Hablando este mediodía con mi hermano Juan Miguel sobre la entrada que he dedicado a la canción "El burro de Villarino", me ha recordado que Tomás Bretón (conocido músico salmantino de finales del siglo XIX y principios del XX, autor de la famosa zarzuela La verbena de la Paloma), introdujo esa canción en una de sus obras. Y raudo me he puesto a indagarlo, con un resultado positivo. En efecto, en su poema sinfónico Salamanca, de 1914, que en algunas ocasiones se ha denominado como La riberana, aparece la melodía en uno de sus pasajes, durante aproximadamente un minuto (concretamente, a partir del 6'15''). Primero se percibe a través del sonido de un oboe, luego, de una flauta dulce y como colofón, del conjunto de la orquesta, para finalmente irse diluyendo en la vorágine de la composición. Quede, pues, la muestra de cómo una canción popular mereció ser recordada por un insigne compositor.
Entre el mar y la meseta
Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
miércoles, 8 de mayo de 2024
En el Día del Burro, nada mejor que cantar "El burro de Villarino"
Nos ha recordado nuestro amigo José Manuel que hoy es el Día del Burro. A ello no es ajena su hija Belén, dedicada a su conservación en la comarca portuguesa del Miranda do Douro. Para un salmantino de nacimiento, como es mi caso, el mencionar a ese animal nos lleva a la canción "El burro de Villarino". De origen popular -y muy popular, por conocida y cantada-, tiene su origen en el pueblo que le da nombre: Villarino de los Aires. Situado en los Arribes del Duero, al noroeste de la provincia, y lindante con la comarca portuguesa antes aludida, está en uno de los tramos de lo que se conoce como la raya, esto es, la frontera entre los dos países.
Para conocer mejor esta realidad no está de más leer una entrevista de hace tres años a Luis Falcón, publicada en el Diario de Valladolid. Escritor y periodista, nació en el pueblo y reivindica el carácter singular que tienen las tierras que comparten, cada una en su orilla correspondiente, el segundo río más caudaloso y largo de la Península Ibérica: "la raya húmeda que es el Duero y el Douro. Sobre este espacio geográfico
compartido están el planteamiento político, el geográfico y el sociocultural.
Son más las semejanzas que las diferencias". Y sobre la canción nos dice que "posiblemente
en toda Castilla y León no exista una canción tradicional con más trascendencia
mundial que el burro de Villarino".
Y, en efecto, su melodía, con parte de la letra y/o alguna que otra adaptación, se cantaba durante los años 60 y 70 para denunciar la dictadura franquista. E incluso, más allá del Atlántico, lo hicieron el argentino Atahualpa Yupanqui o los chilenos Rolando Alarcón, Víctor Jara, en compañía de Quilapayún, y este mismo grupo por sí solo.
Hay muchas versiones populares de la canción en cuanto a la letra, no así en su música. E incluso no faltan variantes en el uso de algunas palabras, como murió/muriú, burro/burru, vinagre/vinagre, llevó/llevú, Dios/Dius, hocico/hocicu, mohíno/mohinu..., que no es otra cosa que el eco que va quedando en algunos lugares, sobre todo del medio rural, de la antigua lengua leonesa. En las fiestas de los pueblos y de la propia capital se canta acompañada de la gaita y el tamboril. Dos instrumentos que forman parte del acervo cultural de la mayor parte de la provincia salmantina, especialmente en sus partes central, occidental y meridional. La versión que dejo para que se escuche es de Gabriel Calvo. Vamos allá.
Ya se murió
el burro
que
acarreaba la vinagre,
ya lo llevó
Dios
de esta
vida miserable.
Que tururururú,
que tururururú,
que tururururú,
que tururururú.
Él era
valiente,
él era
mohíno,
él era el
alivio
de todo
Villarino.
Que tururururú...
¿No te acuerdas, burro,
camino de Pereña?
Tú tirabas coces
y yo te daba leña.
Que tururururú...
Estiró la
pata,
arrugó el
hocico
y con el
rabo tieso decía:
“¡Adiós, Perico!”.
Que tururururú...
Todas las
vecinas
fueron al
entierro
y la tía
María
tocaba el
cencerro.
Que tururururú...
A los ocho
días,
después de
haber muerto,
resucitó el
burro
para el
testamento.
Que tururururú...
A Juan dio
la cincha;
a Pedro, la
albarda;
y a Andrés,
las orejas
para unas
sandalias.
Que tururururú...
Al amo, los
dientes;
el rabo, al
criado;
y al ama,
el pellejo
para
hacerse un sayo.
Que tururururú,
que tururururú,
que tururururú,
que bien lo sabes tú.
(Imagen: Lecturas infantiles de España y América; Salamanca, Anaya, 1965).-
martes, 7 de mayo de 2024
"Abre los ojos", de El rey de las ratas
Tranquilo, Marcos, que también hay para ti. Cuando me llegó el mensaje de tu madre con el audiovisual de tu canción "Abre los ojos", tenía medio preparado lo de Beethoven -que no es poco-, pero eso no ha impedido que te haya hecho un hueco. ¡Cómo no, artista! Aquí dejo para escuchar y ver tu grito de rebeldía.
(Realización
y producción: Diego Alonso y Marcos Valverde; cámaras:
Juan Narciso Alcaraz Cansado y Antonio Manuel Morales Morales; grabación,
mezcla y mastering de audio: MalverdeStudios; 2919).
Segundo centenario de la 9ª Sinfonía de Beethoven
Oda a la Alegría
¡Oh
amigos, cesad esos ásperos cantos!
Entonemos
otros más agradables y
llenos
de alegría.
¡Alegría,
alegría!
¡Alegría,
hermosa chispa de los dioses
hija
del Elíseo!
¡Ebrios
de ardor penetramos,
diosa
celeste, en tu santuario!
Tu
hechizo vuelve a unir
lo
que el mundo había separado,
todos
los hombres se vuelven hermanos
allí
donde se posa tu ala suave.
Quien
haya alcanzado la fortuna
de
poseer la amistad de un amigo, quien
haya
conquistado a una mujer deleitable
una
su júbilo al nuestro.
Sí,
quien pueda llamar suya aunque
sólo
sea a un alma sobre la faz de la Tierra.
Y
quien no pueda hacerlo,
que
se aleje llorando de esta hermandad.
Todos
los seres beben la alegría
en el
seno de la naturaleza,
todos,
los buenos y los malos,
siguen
su camino de rosas.
Nos
dio ósculos y pámpanos
y un
fiel amigo hasta la muerte.
Al
gusano se le concedió placer
y al querubín
estar ante Dios.
Gozosos,
como los astros que recorren
los
grandiosos espacios celestes,
transitad,
hermanos,
por
vuestro camino, alegremente,
como
el héroe hacia la victoria.
¡Abrazaos,
criaturas innumerables!
¡Que
ese beso alcance al mundo entero!
Hermanos!,
sobre la bóveda estrellada
tiene
que vivir un Padre amoroso.
¿No
vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo
sobre la bóveda estrellada.
Allí,
sobre las estrellas, debe vivir.
¡Alegría,
hermosa chispa de los dioses
hija
del Elíseo!
¡Ebrios
de ardor penetramos,
diosa
celeste, en tu santuario!
Tu
hechizo vuelve a unir
lo
que el mundo había separado,
todos
los hombres se vuelven hermanos
allí
donde se posa tu ala suave.
¡Alegría,
hermosa chispa de los dioses,
hija
del Elíseo!
¡Alegría,
bella chispa divina!
sábado, 4 de mayo de 2024
Respeto, reparación y memoria a las 12 víctimas mortales del fascismo en Barbate
Teniendo en cuenta la gravedad de lo antes referido, me voy a centrar en el caso que mejor conozco: Barbate. En lo que desde 1938 se conformó como un nuevo municipio tenemos conocimiento documentado de 10 vecinos que fueron víctimas de la represión habida tras el golpe militar de julio de 1936. Personas que fueron asesinadas entre finales de julio de 1936 y el 24 de marzo de 1937.
De 5 sabemos dónde las mataron: Francisco Tato Anglada, Francisco Domínguez Benítez, Francisco López Ramírez, José Utrera Rivera y José Melero Ladrón de Guevara. De los cinco restantes lo ignoramos. En tres casos disponemos de alguna pista, pero no certezas: Francisco Braza Basallote, Manuel Abel Romero y Francisco Utrera Rivera. En dos, ninguna: Antonio Oliva Ramírez y Juan Porta Crespo. Todos, menos Francisco Tato Anglada, están desaparecidos. Dos fueron fusilados tras un consejo de guerra: José Melero Ladrón de Guevara y José Utrera Rivera. Los restantes fueron pasto de las patrullas de la muerte. Y a ellos tenemos que añadir otros dos barbateños que, una semana antes del golpe militar, fueron abatidos por las balas de un pistolero fascista: los hermanos Juan y Manuel Caro Marín, de los que sabemos dónde tuvo lugar el atentado, dónde murieron y dónde los enterraron. Pero ya no están en sus tumbas.
Éstas son las víctimas, y lo que sabemos, expuesto muy sintéticamente, sobre sus profesiones, y los lugares y las fechas de su muerte:
Manuel Caro Marín: albañil; Barbate; 11-07-1936.
Juan Caro Marín: albañil; Cádiz; 12-07-1936.
Francisco Braza Basallote: agricultor; ¿La Muela, Vejer de la Frontera?; finales de julio de 1936.
Francisco Tato Anglada: farmacéutico; Fuente del Viejo, Barbate; 21-08-1936.
Manuel Abel Romero: maestro; ¿Pino Gordo, Puerto Real?; ¿22-08-1936?
Antonio Oliva Ramírez: marinero; lugar desconocido; septiembre de 1936.
Juan Porta Crespo: mariscador; lugar desconocido; septiembre de 1936.
Francisco Domínguez Benítez: ¿?; Cádiz; 19/21-10-1936.
Francisco Utrera Rivera: almadrabero; ¿El Puerto de Santa María?; 17/18-02-1937.
Francisco López Ramírez: almadrabero; ¿El Puerto de Santa María?; 18-02-1937.
José Melero Ladrón de Guevara: marinero; Algeciras; 24-03-1937.
José Utrera Rivera: marinero; Algeciras; 24-03-1937.
Les debemos respeto, reparación y memoria.
miércoles, 1 de mayo de 2024
3 poemas para un 1 de mayo
Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En
los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron
los reyes los grandes bloques de piedra?
Y
Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién
la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la
dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La
noche en que fue terminada la Muralla china,
¿adónde
fueron los albañiles? Roma la Grande
está
llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre
quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía
sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa
Atlántida,
la
noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo
ayuda a sus esclavos.
El
joven Alejandro conquistó la India.
¿Él
solo?
César
venció a los galos.
¿No
llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe
II lloró al hundirse
su
flota. ¿No lloró nadie más?
Federico
II venció la Guerra de los Siete Años.
¿Quién
la venció, además?
Una
victoria en cada página.
¿Quién
cocinaba los banquetes de la victoria?
Un
gran hombre cada diez años.
¿Quién
pagaba sus gastos?
Una
pregunta para cada historia.
(Bertolt
Brecht)
Lucha de clases
No
todos los que construyeron las catedrales vieron lo mismo.
Unos
irguieron torres y pináculos a la luz del sol
y
llegaron al cielo; otros, hundidos en las criptas,
pintaron
infiernos a la luz de las velas, dejando en el suelo
el
lugar para los más anónimos de los muertos. Los
que
llegaron a la cima, recibieron la mirada divina y
vieron
el júbilo de las madrugadas primaverales; los
que
quedaron en el fondo, arrancando a la humedad de las paredes
el
gesto alucinado de los demonios, intercambiaron
obscenidades
y enfermedades. No obstante, la catedral
es
única, y quien la visita, apreciando la totalidad que, dicen,
nació
de una visión del absoluto, no piensa
en
pormenores. ¿Qué importancia tienen para nosotros
los
que trabajaron en la sombra, perdiendo la luz de los ojos con el
minucioso
dibujo, arrancando a lo oscuro, si lo que hoy se ve
es
ese contorno en que la piedra trabaja el cielo? Así,
se
concluye, que es de la desigualdad que nace
la
armonía, y es el desorden humano que hace brotar,
de la
nada, todo lo que admiramos.
(Nuno
Júdice)
El sueño
Los
gérmenes poéticos del sueño resultaron ser, no como los pobres profesores, los
mezquinos críticos realistas trataron de hacernos creer, un nuevo paraíso
inalcanzable, un espejismo, sino los gérmenes nocivos y actuante, los útiles
reactivos para corroer la infame realidad. El sueño no es un refugio sino un
arma.
Los
malos instintos de libertad danzan su ronda diabólica. ¡Fuera la conformidad,
la resignación, la medianía!. En su esputo negro ahóguense los bellacos, los
explotadores, los que aprovechan la miseria de los más, y la maldita
clerigalla, y el abominable espíritu religioso, y los fantasmas cristianos, y
los mitos del capital, y la familia burguesa, y la patria infamante.
La
libertad del hombre, es decir, el sueño acuñado en la realidad, la poesía
hablando por la boca de todos y realizándose, concreta y palpable, en los actos
de todos.
(Emilio
Adolfo Westphalen)
sábado, 27 de abril de 2024
Castilla, Castilla-León, Castilla y León.... ¡ay!
pero siempre vivieron las que acarreaban el ganado,
abrían los surcos con sus manos,
laboraban en las fábricas y los talleres,
o escribían letras con sus uñas.
Y porque son mayoría
y sin ellas nada existiría,
la historia del futuro es la suya
y Castilla-León será una patria más
de todas las patrias del mundo.
(Abril de 1980)
El pasado 23 de abril se celebró el Día de Castilla y León. Conmemora una derrota militar, que, a la postre, lo fue también política. Fue un día lánguido, como lleva siéndolo desde hace años. Bastantes, demasiados... Atrás quedaron esos años de la Transición, con movilizaciones, a veces multitudinarias, reivindicando la autonomía para un territorio que había quedado más bien subsumido desde siglos atrás en la entidad española. Fueron los años en que el Instituto Regional Castellano-Leonés pujó duro por darle personalidad, a la vez que algunos grupos políticos, sobre todo de la izquierda y, mayor medida, de la radical, fueron apoyando esa reivindicación. Los años de manifestaciones en las capitales castellanas y en el propio Villalar, de actos políticos y culturales, de manifiestos, de artículos en la prensa, de libros..
Y de canciones. Recuerdo las de grupos como La Fanega o Nuevo Mester de Juglaría, y el disco que este último editó en 1976 con el título Los Comuneros, basado en un poema de Luis López Álvarez, cuya "Canción de la esperanza" empezaba así:
1521,
y en abril para más
señas,
en Villalar ajustician
a quienes justicia
pidieran.
¡Malditos sean
aquellos
que firmaron la
sentencia!
¡Malditos todos
aquellos
los que ajusticiar
quisieran
al que luchó por el
pueblo
y perdió tan justa
guerra!
Desde entonces ya
Castilla
no se ha vuelto a
levantar
¡ay, ay!
no se ha vuelto a
levantar.
En el pueblo de Villalar, cercano a Valladolid, se enfrentaron en el año 1521 los seguidores del movimiento comunero y las tropas del recién erigido como emperador Carlos I. Heredero de las coronas de Castilla y Aragón desde 1516, mientras entre 1506 y 1520 lo fue siendo de otros estados europeos (Países Bajos, Nápoles, Austria, Imperio Germánico...), su llegada a la Península en 1517 no fue un camino de rosas. Sin entrar en detalles, el proyecto político que traía, confeccionado por su asesores flamencos y borgoñones, y trazado con anterioridad por su abuelos Fernando e Isabel, no encajaba con lo que eran las realidades aragonesas y castellana. La primera, con unas instituciones de carácter confederal, y la segunda, aún teniéndolas ya centralizadas, celosa por mantener su personalidad.
Recuerdo cuando desde el PTE/PTC-L, una vez aprobada la Constitución de 1978, pedíamos para Castilla-León la opción del artículo 151, como sí hizo Andalucía, lo que hubiera supuesto un camino más rápido y seguro hacia la autonomía. Pero no fue así, ante una derecha hegemónica (por entonces, con una UCD mayoritaria), un PSOE timorato y un PCE que no encontraba la forma de identificarse con la diversidad político-territorial más allá de Catalunya, Euskadi y Galiza. En 1983 fue cuando Castilla y León (sin el guion en medio) asumió el rango de comunidad autónoma, pero bajo el artículo 143, que supuso un proceso de descentralización más lento. Los primeros años, al igual que en el ámbito central, con un gobierno del PSOE.
Y al margen de su gestión pronto pudo verse la vocación depredadora de la entonces AP cuando se lanzó a la yugular de Demetrio Madrid, el presidente de la Junta, hasta acabar con su cabeza. Fue cuando aparecieron los José María Aznar, presidente desde 1987, y su guardián Miguel Ángel Rodríguez. Demetrio Madrid finalmente fue exonerado judicialmente, pero su daño fue irreparable. Y, claro está, la maquinaria "reconquistadora" de la derecha, con AP transfigurada en PP y Aznar en su nuevo mesías, fue creciendo sin cesar hasta nuestros días.
He estado releyendo estos días algunos escritos de otro tiempo y entre ellos, el libro Iniciación a la historia de Castilla-León (Madrid, Nuestra Cultura, 1982), con autoría de Julio Valdeón Baruque, Ángel García Sanz y Jesús Sanz Fernández. Transcribo, de la página 37, un pasaje del capítulo elaborado por el primero:
"A partir de Villalar, Castilla se identifica cada vez más con el conjunto de los reinos hispánicos. El estado central feudalizado de los Austrias toma a Castilla como soporte. Desde ese momento tiene sentido la acusación que se hace desde la periferia contra Castilla. Pero eso sí, si por Castilla entendemos el pueblo castellano (los campesinos, los menestrales y artesanos, el 'común' en definitiva), tendríamos que responder que él poco tendría que ver en la construcción de aquel estado. En realidad el pueblo menudo lo único que hizo a raíz de Villalar fue pagar tributos elevadísimos, dar su sangre en las costosísimas campañas imperiales de Flandes o emigrar a América como única vía posible para huir de la miseria. En realidad lo mejor de Castilla había sido raptado por sus dirigentes".
Un rapto que continúa en nuestros días.
jueves, 25 de abril de 2024
Defender a Pedro Sánchez y al gobierno de coalición es un ejercicio democrático
miércoles, 24 de abril de 2024
Presentación en Zahara de los Atunes del libro Hija del exilio. El cuaderno rojo de Annie
El libro se gestó a partir de 2006, como una búsqueda personal por conocer mejor el pasado de la familia. Y Annie lo hizo a través de los testimonios directos de familiares, que fue recogiendo en su "cuaderno rojo", y sin que haya faltado la indagación en archivos y hemerotecas de España y Francia. Fue así como fue averiguando cosas desconocidas de su familia, que se vio obligada a huir de la capital malagueña, camino de Almería, por la conocida "carretera de la muerte" en abril de 1937. Uno de los episodios más espeluznante de la Guerra Española, con la población civil como objetivo militar de las tropas sublevadas y sus aliados fascistas de Italia y Alemania, que bombardearon impenitentemente por mar y aire a mujeres, niños y niñas, y personas mayores.
Después de dos años, en su mayor parte pasados como refugiados en el municipio barcelonés de Cerdanyola del Vallès, en febrero de 1939 su madre, sus hermanas y algún familiar más hubieron de pasar la frontera hacia Francia, recalando finalmente en el pueblo de Cazères, situado al sur de Toulouse. Su padre, enrolado en un batallón que tenía al mando al dirigente anarquista Ricardo Sanz, también lo había hecho en el mes de enero, pero en su caso fue internado en el campo de "alojamiento" de Vernet, donde sufrió una situación penosa. Después de distintas vicisitudes, la familia logró reagruparse en 1940 en Cazères y un año después nació Annie.
La lectura del libro resulta entre interesante e impresionante, siendo un testimonio más del padecimiento sufrido por tantas personas durante la Guerra Española, víctimas del fascismo. Escuchar el relato sobre las personas que tuvieron que huir de Málaga nos trajo al presente y concretamente a lo que está ocurriendo en Gaza. Con esas palabras fue como concluyó María José Montero Corominas su disertación, dando lugar después a un animado coloquio.
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