alternativas,
próxima al PSOE.
Jordi Solé Tura: de la corriente eurocomunista del PSUC,
lo abandonó en 1985, ingresando en el PSC-PSOE; fue diputado y senador por este
partido entre 1989 y 2004, y ministro de Cultura en el gobierno de Felipe
González entre 1991 y 1993.
Eulalia Vintró: dirigente del PSUC, con Iniciativa
per Catalunya (inicialmente una coalición de PSUC, PCC y nacionalistas) ha
tenido varios cargos de representación autonómica y municipal; apoyó en 1987 la
disolución del PSUC; ha estado vinculada hasta el último momento a ICV.