Hace unos días se cumplió el 130 aniversario del nacimiento de Ho Chi Minh, el padre de la independencia de Vietnam. Nacido como Nguyen Sinh Cung, también se le conoció como Nguyen Tat Thanh, Nguyen Ai Quoc y Ho Chi Minh, este último el nombre por el que es mundialmente conocido.
Estuvo entre los fundadores del Partido Comunista de Indochina y desplegó una intensa actividad revolucionaria contra el imperialismo francés, japonés y estadounidense. Cuando en 1939 Japón ocupó la península de Indochina, dirigió la formación del Vietminh, el Frente de Liberación de Vietnam. Tras la fundación de la República Democrática de Vietnam en 1945 se enfrentó a Francia, la potencia colonial desde el siglo XIX. Fue el primer ministro del naciente estado y desde 1954, su presidente, aun cuando la mitad sur del país se encontraba ocupada por Francia, primero, y EEUU, después.
Entre 1942 y 1943 fue encarcelado en la parte de China no ocupada por Japón, por entonces gobernada por el Kuomintang, que tenía al frente al general Chiang Kai-shek. lo que aprovechó para escribir los poemas que acabaron conformando el poemario Diario de la prisión. Se trata de poemas cortos, escritos en ideograma chinos, a través de los cuales se trasluce una faceta poco conocida del político revolucionario, en la que armoniza el intimismo que deriva de la soledad de la prisión y los anhelos políticos.
En esta entrada podemos acceder a 38 de los poemas (1) de un personaje muy querido en su país, al que llamaban -y siguen haciéndolo- con el apelativo cariñoso de Tío Ho.
Primera página del diario
Hacer versos no ha sido una de mis aficiones,
pero
ahora en prisión ¿qué más puedo hacer?
Pasaré
estos días escribiendo poemas, en cautiverio.
Cantándolos, el día de la libertad se acercará.
Difícil
es el camino de la vida
I
Habiendo
escalado los picachos más altos y las más escarpadas montañas,
¿cómo
iba yo esperar que en las planicies me encontraría con el mayor peligro?
En
las montañas me topé con el tigre y salí indemne:
en
las planicies me encontré con el hombre y me enviaron a la prisión.
II
Viajaba
como representante de Vietnam hacia China
para
encontrarme con un importante personaje.
En el
calmado camino una repentina tormenta se dejo caer
y fui
empujado a la cárcel como un honorable huésped.
III
Soy
un hombre limpio sin ningún crimen en mi conciencia,
pero
fui acusado de ser un espía en China.
Como
puede ver, la vida nunca es un asunto parejo
y
ahora en el presente abundan las dificultades.
Mediodía
¡Es
una delicia tomarse una siesta en la celda!
Un
profundo sueño nos lleva lejos por horas.
Sueño
montando un dragón hacia los cielos…
Despierto,
regreso precipitadamente a la prisión.
Atardecer
Cuando
la cena se acaba, el sol se hunde en el Oeste.
Repentinamente,
desde todas las esquinas,
comienzan
la música y las canciones folclóricas:
la
melancólica prisión de Tsingsi se transforma en una academia de las artes.
Claro de luna
No
hay alcohol ni flores para los prisioneros,
pero
la noche, tan encantadora, ¿cómo podemos celebrarla?
Voy
al agujero de ventilación y contemplo la luna,
y a
través del agujero la luna le sonríe al poeta.
Transferido a Tiempo en el “doble décimo”
día
Cada
casa fue adornada con flores y luces.
En el
día nacional todo el país se transformó en alegría,
pero
en ese mismo día me encadenaron y trasladaron:
el
viento continúa soplando en dirección opuesta al del águila.
Juego de palabras
Aquellos
que salen de la prisión pueden reconstruir el país.
La
desgracia es la prueba a la fidelidad del pueblo.
Aquellos
que protestan las injusticias son los de verdaderos méritos.
Cuando
las puertas de la prisión se abran,
el
verdadero dragón volará libre.
En el
Buró Político de la Cuarta Zona de Resistencia
He
viajado los trece distritos de la Provincia de Kwangsi
y
probado los placeres de dieciocho distintas prisiones.
¿Qué
crimen he cometido?, me sigo preguntando.
El
crimen de seguir devoto a mi pueblo.
Noche de Otoño
Frente
al portón, el guardia apostado con su rifle.
Arriba
las nubes desordenadas se llevan a la luna.
Los
chinches pululan alrededor como tanques de guerra en maniobras,
mientras
que los mosquitos forman escuadrones,
atacando
como aviones de guerra.
Mi
corazón viaja mil kilómetros hacia mi tierra natal.
Mí
sueño se entrelaza con las penas como una madeja de miles de hilos.
Inocente,
he aguantado un año completo en prisión.
Usando
mis lágrimas como tinta, transformo mis pensamientos en versos.
Sobre la lectura de Antología de Mil Poetas
A los
antiguos les gustaba cantarle a la belleza natural:
nieve
y flores, luna y viento, niebla, montañas y ríos.
Hoy
debemos hacer poemas que incluyan hierro y acero,
y el
poeta también debería saber conducir un ataque.
Poema de propaganda
En
estos doce puntos
¿acaso
hay algo de extraordinario?
Todo
aquel que sea un poco patriota
no
los olvidará.
Hagamos
de ellos un hábito
para
todos y cada uno.
Un
pueblo y un ejército valerosos
no
conocen nada imposible.
La
raíz hace sólido al árbol.
El
palacio de toda victoria
se
construye sobre el pueblo entero.
Una frazada de papel
Libros
nuevos, libros viejos,
las
hojas apiladas tan juntas.
Una
frazada de papel
es
mejor que ninguna.
Vosotros
que dormís como príncipes,
resguardados
del frío,
¿sabéis
cuántos hombres presos
no
pueden dormir en toda la noche?
Noche fría
Noche
de otoño.
No
hay colchón. No hay mantas.
No
hay sueño. Cuerpos y piernas
encimados
y entumecidos.
La
luna brilla
en
las hojas heladas de los bananos.
Detrás
de los barrotes
la
Osa Mayor se balancea sobre el Polo.
Los buenos
días que vienen
Todo
cambia, la rueda
de la
gran ley gira sin pausa.
Después
de la lluvia, buen tiempo.
En el
pestañeo de un ojo
el
universo se despoja
de
sus ropas sucias.
A través
de diez mil millas
el
paisaje se extiende como
un
precioso brocado.
Delicada
luz del sol.
Brisas
ligeras. Flores sonrientes
cuelgan
en los árboles, entre las
hojas
chispeantes,
todos
los pájaros cantan.
Hombres
y animales vueltos a nacer.
¿Qué
puede ser más natural?
Después
de la pena llega la alegría.
Libre, camino en la montaña y
disfruto la vista
Montañas.
Nubes.
Más
montañas. Más nubes.
Allá
abajo un arroyo centellea
brillante
e inmaculado.
Solo,
con el corazón agitado,
camino
por el Macizo Oeste.
Y
miro a lo lejos, hacia el Sur
y
pienso en mis camaradas.
Poema estimulante
Todo
pueden lograr
las
doce recomendaciones.
Quien
ama a su país
no
las olvidará nunca.
Cuando
el pueblo tiene un hábito,
se
comporta como un solo hombre.
Con
buen ejército y buen pueblo
todo
será coronado por el éxito.
Sólo
cuando la raíz es firme,
el
árbol puede vivir mucho tiempo
y la
victoria tiene como raíz al pueblo.
Una
broma
El
Estado me alimenta con arroz,
habito
sus palacios,
sus
guardianes se turnan para servirme de escolta.
Contemplo
sus montañas y sus ríos cuando quiero:
un hombre con
tantos privilegios
es
realmente un hombre.
Una delegación inglesa en China
Los
americanos se han ido; ahora llegan los ingleses.
Se le
da la bienvenida a la delegación por todas partes.
Yo
también soy un delegado en una visita amistosa a China.
Sólo
que la bienvenida que a mí me dan, es otra.
Alerta en Vietnam
¡Mejor
la muerte que la esclavitud!
En
todo mi país ondean
nuevamente
las banderas rojas.
Oh,
lo que es ser un prisionero en un tiempo así.
Cuándo
seré libre para tomar
mi
puesto en la batalla.
Al escuchar moler arroz
Cuánto
debe de sufrir el arroz bajo el triturador.
Pero
después de molido es blanco como el algodón.
A
menudo le sucede lo mismo
a los
hombres de este mundo:
el
taller de la desgracia los convierte
en
jade pulido.
Claro de Luna
¿Qué
hacer en la prisión
sin
bebida ni flores
en
noche tan radiante,
luminosa
y serena?
El
poeta mira a la luna
que
esplendorosa asciende.
La
luna mira al poeta
por
detrás de la reja.
En el camino
Andando
los caminos, se conocen sus riesgos.
Pasas
una montaña: ya hay otra frente a ti.
Pero
cuando a la cima de una sierra has llegado,
con
la mirada alcanzas a más de diez mil li [2].
Ingresando en la prisión de Tsing Si
En la
prisión los viejos acogen al que ingresa.
Blancas
nubes ahuyentan las nubes de tormenta
y por
el cielo todas libremente se alejan.
Un
hombre libre, solo, permanece en la celda.
La noche
Después
de la comida, cuando por Occidente cae el sol,
melodías
y cantos montañeses brotan de todas partes.
La
prisión de Tsing Si, sombría y melancólica,
se transforma en ilustre academia de música.
La flauta del prisionero
En la
prisión, de pronto, se escucha de una flauta
el
lamento nostálgico.
Se hace pena la música, cada nota es un sollozo,
mil
lenguas se paran y un dolor desgarra.
¿No
habrá en alguna parte, melancólica sombra mirando al horizonte,
en lo
alto de una torre, una mujer que espera?
La ración de agua
Apenas
medio cubo es la ración de agua.
Te
lavas o haces té: tú decides.
Si te
quieres lavar, no tomes té.
Si
quieres tomar té, no pienses en lavarte.
Traslado del preso al amanecer
Cantó
el galló una vez: aún es noche cerrada.
Con
su escolta de estrellas la luna lentamente
asciende
hasta las crestas de los montes de otoño.
Ya
está en camino aquel que inicia un largo viaje.
Golpea
el viento los rostros con ráfagas heladas.
Enrojece
de pronto la luz por el Oriente
y las
últimas sombras nocturnas son barridas.
Por
todo el universo, el calor de la vida ya se extiende.
Despierta
en el viajero el poeta que dormía.
En camino
Una
cuerda amarraron a mis piernas y los brazos me ataron,
pero me llegan el suave perfume de las flores y el canto de los pájaros
/ desde
el bosque.
¿Cómo podrán impedir que esta dicha me
acompañe?
Ahora ni es tan largo el camino ni estoy solo.
Noche
fría
Noche
helada de otoño, sin manta ni colchón.
Curvo
la espalda
y doblo las
piernas, buscando en vano el sueño.
El
reflejo lunar sobre los plátanos, hace sentir más frío.
A
través de la reja, en la ventana, veo la Osa Mayor que se desplaza.
En camino hacia Nan Ning
En
lugar de la cuerda vulgar, llevo ahora una cadena.
Como
anillos de jade, a cada paso, sus eslabones suenan [3].
Soy
para mis guardianes tan sólo un prisionero
que
sospechan espía.
Mas tengo la apariencia de un dignatario antiguo.
La prisión de Nan Ning
Ésta
es una prisión de estilo ultramoderno
que
brilla iluminada por la electricidad.
Ah,
pero la comida es sopa bien aguada,
Y,
vacío el estómago, chilla en la oscuridad.
Insomnio
Las
horas de la noche pasan interminables.
El
sueño se me niega y me agito angustiado.
Una
hora y otra más. No sé si duermo o velo:
Sobre
una estrella de oro giran mis pensamientos.
Mañana clara
El
sol de la mañana traspasa la prisión,
barriendo
niebla y humo, dispersando la bruma.
Un
aire nuevo sopla de pronto sobre el mundo.
Cien
rostros enclaustrados sonríen a la aurora.
El señor Kuo
Maravilloso
encuentro, producto del azar,
que
un instante reúne a las lentejas de agua
que
la corriente arrastra.
Este buen señor Kuo
fue
como el regalo de un fuego de carbón
en
una noche helada.
Afortunadamente,
aún laten corazones así sobre la tierra.
Transporte de cerdos por guardas
Por
el camino guardas van transportando cerdos.
Los
cochinos se cargan. Al hombre se le arrastra.
Al no
tener derecho de ser quien es,
el hombre ya ni
siquiera tiene el valor de un cochino.
En la
vida, mil males y diez mil amarguras.
Perder
la libertad, no existe peor desgracia:
si todo nos lo miden, la palabra y el gesto,
tiran de nosotros como caballos y búfalos.
Cuatro meses
"Un
solo día en la cárcel equivale a mil años":
mucha
razón tenía el antiguo refrán.
Cuatro
meses de vida (nada tiene de humano)
han
dejado en mi cuerpo la huella de diez años.
Pues
sí,
cuatro
meses sin comer a mi gusto,
cuatro
meses sin dormir en paz,
cuatro
meses sin nunca mudarme,
cuatro
meses sin lavarme nunca.
Los grillos
Como
crueles demonios, con su jeta hambreada,
nos comen
cada noche las piernas, agarrándolas:
el
pie derecho está en sus fauces de fiera
y,
por fuera, el pie izquierdo puede sólo moverse.
Sin
embargo, en la vida hay algo más extraño:
para coger
los grillos tenemos que pelear,
los que están con grillos, tienen dónde dormir
y los
que no los tienen, no pueden acostarse.
Después de la cárcel, de nuevo los montes
Las
nubes besan los montes,
los
montes abrazan las nubes.
El
río es un espejo y no lo empaña nada.
Por
los montes Si Ling voy caminando solo.
Me
late el corazón al mirar hacia el sur
y
pienso en mis amigos.
Notas
(2) Medida de longitud equivalente a 600 metros.
(3) Cuando los dignatarios y los grandes letrados de antaño iban a la Corte china
para audiencias solemnes, portaban cinturones adornados con pedazos de jade que
se entrechocaban al caminar y producían un sonido particular.
(Imagen: cuento ilustrado de Thuy Loan, realizado sobre un soporte vegetal vietnamita).