Notas preliminares
De la existencia de Isabel Mesa Delgado supe hace unos cuantos años cuando estuve investigando sobre los pormenores de la gestación y organización de la revista Mujeres Libres, que tenía como objetivos elevar la conciencia de las mujeres sobre su situación y, a la vez, "captarlas" y "capacitarlas" en el seno del movimiento libertario. Como fruto de ese trabajo en 2003 -hace ya casi dos décadas- se publicó mi libro Anarcofeminismo en España. La revista Mujeres Libres antes de la guerra civil, que fue editado por la Fundación Anselmo Lorenzo. Con posterioridad he participado en algunos actos relacionados sobre el tema (1) y también he escrito algunos artículos (2), dos de los cuales han estado dedicados a mujeres humildes y voluntariosas que estuvieron presentes en los primeros pasos de la revista: la jerezana Mª Luisa Cobos y la irundarra Trini Urién.
En mi libro Isabel Mesa Delgado aparece como una más de las militantes libertarias que se ofrecieron para ayudar a la distribución de la revista en sus lugares de residencia. Fue el caso de las ya referidas Mª Luisa Cobos y Trini Urien, o el de la emeritense Josefa de Tena e Isabel Mesa Delgado, una andaluza que cuando nació Mujeres Libres estaba viviendo en Ceuta. Y fue de esa ciudad desde donde envió una carta a la administración de la revista, fechada el 19 de mayo de 1936, con el fin de ser partícipe en la aventura recién iniciada. En la respuesta que le dieron desde dicha administración se reflejó la lógica ilusión, a lo que añadieron también la propuesta de llevarla a cabo unas tareas concretas:
"Aceptamos
muy gustosas la valiosa ayuda que nos ofrece y puede consistir esa en propagar
nuestra revista bien procurando suscripciones para lo que te enviamos boletines
o bien haciéndote cargo de un paquete para la venta en esa" (3).
El problema vino cuando dos meses después se produjo el golpe militar que acabaría desembocando en lo que fue la Guerra Española. Un golpe que tuvo al Protectorado español en Marruecos como epicentro, lo que hizo que la situación personal de Isabel Mesa Delgado, como la de tantas otras personas, cambiase radicalmente y con consecuencias diferentes.
No hace mucho volví a dar con ella, descubriendo aspectos desconocidos de lo que fue su vida. Y uno de esos aspectos tiene que ver con el hecho de que sobrevivió a la guerra, siguió viviendo en España y luchó contra la dictadura, y murió ya en el siglo XXI. Como referentes iniciales encontré dos fuentes de información sobre las que se han basado escritos en diferentes páginas electrónicas: la breve entrada publicada en Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español, obra de Miguel Íñiguez; y la semblanza que Pilar Molina Beneyto hizo con motivo de su fallecimiento y que tituló "Isabel
Mesa Delgado (Carmen Delgado Palomares). Una mujer que se atrevió a ser libre". Al poco sentí mayor interés en profundizar sobre ella e, indagando en internet, fui encontrando artículos más extensos. Entre otros, los de Mª Angels Rodríguez García, de 2010; Eloy Martín Corrales o Francisco Sánchez Montoya, de 2017; y María del Carmen Agulló Díaz o Miguel Asensio Gómez, de 2018. A ello hay que unir la entrevista realizada a Isabel Mesa Delgado en 1999 por Rafael Maestre, Raúl Ruano y Javier Navarro dentro del grupo de Historia Oral de la Fundación Salvador Seguí.
Para elaborar este artículo, dada la interrelación que hay en casi todas esas fuentes, con las consiguientes coincidencias, evitaré en lo posible deslindar la información de cada una, si bien iré añadiendo aquellas referencias, bien de las mismas fuentes o bien de otras, que considero que ayudan a aclarar determinadas cuestiones.
Desde Ronda a Ceuta (1913-1936)
Isabel Mesa Delgado nació en Ronda (Málaga) el último día del año 1913. Perteneció a una familia con una larga tradición en la lucha social y política. Aunque siempre destacó que sus familiares más próximos estuvieron ligados al campo del anarquismo y, de una más concreta, a la CNT: "soy hija, nieta y biznieta de anarquistas". Tampoco está de más indicar que fue sobrina nieta también de José Mesa Leompart, uno de los fundadores del PSOE (4).
Desde muy temprana edad, con apenas 11 años, empezó a trabajar como costurera, una labor que prosiguió años más tarde, en 1927 o 1928 (5), cuando emigró junto al resto de su familia a Ceuta. Las circunstancias en las que se produjo se han explicado de la siguiente manera (6):
"Sus padres, como miles de hombres y de familias
andaluzas, creyeron que en Ceuta, y 'su' prolongación del Protectorado español
de Marruecos, encontrarían su particular El Dorado que les libraría del hambre,
de las escaseces y del paro, consustancial en aquellos momentos de ciudades y
campos andaluces. La familia Mesa también se vio obligada a salir de Ronda por estar en
las listas negras de los contratistas, de los propietarios locales y para
escapar del asedio que sufrían por parte de la guardia civil".
Ya instalada la familia en la ciudad norteafricana se involucró de lleno prácticamente en el mundo libertario. El padre mantuvo su bagaje de años de militancia, el hijo mayor se convirtió en el secretario de la federación local y la madre llevaba la contabilidad. Recibían de una manera regular libros y prensa anarquista. Entre los primeros estaban los de la colección La Novela Ideal, que editaba la familia Montseny-Mañé y que tenía a Federica Montseny como una de las autoras, además de autores como Emile Zola o Friedrich Nietzsche. Y de la prensa destacaban Tierra y Libertad, o Solidaridad Obrera, pero no faltó la llegada de publicaciones procedentes de otros países, como México (la revista ¡Paso!) (7), Alemania o Japón (¡Adelante!, ya traducida al español).
Durante el Bienio Negro sufrieron registros por parte de la policía, que iba con frecuencia acompañada de soldados armados. En alguna ocasión estuvieron buscando armas y lo que se encontraron fue un armario lleno de libros. Su padre solía trabajar con otra gente en el monte, donde recogían leña, hacían carbón, recolectaban frutos... Otras veces lo contrataban para arreglar jardines municipales. Cuando no tenía trabajo, se ocupaba cuidando plantas, llegando a ganar algún dinero arreglando por su cuenta "jardincitos".
Isabel se integró desde el primer momento en las organizaciones libertarias y se convirtió en una activista social. Estuvo afiliada en el Sindicato de Oficios Varios de la CNT y pudo ser la fundadora del gremio de la Aguja, dado que constaba con el carnet número 1.
En el el mitin del 1º de mayo de 1931, tras la proclamación la Segunda República, estuvo entre quienes intervinieron ante las personas asistentes. Un hecho que fue recogido días más tarde en Solidaridad Obrera, que en aquellos años era el periódico anarcosindicalista de mayor difusión (8):
"Una compañera: Isabel Mesa, compartiendo ideológicamente con sus compañeros, los que necesitan satisfacer el hambre y sed de justicia que desde muchos años sufren, presidió el acto, y con palabras veladas por la emoción, dirigió un saludo ferviente, sentido, brotado del corazón".
Fue pionera en las reivindicaciones relacionadas con las mujeres, tanto propias como ajenas. Es lo que ocurrió en junio del mismo 1931, debido a su significativa participación en el conflicto laboral desatado por las trabajadoras de las fábricas de salazón y conserva se pusieron en huelga. Las interlocutoras de las trabajadoras fueron Antonia Céspedes Gallego, conocida por 'La Latera' y de filiación socialista e Isabel Mesa Delgado, de la CNT, que además difundieron unas hojas informativas con sus aspiraciones:
"No permitáis que embarquen vasijas y menos aún
dejar desembarcar pescado para ninguna fábrica de la península, que proceda de
Ceuta, porque perjudicáis grandemente la lucha de estas bravas compañeras (,..) ¡Trabajadores! ¡No olvidéis este llamamiento!
Proceded con energía a todo intento de perjuicios contra nuestras compañeras.
El comité de huelga. Ceuta, 18 de junio de 1.931” (9).
La propia Isabel le recordó muchos años más tarde algunos episodios de esas jornadas, destacando que la patronal del sector decidió sustituir a quienes la secundaron por mujeres "moras" -en sus palabras- y que cobraban menos de la mitad que
las "blancas", añadiendo que después de hablar con ellas "se unieron a
nosotras y en 24 horas ganamos la lucha".
Aunque tuviera lugar años más tarde y ya en plena guerra, llama la atención un hecho ocurrido a finales de 1938 cuando un grupo de mujeres que vivían en la barriada de la Almadraba protagonizaron un acto de solidaridad, no falto de valentía, en favor de Josefa Hernández, una militante de la CNT que había sido detenida y procesada (10). Recogieron para ello firmas y avalaron ante el tribunal militar su buena conducta, lo que supuso que acabara siendo puesta en libertad. Pese a lo insólito del caso, fue toda una muestra de la pervivencia de una tradición de lucha, de la cual había formado parte Isabel hasta hacía poco más de dos años. Una tradición en la que nunca faltó la presencia de las distintas organizaciones del movimiento libertario (11).
Su activismo no sólo se limitó a la lucha social, sino también a la cultural. Desde el primer momento de su llegada a Ceuta formó parte del Ateneo Libertario, del que llegó a ser bibliotecaria a la temprana edad de 15 años:
"En Ceuta teníamos un Ateneo Libertario donde se enseñaba a leer y a escribir a los obreros; también música, pintura, esperanto, naturismo (...). Lo primero que hicimos en el sindicato fue una biblioteca (...). Los carpinteros hicieron una vitrina y cada persona llevó los libros que pudo. En mi casa había bastantes libros, que llevamos también".
Sabido es la importancia que tuvieron ese tipo de centros en el fomento de la cultura popular, en general, y de las ideas libertarias, más en particular y en el caso que nos ocupa, incluso ya desde finales del siglo XIX. Fueron conformando un espíritu racionalista, siendo vehículos de educación para las personas analfabetas o con pocos estudios, compensando en parte los deficits existentes en la red escolar estatal y haciendo de contrapeso al papel que jugaban los centros religiosos. Y además coadyuvaron a la socialización de la conciencia de clase de los sectores sociales más humildes. En el caso de Ceuta en 1933 también se llegó a abrir en 1933 una Escuela Racionalista, que tuvo como director al maestro Pedro Vera (12).
En 1934 Isabel se trasladó a Tetuán (13), acompañando a la familia de su hermana. Tugar tras la muerte de su padre y de lo que parece no haber duda es que el motivo tuvo relación con la represión ejercida contra los grupos obreros durante el Bienio Negro (14) y posiblemente, y de una forma más concreta, con los sucesos habidos en octubre. Por lo que ella misma ha contado, durante esos días en Ceuta se fueron produciendo detenciones de militantes socialistas y cenetistas por orden del delegado gubernativo. Todos eran varones y entre ellos estaban su padre y su hermano mayor. Fueron llevados en barco a Algeciras con el objetivo de ser trasladados a Fernando Poo, la capital de la colonia española de Guinea. Pero al cabo de ocho días fueron devueltos a Ceuta, después de las protestas habidas en las dos ciudades del Estrecho. Durante un incidente habido en el momento del desembarco en el puerto su padre recibió un culatazo por parte de un miembro de las fuerzas de orden público, lo que al cabo de 4 ó 5 días le provocó la muerte, en la que pudo haber influido también algún padecimiento del corazón.
En Tetuán estuvo muy poco tiempo, ya que fue perseguida por su militancia, en este caso dentro de las Juventudes Libertarias. Al parecer las actividades que llevaban a cabo lo hacían bajo la cobertura de una asociación vinculada a la difusión del esperanto, lo que supuso su expulsión de la capital del Protectorado español y su regreso a Ceuta.
Todo es bagaje de lucha sindical, cultural y de dignificación de las mujeres es lo que explica que al poco de la salida del primer número de la revista Mujeres Libres se prestara a formar parte de un proyecto que hacía énfasis en el papel primordial que deberían jugar las mujeres. Es lo que hizo el 19 de mayo cuando envió su carta a la administración de la revista. Reflejó la conciencia que había ido adquiriendo sobre la situación de las mujeres en general, pero también dentro del movimiento libertario. Y años más tarde, en 1999, lo recordó con palabras como "había mucho machismo", "en el movimiento libertario no admitían a las mujeres" o "en el sindicato no estaba más que yo de mujer".
Entre Málaga y Valencia, durante la Guerra Española (1936-1939)
Tras el golpe militar, que triunfó en el territorio norteafricano desde el día 17 de julio, se interrumpió temporalmente su actividad socio-política y su relación con el proyecto iniciado en torno a la revista Mujeres Libres. En las nuevas circunstancias Isabel se vio obligada a buscar distintas formas de supervivencia, manteniéndose siempre escondida para no ser detenida. En un primer momento estuvo trabajando como costurera en una sastrería. Luego tuvo que trasladarse de casa en casa, disfrazada de "mora" muchas veces para pasar desapercibida. Finalmente, en octubre y gracias a un amigo que era hijo de un armador, logró embarcar en un falucho junto a otras personas, llegando al territorio republicano a través de Marbella (15).
Pasó por varias ciudades de la provincia como Marbella, Estepona y la propia capital. Trabajó en distintos ámbitos y volvió a integrarse en las organizaciones del movimiento libertario. Entre los recuerdos de su estancia en Málaga estaba el comportamiento negativo de algunos compañeros hacia las mujeres. En una entrevista de 1999 (16) se refirió a lo vivido por una compañera, novia del dirigente de las Juventudes Libertarias, quien le censuró que participara sola en actos públicos; y su madre, que "era una esclava" en su hogar, pese a la militancia anarquista del padre. Recordó, así mismo, la forma que tenía de advertir a los varones sobre sus comportamientos machistas: "¡Eh, compañeros, que soy una compañera! ¡Cuidadito!". Añadiendo: "No era lo general, pero había cantidad".
Con la conquista militar de Málaga en febrero de 1937 por parte de las tropas sublevadas se inició para Isabel un nuevo éxodo, esta vez con dirección a Almería y dentro del dramático episodio de "la Desbandá", con decenas de miles de personas caminando por la carretera costera en medio del acoso de los barcos y los aviones del ejército sublevado.
Prosiguió su camino hacia el norte por las provincias costeras hasta llegar finalmente en el mismo mes de febrero a Valencia, donde permaneció hasta el final de la guerra y desarrolló una actividad laboral y político-social intensa. Trabajó en una guardería, como enfermera en el Hospital de Sangre de Gandía y luego en el Hospital nº 1 de la capital. Mostró también interés en mejorar su formación cultural, de manera que en julio de 1937 fue avalada por la CNT valenciana para "los efectos de la Instrucción Pública" e incluso en abril de 1938 ingresó en el Instituto Obrero de Valencia para cursar el Bachillerato, dentro
de un programa de formación cultural promovido por la CNT, llegando a ingresar
para lo último en el Internado Durruti (17).
También se integró en los grupos locales de la CNT y lo hizo, así mismo, en las nacientes agrupaciones de Mujeres Libres, la organización que habían proyectado las fundadoras de la revista homónima y que se convirtió en su portavoz de prensa. Conocemos distintos pormenores sobre estas agrupaciones y el proceso de organización en torno a comités locales y el regional, así como que Valencia acabara siendo la sede del comité nacional por albergar la capitalidad del Gobierno de la República (18). Sabemos, así, que la primera agrupación se creó a principios de 1937 en la capital, para luego ir extendiéndose a otros municipios de la región a lo largo de ese año y el siguiente. Y también, que Isabel acabó siendo nombrada secretaria de la federación local de la capital e incluso tesorera (19).
Esa relevancia la llevó a estar entre las delegadas en el congreso que vio nacer a la Federación Nacional de Mujeres Libres (20), que tuvo lugar en la capital valenciana entre los días 20 y 22 del mes de agosto de 1937 (21), y se convirtió en la secretaria de la agrupación valenciana. Esa confianza hizo que también llegara a representarla en la reunión del comité nacional de la CNT o en el pleno de Solidaridad
Internacional Antifascista, que tuvieron lugar en agosto de 1938 (22).
El ambiente que vivió en Valencia fue una mezcla de efervescencia revolucionaria y de solidaridad, tamizada con el paso del tiempo por el transcurso negativo de la guerra. Fue partícipe de las numerosas actividades que se fueron desarrollando desde Mujeres Libres, casi siempre en consonancia con los otros grupos libertarios: en mayor medida, el fomento de la cultura y la educación para las mujeres; la solidaridad en general y de una manera especial con los jóvenes soldados que luchaban en el frente de guerra; la difusión de la revista Mujeres Libres, etc. Pero esa realidad no estuvo exenta de las desilusiones derivadas de las actitudes de incomprensión y paternalismo, en ambos casos de naturaleza machista, mostradas por una parte de sus compañeros, incluidos dirigentes, en la lucha en favor de las mujeres (23).
Un hecho relevante sobre las reticencias, cuando no oposición, existentes tuvo lugar tras la petición formal por parte de Mujeres Libres para convertirse en la cuarta organización del movimiento libertario, junto a la CNT, la FAI y las Juventudes Libertarias. En el pleno celebrado en septiembre de 1938 se discutió la integración formal de Mujeres Libres, cuestión que fue denegada, al considerarse que no era necesario (24). Fue en las JJLL donde encontraron mayor beligerancia, ya que desde el año anterior habían creado un secretariado femenino y que generó la consiguiente rivalidad (25).
Los años negros de la dictadura (1939-1977) (26)
Con la derrota militar hecha una realidad y la inminencia de la ocupación por las tropas sublevadas contra la República tres años antes, en marzo de 1939 Isabel tomó la decisión de salir de Valencia con destino a Alicante para poder embarcar hacia Argelia, estando acompañada por Angustias Lara. Antes de salir tuvo tiempo de destruir la documentación que pudiera perjudicar a otras personas. Los planes de huida, sin embargo, se vieron trastocados, viéndose obligada Isabel a proseguir la huida hacia Almería, que hizo aprovechando las vías del tren. Hay discrepancias sobre si se quedó en Almería o acabó recalando de nuevo en Málaga (27). Quienes sostienen esto último se refieren a un aspecto de su vida en la clandestinidad, como fue la participación en la publicación y difusión del periódico anarquista El Faro de Málaga.
En 1941 fue detenida, si bien poco se sabe sobre las circunstancias en que ocurrió, así como su posterior fuga, surgiendo, una vez más, algunas discrepancias sobre si se produjo antes o después de su procesamiento y condena a dos penas de muerte por un tribunal militar (28). De lo que no cabe duda es que en ese mismo año o en 1942 regresó a la capital valenciana, donde vivió con una nueva identidad, la de Carmen Delgado Palomares, que la acompañaría hasta la llegada de la democracia. Nunca abandonó la militancia anarquista, creando con otras compañeras el grupo Unión de Mujeres Demócratas, elaborando y distribuyendo propaganda, y llevando a cabo actividades de ayuda a las personas presas, en las que no faltó el reparto de juguetes a sus hijos e hijas.
Para sobrevivir recuperó en un primer momento su trabajo como costurera y luego regentó un quiosco junto a su compañera Angustias Lara, conocida por entonces como Maruja, que fue utilizado como lugar de reuniones y de almacenamiento de propaganda. En 1953 fue detenida y torturada en la comisaría de policía:
"empezaron a interrogarme, amenazándome y
zumbándome y me gritaban: '¡roja, comunista!', hasta que
me cansé y les dije que yo no era comunista, que era de la CNT; el policía me dijo: '¡la CNT no existe!'. Y le contesté: '¡mientras yo viva, vivirá la CNT!'" (29).
Ese hecho no impidió que tras su puesta en libertad prosiguiera en la lucha contra la dictadura y la difusión de las ideas libertarias.
Tras la dictadura (1977-2002)
A partir de 1977 se creó una nueva situación en España, en la que destacaron la legalización de los sindicatos en abril y la celebración de las elecciones en junio, y ya en diciembre de 1978, la aprobación de la Constitución. En este último año la CNT se vio inmersa en una conspiración cuando fue involucrada en el atentado mortal de la sala Scala de Barcelona. Con el tiempo se ha sabido que fue organizado por los servicios de inteligencia del Estado con el fin de desactivar su crecimiento (30).
Pero el principal problema devino en 1979, cuando la central anarcosindicalista conoció una grave crisis interna, después que un sector, minoritario en el Congreso celebrado en Madrid, apoyara un cambio de estrategia, que suponía, entre otras cosas, la participación en las elecciones sindicales (31). La principal consecuencia fue la escisión y la formación de una CNT paralela, que adquirió varios nombres (CNT Congreso de Valencia o CNT renovada) frente a la histórica, que mantuvo formalmente la denominación CNT-AIT. Finalmente en 1989, después de una puja judicial en torno a la legitimidad de las siglas, el sector escindido pasó a denominarse Confederación General de Trabajo (CGT).
En este contexto Isabel no dejó de participar en distintos ámbitos del mundo libertario, formando parte de la asociación Libre Estudio, la Federación de Pensionistas de la CNT, Radio Klara, el Ateneo Libertario valenciano Al Margen o el grupo Dones Lliures.
No está claro si en el terreno sindical llegó a integrarse en el sector que dio lugar a la CGT, si nos atenemos al hecho de que desde 1986 mantuvo una relación fluida con la Fundación Salvador Seguí en Valencia (32), el centro de estudios libertarios que actúa estrechamente con dicha central sindical y que precisamente se fundó ese mismo año. A través de esa Fundación se
mostró muy activa en el mantenimiento de la memoria histórica libertaria, concediendo
numerosas entrevistas y participando en diversos actos. En 1996 ella y su amiga Angustias Lara recibieron un reconocimiento por parte de la CGT en Valencia, dentro de los actos que se organizaron en homenaje a Mujeres Libres (33).
Ya con edad avanzada, falleció a principios de febrero de 2002 en la misma ciudad que la acogió temporalmente entre 1937 y 1939, y de una forma ininterrumpida, a partir de 1941. Unas semanas después Pilar Molina Beneyto le dedicó una semblanza (34), en la que al final se reproducen unas palabras de la propia Isabel Mesa Delgado, que rezan de esta manera:
"Su idea de lo que es
el anarquismo define toda su vida: 'El anarquismo es una senda maravillosa,
pero muy escabrosa. Pero hay que seguirla. Y una vez estás en ella, no la puedes
soltar, te envuelve, te embriaga… El anarquismo es amor, libertad, igualdad,
humanidad de todas las condiciones. ¡Ni fronteras, ni color, ni razas, ni banderas!...
En el anarquismo no hay más que humanidad, sentimientos humanos, aspiramos a
todo, a aquello máximo que se pueda llegar'".
Sobre el feminismo de Isabel Mesa Delgado
Lo
que conocemos de Isabel Mesa Delgado en cuanto a su pensamiento deriva de un aspecto que recalcó en una de sus entrevistas,
allá por 1999, cuando dijo:
“Yo nunca he escrito, no. Lo mío era hablar”.
Estamos ante una humilde, que se esforzó por aprender a través de la lectura e incluso el estudio en una relación dialéctica con la palabra hablada y la acción. Martín
Corrales (35), como síntesis de lo que fue ese pensamiento y, ante todo, su acción, ha escrito lo
siguiente sobre ella:
"Durante toda su vida hizo gala de un
carácter fuerte, de una enorme capacidad de trabajo y de una honradez a toda
prueba. El posicionamiento feminista de Isabel Mesa, presente ya en Ceuta, se
intensificó en Valencia”.
En 2003 escribí en Anarcofeminismo en España que los planteamientos doctrinales de Mujeres Libres, expresados a través de su revista, sus documentos oficiales y los discursos en actos públicos, había que catalogarlos
“de
una naturaleza feminista compartida con su identificación con los intereses de
la clase obrera, de ahí que haya resaltado como el elemento más original de
esta organización el ser un feminismo proletario, al que más recientemente ha
denominado también como anarcofeminismo” (36).
De
una forma más concreta, aludí a “un feminismo implícito, pero explícitamente
rechazado como tal por sus componentes”. Esa paradoja derivaba en el mundo anarquista,
en general, y entre las promotoras de Mujeres Libres, en particular, de la
consideración del feminismo como una ideología de carácter burgués e interclasista,
lo que chocaba con la naturaleza del movimiento libertario. De ahí que sus componentes incidieran
en ese momento en el objetivo de la doble liberación: la social y la de la
mujer. Algo que, también en su momento, fue motivo de rechazo por buena parte
del movimiento libertario.
Todo
esto enlaza con el empeño que Isabel siempre mostró por hacer de las mujeres
sujetos activos en la lucha social y dentro de las organizaciones del movimiento
libertario. Ese feminismo implícito al que me referí antes, que lo expresó así:
“la
mujer siempre ha tenido que luchar mucho, no sólo teníamos que sembrar las
ideas, sino luchar contra algunos de los que estaban con nosotras sembrando (…)
La mujer y el hombre tienen que ir caminando juntos, buscando la libertad, codo
con codo o cogidos de la mano” (37).
Notas
(1) Algunos de los actos han sido el Congreso "Mujeres, libres y libertarias", organizado por la Fundación Anselmo Lorenzo y celebrado en el Ateneo de Madrid entre los días 6 y 8 de mayo de 2005; y "Las Mujeres Libres en Jerez. María Luisa Cobo Peña", organizado por la asociación Jerez Recuerda y el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera y celebrado el 12 de marzo de 2010.
(2) Entre otros, "Mujeres Libres. Una revista y una organización anarquista (1936-1939)" (2009); “Mª Luisa Cobos, una anarquista
jerezana” (2010); o “Trini Urién,
anarquista y mujer libre” 2016).
(3) Montero Barrado (2003, pp. 160 y 189).
(4) Inicialmente estuvo vinculado al grupo Alianza, fundado por Giuseppe Fanelli, introductor en España del anarquismo bakuninista; luego, en 1871, se pasó al grupo del periódico La Emancipación, que fue uno de los núcleos originarios del PSOE (Morato, 1972, p. 109; e Íñiguez, 2001, p. 402).
(5) No existe coincidencia en el año en que la familia de Isabel Mesa Delgado emigró a Ceuta; en casi todos los casos se indica que fue en 1928, pero para Martín Corrales tuvo lugar un año antes (2017, p. 339).
(6) Martín Corrales (2017, pp. 338-339).
(7) En su cabecera se indicaba que era una "Publicación mensual de Ideas, Doctrina y Combate", se editaba en México D.F. y se publicó en los años 1931-1932 (Alf.avila el Mar, 2017).
(8) Martín Corrales (2017, p. 339), citando a Solidaridad Obrera (n. 154, 17-05-1931).
(9) Martín Corrales (2017, pp. 340 y 341) y Sánchez Montoya (2017).
(10) G. Blasco (2022)
(11) Sánchez Montoya (2017).
(12) Sánchez Montoya (2017).
(13) Para Martín Corrales (2017, p. 343) fue a finales de 1933; la propia Isabel Mesa Delgado dijo en la entrevista de 1999 que fue en 1935 (Maestre, Ruano y Navarro, 2022), pero posiblemente por error de memoria; y el resto de las fuentes mantienen que ocurrió en 1934.
(14) Redacción de El Faro Ceuta (2016).
(15) Redacción de El Faro Ceuta (2016) y Martín Corrales (2017, p. 343).
(16) Maestre, Ruano y Navarro (1999).
(17) Rodríguez
García (2010, pp. 4-5); Ateneu Llibertari Estel Negre (sin fecha); Martín Corrales (2017, p. 346); y Agulló (2018, p. 144).
(18) Asensio Gómez (2018, pp. 5-14), que se ha basado en los documentos del Archivo de la Memoria de la Fundación Salvador Seguí y también en el trabajo de Francisco Javier Navarro Navarro, Ateneos y grupos ácratas. Vida y actividad cultural de las asociaciones anarquistas valencianas durante la Segunda República y la Guerra Civil (2002).
(19) Asensio Gómez (2018, p. 7).
(20) Martín Corrales (2017, p. 344 y 346).
(21) Montero Barrado (2003, p. 119).
(22) Martín Corrales (2017, p. 344), citando a Navarro Navarro (2002).
(23) Martín Corrales (2017, pp. 345-346) y Asensio Gómez (2018, pp. 9-10 y 13).
(24) Existen
varios documentos de interés, fechados en septiembre y octubre de 1938, relativos al intento por parte de
Mujeres Libres para conseguir ser aceptada como cuarta rama del movimiento
libertario, que pueden consultarse en el Centro Documental de la Memoria
Histórica (sección Político-Social Madrid, carpeta 1532), situada en Salamanca.
(25) Montero Barrado (2003, pp. 127-128).
(26) Rodríguez García (2010, p. 5); y Martín Corrales (2017, pp. 346-348).
(27) Rodríguez García (2010, p. 5) sostiene que se quedó en Almería, donde fue detenida en 1941; Molina Beneyto (2005), Martín Corrales (2017, p. 347) y Agulló Díaz (2018), por su parte, se han referido a su estancia y detención en Málaga.
(28) Para Rodríguez García (2010, p. 5) Isabel huyó tras su condena; Molina Beneyto (2005), Martín Corrales (2017, p. 347) y Agulló Díaz (2018), que fue procesada y condenada en rebeldía.
(29) Rodríguez García (2010, p. 5), recogido de una entrevista realizada por Rafael Maestre en 1996 para la Fundación Salvador Seguí.
(30) González Martínez y Calero Delso (fecha desconocida); y Vadillo Muñoz (fecha desconocida).
(31) Vadillo Muñoz (fecha desconocida); y Wilhelmi (2016, p. 276-277).
(32) Molina Beneyto (2005); y Agulló (2018, pp. 142-143).
(33) Íñiguez
(2001. p. 323).
(34) La semblanza fue publicada en la revista Al Margen (n. 41, primavera de 2002), del Ateneo Libertario de Valencia; a su vez se repartió en hojas sueltas durante el homenaje celebrado tras su fallecimiento: el texto completo puede leerse en Molina Beneyto (2005) y Agulló (2018, pp. 142-143).
(35) Martín Corrales (2018, p. 348).
(36) Dentro del apartado "En torno al feminismo de Mujeres Libres" (Montero Barrado, 2003, pp. 119-131); sobre ese tema, me referí a otros trabajos, como los de Ackelsberg (1999) o Nash (1976, 1999 y 2012), pioneras en el estudio de Mujeres Libres.
(37) Rodríguez García (2010, p. 5).
Documentación de referencia
Marta Ackelsberg (1999). El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres. Barcelona, Virus.
Alf.avila el Mar (2017). “Se han digitalizado 19 periódicos anarquistas mexicanos publicados entre 1913 y 1932”, en H-México; http://www.h-mexico.unam.mx/node/20390 (consultado el 3-01-2022). Ateneu Llibertari Estel Negre (sin fecha). "Isabel Mesa Delgado (1913-2002)";
Miguel Asensio Gómez (2018). “El anarcofeminismo
en Valencia (1936-1939)”, https://www.academia.edu/38848166/El_Anarcofeminismo_en_Valencia_1936_1939 (consultado el 3-01-2022).
Julián Casanova (1997).
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