sábado, 29 de enero de 2011

Las calles del Magreb



El dolor y la esperanza 
se mezclan en las calles.
Las pueblan 
millares y más millares de personas 
con corazones anhelantes, 
gritos de rabia 
y miradas... 
¿De qué son las miradas? 
Regueros de sangre,
que salpican las pisadas,
discurren por el alquitrán y los adoquines.
La sangre, como expresión del horror.
La sangre, como tributo.
Quién sabe si como germen de un futuro digno. 

viernes, 28 de enero de 2011

Expresionistas abstractos... ¿víctimas de qué?

“Los artistas no estaban al corriente de nuestro juego. Hay que excluir que gente como Rothko o Pollock supiesen nunca que estaban siendo ayudados desde la sombra por la CIA, que sin embargo tuvo un papel esencial en el lanzamiento de ellos y en la promoción de sus obras. Y en el vertiginoso aumento de sus ganancias”.
(Donald Jameson)


La segunda mitad del siglo XX marcó un cambio importante en el ámbito geográfico donde se centró la creación artística. EEUU se convirtió en el principal punto de referencia, desplazando a Europa occidental y, dentro de ella, a París. Como nos recuerda Giulio Carlo Argan (1977: 620), "América se convierte en la depositaria, en nombre de la democracia, de los valores de la inteligencia y la cultura; pero en el mismo momento en que los adopta, los adapta a su estructura social, a su propio 'modo de vivir'".

No fue algo ajeno al peso que EEUU adquirió en el mundo al acabar la Segunda Guerra Mundial como primera económica mundial y protectora de un conjunto de países que se sentían amenazados por el bloque internacional antagónico que lideraba la URSS. Tampoco debemos olvidar el papel que jugaron numerosos artistas europeos que fueron huyendo de la persecución nazi para instalarse más allá del Atlántico, aportando su experiencia en las distintas vanguardias artísticas en boga. El surrealismo, el expresionismo y la abstracción fueron los ingredientes principales de lo que en EEUU acabó presentándose como una nueva tendencia.

En realidad no fue nuevo estilo, al menos en sus raíces. Si parte de sus componentes provenían de Europa, como Willem de Kooning, Arshile Gorky o Mark Rothko, hubo otros artistas europeos que siguieron trabajando en el viejo continente, dando los primeros pasos de lo que se habría de llamarse expresionismo abstracto. Paul Klee y Joan Miró habían desarrollado un estilo donde confluían la figuración y la abstracción sin apenas distinción, dando origen a un lenguaje plástico desconocido hasta entonces, donde fundían cromatismo y fantasía desde elementos de las vanguardias artísticas. Lo que inicialmente se denominó como abstracción lírica, enfatizando la mayor frescura y espontaneidad que mostraba frente a la abstracción geométrica, fue conocido desde 1951 como expresionismo abstracto, cuando los críticos estadounidenses Clement Greenberg y Harold Rosenberg recuperaron un término acuñado veinte años antes por Alfred Barr jr. para referirse a las improvisaciones abstractas de Vassili Kandinsky (Vicens, 1975: 110).  

Hace diez años leí el libro de Frances Stonor Saunders La CIA y la guerra fría cultural. No pretendo hacer un análisis de la obra, que, por otra parte, es un estudio minucioso de la guerra ideológica que se dio en el campo de la cultura durante los años de la guerra fría desde las actividades que la agencia de inteligencia estadounidense llevó a cabo. De todos los asuntos y personajes que salen a lo largo de la obra, me llamó la atención en su día el capítulo dedicado a la utilización que hizo la CIA del expresionismo abstracto para oponerlo al realismo socialista, que era el paradigma artístico del bloque antagónico.

Uno de los personajes clave en todo esto fue Nelson Rockefeller, heredero del imperio familiar del mismo nombre, cuyo padre, Abby Aldrich, no tuvo reparos en afirmar en una ocasión que los rojos dejarían de serlo “si valorásemos y reconociésemos mejor sus méritos artísticos”. Nelson, por su parte, que había encargado a Diego Rivera un mural para el recién construido Rockefeller Center, tampoco tuvo reparos  en destrozarlo porque el artista mexicano se negó a retirar la imagen que había pintado de Lenin, uno más de los numerosos personajes que llenaban la pared principal del edificio.

Como mecenas de la cultura y propietario del archiconocido MoMA de Nueva York Nelson Rockefeller aportó la parte correspondiente a una operación de alto calado político, que hizo uso del arte como estilete. Tom Braden, que por entonces dirigía la División de Organizaciones Internacionales de la CIA, supo ver el potencial que encerraba lo que los críticos Greenberg y Rosenberg estaban defendiendo sobre las obras de artistas como Jackson Pollock, Willem de Kooning, Arshile Gorky, Marck Tobey, Marck Rothko o David Smith.

Anatemizados al principio por motivos ideológicos, en la línea de las actividades impulsadas por el senador Joseph McCarthy, y embadurnados con argumentos artísticos pueriles, en poco tiempo pasaron, en un recorrido inverso de una conocida frase, de villanos a héroes. Lo que hasta entonces había sido un arte “degenerado” y “comunistoide”, de pronto pasó a ser fomentado como la manifestación de la libertad frente al comunismo y la aportación más genuina de EEUU al arte contemporáneo.

La actividad simbiótica de la CIA, el capital y buena parte de la crítica artística aupó a unos artistas desconocidos hacia la cumbre de la fama, la crítica y el dinero. A uno de ellos, Pollock, le correspondió representar el mito más genuino de la América profunda: el de un cowboy pendenciero nacido en un hogar humilde de uno de los estados del centro del país, Wyoming, lejos de las perniciosas ciudades de la costa este. Fue el principal representante de la action painting, un método creativo dinámico basado en la improvisación, lo que llevó a que fuera asimilado al jazz. Él mismo llegó a manifestar: “Trabajo más a gusto en el suelo. Entonces me siento más cerca de la pintura, en cierto sentido formando parte de ella, porque puedo pasearme alrededor”. La fama de los artistas y el negocio de los mecenas funcionaron perfectamente durante muchos años, sin que se sospechara que detrás de todo había una compleja e inteligente operación de profundo calado político e ideológico. Sin embargo, allá por 1974, cuando apareció en la revista Artforum el artículo de Eva Cockroft titulado “Expresionismo abstracto: arma de la guerra fría”, se empezaron a ver las cosas de otra manera.

Quienes empezaron una aventura como artistas sin saber cómo iban a transcurrir sus vidas, acabaron teniendo destinos diferentes. En su mayoría, quizás abrumados por la fama y el dinero, se posicionaron como anticomunistas, en algunos casos habiendo alterado sus convicciones anteriores, como ocurrió con Rothko y Gottlieb. No fue el caso de Ad Reinhardt, que se mantuvo fiel a sus principios, lo que le condenó al ostracismo.

El triste final de varios de estos artistas, más que simbolizar lo que realmente ocurrió, puede apuntarnos algunos de los límites de la condición humana: Pollock y Smith murieron en sendos accidentes de coche; Kline, víctima del alcohol; Gorky y Rothko se suicidaron, el primero ahorcándose y el segundo cortándose las venas. 


Referencias bibliográficas 

Argan, Giolio Carlo (1977). Arte moderno. v. 2. Valencia, Fernando Torres.
Jameson, Donald (2010). Entrevista en el periódico The Independent, 22 de octubre, citado en Voltairenet, 2011.
Stonor Saunders, Frances (2001): "Garabatos yanquis", capítulo 16 de La CIA y la guerra fría cultural. Barcelona, Debate.
Vicens, Francesc (1975): Arte abstracto y arte figurativo. Barcelona, Salvat.
Voltairenet (2011):"La CIA, mecenas del expresionismo abstracto", en revista electrónica Rebelión, rebelión.org, 23 de enero.

jueves, 27 de enero de 2011

Una gran decepción

Esta mañana he podido leer a primera hora la noticia del acuerdo al que han llegado el gobierno, los sindicatos CCOO y UGT, y la CEOE sobre la edad de jubilación: para poder hacerlo a los 65 años con el 100% de la pensión hay que haber cotizado a la seguridad social 38 años y seis meses. No tengo ganas de profundizar ahora en el problema, pero me pregunto cuánta gente cumplirá con ese requisito y cuánta de las generaciones más jóvenes, nacidas a partir de los  años setenta.

Lo ocurrido, lo firmado, ha sido un entreguismo de los sindicatos a lo que el gobierno lleva proponiendo desde hace meses y el empresariado, a través de la CEOE, no ha dejado de repetir con descaro: trabajar más horas, jubilarse más tarde y ganar menos.


Una gran decepción que me llevará a replantearme mi relación con el que hasta ahora ha sido mi sindicato.

sábado, 22 de enero de 2011

Un post por lo de ayer

Si ayer escribí un comentario acerca de la propiedad intelectual, utilizando como excusa lo que cobra de sueldo el señor Teddy Bautista, acabo de leer en Rebelión una escrito de Lucas Sánchez, investigador del Centro Superior de Biotecnología, con el título Carta abierta a Alejandro Sanz. Viene a colación por lo que hace unos días el famoso cantante residente en Miami (donde, por cierto, se pagan menos impuestos) comentó por twitter, haciendo una comparación entre la piratería de discos y los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres. La carta no tiene desperdicio, por lo que recomiendo leerla. Sólo voy a resaltar algunas cosas que ignoraba, pero que me reafirman en lo que ayer escribí.

Nos cuenta en primer lugar Lucas Sánchez que su labor en el laboratorio donde trabaja está destinada al "desarrollo de varias vacunas para el tercer mundo, aunque intento centrar mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica".

Pero de inmediato añade que dicha labor, más que loable, lejos de pertenecerle, queda en manos de la revista donde publican sus resultados: "Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas". Puede resultar sorprendente, pero insiste en ello: "PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo".

A continuación hace una reflexión acerca de la creación humana y, para mí, da en una de las claves de todo esto. Veámoslo: "Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos “de dónde vengo, quién soy, y adónde voy. Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones".

¿Qué nos quiere transmitir Lucas Sánchez? Primero nos recuerda que hasta hace un siglo, más o menos, hacían arte y ciencia quienes podían permitírselo, y que actualmente "industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte". Y finalmente lanza el dardo, contra Alejandro Sanz y compañía: "La diferencia es que yo con un salario tengo. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros". 

Más claro, agua.


viernes, 21 de enero de 2011

¡250.000 euros cobra el tío!

¡Vaya con el Teddy! Buen canario está hecho. El tío ha declarado que gana al año 250.000 euros, lo que traducidos a pesetas, que es como me entiendo mejor con esas cantidades, serían algo más de 40 millones. No está mal, teniendo en cuenta que, como presi de la SGAE, es el guardián del tesoro de la propiedad intelectual y de algo más, porque ha conseguido que se apruebe el pago de un canon por cada producto que permita hacer copias aunque no las hagas.

Soy defensor de la propiedad intelectual como reconocimiento de la labor creativa. Pero el problema que se ha planteado con lo que la SGAE denomina pirateo de obras intelectuales sólo se ha centrado en cómo recaudar más al precio que sea y como sea. Quienes se están encargando de gestionar esos recursos, que utilizan como argumento la legitimidad de resguardar los intereses de quienes aportan su trabajo en la creación de una obra, no se han preocupado de lo que para mí es lo más importante: lo poco que pagan las empresas productoras de música y editoras de libros a la mayoría de autores y autoras, lo elevados que son los precios de los productos que ponen en el mercado y las enormes ganancias que obtienen. En vez de dirigir las críticas contra esas empresas, quienes dirigen la SGAE se han dirigido contra quienes consumimos, copiemos o no; e incluso, rozando el ridículo si no fuera porque es un atropello, contra quienes escuchan música mientras se cortan el pelo.

Estoy seguro que mucha de esa gente que se muestra tan intransigente con lo de hacer copias, hacía lo propio en su juventud, en otro tiempo, con esas cintas de caset que grabábamos desde un disco de vinilo o desde otro caset. Así aprendíamos música. Alguien, cada cual, compraba un disco y lo demás era intercambio solidario en pequeños redes. Dinero teníamos poco y había que optimizar los recursos. Hoy se sigue haciendo con otros medios. Pero estoy seguro que se haría menos si los precios fueran más bajos.   

Desde luego que el presi de la SGAE está muy bien pagado. Buen servicio está haciendo a mucha gente, incluidas las empresas productoras y editoriales que, una vez más, se salen de rositas, como si la cosa no tuviera que ver con ellas. El sueldo del presi está en la línea de lo que cobran los altos cargos ejecutivos de las empresas. Me imagino que quienes le rodean en la gestión de la SGAE se llevarán también un buen pellizco. Pero que conste que parte de eso sale del canon que paga todo quisqui, haga o no copias. Con lo que se embolsa Teddy, mi hermano hubiera dicho: "¡jodo, titi!". 


       

miércoles, 19 de enero de 2011

De ejemplos y milagros

El país ejemplar del Magreb.

Túnez ha saltado a la actualidad por lo que hay quien denomina como una revolución inesperada. Hasta hace poco era considerado modelo por los medios de comunicación del sistema y por quienes gobiernan en los países más ricos. Se hablaba de un país donde había crecimiento y liberalización, en lo económico, y escasa presencia del islamismo y hasta democracia, en lo político. Su cabeza gobernante fue un tal Ben Ali, que ha tenido que salir volando hacia Arabia Saudí, huyendo de su pueblo y olvidado como un apestado por sus padrinos, incluido el principal: el presidente francés Sarkozy.

Durante los años anteriores esos medios de comunicación no han dejado de manipular la realidad demonizando a unos países y ensalzando a otros, inventándose o magnificando los problemas de los primeros, y ocultando o minimizando los de los segundos.

Veamos lo que contaba el otro día Santiago Alba en un artículo dedicado a Túnez, titulado "Y de pronto, la revolución": en junio de 2005 “El País publicó 618 noticias relacionadas con Cuba, donde no pasaba nada, y 199 sobre Túnez, todas sobre el turismo o el mundial de balonmano; El Mundo, en esas mismas fechas, registró 5162 entradas sobre Cuba, país donde no pasaba nada, y sólo 658 sobre Túnez, casi todas sobre el mundial de balonmano; y ABC tendió 400 veces la mirada hacia Cuba, país donde no pasaba nada, mientras sólo mencionaba a Túnez 99 veces, 55 de ellas en relación con el mundial de balonmano. El 10 de marzo de ese mismo año una rápida búsqueda en Google entregaba 750 enlaces sobre el reparto del gobierno cubano de las famosas ollas arroceras y sólo tres (dos de Amnistía Internacional) sobre la huelga de hambre y la tortura a presos en Túnez”. En otra parte del artículo, Santiago Alba seguía diciendo cosas como el ocultamiento del golpe palaciego en 1987 de Ben Ali; la desaparición de la clase media surgida en los años 60; la apertura de un Carrefour para una minoría y el millón de jóvenes tunecinos, sobre una población de 10 millones, que ha emigrado a Europa; la progresiva degradación de la educación, pese a una herencia solvente; la riqueza de 20 familias; el crecimiento del paro entre la gente joven, oscilando llegando al 36% entre la más joven o al 20% entre quienes  han acabado los estudios universitarios…

El milagro irlandés.

Podría haberme referido a otros países, como Islandia o Hungría. El primero, que llegó a estar entre los países más ricos del mundo, hoy lo está en quiebra técnica; y el segundo, considerado como una de las perlas de los antiguos países del este de Europa, tiene ahora a una buena parte de la población añorando el denostado comunismo.

Me voy a quedar, sin embargo, con Irlanda, que después de haber sido uno de los tres países situados en la cola de la Europa de los 15, a mediados de los noventa, se convirtió en los años siguientes en uno de los milagros económicos con un promedio de crecimiento anual superior al 4%, a veces del 5%, y llegando a superar en nivel de renta per capita al Reino Unido. Deslumbró tanto, que fue apodado como el “tigre celta” ¿Y cómo ocurrió? Primero lo hizo aprovechándose de los recursos europeos provenientes de los fondos sociales y de cohesión que le correspondían por haber sido un país que estaba por debajo de la renta media europea. Y después, en la más pura ortodoxia neoliberal, bajando los impuestos para atraer capitales y alimentando desmesuradamente el mercado inmobiliario, mientras buena parte de la población, al menos la que aparentaba tener posibles, consumía a cambio de endeudamiento. Es decir, una financiarización de la economía que acabó estallando cuando estalló la burbuja internacional en 2008. Todo, pura fachada. El resultado, un desplome del mercado inmobiliario entre el 50% y el 60%,  y la quiebra financiera del estado. El rescate de 50.000 millones de euros en otoño pasado ha traído el ajuste económico,  que está afectando a quienes viven de su trabajo. Se prevé que la renta familiar caiga anualmente cerca de los 5.000 euros; el paro, en aumento, ya supera el 13%; la emigración ha vuelto a ser una vía de escape, con previsiones de que afecte a un 2% de la población…

Atrás ha quedado el modelo irlandés. El mismo que deslumbró al PP español. Igual que se ha acabado esfumando como lo hace una pompa de jabón, ese mismo partido se ha puesto a silbar con las manos en los bolsillos mirando para otro lado como si nada. Está esperando a recoger las manzanas podridas que ha dejado el gobierno de Zapatero y que sembraron tiempo ha los gobiernos de Aznar y González.  

domingo, 16 de enero de 2011

Avanzamos a paso de cangrejo

Hace unos años advertía sobre el peligro de la actitud de amplios sectores de las generaciones más jóvenes por menospreciar un trabajo fijo o la cotización a la seguridad social, y no importarles trabajar en precario, con jornadas laborales más elevadas o contratos cortos. Daba la sensación de que para mucha gente los derechos sociales habían surgido de la nada, que se nacía con ellos, lo que hacía innecesarios los sindicatos. De lo que se trataba era de vivir bien, entendido esto como el disponer un elevado consumo y una buena parte del tiempo dedicada al ocio, que en la práctica lo era superfluo. Advertía también que esos comportamientos iban a pasar factura en el futuro, cuando, llegada una edad más o menos talluda, lo normal es que el colchón familiar hubiera desaparecido y se empezara a echar cuentas de lo que se habría cotizado a la seguridad social, pensando en lo que se podría cobrar en la edad de jubilación. Era algo que repetía con frecuencia en mi entorno y a mi propio alumnado.

Consideraba que el sistema capitalista tenía recursos suficientes para ahogar, mediante una ideología que tenía al consumismo e individualismo entre sus pilares, cualquier pensamiento crítico que pretendiera poner en cuestión su hegemonía. Así, desde ese individualismo no tenía cabida la acción colectiva y solidaria, que estaba, aunque no en exclusiva, en el sindicalismo. Y desde el consumismo no cabía tampoco esa acción colectiva y solidaria, porque sentaba sus bases en la obtención de recursos y productos a costa de otras personas que bastante tenían con sobrevivir, cuando no estaban condenadas a la miseria.

Creo que todos esos argumentos  siguen siendo válidos hoy, pues nada ha cambiado en lo sustancial. Sí han surgido, no obstante, algunas novedades. Uno de los temas de debate durante los últimos meses está centrado en las pensiones y más concreto en el retraso de la edad de jubilación. Los gobiernos occidentales están decidiendo o anunciando su retraso. En España, en concreto, se habla de los 67 años. Mucha gente se ha cabreado, lo que resulta lógico, pues considera que ya habrá trabajado y cotizado bastante para cuando cumpla los 65 años, que es, al fin y al cabo, lo que tenía interiorizado como final de su etapa laboral, que en la mayor parte de los casos supera con creces los 30 años.

Lo que está ocurriendo, sin embargo, es que tanto esto como lo que comentaba al principio se han solapado. Se quiere obligar a la gente talluda a trabajar más años para, dicen como falacia (recordad el comentario mío del pasado 3 de enero), mantener equilibrados los fondos de la seguridad social. Si eso fuera así, lo que se está es castigando aún más a las generaciones más jóvenes, que van acumulando el menor tiempo de cotización por tres factores: el retraso en la entrada en el mercado laboral (por la obligación de estudiar hasta los 16 años o querer seguir haciéndolo para formarse más y mejor), la existencia de un paro creciente y el no haberles importado trabajar en precario y sin prestar atención a la normativa laboral.

En los años 90 surgió un debate en los países europeos en torno a la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales. Algunos países, como Francia, lo introdujeron en su reglamentación laboral. En España Izquierda Unida, con el apoyo de algunos sindicatos, como la CGT, lo impulsó y llegó a presentar en 1999 en el Congreso una iniciativa legislativa popular para que se tratara. La mayoría parlamentaria del PP, que gobernaba por entonces, y del PSOE la echó para atrás. No hubo comprensión de la iniciativa por buena parte de la sociedad española y, lamentablemente, por parte de CCOO y UGT. En el primer caso se prefirió dejarse llevar por los valores del consumismo e individualismo que con el PP alcanzaron su zénit cuando vivíamos en plena burbuja especulativa; y en el segundo se prefirió la comodidad de ir defendiendo las conquistas conseguidas, sin entender que eso es siempre insuficiente.

Hoy estamos sufriendo el ataque más duro contra las conquistas sociales obtenidas desde bastantes décadas y que se empezaron a poner en cuestión en los años ochenta. La gran desmovilización que hay en la sociedad española ha sido una de las claves de la gran debilidad que tenemos y que está permitiendo que se sigan reduciendo derechos sociales. Es cierto que sindicatos como CCOO y UGT tienen responsabilidad, pero no toda. Su presencia ha permitido poder haber mantenido bastantes derechos. Actuaron con determinación en las diversas huelgas generales convocadas, incluidas las de 2003 contra el gobierno del PP y la de septiembre pasado contra el del PSOE. No me está gustando su actitud en los actuales momentos, buscando no sé qué acuerdo con el gobierno y la patronal. Sé que hay una parte del electorado que se considera de izquierda que tiene su corazón roto, teniendo un gran malestar por las medidas que se están tomando, pero temiendo que pueda venir el PP, que supondría estar peor. También sé que mucha gente ha perdido o no ha tenido la conciencia suficiente para detectar cuáles son las claves de la actual situación. Hay quien considera, por ejemplo, que “la culpa la tiene Zapatero”, siguiendo el mensaje machacón del PP.

Pese a todo ello, despreciar a los sindicatos no resultaría positivo. Mucha gente que lo hace, ni está sindicada ni ha apoyado las convocatorias de huelga general. Hay mucha gente que exige mucho, pero no pone nada de su parte, no aportando la solidaridad necesaria para poder llevar a cabo una acción colectiva de respuestas a las agresiones. Estoy seguro que la actitud de CCOO y UGT es, al menos en parte, consecuencia del insuficiente apoyo que tienen. Para mí es una muestra de debilidad, pero es que mucha gente apoyó la última huelga general. Hay, además, otros sindicatos que han actuado con mayor coherencia, aunque tenga menos arraigo social, por lo que no se puede poner como excusa a los sindicatos.

En definitiva, existen cauces de participación y colaboración sociales para poder resistir. Lo contrario sería la derrota, que sería definitiva por mucho tiempo. En un artículo magistral publicado hoy en Público Umberto Eco lo acaba con estas palabras: “En lo que respecta a mi convicción de que avanzamos a paso de cangrejo y de que ahora el progreso coincide con la regresión, nos daremos cuenta de que hemos llegado a una situación no muy diferente a aquella del imperio colonial en India, en el archipiélago malayo o en África central; y quien haya llegado felizmente a los 110 años gracias al desarrollo de la medicina, se sentirá como el rajá blanco de Sarawak, sir James Brooke, sobre el que fantaseaba leyendo de niño las novelas de Salgari”.  

sábado, 15 de enero de 2011

Cómo decir lo que hay que hacer sin dar ejemplo

En pleno debate sobre la bajada del sueldo de quienes dependen de las administraciones públicas, congelación de salarios en las empresas privadas, mayor abaratamiento de los despidos, aumento del periodo mínimo de cotización para las pensiones, anuncio de retraso de la edad de jubilación a los 67 años…, en fin, todo el cúmulo de medidas  sociales que nos están imponiendo a quienes vivimos de nuestro trabajo asalariado, han salido a la actualidad Felipe González y José Mª Aznar por las remuneraciones, desmedidas, que están recibiendo. Durante sus mandatos ya tomaron medidas económicas y sociales que no difieren de las que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está aplicando. Han sido los principales responsables en España de las políticas neoliberales que se generalizaron durante la década de los ochenta en el mundo, dando paso a una financiarización de la economía, el recorte de los gastos sociales, una privatización de servicios y empresas sin precedentes, etc.

Lo que nos dicen que hay que hacer

En la actual situación de crisis defienden medidas económicas y sociales de choque contra la población, apoyando las tomadas por el gobierno de Zapatero, en el caso de González, o dando muestras de un catastrofismo exagerado, por parte de Aznar. Pero, repito, unas posturas que en los dos casos siempre están en la dirección de continuar desarrollando una política neoliberal, centrada en el apoyo a las rentas más elevadas en detrimento de la mayoría de la gente. Si en el primer caso esas rentas se obtienen de su patrimonio como coparticipantes de la propiedad de grandes empresas, de los beneficios derivadas y de las elevadísimas remuneraciones que reciben, en el segundo caso se basan sobre todo en rentas de origen salarial.

Y estos señores disponen de unos ingresos más que sustanciosos. Tienen en común la asignación anual de 80.000 euros por haber sido presidentes de gobierno, lo que se puede equiparar de hecho a una pensión. No es la única fuente de ingresos, como vamos a ver a continuación.

La rentabilidad de un nombre, quizás una marca

El caso de Aznar es el más espectacular de los dos. Desde el primer momento se convirtió en un personaje invitado por diversas instituciones públicas y privadas, entre lo que llamó la atención en 2004, al poco de dejar su cargo como jefe de gobierno, su contratación por la universidad jesuita de Georgetown, en Washington DC, de la que es actualmente uno de los 25 profesores más famosos  (Holtz, 2010). Ese mismo año también se convirtió en presidente de FAES, la famosa fundación que busca ser el referente ideológico conservador en nuestro país, con un intento de proyección hacia otros países. Quizás por eso se entienda que en 2004 creara con su mujer la empresa Famaztella (Época, 2004; C.G., 2010), que se dedica a la gestión de los derechos de autor de sus libros, artículos o conferencias, lo que les está aportando importantes beneficios, que en 2009 alcanzaron los 445.417 euros, siendo el patrimonio de ese mismo año de 1,6 millones. Toda una intensa actividad como profesor, articulista y conferenciante donde se aúnan ideología conservadora y rentabilidad personal.

Pero además de eso, Aznar también se ha convertido en un importante referente para las grandes empresas de sectores estratégicos, que utilizan sus servicios como asesor o ejecutivo (F.M., 2011). Así, desde 2006 es asesor de News Corporation, ligada al magnate Rupert Murdoch, cabeza de uno de los principales grupos mundiales de comunicación (cine, televisión, prensa, libros…), un puesto por el que obtiene 175.000 euros anuales. Entre 2007 y 2009 estuvo contratado por Centaurus Capital, una compañía especializada en captar fondos de inversión para grandes capitales, cuya sede se encuentra en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. Desde 2009 es consejero de la empresa norteamericana Doheny Global Group, vinculada al sector de la energía y en especial a la nuclear. Desde octubre pasado preside del Consejo Asesor de Global Adaptation Institute, un grupo de presión centrado en la promoción de la energía nuclear. Es asesor de la división para América Latina  de la  empresa norteamericana J. E. Robert, dedicada a operaciones inmobiliarias. Hace unos días acaba de ser nombrado asesor de ENDESA, la empresa eléctrica española que desde el año pasado pertenece al grupo italiano Enel, de la que se ha dicho que va a recibir un sueldo anual de 200.000 euros, pudiendo llegar a los 300.000 a través de complementos por objetivos.

Se ha escrito que buena parte del éxito de Aznar en el mundo empresarial ha sido fruto del pago de favores por el papel que jugó a principios de la década como uno de los principales aliados internacionales de EEUU durante la presidencia de George Bush jr.

El ex presidente algo más que discreto

Su vida ha pasado quizás más desapercibida. No obstante, durante las dos legislaturas de gobiernos del PP (1996-2004) ya llamó la atención por su notable absentismo como diputado, lo que no fue óbice para que cobrara su sueldo, amén de la asignación vitalicia que tenía como ex presidente. Durante los primeros años buscó ser un referente ideológico de lo que se conoció como socialismo liberal, en auge tras los triunfos electorales de Tony Blair y Gerhard Schroder. Después pasó a presidir las fundaciones Progreso Global y Tomás Meabe, y desde 2007 fue designado presidente del Grupo de Reflexión sobre el Futuro de Europa, conocido como Comité de Sabios de la Unión Europea.

Aunque no se prodiga como Aznar en el mundo de las conferencias, se cotiza alto si seguimos al diario Expansión (Equipos&Talento, 2010), para el que  su actividad como conferenciante por todo el mundo le reporta importantes ingresos. “All American Speakers pide 30.000 euros por cada una de ellas”, aunque en fuentes próximas a González se ha reconocido que cobra 50.000 euros brutos (López Alba, 2010).  

Una faceta que se cuidado mucho ha sido la de su dedicación a actividades manuales cuasi domésticas, como ya hiciera en la Moncloa con el cuidado de bonsáis, algo que él mismo lo destacó hace poco en la entrevista de Juan José Millás para El País (2010). No dijo, sin embargo, que sus esculturas y joyas “las vende en exclusiva para su amiga Elena Benarroch en Madrid a 2.000 euros por los pendientes y 4.000 por los colgantes” (Equipos&Talento, 2010).

Está claro que tal discreción no tiene por qué ser sinónimo de rentabilidad. En 2001 fundó con sus dos hijos y su hija la empresa Ialcon Consultoría, que está dedicada al asesoramiento internacional, tiene una gran influencia y resulta económicamente bastante rentable. Se habla de unos beneficios de 1,5 millones de euros y que Carlos Slim como uno de sus clientes. Dicen también que de este mejicano, magnate mundial de la comunicación y también una de las mayores fortunas del mundo, recibe 44.000 euros mensuales (Lucas, 2007; Equipos&Talento, 2010, citando a El Economista y El Mundo).

En el mes pasado desde el entorno de González, sin embargo, se ha negado que tenga otros ingresos fuera de sus 80.000 euros como ex presidente, además de los que ya ha empezado a cobrar como asesor de la empresa Gas Natural, de la que ha escrito que serán “126.500 euros brutos anuales, que se quedarán en 82.000 netos”, pero  que podrían superar “los 200.000 euros si asume la presidencia de alguna comisión” (López Alba, 2011).

Los dos anteriores

Leopoldo Calvo Sotelo, que antes de su carrera política llegó a ser, entre otras cosas, presidente de RENFE, perteneció desde 1982 a los consejos de administración de empresas como el Banco Hispano Americano (después, del Central-Hispano y finalmente del Santander-Central-Hispano), Vespa, Dragados, Unión Fenosa u ONO. Todo eso además de la asignación de 80.000 euros como ex presidente, la misma que sigue cobrando Adolfo Suárez, quien, quizás por la enfermedad que sufre, no se ha prodigado mucho en esos menesteres. Pese a ello ha llegado a ser asesor de Telefónica (F. M., 2011).  

Punto y… seguido

No se han tratado los casos del resto de los altos cargos políticos, como tampoco que muchos de quienes han ocupado puestos similares a Aznar y González aprovechen para obtener importantes puestos en el mundo de las grandes empresas. Sí se puede decir que, después de lo visto, haber dejado el puesto de jefe gobierno no resulta perjudicial en España. Para los tiempos que corren, un buen ejemplo de no darlo.      


Hemeroteca de referencia

C. G. (2010). Famaztella, la sociedad de Aznar y Botella, acumula un patrimonio de 1,6 millones, en http://www.elplural.com, 9 de noviembre.
Cotizalia (2011), “Ex alto cargo público”, la cantera perfecta para las empresas españolas, en http://www.cotizalia.com, 13 de enero.
Época (2004).  Famaztella: La empresa desconocida de los Aznar, publicado en http://www.rebelion.org., 24 de septiembre.
Equipos&Talento (2010). De la asesoría a las joyas: los ingresos de Felipe González, en http://www.equiposytalento.com, 23 de noviembre. 
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jueves, 13 de enero de 2011

Guerras, víctimas, menores, negocio...

Las guerras

En la actualidad existen más de 40 conflictos armados en el mundo.

A finales del siglo XX el escenario de las guerras ha sido el Sur, así, desde 1945 ha habido 120 conflictos con 20 millones de personas asesinadas, más que en la 2ª guerra mundial.

Desde hace un año hasta hoy, 16 países africanos, con unos 150 millones de personas, se han convertido en escenario de guerras.

Víctimas, sobre todo de menores

“Operación tormenta del desierto”: niños nacidos sin ojos, órganos adheridos al estómago o a la espalda, sin extremidades, incluso sin cabeza.

En los últimos 10 años la guerra ha provocado en los niños 2 millones de muertos, 6 millones gravemente heridos o permanentemente discapacitados, 1 millón de huérfanos o separados de sus familias, y 15 millones de refugiados y desplazados.

Dos mil niños desaparecidos en Sierra Leona, se les usa como porteadores y las niñas se convierten en esclavas sexuales.

Reclutamiento de menores en las Fuerzas Armadas Paraguayas. Legalmente está prohibido, pero la muerte de seis menores mientras hacían el servicio militar ha sacado a relucir la realidad.

Doce millones de niños en campos de refugiados, trescientos mil enrolados en las guerras... Niños que aprenden que la violencia es la primordial forma que adoptan las relaciones humanas.

Medio millón de niños son utilizados como soldados en 87 países de todo el mundo.

Soldados de la ONU acusados de “alquilar” niñas en África: múltiples soldados de la misión humanitaria emplazada entre Eritrea y Etiopía celebraban auténticas orgías en los hoteles de Asmara y Massaua con niñas de entre 14 y 15 años y, en algunos casos, menores de 12 años, conseguidas por pocos dólares sacadas de los barrios más pobres de estas ciudades.

Existen en el mundo 300 000 niños soldados a los que se les entrena para matar.

Más de 2 millones de niños han muerto en guerras en los últimos 10 años.

El negocio y la responsabilidad

La segunda industria más importante después del petróleo es el armamentismo.

Los principales vendedores de armas: EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y China.

España vende armas a 23 países que violan los derechos humanos. El 42% de las armas va a países en guerra.

“Entre un 35% y un 45% de la inversión total en investigación del estado español de los últimos años se destina en realidad a proyectos militares” (Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada).

Reflexiones sobre las religiones (y 3)

Conviene matizar de partida que el mundo de la religión o del hecho religioso, por pertenecer a la subjetividad de las creencias, no tiene por qué conllevar una racionalización a la hora de aceptarla o rechazarla. Otra cosa es la reflexión, la búsqueda de conocimiento para entender mejor el hecho religioso o cualquiera otra consideración que se quiera tener en cuenta.

La religión ha estado presente a lo largo de mi vida, aunque desde distintas perspectivas. Durante mi infancia y adolescencia he tenido presentes tres hechos de gran importancia: la pertenencia a una familia católica con fuerte presencia de lo religioso; la fuerte presión ideológica ejercida por durante los primeros años de mi vida por el régimen franquista; y la estancia entre los 11 y los 15 años en un colegio religioso, si bien como alumno externo. Pese a ello, a partir de los 15 años inicié un alejamiento de las creencias y prácticas religiosas, que me llevó enseguida a hacer un reconocimiento explícito de mi ruptura con cualquier vínculo religioso. En este proceso la influencia de varios familiares fue de gran importancia, pero no exclusiva, pues paralelamente fui leyendo varios escritos que, de alguna manera, me sirvieron para dar consistencia a mi posición ante el hecho religioso.

Entre estas primeras lecturas se encontraban obras de autores relacionados con lo que en los años 60 y 70 se denominaba diálogo entre marxismo y cristianismo, como José Mª Díez Alegría (¡Yo creo en la esperanza…!), Emmanuel Mounier (El compromiso de la acción), Reyes Mate (El ateísmo: ¿un problema político?) o la introducción que Hugo Assmann y el propio Reyes Mate hicieron para una edición de textos de Marx y Engels (Sobre la religión). No faltaron tampoco algunos textos relacionados con el Concilio Vaticano II. Como estudiante universitario proseguí con mis lecturas, esta vez en el campo de la Historia y particularmente de la cultura y las ideas. Con el paso de los años no disminuyó mi preocupación por profundizar en el hecho religioso, lo que se manifestó en lecturas sobre autores en aspectos diferentes. Mis ojos han recorrido libros o artículos de Gonzalo Puente Ojea, Gustavo Bueno, Leonardo Boff, Hans Küng, Jurgen Habermas, Karlheinz Deschner, Frei Betto, Ernesto Cardenal… Y  obras sobre historia de las religiones en general o de alguna en particular, entre las que destaco dos elaboradas en la antigua URSS: Historia atea de las religiones y El ateísmo científico. En mi hemeroteca informática personal tengo una carpeta dedicada a las religiones y otra al mundo del pensamiento en general, por lo que mis fuentes de información son numerosas y variadas.

Toda esta dimensión personal ha tenido como contrapunto el que haya tenido que mantener inexorablemente contactos con muchas personas en diversos ámbitos: familiar, profesional, amistoso o público. Desde mi ruptura (fractura, al decir de Eco) con todo tipo de creencia religiosa, mi relación con los miembros de mi familia de origen considerados creyentes ha sido de un gran respeto mutuo, salvo situaciones puntuales que, por anecdóticas, no merece la pena resaltar. En el caso de la familia propia desde el principio optamos mi mujer y yo por una educación laica hacia la hija y el hijo, evitando un contraadoctrinamiento y entendiendo con normalidad cualquier relación con el hecho religioso. “No me habéis obligado a creer o no creer, me habéis dado libertad para elegir y pensar”, me ha indicado mi hijo.

Mi actuación profesional como docente se ha centrado en un tratamiento objetivo de lo religioso, insertado dentro de la Historia o las Ciencias Sociales. Así mismo, he defendido abiertamente los principios laicos de no impartición de la asignatura de Religión en los centros educativos, por considerar que se debe evitar cualquier tipo de adoctrinamiento y como mejor garantía para que la libertad de conciencia sea ejercida en igualdad de condiciones. Me voy a referir a un hecho puntual ocurrido en 1988, en mi primer año de labor docente, cuando organicé un debate en la asignatura Historia Universal en el último curso de Bachillerato. El tema elegido fue la Reforma del siglo XVI y participaron, además del alumnado, un profesor de Matemáticas, por su condición de cristiano evangélico, otro de Filosofía y el de Religión. Fue una experiencia excepcional por la calidad del debate, en la que destacó el alumnado por su excelente argumentación en las intervenciones y el ejemplo de cordura que dieron, especialmente ante el profesor de Filosofía, que, desde su intransigencia doctrinal católica, intentó imponer la superioridad de los planteamientos católicos, una actitud que no mostraron los otros dos profesores ligados expresamente a una confesión religiosa.  

Desde mi juventud he mantenido permanentemente un diálogo con cuantas personas de cualquier creencia o sin tener ninguna han querido. Desde mi ateísmo ideológico, mi defensa del laicismo como modelo de relaciones en el campo de lo religioso y mi apuesta por un mundo de personas iguales, no reniego de nada de lo que he hecho y ni siquiera de mis orígenes. Desde los tres condicionantes vividos en mis primeros años de vida (familia, régimen franquista y colegio religioso) he recibido y experimentado influencias culturales y religiosas que en mi trayectoria vital me han permitido comprender mejor distintas situaciones y contrastarlos para actuar en la vida con arreglo a mis principios éticos.

Con el tiempo he ido conociendo a muchas personas, bastantes de otros países, con ideas y creencias muy diversas, y con percepciones muy variadas dentro de su  posicionamiento. He conocido a creyentes del islam, del cristianismo ortodoxo, testigos de Jehová, cristianos de base, integristas católicos… Entre las personas no creyentes, unas se han declarado como ateas y otras como agnósticas. Las posiciones laicas no han sido patrimonio exclusivo de estas últimas… He mantenido conversaciones con  seminaristas, monjes, sacerdotes… En el máster que acabo de terminar he conocido a dos musulmanes, con los que he intercambiado opiniones y hasta discutido amigablemente, y una cristiana ortodoxa de una familia que ha visibilizado su profesión religiosa tras la caída de la URSS.

Durante las navidades es costumbre en mi familia de origen cantar villancicos. Considero que mi madre fue una santa en vida y pongo a una de mis hermanas, de una profunda fe religiosa, como un ejemplo de entrega a las demás personas. Me encanta escuchar las palabras que pronuncian cristianos que entienden que la salvación de las almas empieza en la Tierra, como ha hecho Ignacio Ellacuría o hacen Leonardo Boff, Frei Betto, Jon Sobrino, Ernesto Cardenal y tantos otros.

De joven leí varias novelas del jesuita José Luis Martín-Vigil, como Los curas comunistas, Sexta galería…; me sorprendió la facilidad con la que hablaban de Dios comunistas chilenos como Violeta Parra o Víctor Jara; supe de la existencia de curas guerrilleros, como Camilo Torres, Gaspar García Laviana o Manuel Pérez; admiré la valentía de los curas Miguel D’Escoto, Ernesto Cardenal y Fernando Cardenal como ministros sandinistas; me horroricé de los asesinatos de monseñor Romero, monjas y sacerdotes de Latinoamérica o Ignacio Ellacuría; me sorprendí de lo que decían obispos como Helder Cámara o Pedro Casaldáliga; me emociono cuando cantamos con mis amigos y amigas la canción de León Gieco “Sólo le pido a Dios”...

Me horroriza ver a tantas personas creyentes cristianas insensibles ante la miseria, interesadas en su propio bienestar y arrogantes en sus creencias, que creen superiores. No me gustan las procesiones de Semana Santa o cualquiera otra manifestación de otras religiones en las que la mortificación física o simbólica sea presentada como ejemplo, ni siquiera cuando se justifiquen bajo el caparazón de cultura popular. Me indignan las autoridades de la Iglesia Católica cuando pontifican sobre lo humano bajo el patrón de la intolerancia y hacen uso del chantaje moral para obtener prebendas.

Pero escuchar a creyentes cristianos, como ocurrió  con Juan José Tamayo el pasado mes de abril, me resulta reconfortante por su apuesta por una religiosidad alejada de las jerarquías, aliada con quienes más lo necesitan y en defensa de un diálogo interreligioso que busque puntos de encuentro en lo que ha sido con frecuencia motivo de dramáticos enfrentamientos.


Bibliografía de referencia

ASSMANN, H. y MATE, R. (edit.). (1974). Sobre la religión. K. Marx - F. Engels. Salamanca, Sígueme.
CAHEN, C. (1989). El Islam. I. Desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio otomano. Madrid, Siglo XXI.
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CARDENAL, E. (2004). La revolución perdida. Memorias 3. Madrid, Trotta. 
Concilio Vaticano II. Constituciones, decretos, declaraciones, documentos pontificios complementarios. (1965). Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos. 
DESCHNER, K. (2005). El credo falsificado. Tafalla, Txalaparta.
DÍEZ ALEGRÍA. J. M. (1972). ¡Yo creo en la esperanza…! Madrid, Española.
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VON GRINEBAUN, G. E. (1984). El Islam. II. Desde la caída de Constantinopla hasta nuestros días. Madrid, Siglo XXI.

miércoles, 12 de enero de 2011

A quienes dirigen mi sindicato

La situación política y social que estamos viviendo está resultando cada vez más dramática. Como afiliado del sindicato de enseñanza de CCOO desde 1993, he enviado un mensaje breve a través de la página electrónica con el fin de dar a conocer mi preocupación y descontento por lo que las personas que dirigen la confederación sindical están haciendo. Helo aquí:

"Después de los atropellos sin precedentes que estamos sufriendo con la sucesión de medidas sociales regresivas que está tomando el actual gobierno, cómplice del poder económico de las grandes corporaciones internacionales, estoy asistiendo con estupefacción a lo que está ocurriendo durante las últimas semanas con los dirigentes de mi sindicato, que están buscando no sé qué tipo de acuerdo con el gobierno y también la patronal. Considero que la defensa de los intereses de las personas que vivimos del salario que obtenemos de nuestro trabajo no puede hacerse desde la debilidad ante quienes no dejan de atropellarnos. Considero también que la trascendencia del momento exige mayor transparencia por quienes nos representan, en este caso, sindicalmente. No puedo más que mostrar mi decepción por lo que está ocurriendo y no encuentro otra forma de mostrarla a las personas que dirigen al sindicato al que estoy afiliado desde 1993 que enviando este mensaje".  
     

martes, 11 de enero de 2011

Varios meses de esfuerzos

El 29 de marzo pasado se hizo público un documento sobre el problema vasco que ha pasado a ser conocido como Declaración de Bruselas. Fue presentado por Brian Currin, impulsor desde meses antes de diversas actuaciones en el entorno de la izquierda abertzale y ETA que tenían como finalidad el inicio de un proceso de paz en el País Vasco y el cese de la actividad armada de ETA. 

Brian Currin es un abogado sudafricano que durante los años del apartheid fue un activo defensor de los derechos humanos en su país. En 1994 fue nombrado por Nelson Mandela, por entonces ya presidente de Sudáfrica, como presidente de la comisión encargada de investigar lo ocurrido durante el apartheid. Posteriormente ha participado en otras iniciativas de paz, como Irlanda del Norte, Ruanda, Sri Lanka y Oriente Próximo.

La Declaración de Bruselas contó con la firma de otras veinte personas relevantes en la lucha por la paz y los derechos humanos, y en la resolución de conflictos. La lista es la que sigue: Fundación Nelson Mandela, Desmond Tutú, Frederik De Klerk, Mary Robinson, John Hume, Albert Reynolds, Jonathan Powell, Nuala O’Loan, Raymond Kendall, Betty Wiliams, Denis Haughey, Aldo Civico, Sheryl Brown, Andrea Bartoli, Alan Smith, Christopher Mitchell, John P. Linstroth, Hurts Hannum, Jhon Etchemendy y William Kelly. Tres son premios Nobel de la Paz (Desmond Tutú, Frederik De Klerk y John Hume), a la vez que la Fundación Nelson Mandela está vinculada a un personaje de gran ascendente moral, también premio Nobel en 1993.    

En la Declaración se instaba a la izquierda abertzale a una “total ausencia de violencia” y se hacía lo propio con ETA acerca de compromiso por “un alto el fuego permanente y completamente verificable”. Así mismo, se aludía a la necesidad de la implicación del gobierno español para que la Declaración pudiera ser “debidamente respondida”. El contenido completo es el que sigue:
 
Damos la bienvenida y elogiamos los pasos propuestos y el nuevo compromiso público de la Izquierda Abertzale con los medios «exclusivamente políticos y democráticos» y una «total ausencia de violencia» para conseguir sus objetivos políticos. Plenamente realizado, este compromiso puede ser un paso fundamental para poner fin al último conflicto en Europa. Tomamos nota de la expectativa de que los próximos meses pueden dar paso a una situación donde el compromiso con los medios pacíficos, democráticos y no violentos se convierta en una realidad irreversible. Para ello, hacemos un llamamiento a ETA para que apoye este compromiso declarando un alto el fuego permanente y completamente verificable. Tal declaración, debidamente respondida por el Gobierno español, permitiría que los nuevos esfuerzos políticos y democráticos avancen, las diferencias sean resueltas y se alcance una paz duradera”.

Meses después, el 6 de septiembre ETA emitió un comunicado en el que decidía "no llevar a cabo acciones ofensivas", lo que fue interpretado como insuficiente, al no contemplar la petición de "alto el fuego permanante y verificable". El 25 se hizo público otro documento, conocido como Declaración de Guernica, en el que varios grupos de la izquierda abertzale (Batasuna, Aralar, Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Abertzaleen Batasuna) reclamaban a ETA “un alto el fuego permanente, unilateral y verificable”. Y casi de inmediato, el día 30, el propio Brian Currin, en un escueto comunicado, pedía a ETA que tomara una decisión más clara sobre la propuesta de marzo:

“Se ha consultado con cada uno de los firmantes de la Declaración de Bruselas sobre los recientes comunicados de ETA y su respuesta directa a la propia Declaración de Bruselas. La petición a ETA se mantiene tal y como fue presentada en la Declaración de Bruselas en marzo de este año: que declare un alto el fuego unilateral, verificable y permanente”. 

Ayer, 10 de enero, se ha conocido un comunicado de ETA en el que, entre otras cosas, declara “un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede  ser verificado internacionalmente por la comunidad internacional”, no faltando el compromiso firme “con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada”. La lectura detenida del comunicado permite observar que se adecua a las peticiones hechas en la Declaración de Bruselas de marzo de 2010 y la reiteración de las mismas formulada por Brian Currin en septiembre.