Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
martes, 30 de junio de 2020
El impuesto a las grandes fortunas, cuanto antes
El impuesto a las grandes fortunas ha sido aparcado en el gobierno. Unidas Podemos lo quiere. El PSOE, no. Una nueva contradicción. Gorda. Espero que sea coyuntural. ¿Cómo si no se van a financiar las medidas sociales que se han puesto en marcha, las que están pendientes y aquellas se necesitan para poder hacer frente a la nueva situación, entre otras, en la sanidad y la educación? El mundo empresarial está presionando. Lógico. Pero no debe ser óbice para que el gobierno de coalición pueda seguir adelante con su programa y sus propósitos. Fue la apuesta hecha en enero pasado, que contó con suficientes apoyos para hacerla efectiva. Lo está esperando mucha gente. Aunque la derechona y el capital se opongan.
domingo, 28 de junio de 2020
miércoles, 24 de junio de 2020
75 aniversario del Desfile de la Victoria en Moscú
Tal
día como hoy de 1945 tuvo lugar en Moscú el Desfile de la
Victoria, con motivo
de la victoria de la URSS frente al fascismo alemán. Un día memorable, que se
desarrolló 47 días después de la firma en Berlín de la rendición del ejército
alemán. Presidido por Josif Stalin, contó con la presencia del general Georgui
Yukov, quien, como principal jefe militar del Ejército Rojo y artífice de la
victoria, estuvo al frente de las tropas que desfilaron por la Plaza Roja de la
capital soviética, que estaban compuestas por combatientes de los distintos
frentes de guerra.
La
contribución de la URSS a la derrota del nazismo alemán fue decisiva. Su
esfuerzo colectivo, no equiparable con el de las otras potencias aliadas, ha
sido eclipsado por la interesada propaganda occidental y en especial de EEUU.
Transmitida sobre todo a través del cine hollywoodiense, los medios de
comunicación insisten en airearla, sin que falten textos de historia en los
que, haciendo un flaco favor a la objetividad debida, sobredimensionan el papel
jugado por las tropas estadounidenses y británicas.
Olvidan
intencionadamente las derrotas alemanas en Stalingrado o Kursk, habidas en 1943
y que expulsaron al ejército invasor, y el avance del Ejército Rojo por
distintos territorios hasta llegar a Berlín. No fue hasta el verano de 1944
cuando las tropas de EEUU y Gran Bretaña desembarcaron e Normandía, cuyo avance
se vio facilitado por la concentración de la mayor parte de las divisiones
alemanas en el frente oriental.
Es
de justicia, pues, hacer un reconocimiento de ese esfuerzo. Y para la ocasión,
nada mejor que unos versos: los de Konstantin Simonov, un conocido poeta
soviético, que trabajó como corresponsal durante los años de guerra. Versos de
amor, dedicados a quien luego fue su esposa, que ilustran el deseo de millones
de combatientes, hombre y mujeres, anhelantes de la paz y con ella del regreso
a sus hogares y el calor de los seres queridos.
Espérame
Espérame
que volveré.
Sólo
que la espera será dura.
Espera
cuando te invada la pena, mientras ves la lluvia caer.
Espera
cuando los vientos barran la nieve.
Espera
en el calor sofocante,
cuando
los demás hayan dejado de esperar, olvidando su ayer.
Espera
incluso cuando no te lleguen cartas de lejos.
Espera
incluso cuando los demás se hayan cansado de esperar.
Espera
incluso cuando mi madre e hijo crean que ya no existo,
y
cuando los amigos se sienten junto al fuego para brindar por mi memoria.
Espera.
No
te apresures a brindar por mi memoria tú también.
Espera,
porque volveré desafiando todas las muertes,
y
deja que los que no esperan digan que tuve suerte.
Nunca
entenderán que en medio de la muerte,
tú,
con tu espera, me salvaste.
Sólo
tú y yo sabemos cómo sobreviví.
Es
porque esperaste, y los otros no.
(Imagen: mural dedicado al general Yukov en la calle Arbat de
Moscú).
Gobierno PSOE-UP: vivir en la contradicción, pero saber resolverla
En efecto, el actual gobierno de coalición formado por el PSOE y Unidas Podemos vive entre contradicciones. Algo que resulta lógico, dadas las diferentes trayectorias de los dos grupos. Sólo en lo referente a lo acaecido en los últimos años, desde diciembre de 2015 hasta noviembre de 2020, no debemos olvidar los bandazos dados por el primero de esos grupos: el acuerdo con Ciudadanos con motivo de la investidura fallida de Pedro Sánchez en 2016; la "podemización" de Sánchez durante las primarias habidas en 2017, tras su descabezamiento al frente de su partido en septiembre de ese año; el acuerdo con todos los grupos de oposición en la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018; el apoyo de Unidas Podemos a los presupuestos generales del estado para 2019, que finalmente no fueron aprobados por la oposición de ERC; los obstáculos puestos por el PSOE para llegar a un acuerdo con Unidas Podemos sobre un gobierno de coalición tras elecciones de abril de 2019; y la formalización de dicho acuerdo en noviembre del mismo año, una vez que Sánchez falló en su estrategia de aumentar sus apoyos electorales.
Durante las sesiones de investidura celebradas se constataron varios hechos, de los que pueden destacarse dos. El principal, la dureza con la que se emplearon los tres grupos de la derecha españolista para atacar al gobierno naciente. Y en otro plano, el comportamiento de ERC, fuertemente condicionado por el contexto de Catalunya, teniendo que hilar muy fino para encontrar un equilibrio entre las dos caras del partido: el catalanismo independentista, donde compite con JxC, sobre todo, y la CUP; y ser de izquierdas.
La llegada de la pandemia lo ha trastocado todo, porque ha impedido que el programa de gobierno haya podido aplicarse dentro de un proceso previsto, incluidas las contradicciones internas que pudieran ir surgiendo. Estas últimas, principalmente, derivadas del control por parte del PSOE de las áreas económicas y de las relacionadas con el aparato del estado, y de las que asumió Unidas Podemos, más propias de los aspectos sociales.
En cierta medida estas contradicciones se han seguido dando desde la crisis de la pandemia, pero se han visto atenuadas por la gravedad de la situación. Se ha dado en la práctica un elevado nivel de consenso, concretado en las medidas de emergencia sanitaria y sociales tomadas, e incluso en el posicionamiento ante las interferencias habidas en algunos sectores de la judicatura y de las fuerzas de seguridad. Y todo ello en medio de la dureza sin precedentes ejercida por los grupos de la derecha españolista, los medios de comunicación de su órbita y las redes sociales controladas por la extrema derecha. Las noticias falsas, los bulos, las medias verdades o las falsificaciones han estado a la orden del día y así siguen. La única excepción ha sido el cambio habido en las últimas semanas en Ciudadanos, buscando una estrategia más moderada que evite su debacle definitiva.
Además de todo lo anterior, dos asuntos de otra índole han trascendido en las últimas semanas: la investigación por la justicia suiza, abierta también por la fiscalía española, sobre varios posibles delitos económicos del rey emérito habidos al menos durante su reinado; y la salida a la luz de unos documentos de la CIA en los que se reconoce la responsabilidad directa del gobierno de Felipe González en la formación de los GAL.
El Congreso se ha hecho eco de ambas cosas y desde los grupos nacionalistas se han solicitado sendas comisiones de investigación. La primera, apoyada desde el primer momento por Unidas Podemos, y la segunda, tras algunas dudas iniciales. En los dos casos se ha producido la coincidencia de PSOE, PP y Vox, que en la Mesa de esa cámara han votado en contra de que se constituyan dichas comisiones. Y en el caso del emérito, con la ayuda de un informe de los letrados.
Vemos, pues, a un PSOE atrapado por su ligazón directa con una de las instituciones básicas del consenso de la Transición, esto es la monarquía; y atrapado por el miedo a generar un conflicto interno en su partido. En realidad, no tanto miedo del conjunto del partido, como de quienes ahora lo dirigen. En estos casos les falta el atrevimiento necesario para romper con todo lo que huela a corrupto, provenga de la corona o de gobernantes. Y máxime cuando, en el caso de su partido, la persona más afectada pertenece a esa casta instalada en el sistema que presiona sin cesar para que todo siga igual.
Paradojas de la historia, han votado en la misma dirección los partidos que en su día estuvieron relacionados con esa célebre frase del "váyase, señor González". Quien la repetía sin cesar y quien la recibía están ahora en la misma trinchera.
Durante las sesiones de investidura celebradas se constataron varios hechos, de los que pueden destacarse dos. El principal, la dureza con la que se emplearon los tres grupos de la derecha españolista para atacar al gobierno naciente. Y en otro plano, el comportamiento de ERC, fuertemente condicionado por el contexto de Catalunya, teniendo que hilar muy fino para encontrar un equilibrio entre las dos caras del partido: el catalanismo independentista, donde compite con JxC, sobre todo, y la CUP; y ser de izquierdas.
La llegada de la pandemia lo ha trastocado todo, porque ha impedido que el programa de gobierno haya podido aplicarse dentro de un proceso previsto, incluidas las contradicciones internas que pudieran ir surgiendo. Estas últimas, principalmente, derivadas del control por parte del PSOE de las áreas económicas y de las relacionadas con el aparato del estado, y de las que asumió Unidas Podemos, más propias de los aspectos sociales.
En cierta medida estas contradicciones se han seguido dando desde la crisis de la pandemia, pero se han visto atenuadas por la gravedad de la situación. Se ha dado en la práctica un elevado nivel de consenso, concretado en las medidas de emergencia sanitaria y sociales tomadas, e incluso en el posicionamiento ante las interferencias habidas en algunos sectores de la judicatura y de las fuerzas de seguridad. Y todo ello en medio de la dureza sin precedentes ejercida por los grupos de la derecha españolista, los medios de comunicación de su órbita y las redes sociales controladas por la extrema derecha. Las noticias falsas, los bulos, las medias verdades o las falsificaciones han estado a la orden del día y así siguen. La única excepción ha sido el cambio habido en las últimas semanas en Ciudadanos, buscando una estrategia más moderada que evite su debacle definitiva.
Además de todo lo anterior, dos asuntos de otra índole han trascendido en las últimas semanas: la investigación por la justicia suiza, abierta también por la fiscalía española, sobre varios posibles delitos económicos del rey emérito habidos al menos durante su reinado; y la salida a la luz de unos documentos de la CIA en los que se reconoce la responsabilidad directa del gobierno de Felipe González en la formación de los GAL.
El Congreso se ha hecho eco de ambas cosas y desde los grupos nacionalistas se han solicitado sendas comisiones de investigación. La primera, apoyada desde el primer momento por Unidas Podemos, y la segunda, tras algunas dudas iniciales. En los dos casos se ha producido la coincidencia de PSOE, PP y Vox, que en la Mesa de esa cámara han votado en contra de que se constituyan dichas comisiones. Y en el caso del emérito, con la ayuda de un informe de los letrados.
Vemos, pues, a un PSOE atrapado por su ligazón directa con una de las instituciones básicas del consenso de la Transición, esto es la monarquía; y atrapado por el miedo a generar un conflicto interno en su partido. En realidad, no tanto miedo del conjunto del partido, como de quienes ahora lo dirigen. En estos casos les falta el atrevimiento necesario para romper con todo lo que huela a corrupto, provenga de la corona o de gobernantes. Y máxime cuando, en el caso de su partido, la persona más afectada pertenece a esa casta instalada en el sistema que presiona sin cesar para que todo siga igual.
Paradojas de la historia, han votado en la misma dirección los partidos que en su día estuvieron relacionados con esa célebre frase del "váyase, señor González". Quien la repetía sin cesar y quien la recibía están ahora en la misma trinchera.
El gobierno
de coalición, en efecto, vive entre contradicciones. Investigar es poner las cosas claras. Y que lo haga el Congreso no supone ninguna interferencia a que lo hagan la justicia. Resulta necesario saber resolver las contradicciones, pues de lo contrario…
(Imágenes: montaje hecho desde sendas viñetas de Puebla y Eneko, publicadas respectivamente en en ABC y Público).
martes, 23 de junio de 2020
Estandarte Amatista, una novela de David Chamorro L.
Hace un par de semanas acabé de leer la novela Estandarte Amatista (Universo de las Letras, 2020), obra de David Chamorro L. Cuando su hermana me la ofreció, no dudé en adquirirla: su autor, como ella misma, fue alumno mío en el instituto Trafalgar durante los años 90.
Estamos ante una novela extensa (700 páginas), lo que no impide que su lectura resulte amena. Podría ser incluida dentro del género de la novela histórica, pero, en mi opinión, quizás no lo sea en sentido estricto. Otra cosa es que, en su desarrollo, la preocupación por desentrañar determinadas situaciones históricas pueda llevar a incluirla en ese género.
Estamos ante una novela extensa (700 páginas), lo que no impide que su lectura resulte amena. Podría ser incluida dentro del género de la novela histórica, pero, en mi opinión, quizás no lo sea en sentido estricto. Otra cosa es que, en su desarrollo, la preocupación por desentrañar determinadas situaciones históricas pueda llevar a incluirla en ese género.
Está planteada desde una trama que tiene lugar en nuestros días, pero que tiene relación con algo ocurrido a principios del siglo XVI, lo que hace que se trate de dos historias paralelas, cada una con un protagonista principal: Thiago Malia (un guiño a Barbate, el municipio natal del autor) y Quinto Gálvez. El primero, un joven, atrevido y descreído profesor universitario de Historia Antigua; y el segundo, un humilde monje jerónimo, experto en la traducción de textos bíblicos del griego al latín. Y los dos, como se escribe en la contraportada del libro: "Peones de un tablero orquestado por diferentes y poderosos intereses encontrados".
Los otros personajes de la historia actual pertenecen en su mayoría a dos grupos religiosos integristas rivales, a los que se pone nombres ficticios: de un lado, Elegidos, un grupo que defiende un cristianismo alejado del papado romano; y de otro, Viam Dei, defensor de la ortodoxia católica, a cuyos miembros no les importa hacer de los asesinatos el medio para combatir al anterior. Hay una mención a personajes reales de nuestros días, como ocurre con dos relacionados con el robo de bebés durante el régimen franquista y la Transición: sor María y el doctor Vela. No falta la alusión a la realidad del tránsito de inmigrantes a través del Mediterráneo. Y en el caso del siglo XVI, tampoco falta la presencia de personajes históricos como Antonio de Nebrija, el cardenal Cisneros y hasta el emperador Carlos, y del maremágnum político-religioso por donde pululan inquisidores, erasmistas, neoconversos y judíos.
El elemento clave de la trama de la novela es el Evangelio de Judas, escrito desde lo que se denomina como Fuente Q, y centro de disputa en medio del conjunto de textos que potencialmente conforman el Nuevo Testamento: desde los evangelios, canónicos o apócrifos, hasta las Epístolas de Pablo o los Hechos de los Apóstoles. Conseguir llegar a la única copia del citado Evangelio, guardada en el Vaticano y traducida al latín por Quinto Gálvez, es el objetivo que se ha marcado Elegidos. Evitarlo, el de Viam Dei. Y como la cabeza que debe traducir el texto está Thiago Malia, que se ve atrapado, sin quererlo, por un doble afán: averiguar quiénes son sus padres biológicos, pues sabe que es una de las víctimas de la trata de menores; y hacerse valer como investigador, pues en su departamento universitario no deja de ser considerado una oveja negra, ya que prefiere el empleo de fuentes escritas, incluidas lenguas "muertas" como el arameo, frente a las arqueológicas.
No voy a meterme en las referencias constantes acerca del valor histórico de las distintas fuentes escritas de los primeros momentos del cristianismo. Tampoco a las interpretaciones teológicas y en ellas, del papel jugado por personajes como Pedro o Pablo, de la veracidad del contenido de los diferentes textos, oficiales o no, del Nuevo Testamento, o de la naturaleza de la institución del papado. Eso merece otro tratamiento*, que no es lo que nos ocupa en esta ocasión. Me interesa la novela en lo que contiene y cómo está estructurada. Lo que, según mi humilde opinión, resulta más que interesante. Quizás, salvo ciertas exageraciones en las vicisitudes sufridas por el protagonista principal, Thiago Malia, con demasiadas situaciones de riesgo mortal a sus espaldas, y alguna cosa más.
El pero que pongo no está en la novela en sí, sino en su presentación. Adolece de un cuidado formal que deber ser corregido cuando, si así ocurre, se haga una reedición. Necesita una mejora de los signos de puntuación, la ortografía, algunos aspectos del estilo y dar uniformidad a la tipografía. Son los riesgos de las autoediciones.
Y para acabar, me llama la atención el doble mensaje que -creo- pretende el autor: apostar por el conocimiento, esto es, la necesidad de saber todo lo que sea necesario; y alertar sobre los dogmas, que siempre llevan a la intransigencia.
En todo caso, felicito al autor por su ambiciosa propuesta y el buen resultado conseguido, que espero que tenga su continuidad con otras obras. Da gusto que en este pequeño municipio que mira al continente vecino surjan personas dispuestas a hacer valer lo que pueden y saben.
* Entre las obras que pueden ayudar a entender la realidad del cristianismo de los primeros momentos, me atrevo a mencionar cuatro: A. Kryvelev, Historia atea de las religiones, v. I (Madrid, Júcar, 1982); Gonzalo Puente Ojea, Ideología e historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico (Madrid, Siglo XXI, 1984); Gonzalo Puente Ojea, El mito de Cristo (Madrid, Siglo XXI, 2000); y Karlheinz Deschner, El credo falsificado (Tafalla, Txalaparta, 2005).
domingo, 21 de junio de 2020
Sumarse a la campaña Premio Nobel de la Paz para la Brigada Médica Internacional Cubana
Me he sumado a la Campaña para el Premio Nobel a Cuba, que promueve la nominación de la Brigada
Médica Internacional Cubana "Henry Reeve" para recibir el Premio Nobel de la Paz
2021. Una iniciativa que me parece justa por el significado solidario que contiene.
Cuba tiene una larga trayectoria de participación en misiones sanitarias por distintos países del mundo, en especial los más pobres y aquellos que, siéndolo, han sufrido algún tipo de catástrofe grave. Dispone para ello no sólo de su vocación de cooperación internacionalista, sino de un capital humano sólidamente preparado para intervenir allí donde se le demanda. El sector biosanitario cubano está en la vanguardia mundial de la investigación y su aplicación, pese a los obstáculos derivados del bloqueo económico que ejerce el gobierno de EEUU, que dificulta, entre otras cosas, la adquisición de los insumos necesarios para poder desarrollar en plenitud su potencial.
Como consecuencia de la pandemia mundial provocada por la covid-19 el gobierno cubano se ha puesto a disposición de aquellos países que necesiten de su cooperación. Y allí donde ha sido requerida se ha trasladado la Brigada Médica Internacional Cubana "Henry Reeve". El propio intelectual estadounidense Noam Chomsky ha llegado a declarar: "Cuba es el único país que ha mostrado un genuino internacionalismo durante la crisis del coronavirus".
Por otro lado, no está de más denunciar los intentos llevados a cabo por el gobierno de EEUU para desacreditar la labor llevada a cabo los y las profesionales de la sanidad cubana. Ha llegado a lanzar una campaña que, entre otras cosas, califica dicha labor humanitaria como "tráfico de personas". También está presionando a los distintos gobiernos para que rechacen la ayuda y, a la vez, está boicoteando la campaña para la nominación al Premio Nobel de la Brigada Médica Internacional. Con el fin de contrarrestarlo, se ha lanzado la iniciativa #CubaSalvaVidas, #CubaPorLaVida.
Invito a adherirse a la campaña Nobel Peace Prize for Cuban Doctors/Premio Nobel de la Paz para los Doctores Cubanos. Se lo merecen.
Cuba tiene una larga trayectoria de participación en misiones sanitarias por distintos países del mundo, en especial los más pobres y aquellos que, siéndolo, han sufrido algún tipo de catástrofe grave. Dispone para ello no sólo de su vocación de cooperación internacionalista, sino de un capital humano sólidamente preparado para intervenir allí donde se le demanda. El sector biosanitario cubano está en la vanguardia mundial de la investigación y su aplicación, pese a los obstáculos derivados del bloqueo económico que ejerce el gobierno de EEUU, que dificulta, entre otras cosas, la adquisición de los insumos necesarios para poder desarrollar en plenitud su potencial.
Como consecuencia de la pandemia mundial provocada por la covid-19 el gobierno cubano se ha puesto a disposición de aquellos países que necesiten de su cooperación. Y allí donde ha sido requerida se ha trasladado la Brigada Médica Internacional Cubana "Henry Reeve". El propio intelectual estadounidense Noam Chomsky ha llegado a declarar: "Cuba es el único país que ha mostrado un genuino internacionalismo durante la crisis del coronavirus".
Por otro lado, no está de más denunciar los intentos llevados a cabo por el gobierno de EEUU para desacreditar la labor llevada a cabo los y las profesionales de la sanidad cubana. Ha llegado a lanzar una campaña que, entre otras cosas, califica dicha labor humanitaria como "tráfico de personas". También está presionando a los distintos gobiernos para que rechacen la ayuda y, a la vez, está boicoteando la campaña para la nominación al Premio Nobel de la Brigada Médica Internacional. Con el fin de contrarrestarlo, se ha lanzado la iniciativa #CubaSalvaVidas, #CubaPorLaVida.
Invito a adherirse a la campaña Nobel Peace Prize for Cuban Doctors/Premio Nobel de la Paz para los Doctores Cubanos. Se lo merecen.
viernes, 19 de junio de 2020
Las finanzas del "rey caído" (The Times) que PSOE, PP y Vox no quieren que se investiguen en el Congreso
El diario británico The Times sacó ayer en su portada el siguiente titular: "Fallen king. Sex, money and the scandal that shook Spain", que traducido al castellano resulta de esta manera: "Rey caído. Sexo, dinero y el escándalo que ha sacudido a España".
Si ya el titular es altamente revelador, el artículo, firmado por Isambard Wilkilson, no deja lugar a dudas sobre su contenido (véase: The Times, Huffington Post y Público). En él se hace un repaso de los negocios que el rey emérito ha llevado a cabo mientras ocupaba el trono hasta 2016, con especial atención los realizados con las monarquías árabes del Golfo Pérsico. Se recuerda, así mismo, la investigación judicial que se está llevando a cabo en Suiza por posibles delitos de fraude a Hacienda y blanqueo de capitales. También, el anuncio el pasado mes de marzo por parte del Felipe VI de su renuncia a recibir la herencia paterna. Y no falta el recordatorio de que, sabedor de la imputación judicial suiza al menos desde hacía un año, hizo pública dicha renuncia precisamente cuando se iniciaba el confinamiento del país, un momento en el que impacto sobre la opinión pública iba a verse tamizado por la preocupación por la pandemia.
No le falta al periodista sentido del humor, quizás cargado de ironía británica, cuando suelta que en los desayunos palaciegos debe de haber una alta tensión, ante las noticias que publican los periódicos sobre los negocios turbulentos del padre. En todo caso, se resalta, que el temor a que el padre pueda sentarse en el banquillo no deja de ser algo muy peligroso para el futuro de la corona española.
A la espera del proceso judicial en Suiza, aquí la cosa se encuentra en una situación de suspense. Sabemos de la investigación iniciada desde la fiscalía del Tribunal Supremo, que ha solicitado información a las instancias jurisdiccionales suizas. Pero ignoramos el alcance que puede tener, tanto por las intenciones del fiscal dentro de su actuación como, si se da el caso, por lo que pueda hacer un tribunal donde hay una alta concentración de miembros de tendencia conservadora.
Por otro lado, los intentos en el Congreso por formar una comisión de investigación están resultando baldíos. Propuesta por la mayor parte de los grupos nacionalistas (ERC, EH-Bildu, JxC e Izquierda Confederal), se ha encontrado con la oposición de los letrados de la cámara, que han aducido que el rey emérito sigue gozando de inviolabilidad, y de la Mesa del Congreso, ante la negativa de PSOE, PP y Vox para que se constituya.
Unidas Podemos sostiene que el informe del grupo de letrados no es vinculante. Y, en todo caso, que no se pueda investigar la situación en que se encuentra el rey emérito es una postura injusta, dado que es de interés público que se sepa la verdad de las finanzas de quien ha ostentado hasta 2016 la jefatura del estado. Considera que estamos ante una "aplicación enormemente extensiva de la inviolabilidad real, argumentando que ésta no puede aplicarse a la presunta comisión de delitos en la actividad privada, sino que solamente debería aplicarse a aquellos actos de jefe del Estado refrendados por el Gobierno de España y, en ningún caso, a actos cometidos tras su abdicación como de hecho figura en la reforma de 2014 de la Ley Orgánica del poder judicial".
Hace unos días Javier Pérez Royo disertó sobre la decisión tomada por el grupo de letrados del Congreso y las repercusiones políticas que se derivan de ella. En su artículo "¿Puede ser interpretada la inviolabilidad del rey como una presunción de inocencia ‘iuris et de iure’?", publicado en eldiario.es, es rotundo: "Con esa interpretación de la inviolabilidad el rey se sitúa por encima de la Constitución, que se transformaría con ello en una suerte de 'Carta otorgada' del monarca a sus súbditos".
Más claro, agua.
Si ya el titular es altamente revelador, el artículo, firmado por Isambard Wilkilson, no deja lugar a dudas sobre su contenido (véase: The Times, Huffington Post y Público). En él se hace un repaso de los negocios que el rey emérito ha llevado a cabo mientras ocupaba el trono hasta 2016, con especial atención los realizados con las monarquías árabes del Golfo Pérsico. Se recuerda, así mismo, la investigación judicial que se está llevando a cabo en Suiza por posibles delitos de fraude a Hacienda y blanqueo de capitales. También, el anuncio el pasado mes de marzo por parte del Felipe VI de su renuncia a recibir la herencia paterna. Y no falta el recordatorio de que, sabedor de la imputación judicial suiza al menos desde hacía un año, hizo pública dicha renuncia precisamente cuando se iniciaba el confinamiento del país, un momento en el que impacto sobre la opinión pública iba a verse tamizado por la preocupación por la pandemia.
No le falta al periodista sentido del humor, quizás cargado de ironía británica, cuando suelta que en los desayunos palaciegos debe de haber una alta tensión, ante las noticias que publican los periódicos sobre los negocios turbulentos del padre. En todo caso, se resalta, que el temor a que el padre pueda sentarse en el banquillo no deja de ser algo muy peligroso para el futuro de la corona española.
A la espera del proceso judicial en Suiza, aquí la cosa se encuentra en una situación de suspense. Sabemos de la investigación iniciada desde la fiscalía del Tribunal Supremo, que ha solicitado información a las instancias jurisdiccionales suizas. Pero ignoramos el alcance que puede tener, tanto por las intenciones del fiscal dentro de su actuación como, si se da el caso, por lo que pueda hacer un tribunal donde hay una alta concentración de miembros de tendencia conservadora.
Por otro lado, los intentos en el Congreso por formar una comisión de investigación están resultando baldíos. Propuesta por la mayor parte de los grupos nacionalistas (ERC, EH-Bildu, JxC e Izquierda Confederal), se ha encontrado con la oposición de los letrados de la cámara, que han aducido que el rey emérito sigue gozando de inviolabilidad, y de la Mesa del Congreso, ante la negativa de PSOE, PP y Vox para que se constituya.
Unidas Podemos sostiene que el informe del grupo de letrados no es vinculante. Y, en todo caso, que no se pueda investigar la situación en que se encuentra el rey emérito es una postura injusta, dado que es de interés público que se sepa la verdad de las finanzas de quien ha ostentado hasta 2016 la jefatura del estado. Considera que estamos ante una "aplicación enormemente extensiva de la inviolabilidad real, argumentando que ésta no puede aplicarse a la presunta comisión de delitos en la actividad privada, sino que solamente debería aplicarse a aquellos actos de jefe del Estado refrendados por el Gobierno de España y, en ningún caso, a actos cometidos tras su abdicación como de hecho figura en la reforma de 2014 de la Ley Orgánica del poder judicial".
Hace unos días Javier Pérez Royo disertó sobre la decisión tomada por el grupo de letrados del Congreso y las repercusiones políticas que se derivan de ella. En su artículo "¿Puede ser interpretada la inviolabilidad del rey como una presunción de inocencia ‘iuris et de iure’?", publicado en eldiario.es, es rotundo: "Con esa interpretación de la inviolabilidad el rey se sitúa por encima de la Constitución, que se transformaría con ello en una suerte de 'Carta otorgada' del monarca a sus súbditos".
Más claro, agua.
El incombustible Felipe GonzáleX
Unos documentos de la CIA recientemente desclasificado han puesto al descubierto algo que se sospechaba: Felipe González dio la orden para que se crearan los grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Estamos ante el famoso señor X. Nada menos que con quien fuera jefe de gobierno entre los años 1982 y 1996. Pese a su retirada de la política activa, González no ha dejado de estar presente en lo habido y por haber: dentro de su partido, en el escenario español y en los foros latinoamericanos. Muy distante de José Luis Rodríguez Zapatero durante su mandato, no ha dado tregua al actual gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, presidido por Pedro Sánchez. Su alineamiento ha estado siempre del lado del sistema, coincidiendo en muchas cosas con el que fue antaño su duro opositor, con José María Aznar. Estuvo entre quienes en 2016 defenestraron a Sánchez de la secretaría general del partido, defiende una coalición de gobierno PP-PSOE, no le gusta eso del ingreso mínimo vital, no quiere que se cuestione la monarquía y ni siquiera desde la figura corrupta del rey emérito... En su afán por desacreditar al gobierno, ha llegado a definirlo como "el camarote de los hermanos Marx". En el ámbito latinoamericano se ha alineado con las posiciones más duras en relación a Venezuela y, por supuesto, en la línea del gobierno de EEUU. Y todo ello lo hace desde una posición económica personal más que cómoda: al frente de una jugosa consultoría orientada a empresas internacionales, como asesor del multimillonario mexicano Carlos Slim o presente durante un tiempo en el consejo de administración de Gas Natural. Verdaderamente, este GonzáleX sigue resultando incombustible.
martes, 16 de junio de 2020
La derechona religiosa, sobre el Diablo que dice que anda suelto
La derechona religiosa, que en España se expresa principalmente en forma católica, se ha lanzado al ataque. La pandemia de la covid-19 está siendo la excusa preferida, pero no es la única. La unidad de España está también de por medio y sin que falten, claro está, alusiones al aborto, la homosexualidad o lo que llaman "ideología de género".
Cuando hace un par de meses el gobierno anunció lo del ingreso mínimo vital, los portavoces de la Iglesia también participaron del discurso de la derechona política sobre eso de la "paguita" y demás. Si bien, finalmente, han dado marcha atrás, quizás por vergüenza, después que Cáritas manifestara su apoyo a la medida.
Pero volviendo a las cosas del Diablo, he aquí tres ejemplos recientes sobre las cosas que se dicen en esos círculos.
Jorge Fernández Díaz, numerario del Opus Dei y exministro de Interior, dijo el otro día en una entrevista que en 2015 el ya por entonces Papa emérito Benedicto XVI le advirtió, en relación a Catalunya, que "el Diablo quiere destruir España".
El domingo pasado le tocó el turno a Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, que en la misa celebrada con motivo de la fiesta del Corpus Christi lanzó una admonición sobre los intentos para encontrar una vacuna que prevenga del virus de la covid-19: "El Demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones. Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados".
Y hoy mismo José Luis Mendoza Pérez, militante neocatecumenal y presidente de la Fundación San Antonio, propietaria de la Universidad Católica de Murcia, se ha explayado sobre la pandemia y la vacuna. Entre otras sandeces ha soltado: "Son las fuerzas del mal. Las fuerzas oscuras del mal. En cada
generación aparece el anticristo y aquellos que le sirven con gran poder
queriendo usurpar el nombre de Dios".
(Imagen: figura del Diablo en la fachada de la catedral de Amiens).
(Imagen: figura del Diablo en la fachada de la catedral de Amiens).
domingo, 14 de junio de 2020
El "chirrido" del señor Pérez Reverte
Arturo Pérez Reverte es de las personas a las que les gusta sentar cátedra cuando defienden sus opiniones. En su caso lo hace en entrevistas, en sus columnas de opinión (bien pagadas) y también en las redes sociales, donde últimamente se prodiga bastante. Más de una vez (contando por lo bajo) se ha pasado de frenada. Y en esta ocasión lo ha hecho cuando corregía al ministro de Sanidad, que soltó el verbo "interlocutar" en una de sus comparecencias diarias ante los medios de comunicación. El problema es que en su mensaje de tuíter (como ha publicado Público) el famoso escritor lo que ha hecho ha sido cometer un error gramatical, que a la postre resulta más grave que el neologismo empleado por el ministro. Y más, siendo él un miembro de la Real Academia de la Lengua, algo de lo que tanto presume. El caso es que en su mensaje soltó un "y he chirriado tanto los dientes", en vez de "me han chirriado tanto mis dientes" o "han chirriado tanto mis dientes". Esto es, hizo transitivo lo que es un verbo intransitivo. Metafóricamente sus palabras han provocado un chirrido.
EEUU: la otra cara del considerado como paraíso de la libertad
Llevamos varias semanas bajo el impacto de la muerte/asesinato de George Lloyd y su repercusión en buena parte de la sociedad estadounidense y también en el mundo. Ya sabemos que no fue un caso aislado, sino expresión estructural de un sistema que entiende la violencia como forma de sumisión de la gente más débil.
Pues bien, esta mañana he leído en el diario As una noticia que pone de manifiesto, una vez más, la crueldad del sistema preponderante en EEUU. En esta ocasión en un asunto de otra naturaleza, relacionado con la salud pública y la sanidad.
Un enfermo de covid-19 de 70 años de edad, tras 62 días ingresado en un hospital -privado, por supuesto- de la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, ha recibido una factura de 1,1 millones de dólares (alrededor 675.000 euros) por la atención médica recibida, en la que sólo el coste de la habitación era de casi 10.000 dólares diarios (5.865 euros). Al parecer no ha de pagar todo el importe, sino una parte, dado que el seguro medicare, un programa sostenido con fondos públicos, se hará cargo del resto.
Si eso resulta de por sí sorprendente desde la perspectiva europea, hay otro aspecto que agrava el caso: el sentimiento de culpa del afectado. Ya en el primer momento le dijo a su esposa que era un gasto que no podían permitirse y finalmente, tras su salida del hospital, manifestó: "me siento culpable por sobrevivir. Hay una sensación de '¿por qué yo?'. Mirar el increíble costo de todo se suma a la culpa por sobrevivir".
Sí, ése es el país considerado paraíso de la libertad y de la opulencia. Incapaz de prestar atención a un derecho humano fundamental: el de la salud. Y lo que es peor, que buena parte de quienes viven en él no tengan la conciencia social de que los derechos son parte de una visión de la vida basada en la solidaridad humana. Ajena, pues, al individualismo capitalista.
Post scriptum
Me acaba de contestar mi amiga María José con el enlace de una noticia aparecida en el periódico La Vanguardia el pasado 5 de junio: "Muere el cámara español afincado en Estados Unidos". Más de lo mismo.
Pues bien, esta mañana he leído en el diario As una noticia que pone de manifiesto, una vez más, la crueldad del sistema preponderante en EEUU. En esta ocasión en un asunto de otra naturaleza, relacionado con la salud pública y la sanidad.
Un enfermo de covid-19 de 70 años de edad, tras 62 días ingresado en un hospital -privado, por supuesto- de la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, ha recibido una factura de 1,1 millones de dólares (alrededor 675.000 euros) por la atención médica recibida, en la que sólo el coste de la habitación era de casi 10.000 dólares diarios (5.865 euros). Al parecer no ha de pagar todo el importe, sino una parte, dado que el seguro medicare, un programa sostenido con fondos públicos, se hará cargo del resto.
Si eso resulta de por sí sorprendente desde la perspectiva europea, hay otro aspecto que agrava el caso: el sentimiento de culpa del afectado. Ya en el primer momento le dijo a su esposa que era un gasto que no podían permitirse y finalmente, tras su salida del hospital, manifestó: "me siento culpable por sobrevivir. Hay una sensación de '¿por qué yo?'. Mirar el increíble costo de todo se suma a la culpa por sobrevivir".
Sí, ése es el país considerado paraíso de la libertad y de la opulencia. Incapaz de prestar atención a un derecho humano fundamental: el de la salud. Y lo que es peor, que buena parte de quienes viven en él no tengan la conciencia social de que los derechos son parte de una visión de la vida basada en la solidaridad humana. Ajena, pues, al individualismo capitalista.
Post scriptum
Me acaba de contestar mi amiga María José con el enlace de una noticia aparecida en el periódico La Vanguardia el pasado 5 de junio: "Muere el cámara español afincado en Estados Unidos". Más de lo mismo.
martes, 9 de junio de 2020
El parón (por ahora) en la ofensiva de la derechona y la imputación al rey emérito
La ofensiva de la derechona en las dos últimas semanas se ha rebajado. Por ahora. En gran medida, porque los ataques lanzados no han resultado tan eficaces, yerros incluidos, pero no sólo. Veamos.
Las diligencias abiertas por la jueza Rodríguez-Medel contra del Delegado de Gobierno de Madrid sobre el 8-M están siendo cuestionadas. Primero, por haber mostrado una clara incompetencia y, además, porque existe la posibilidad de haber sido ella la que haya cometido un delito. La actuación iniciada desde la abogacía del estado, cuestionando esa actuación, no tiene lugar a dudas. Como tampoco la tiene que la fiscalía de Madrid haya pedido que se archive la causa.
En el caso del informe sobre el 8-M elaborado en la Guardia Civil, y avalado por el coronel Pérez de los Cobos, parece que el ridículo de su contenido ha llevado, también por ahora, al silencio. Desde la derechona se defendió al coronel en base a sus glorias pasadas. También hubo un segundo informe. Pero no es menos cierto que en esas esferas de la Guardia Civil hay demasiadas cosas turbias que se están empezando a investigar. Sin contar el hecho de que el contenido del último informe, con iguales despropósitos que el primero, lejos de haber aclarado las cosas, las ha puesto peor.
Por otra parte, Pablo Casado y la marquesa Cayetana dieron muestras de una gran dureza verbal durante el pleno del Congreso, pidiendo la destitución del ministro del Interior. Pero de la noche a la mañana el líder pepero ha empezado a hacer gala de estar al frente de un partido moderado del que dice que no está crispando el ambiente. Y en cuanto a su rumbera, para que no desentone tanto, le han vuelto a decir que se calle.
Tampoco estuvo suave en el Congreso el jinete Abascal. Eufórico por las correrías callejeras en los barrios ricos y las concentraciones de coches en algunas ciudades, hizo gala de su estilo faltón y mentiroso. Pero no han ido más allá, salvo seguir repitiendo su discurso machacón de la españolidad, las "paguitas" y demás.
Y algo que está resultando de gran gravedad -y, como consecuencia, peligroso para el PP- es la gestión sanitaria del gobierno de la Comunidad de Madrid. Concretamente, en lo concerniente al trato recibido por las personas mayores, después que se frenara el traslado desde las residencias hacia los hospitales. Y lo que se sospechaba, ahora tiene la rotundidad de las pruebas: han aparecido los protocolos escritos que se elaboraron y el propio consejero de Asuntos Sociales -de Ciudadanos- lo ha confirmado, incluyendo las advertencias que hizo en su día a través de correos electrónicos. A ello se unen las denuncias que se siguen haciendo por parte del personal de dichas residencias, el testimonio-denuncia de la propia presidenta de la patronal del sector o las denuncias que se están haciendo por parte de familiares afectados.
Hasta ahora el PP ha buscado focalizar en el gobierno central la responsabilidad de las muertes derivadas de la pandemia. Pero, por lo que se está demostrando, es ese partido, en lo que corresponde a la gestión sanitaria hecha en Madrid e incluso en Castilla y León, el que tiene mucho que ver con las graves consecuencias ocasionadas por la pandemia en ese tramo de edad. Si a ello se une la guerra interna entre el PP y Ciudadanos, no sabemos cómo acabará la cosa.
Y ayer, para más inri, salió lo del rey emérito. Sí, la investigación iniciada por un fiscal del Tribunal Supremo sobre el cobro de comisiones millonarias por la construcción de un tren de alta velocidad en Arabia Saudí. Una continuación de la imputación que tiene en Suiza. No sabemos cómo acabará la cosa, porque estamos en una tesitura compleja: sí se sabe lo que hizo el emérito, que resulta evidente; pero se trata de dirimir si puede acogerse o no a la inmunidad que, como monarca, le otorgó la Constitución hasta 2014, cuando se vio obligado a abdicar, cacerías y amantes incluidas.
Y en todas estas cosas estamos, que no son pocas.
Las diligencias abiertas por la jueza Rodríguez-Medel contra del Delegado de Gobierno de Madrid sobre el 8-M están siendo cuestionadas. Primero, por haber mostrado una clara incompetencia y, además, porque existe la posibilidad de haber sido ella la que haya cometido un delito. La actuación iniciada desde la abogacía del estado, cuestionando esa actuación, no tiene lugar a dudas. Como tampoco la tiene que la fiscalía de Madrid haya pedido que se archive la causa.
En el caso del informe sobre el 8-M elaborado en la Guardia Civil, y avalado por el coronel Pérez de los Cobos, parece que el ridículo de su contenido ha llevado, también por ahora, al silencio. Desde la derechona se defendió al coronel en base a sus glorias pasadas. También hubo un segundo informe. Pero no es menos cierto que en esas esferas de la Guardia Civil hay demasiadas cosas turbias que se están empezando a investigar. Sin contar el hecho de que el contenido del último informe, con iguales despropósitos que el primero, lejos de haber aclarado las cosas, las ha puesto peor.
Por otra parte, Pablo Casado y la marquesa Cayetana dieron muestras de una gran dureza verbal durante el pleno del Congreso, pidiendo la destitución del ministro del Interior. Pero de la noche a la mañana el líder pepero ha empezado a hacer gala de estar al frente de un partido moderado del que dice que no está crispando el ambiente. Y en cuanto a su rumbera, para que no desentone tanto, le han vuelto a decir que se calle.
Tampoco estuvo suave en el Congreso el jinete Abascal. Eufórico por las correrías callejeras en los barrios ricos y las concentraciones de coches en algunas ciudades, hizo gala de su estilo faltón y mentiroso. Pero no han ido más allá, salvo seguir repitiendo su discurso machacón de la españolidad, las "paguitas" y demás.
Y algo que está resultando de gran gravedad -y, como consecuencia, peligroso para el PP- es la gestión sanitaria del gobierno de la Comunidad de Madrid. Concretamente, en lo concerniente al trato recibido por las personas mayores, después que se frenara el traslado desde las residencias hacia los hospitales. Y lo que se sospechaba, ahora tiene la rotundidad de las pruebas: han aparecido los protocolos escritos que se elaboraron y el propio consejero de Asuntos Sociales -de Ciudadanos- lo ha confirmado, incluyendo las advertencias que hizo en su día a través de correos electrónicos. A ello se unen las denuncias que se siguen haciendo por parte del personal de dichas residencias, el testimonio-denuncia de la propia presidenta de la patronal del sector o las denuncias que se están haciendo por parte de familiares afectados.
Hasta ahora el PP ha buscado focalizar en el gobierno central la responsabilidad de las muertes derivadas de la pandemia. Pero, por lo que se está demostrando, es ese partido, en lo que corresponde a la gestión sanitaria hecha en Madrid e incluso en Castilla y León, el que tiene mucho que ver con las graves consecuencias ocasionadas por la pandemia en ese tramo de edad. Si a ello se une la guerra interna entre el PP y Ciudadanos, no sabemos cómo acabará la cosa.
Y ayer, para más inri, salió lo del rey emérito. Sí, la investigación iniciada por un fiscal del Tribunal Supremo sobre el cobro de comisiones millonarias por la construcción de un tren de alta velocidad en Arabia Saudí. Una continuación de la imputación que tiene en Suiza. No sabemos cómo acabará la cosa, porque estamos en una tesitura compleja: sí se sabe lo que hizo el emérito, que resulta evidente; pero se trata de dirimir si puede acogerse o no a la inmunidad que, como monarca, le otorgó la Constitución hasta 2014, cuando se vio obligado a abdicar, cacerías y amantes incluidas.
Y en todas estas cosas estamos, que no son pocas.
viernes, 5 de junio de 2020
La violencia policial se ceba sobre un anciano en EEUU
jueves, 4 de junio de 2020
La jueza, el coronel y el ministro, con la derechona más que apretando
Hace una semana publiqué la entrada “Cuidado con los golpes de estado, que no son una broma”.
Podría pensarse que estaba exagerando, pero según han ido pasando los días, más
me reafirmo en lo que escribí. Creo que sabemos muy poco y tengo la sospecha de
que se pretende algo más gordo. Ya advirtió a principios de año Joaquín Urías que “La derecha española, cada vez que pierde la
mayoría electoral, se atrinchera en el poder judicial”. Lo que no sabíamos en
ese momento era cuál iba a ser el pretexto para llevarlo a cabo. Y parece que
ser que la crisis derivada de la pandemia de la covid-19 está ofreciendo el
contexto desde el que extraer el motivo para la ocasión.
¿Y cuál ha sido el
elegido? Pues, como estamos viendo, lo relacionado con la manifestación del 8-M
en Madrid. Se ha empezado con la imputación por parte de la jueza Carmen Rodríguez-Medel sobre José Manuel Franco Pardo, delegado del gobierno en la Comunidad de Madrid. Y ahora estamos con la ofensiva a toda regla que han lanzado los tres grupos de la derechona contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
A continuación voy a referirme a cuatro artículos publicados en eldiario.es, escritos por juristas de prestigio: el catedrático Javier Pérez Royo y el que fuera magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín.
Que todavía haya jueces “con
un desconocimiento tan flagrante de la teoría general de los derechos
fundamentales”
Hace
unos días, el 26 de mayo, leí el artículo de Pérez Royo titulado “Prevaricación administrativa o ignorancia judicial”. Puso en duda la calidad jurídica de la actuación de la jueza
Carmen Rodríguez-Medel, aunque sin nombrarla. Argumentó para ello que
“La autoridad administrativa, en lo que al ejercicio de los
derechos fundamentales se refiere, no tiene NUNCA ni la primera ni la última
palabra. La primera la tienen los ciudadanos. La última, eventualmente, el juez”.
Añadió,
a su vez:
“Todas las autoridades administrativas, no solo la de Madrid, sino
la competente en todos los municipios en que hubo manifestaciones, tuvieron
conocimiento de la convocatoria y ninguna de ellas consideró que había alguna
razón que justificara impedir o condicionar su celebración”.
No
le faltó aclarar que
“El delito de prevaricación supone que la autoridad, judicial o
administrativa, sustituye la voluntad constituyente o la voluntad general por
la suya propia”.
Y
concluyó de esta forma:
“Es tan evidente lo que escribo que causa hasta un cierto sonrojo
tener que ponerlo por escrito. En todo caso, lo que resulta difícilmente
comprensible es que, tras más de 40 años de entrada en vigor de la
Constitución, haya jueces en activo con un desconocimiento tan flagrante de la
teoría general de los derechos fundamentales”.
La jueza, los guardias
civiles y el coronel
Tres
días después el mismo autor ahondaba en lo ocurrido en el artículo “El mundo al revés”. Esta vez con nombres y
apellidos, se refirió por separado a tres de los actores implicados en la imputación
del delegado de gobierno de Madrid.
Sobre
la jueza Carmen Rodríguez-Medel formuló una serie de preguntas, teniendo como hilo
conductor se era ella la que podría haber cometido un delito. Y acabó diciendo
que
“si fuera el Delegado del Gobierno de la Comunidad de Madrid,
solicitaría a la jueza una respuesta a todas estas preguntas, ya que, de no
recibir una respuesta "ajustada a derecho" a las mismas, podría
proceder penalmente contra ella. No me limitaría simplemente a recurrir el auto
de la jueza, sino que la denunciaría porque el auto supone una decisión
imposible de justificar con ninguna de las reglas de interpretación comúnmente
aceptadas en el mundo del derecho”.
En
lo referente a la unidad de la Guardia Civil que está llevando la investigación
y elaboró el primer informe (el único, entonces), hizo lo propio, empezando con
unas preguntas acerca de si su conducta podáis ser constitutiva de delito, para
concluir:
“Si fuera el Delegado del Gobierno, interrogaría a los autores del
informe y, en el supuesto de que quedara acreditada una conducta torticera en
la elaboración del mismo, procedería penalmente contra ellos”.
Finalmente,
en el caso del coronel Diego Pérez de los Cobos, la primera de las preguntas que
formulaba Pérez Royo no dejaba lugar a dudas:
“¿Puede el coronel Pérez de los Cobos pretender que no tiene la
obligación de comprobar que sus subordinados no ejercen su tarea de una manera
tan desviada que linda con lo delictivo?”.
Como
tampoco lo dejaba la forma tan rotunda con la que concluía:
“El Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, si ha cometido
algún error, es no haberse dado cuenta de qué maniobras se estaban poniendo en
marcha dentro de un cuerpo de seguridad del Estado, como es la Guardia Civil,
sobre el que tiene la responsabilidad última. Lo que ha ocurrido con el informe
solicitado por la jueza Rodríguez-Medel no debería haber ocurrido, porque no
deberían estar en el puesto en que estaban las personas que lo elaboraron, lo
que a su vez quiere decir que tampoco debería haberlo estado el coronel Pérez
de los Cobos”.
La jueza y el
dedo del coronel
El
31 de mayo fue José Antonio Martín Pallín el que se lanzó a la palestra con su
artículo “El dedo y la Luna”, haciendo uso en el título del conocido proverbio oriental. Se centró
en las actuaciones llevadas a cabo por la jueza Carmen Rodríguez-Medel, de un lado,
y por el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos y los redactores
del informe enviado a la jueza, de otro, desentrañando los errores cometidos,
la ignorancia demostrada y hasta los posibles delitos que podrían haber cometido.
La
secuencia que hizo de la actuación de la jueza resulta altamente preocupante,
no por lo que nos contó, sino por lo que dicha jueza ha hecho. Ya de entrada,
dejó claro algo evidente:
“Con una ligereza y falta de ponderación preocupante en una
persona que ostenta un poder y una responsabilidad jurisdiccional, admite a
trámite, sin mayores argumentos que la cita de un informe del Centro Europeo
para la Prevención y el Control de las Enfermedades, que se dice fechado el 2
de marzo, cuando lo cierto es que ese organismos no acuerda recomendaciones
para hacer frente a la pandemia hasta el
18 de marzo. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud no
califica la epidemia como pandemia hasta el día 11 de marzo”.
Y
a continuación prosiguió con lo siguiente:
“en principio solo se fija en el delegado del Gobierno en Madrid y
no en los otros cincuenta y tantos delegados y subdelegados que autorizaron
manifestaciones ese día”;
(…)
“Al verse desautorizada por
un informe de su médico forense, que no puede establecer una relación de
causalidad entre la manifestación y los contagios, transforma la denuncia en un
delito de prevaricación administrativa”.
(…)
“El despropósito es todavía más palmario cuando se basa en una
simple denuncia de una persona que al parecer es abogado, y que una vez lanzada
la piedra esconde la mano y no ha tenido el más mínimo interés en facilitar los
datos complementarios que permitieran sustentar su descabellada iniciativa”.
(…)
“No deja de levantar razonables suspicacias que no recabase el
parecer del Ministerio Fiscal y decidiese seguir adelante con todas sus
consecuencias. Parece extraño que, para conocer el nivel de riesgo que existía
el día de la manifestación y sus posibilidades reales y directas de ocasionar
contagios e incluso muertes, recabase el informa de un coronel de la Guardia
Civil y no de un instituto científico especializado en pandemias o incluso
dirigirse a algún organismo internacional”.
(…)
“La función de juzgar no se puede dejar en manos de personajes
como la juez que está investigando sin grave deterioro de su credibilidad y
respeto por la ciudadanía. Por cierto que cometió un acto de ignorancia
inexcusable al considerar inicialmente como investigado al doctor Fernando
Simón”.
(…)
“Creo que alguien le ha debido avisar de que su metedura de pata
le podía llevar al borde de la prevaricación, por lo menos por impudencia grave
o ignorancia inexcusable, ya que el doctor Simón nunca podría dictar una
resolución administrativa. Esta elemental reflexión incluso se estudia en los
temas de las oposiciones a judicatura”.
En
cuanto al coronel y sus guardias civiles, Martín Pallín empezó haciendo una
aclaración que resulta más que pertinente:
“La Guardia Civil es un cuerpo sometido a la disciplina militar,
por lo tanto, las ordenanzas militares, en la parte que le son aplicables,
imponen el deber de comunicar a sus superiores y anotar en el orden del día la
puesta en marcha de una investigación a petición de un juzgado. Por supuesto no
tenía la obligación de informar sobre el desarrollo de las investigaciones, ya
que estaría infringiendo la ley”.
Luego
señaló un aspecto muy preocupante de la figura del coronel, al relacionarlo estrechamente
con la "policía patriótica". Y a continuación lanzó un torpedo a la
línea de flotación de dicho mando policial-militar y de sus subordinados:
“Por si alguien tenía alguna duda, su informe le ha retratado.
Parece el resultado de una ‘sagaz’ e incisiva investigación realizada por
Mortadelo y Filemón. Una persona que presume de profesionalidad no puede
avalar, sin sonrojo, este documento plagado de falsedades, invenciones y
juicios de valor”.
En
el artículo su autor se muestra pesimista, aunque deseando equivocarse. Y es
que, siguiendo con el símil de las fases de la Luna, el siguiente paso es el
Tribunal Supremo. Y... ¡ay!
El ministro se “muerde la
lengua”
Hoy
Pérez Royo ha sacado su tercer artículo sobre el asunto: “¿Mentir o morderse la lengua?”. ¿Y por qué ese título? Así lo expresa en un primer
momento:
“El ministro no podía decir la verdad, porque ello hubiera
supuesto dejar constancia en el diario de sesiones que el origen del cese
estaba en la ejecución desviada por el coronel Pérez de los Cobos de una
decisión presuntamente prevaricadora de la jueza de instrucción Rodríguez
Medel. Fernando Grande-Marlaska sabía que era así, pero no lo podía decir”.
Y
después de hacer varios razonamientos jurídicos, incluidos los referidos por
Martín Pallín, redundó en ello, pero con un añadido:
“Al ministro se le pregunta por un cese que tiene su origen en una
conducta presuntamente delictiva de una jueza de Instrucción y en una conducta
irregular por parte de un coronel de la Guardia Civil. Y lo que hace es ‘morderse
la lengua’ y contestar evasivamente, situando el cese en una reestructuración
administrativa, lo que, muy probablemente, es además así”.
¿Dónde estamos?
Ya
que estamos metido en artículos, recomiendo dos publicados ayer por sendos
periodistas. Uno, en eldiario.es, escrito por su director, Ignacio
Escolar: “Todo lo que olvidan quienes piden la dimisión del ministro del Interior”. Y el otro, más extenso y complejo en su lectura, pero lleno de
interés, aparecido en Público y obra de Patricia López: “Las cloacas que Marlaska no ha limpiado”.
Y
en eso estamos.
(Imagen: fotografía de Kiko Huesca, en eldiario.es).
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