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martes, 21 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: los peligros de la izquierda dividida
lunes, 20 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: el día después
viernes, 17 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: el recorrido de la derecha política ante la autonomía
martes, 14 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: los dos debates televisivos
José Manuel Moreno Bonilla, del PP, no se ha salido del papel (que le han) marcado, de apariencia moderada, queriendo presentarse como el candidato que está por encima de las críticas desde los flancos derecho (Vox) e izquierdo (PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía), y olvidando a quien hasta ahora ha sido su socio en el gobierno (Ciudadanos). Al fin y al cabo, el PP está persiguiendo los mismos objetivos que Alfonso Fernández Mañueco buscó hace medio año en Castilla y León: aprovecharse de la debilidad de la izquierda y fagocitar el voto de Ciudadanos. Moreno Bonilla se siente seguro de la victoria que le dan todos los sondeos y aspira a obtener una mayoría absoluta que, no obstante, se antoja muy difícil.
jueves, 22 de abril de 2021
Elecciones en Madrid: un debate por televisión que ayuda a creer que sí se puede derrotar a la derechona
martes, 6 de abril de 2021
Elecciones en Madrid: parece que hay partido
martes, 2 de febrero de 2021
A casi dos semanas de las elecciones catalanas 2021
Todo parece abierto de cara a las próximas elecciones catalanas. Los sondeos últimos apuntan en una misma dirección, pero sin un partido ganador claro. Las dos semanas que quedan puede que sean decisivas. Por otro lado, en la derecha unionista, con unas perspectivas negras, se está dilucidando una batalla propia, por ver cuál de los tres grupos quedará primero y cuál el último.
lunes, 12 de octubre de 2020
Monarquía o república, en una encuesta de la Plataforma de Medios Independientes
Varios medios de comunicación han publicado esta mañana el "Informe monarquía PMI 2020", una iniciativa que ha partido de la Plataforma de Medios Independientes (PMI), formada por 16 cabeceras. El instituto de opinión a 40dB., que está dirigido por la socióloga Belén Barreiro, ha sido el encargado de llevarla a cabo mediante una encuesta basada en una muestra de 3.000 entrevistas, recogidas en las cuatro comunidades autónomas de mayor población: Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia.
Estamos ante informe muy extenso, con un formulario que ha abarcado un gran número de cuestiones, atendiendo a las variables de grupos políticos, grupos de edad y territorios. El resultado ha sido una radiografía bastante completa del estado de opinión sobre la monarquía, la opción por una consulta que dilucide la forma de la jefatura del estado y la intención de voto en caso de llevarse a cabo. Así mismo, ofrece información sobre otros aspectos, como la opinión sobre la democracia y su funcionamiento, la confianza en las distintas instituciones políticas y su funcionamiento, la necesidad de reformar la Constitución, el interés por la información política atendiendo a los distintos tipo de medios, la opinión sobre los miembros de la Casa Real, el papel jugado por Juan Carlos I, etc.
Como limitación se encuentra que la encuesta se haya reducido sólo a las cuatro comunidades autónomas antes referidas y que los datos sólo se ofrezcan sobre los cinco partidos de ámbito estatal. Eso impide, por un lado, que podamos conocer el estado de opinión del conjunto del estado y, por otro, que se tenga en cuenta a otros grupos con gran relevancia en ámbitos territoriales más reducidos.
Veamos las respuestas sobre algunas de las cuestiones, en este caso en lo concerniente a la opción monarquía/república.
Necesidad de un referéndum
La población en general se muestra favorable en un 47'8% a que se realice una consulta, frente al 36'1% que opina lo contrario; por grupos políticos destaca el 94% en el electorado de UP, muy por encima del 59'8% en el del PSOE; entre los tres partidos de la derecha el apoyo es minoritario: 17'2% del PP, 18'3% de Vox y 33'8% de Cs.
Por edades, los grupos más jóvenes reflejan los valores más altos: 56'1% y 60'9%, respectivamente, entre los de 16-17 y 18-24 años; luego van disminuyendo progresivamente, de manera que en el grupo 55-64 casi hay un equilibrio (44'2%/43'1%) y en el de 65 ó más años la opción contraria a un referéndum ya es la preferida (41'1%/49'7%).
Intención de voto en el referéndum
A favor de la república se muestra un 40'9%, cinco puntos por encima del 34'9% que prefiere la monarquía. La opción republicana es la preferida abrumadoramente, con el 91%, por el electorado de UP; un nivel bastante superior al electorado del PSOE, que la prefiere el 55%; entre los grupos de la derecha ocurre lo contrario, siendo mayoritaria la opción por la monarquía: abrumadora en el electorado del PP, con el 79%, y el de Vox, con el 79'2%, y algo menos en el de Cs, con el 59'8%.
Por grupos de edad la república es preferida hasta los 54 años, disminuyendo progresivamente de más jóvenes a menos: 48'6%, 54'6% y 46'6, respectivamente, en los grupos 16-17, 18-24 y 25-34; sólo en los grupos de más edad se opta por la monarquía: 38'6% frente al 36'5, en el de 55-64, y 47'3 frente al 35'8, en el de 65 y más años.
El estado de opinión en Andalucía
En la opción por un referéndum, el rechazo es superior a la postura favorable: 42% frente al 39'8%.
Y en cuanto a la intención de voto el 43'2% prefiere la monarquía frente al 31'5% que se decanta por república.
Algunas conclusiones
Las preferencias por la república o la monarquía son marcadas atendiendo a las variables de bloques políticos y de edad.
Mientras el electorado de los grupos de izquierda opta por la república, el de los grupos de derecha lo hace por monarquía.
Quienes votan al PSOE tienen unos rasgos contradictorios: aunque optan más por la república, siguen manteniendo un apego por los monarcas, quizás como una rémora del "juancarlismo" de otro tiempo.
Sólo en las personas de 55 y más años se prefiere a la monarquía, que aumenta, además, con los años.
En el caso de Andalucía se refleja un claro comportamiento conservador, contrario a la celebración de un referéndum y más favorable por la monarquía.
Dentro de una opción en general favorable a la república, el futuro de la monarquía se encontraría altamente condicionado por la variable de edad, de manera que el relevo generacional podría conllevar su sustitución.
viernes, 8 de mayo de 2020
Demoledora encuesta para la monarquía española

Monarquía versus república
Del total de personas encuestadas el 51% ha dado su preferencia por la república frente al 34% de la monarquía, lo que supone una diferencia, nada desdeñable, de 17 puntos.
Por grupos políticos la opción republicana es la preferida por las personas que han votado a los de izquierda, estando encabezada por ERC (100%) y Unidas Podemos(89,7%), y quedando por debajo el PSOE (54,8%). La monarquía no obtiene ningún apoyo por parte de quienes han votado a ERC, apenas es preferida entre quienes lo han hecho por Unidas Podemos (4,9%) y suben bastante en el electorado del PSOE (38,9%). Aunque entre los votantes de este partido la opción republicana está 15,9 puntos por encima de la monárquica, no deja de ser llamativo que esta última supere la media en 4,9 puntos.
En el caso de los partidos de la derecha, ocurre lo contrario, siendo el electorado del PP el más claramente monárquico (71,2%) y el que menos ha optado por la república (14,9%). Le siguen Vox, con el 66,8% y 21,5%, y Ciudadanos, con el 51,4% y 28,1%, respectivamente.
En el resto de las variables, la república es siempre la opción preferida.
Las mujeres la hacen sobre la monarquía en una relación de 51,5% a 32,8%, que supone 18,7 puntos por encima; y los varones, de 51,7% a 36,6%, esto es, 15,1 puntos por encima.
Por edades: en el grupo 18-34 años el 58,9% prefiere la república, superando en 36,1 puntos a la monarquía; en el grupo 35-49 años, 46'8% y 19,9 puntos, respectivamente; en el de 50-64 años, 50,7% y 14,1 puntos; y en el de 65 años y más, 50,9% y 7,4 puntos.
Y atendiendo al tamaño de los municipios, en los menores de 10.000 habitantes la república es preferida por el 58,9%, superando en 20,7 puntos a la monarquía; en los que están entre 10.000 y 50.000 habitantes, 47,1% y 11,1 puntos, respectivamente; en los situados entre 50.000 y 500.000 habitantes, 52,2% y 14,6 puntos; y en los que superan los 500.000 habitantes, 54,4% y 25,7 puntos.
Valoración de la restauración monárquica
Aquí de nuevo la monarquía se ve castigada: tan sólo el 29,6% hace un valoración positiva de lo que ha supuesto la segunda restauración de la institución, acaecida a finales de 1975, frente al 39,2% que lo hace negativamente, lo que supone una diferencia de casi 10 puntos. Llama la atención, no obstante, que es en esta pregunta donde las personas entrevistadas han manifestado mayor grado de indecisión, pues el 26,1% ha contestado que ni una cosa ni otra.
Por grupos políticos, sólo para quienes han votado a los de la derecha la restauración ha sido positiva: el 64,4%, en quienes han votado al PP; el 55'8%, a Vox; y el 51,4%, a Ciudadanos. Hay algunas diferencias entre quienes lo han hecho negativamente: 12,2%, en el PP, y 13,8%, en Vox, mientras que en Ciudadanos sube hasta el 20,8%.
La valoración es claramente negativa entre quienes han votado a ERC (83,6%) y Unidas Podemos (71,4%); que, por el contrario, apenas lo hacen positivamente: 3,4% y 7,7%, respectivamente. Diferente es el caso del PSOE, donde su electorado valora más positiva (31,9%) que negativamente (29,4%) el papel jugado por la institución monárquica, si bien con una diferencia de apenas 2,5 puntos.
Tanto en las mujeres como en los varones se valora negativamente por igual: 39,2%, aunque en éstos un 35,2% lo hace positivamente y en aquéllas, un 24,4%. Por otro lado, las mujeres, con un 30,5%, muestran un mayor grado de indecisión frente al 20,3% de los varones.
Por edades, la mayor valoración negativa se da en el grupo de 18-34 años, con un 47,6%, lo que supone una diferencia sobre la positiva de casi 30 puntos; en los grupos 35-49 y 50-64 años se valora negativamente por un 36,9% y un 36,8%, superando a la positiva en 6 y 2,9 puntos. Sólo en el grupo de 65 años y más lo positivo (36,5%) supera a lo negativo (35,2%), aunque con una escasa diferencia de 1,3 puntos. Por lo demás, el grado de indecisión en los tres grupos es muy homogéneo, oscilando entre el 25,4% y el 27,2%.
En cuanto al tamaño de los municipios, en todos los tramos la restauración monárquica se valora más negativa que positivamente. Lo primero resulta muy homogéneo: 39,3%, en los menores de 10.000 habitantes; 39,6%, en los situados entre 10.000 y 50.000; 38,5%, entre los de 50.000 y 500.000; y 39,8%, en los de más de 500.000. Las diferencias, sin embargo, varían: son mayores en los tramos de menos habitantes (12,7 puntos) y de más habitantes (15,5 puntos); mientras que son menores en los tramos intermedios: de 8,4 en los municipios de 10.000-50.000 y de 6,2 puntos en los de 50.000-500.000.
Decidir o no mediante una consulta ciudadana
La tercera de las preguntas de la encuesta tiene que ver con la necesidad o no de que la forma de jefatura de estado se decida mediante una consulta a la población. Y aquí, de nuevo, entre la mayoría de las personas encuestadas se prefiere que así sea: 58,2% frente al 28,9%, que suponen 29,3 puntos de diferencia.
Por grupos, el electorado de izquierda es bastante más receptivo a la consulta. En dos casos, abrumadoramente: el 96,6% de ERC y el 92,6% de Unidas Podemos. Y en menor medida en el del PSOE: el 59,4%, que está 30,3 puntos por encima de quienes no la defienden.
Lo contrario ocurre con quienes han votado a dos grupos de los grupos de la derecha: el 65% de Vox; y el 59,5% del PP. Es una excepción el caso de Ciudadanos, pues el porcentaje de quienes prefieren la consulta, el 46%, supera al de quienes la rechazan, que son el 39%.
Las mujeres defienden la consulta en un 59,3% y los varones, en un 57%.
Por edades en todos los grupos ocurre lo mismo: en el de 18-34 años, el 64,2%; en el de 35-49 años, el 54,5%; en el de 50-64 años, el 59,7%; y en el de 65 años y más, el 54,1%. Resulta llamativo el grupo más joven, con 43,1 puntos por encima, mientras que en el resto oscilan entre los 30,6 puntos del grupo de 50-64 años y el 24%, aproximadamente, de los otros dos.
Finamente, por tamaño de los municipios, en los que tienen menos de 10.000 y más de 500.000 habitantes se muestran favorables a una consulta el 57%; en los que tienen entre 10.000 y 50.000 habitantes, el 59,5%; y en los de 50.000-500.000, el 58,5%. Las diferencias son mayores en los municipios con menos de 50.000 habitantes, con algo más del 30%; y son menores en los otros dos: 26,5%, en los de 50.000-500.000 habitantes; y 28,2%, en los de más de 500.000.
Para acabar
Los datos que aportan Público y la empresa demoscópica Sinóptica son bastantes negativos para la monarquía. Sólo en la variable de grupos políticos, y gracias a los tres partidos de la derecha, mantiene importantes apoyos. La posición del electorado del PSOE es más contradictoria, pues, aunque ya está optando mayoritariamente por la república, no lo hace de una forma abrumadora. Además, sigue manteniendo el reflejo del papel positivo jugado por la monarquía durante la segunda restauración. No debemos olvidar que este partido ha sido el principal valedor de esa institución, donde ha mezclado el pragmatismo y, sobre todo, el sometimiento a los poderes fácticos del estado y del sistema. De alguna manera ha sido el que dado significado a eso del "juancarlismo".
Que las generaciones más jóvenes, por debajo de los 35 años, sean las que manifiesten menor apego a la monarquía dice mucho, porque no dejan de ser el futuro. Sorprende, incluso, que la monarquía no sea lo preferido en el grupo de más edad.
No debemos perder de vista dos cosas. Una, el cada vez mayor desprestigio de la figura del Juan Carlos I, rey emérito, cuasi beatificado por algunos sectores de la sociedad hasta hace unos años. Sus reiterados escándalos, en los que de menos son los asuntos de faldas y cacerías como de corrupción económica, ya le obligaron a tener que aceptar hace seis años la abdicación de la corona en favor de su hijo. Lo último está siendo su procesamiento en Suiza por movimientos bancarios relacionados con negocios turbios entre países y el cobro de las comisiones correspondientes, y la aparición de noticias sobre cuentas corrientes en paraísos fiscales.
La otra, que Felipe VI tampoco ha sabido estar a la altura de las circunstancias requeridas para que la institución recupera el prestigio perdido. No lo estuvo en la crisis de Catalunya, donde se posicionó a favor de la mano dura. Y tampoco lo está haciendo en la actual situación de emergencia relacionada con el covid-19. En su contra está el hecho de aprovechar esa situación para anunciar, un año después, que renunciaba a la herencia económica de su padre. Como también está en el debe el que apenas haya dado la cara y mostrado empatía ante el drama general de la pandemia y las graves secuelas que está generando.
En pocas encuestas hay atrevimiento a la hora de mostrar lo que la gente piensa sobre la monarquía y la posibilidad de que la república la sustituya. Pero, por lo que estamos viendo, cada vez resulta más claro que lo que la gente quiere es un cambio. Y, además, ejerciendo un derecho democrático: votando.
sábado, 9 de noviembre de 2019
Reflexiones en voz alta en una jornada de reflexión electoral
La campaña de Unidas Podemos me ha parecido trepidante y llena de emociones. No es algo nuevo. IU, que forma parte activa de esa confluencia y de las hermanas En Comú Podem (catalana) y En Común (gallega), tiene una trayectoria que lo avala. Sin irme muy lejos, no puedo olvidarme de dos de ellas, que se afrontaron en condiciones muy duras y en las que se jugaba su propia supervivencia: las elecciones andaluzas de marzo 2015 y las generales de diciembre de ese mismo año. Fueron heroicas para sus militantes y simpatizantes, que se esforzaron hasta el máximo para hacer posible que lo que representaba una rica tradición de lucha que tenía raíces lejanas no acabara en el olvido. Y llenaron de emoción los corazones de mucha gente, votantes anónimos que querían dejar constancia de ello. Fueron las elecciones andaluzas con ese vídeo tan maravilloso titulado Construir la luz. O las generales, en las que se marginó en el debate televisivo a IU y su candidato, Alberto Garzón.
Sin embargo, desde 2016, mal que le pesó a ciertas personas, se volvió a la cordura y con ella se inició un camino de unidad. Fue el momento en que surgió Unidos Podemos (la confluencia de Podemos, IU, Equo y otros grupos), de En Comú Podem, En Marea, A la Valenciana... Que dos años después dio lugar a Adelante Andalucía, cuyo bautizo electoral se vio surcado de incomprensiones internas en Podemos y de la pasividad de parte del electorado, permitiendo con ello que el huevo de la serpiente del fascista Vox acabara por romperse.
Desde el pasado abril, ya feminizada como Unidas Podemos, asistimos por desgracia a la cita con la marcha de Compromís en el País Valenciano y la ruptura de En Marea en Galicia. Algo que poco aportó a quienes se fueron y mucho quitó a lo que hubiera podido seguir haciendo posible que, lejos de restar, la unidad suma. Como luego se demostró en mayo, en unas elecciones municipales y autonómicas donde se dividieron las fuerzas y se atomizaron las opciones.
En el momento presente Unidas Podemos, En Comú Podem y En Común han mantenido sus esencias. Sin los que se fueron en abril y sin la gente que le dio por formar una cosa llamada Más País. Lanzada interesadamente a bombo y platillo por algunos medios de comunicación, defendida por algunas mentes pensantes y utilizada por el PSOE en los primeros momentos, ha ido perdiendo fuelle y expectativas. Si no del todo, está lejos de lo que decían que iba a obtener. Y lo que es peor, llevándose votos muy valiosos que restan lo suficiente para que Unidas Podemos pueda perder escaños y se los lleve la derechona, sea pepera o sea fascista.
Unidas Podemos representa la única opción para hacer posible un gobierno que defienda los intereses de las clases populares y, a la vez, haga frente al neoliberalismo económico y la regresión en todos los órdenes que defiende el fascismo en ascenso.
Como reza la canción "Somos la revancha de los sueños rotos", de Lulü y sus colegas, y que ha dado música a la campaña a ritmo de rock-pop-rap: “Somos la revancha de los sueños rotos,/ pueblos levantados, corazón y arrojo/ persiguiendo la igualdad social./ Salta ya a la calle y grita como un loco,/ si esta democracia a ti te sabe a poco,/ únete que somos muchos más”.
Pues claro que sí.