Estamos ante
un documental interesante. Pone de relieve que la Segunda Guerra Mundial se
resolvió con un enorme sacrificio del pueblo soviético y con él de su ejército. Y es que
“La historia de cómo el Ejército Rojo salvó a Europa del nazismo se está
borrando en los libros de historia occidentales y cada vez es más habitual
retratar a los soldados rusos como opresores y ocupantes, en vez de mostrarlos
como salvadores”.
Desmonta
una gran cantidad de falsedades, admitidas ampliamente, como que fue EEUU el
artífice de la liberación de Europa. A base de diversos testimonios de testigos
de la época y de investigadores el documental va desentrañando una realidad
ocultada deliberadamente, sobre todo desde que el mundo socialista empezó a
desmoronarse a finales de los años ochenta del siglo pasado.
Dos países
aparecen en el documental: Austria y Polonia. Los dos, situados entre los dos campos
enfrentados durante el conflicto mundial y después, durante los años de la
Guerra Fría.
En el
primero hay historiadores que están haciendo un esfuerzo por recuperar la
memoria perdida. Peter Sixl, que lleva más de treinta años investigando sobre los soldados soviéticos enterrados en su país y que se dedica a cuidar sus tumbas, resalta el papel que jugaron esos soldados
hace siete décadas y el honor que se merecen: “también tenían madres y familias;
no importa la nacionalidad o la religión, el sufrimiento de una madre siempre
es igual”.
En Polonia, si embargo, se está viviendo una situación contradictoria. De un lado, su parlamento ha
aprobado una ley para demoler los monumentos de la época soviética. En ese intento por borrar parte de las huellas del pasado han surgido situaciones que pueden resultar grotescas, pero son reales: lo que fue
el campo de concentración de Auschwitz se ha convertido en un lugar de consumo,
despojado de su contenido. Y hasta los guías se olvidan de recordar que fueron los soldados soviéticos quienes ayudaron a liberarlo.
Pero de
otro, hay quienes han mostrado su disconformidad con lo que está ocurriendo.
Así lo hace Tadeusz Kowalczyk, que fue coronel del ejército polaco:
“El pueblo polaco obtuvo su independencia y libertad del fascismo alemán
gracias a la ayuda del ejército soviético. Nosotros, la generación posterior a
la guerra, no habríamos nacido si Hitler hubiera ganado a Stalin”. O Jerzy Tyc,
director de la sociedad de memoria histórica Kursk, para quien “La gente olvida
o no quiere recordar lo que Hitler tenía en mente para los eslavos. Se olvida
sobre el Plan General del Este, según el cual solo iban a quedar tres millones
de polacos vivos e iban a ser esclavizados por los nazis, mientras que los
rusos iban a ser exterminados junto con los judíos”.
Estamos, en fin, de nuevo ante la controversia de la Historia como disciplina, utilizada para justificar actuaciones políticas interesadas y dejando de lado lo realmente ocurrido. Una utilización que ha llevado a la equiparación de Hitler con Stalin o del comunismo soviético con el nazismo alemán. Como señala al final del documental el periodista polaco Andrzej Michniewski, "es una forma de minimizar el status y de disminuir el prestigio de Rusia en el mundo moderno. Eso no es más que una infamia histórica".
Remembrance [Recuerdo], un documental producido por la cadena RT y dirigido por Andrei Andreyev. Merece la pena verlo.
(Fuente:
Russia Beyond. https://es.rbth.com/cultura/80757-nuevo-documental-de-rt)