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martes, 28 de junio de 2022
domingo, 26 de junio de 2022
viernes, 24 de junio de 2022
jueves, 23 de junio de 2022
martes, 21 de junio de 2022
Ganaron Gustavo Petro y Francia Márquez: ganó, por fin, el pueblo colombiano
La candidatura encabezada por Gustavo Petro (a la presidencia) y Francia Márquez (a la vicepresidencia), Colombia Humana-Unión Patriótica, se ha impuesto a la de Rodolfo Hernández. Se ha concretado en un 50'5% del primero frente al 47'3% del segundo. Hace tres semanas fue derrotado electoralmente el uribismo y con él lo fue también simbólicamente la violencia que representaba. El domingo lo ha sido el candidato corrupto, al estilo Trump y amante de Hitler que desde los poderes dominantes presentaron como alternativa. El reto era difícil. La victoria en la primera vuelta de Gustavo Petro y Francia Márquez no garantizaba que pudieran repetirla en la segunda vuelta. En un principio la suma de las candidaturas de derecha superaba claramente a la de Colombia Humana-Unión Patriótica. Los primeros sondeos apuntaban a que Rodolfo Hernández se impondría con claridad, pero con el paso de los días la situación se fue equilibrando, hasta el punto que en los días previos a las elecciones se hablaba de un empate técnico. La tarea para conseguirlo ha sido difícil, pero, por lo finalmente ocurrido, no imposible. Ha habido una remontada que ha puesto de manifiesto el deseo de cambio en la sociedad colombiana. El deseo de acabar (o, al menos, limitar) con el poder de la oligarquía y los aparatos del estado, con el apoyo de EEUU. Ahora toca alegrarse. Y desde ya, apoyar, en nuestra medida, el deseo manifestado el domingo. Ganaron Gustavo Petro y Francia Márquez, pues. Ganó la candidatura Colombia Humana-Unión Patriótica. Ganó -¿por qué no decirlo?- el pueblo colombiano. Por fin.
Elecciones andaluzas 2022: los peligros de la izquierda dividida
Dos han sido las candidaturas a la izquierda del PSOE que se han presentado con posibilidades de obtener escaños: Por Andalucía y Adelante Andalucía. En líneas generales, las dos han salido de lo que en 2018 fue Adelante Andalucía, el acuerdo suscrito entre IU, Podemos y dos pequeños grupos andalucistas.
Los intentos previos por llegar a un acuerdo
El panorama organizativo en este espacio se ha modificando ampliamente en los últimos años. Mientras IU ha mantenido una gran estabilidad interna, no ha ocurrido lo mismo con Podemos, desde el cual se han desgajado Más País y Anticapitalistas. Con anterioridad a la convocatoria electoral hubo intentos por formalizar una candidatura común y evitar la dispersión del voto. Pero no tuvieron el fin deseado.
IU y Podemos han mantenido una situación de buenas relaciones, como componentes de la marca electoral Unidas Podemos, con la que concurrieron a las dos elecciones generales de 2019 y bajo la cual pactaron en 2020 con el PSOE el actual gobierno de coalición.
Anticapitalistas no estuvo nunca por la labor de llegar a un acuerdo. Alegaron que habían sido expulsados del grupo parlamentario Adelante Andalucía, pero añadieron dos elementos más que no conviene olvidar: su oposición desde el primer momento al acuerdo de coalición de gobierno entre Unidas Podemos y el PSOE, que fue el motivo de su marcha de Podemos; y su voluntad de formar un grupo andaluz soberano. Finalmente Anticapitalistas acabó presentándose bajo el nombre de Adelante Andalucía, en coalición con dos grupos andalucistas.
Más País, por último, estuvo tanteando acuerdos con Equo y algún grupo andalucista, si bien, ante la convocatoria de elecciones para el 19J, acabó aceptando el acuerdo con IU y otros dos grupos bajo el nombre de Por Andalucía y al que en el último momento se sumó Podemos. Se ha hablado mucho de lo que ocurrió, de las reticencias mostradas por la dirigencia de Podemos desde Madrid, de la imagen que generó en el electorado de izquierda, de su utilización por buena parte de los medios de comunicación...
Lo que fue el 19J
El caso es que la división ha sido una realidad y los resultados han dejado constancia que ha sido muy perjudicial. Sin entrar en el optimismo/triunfalismo que ha mostrado Teresa Rodríguez, lo cierto es que en la suma de votos de las dos candidaturas de izquierda, de alrededor de 450.000 votos (12'3%), se han quedado por el camino unos 135.000 (-3'9%). Por separado, Por Andalucía ha conseguido 281.700 votos (7'7%) y Adelante Andalucía, 168.000 (4'6%).
En el número de escaños Por Andalucía ha obtenido 5, repartidos entre Cádiz, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla. Adelante Andalucía, por su parte, se ha quedado con 2, correspondientes a Cádiz y Sevilla. Pero haciendo una proyección aritmética, la suma de los dos grupos habría permitido una optimización de los resultados, lo que hubiera permitido obtener 5 escaños más, que corresponderían a Córdoba, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla.
Por Andalucía ha superado a Adelante Andalucía en siete de las ocho provincias andaluzas, siendo Cádiz la excepción. En la primera sus resultados han sido más homogéneos, oscilando entre el 7'5% y el 9'9%, con la salvedad de Almería (5%), Huelva (6'5%) y Jaén (5'6%). En el caso de Adelante Andalucía los mejores resultados los ha tenido en Cádiz (8%) y Sevilla (8'3%), donde además han obtenido escaño, mientras que ha tenido niveles muy bajos en Almería (1'7%) y Jaén (1'8%).
Los resultados provinciales (y lo que podrían haber sido)
Almería: ninguno de los dos grupos ha obtenido escaños, perdiendo el de 2018, a la vez que los resultados han sido bastante malos; cada grupo ha obtenido, respectivamente, el 5% y el 1'7%, con una suma del 6'7%; la pérdida sobre 2018 ha sido de 8.100 votos y 2 puntos porcentuales.
Cádiz: es donde se han dado los mejores resultados, con el 7'5% y el 8%; la suma llega al 15'5%, pero en relación a 2018 han perdido 18.800 votos, 3'4 puntos porcentuales y 1 escaño.
Córdoba: cada grupo ha obtenido el 9'9% y el 3'5%, lo que supone una suma del 13'5%; sobre 2018 han perdido 12.500 votos, 1'3 puntos y 1 escaño.
Granada: con el 7'7% y el 3'2% de los votos, respectivamente, suman el 10'9%; las pérdidas sobre 2018 han sido de 17.200 votos, 4'2 puntos y 1 escaño.
Huelva: está entre las tres provincias sin representación; los resultados del 6'5% y el 4% suman el 10'5%; y en cuanto a las pérdidas, han sido de 10.000 votos, 3'8 puntos y el único escaño obtenido en 2018.
Jaén: es la tercera de las provincias sin representación y, además, con resultados muy bajos: el 5'6% y el 1'8%, que suman el 7'4%; las pérdidas han sido de 15.200 votos, 4'8 puntos y también del único escaño de 2018.
Málaga: ha sido la provincia en la que Por Andalucía presentaba la candidata a la presidencia de la Junta Andalucía, que ha obtenido el 8'1% de los votos; con el 3'8% del otro grupo la suma se eleva al 11'9%; las pérdidas han sido de 22.500 votos, 3'9 puntos y 2 escaños.
Sevilla: los resultados han sido de 8'3% y 6'2%, que suman el 14'5%; las pérdidas se han elevado a 35.300 votos, 4'3% puntos y 1 escaño.
¿Alguna(s) enseñanza(s)?
Salta a la vista que el panorama en la izquierda es, si no desolador, bastante malo. No existen indicios de que Pedro Sánchez esté decidido a convocar nuevas elecciones generales y más después de lo que ha ocurrido desde hace algo más de un año en Madrid, Castilla y León, y Andalucía. La siguiente cita sería la de las municipales y autonómicas de 2023, para que le siguieran las generales.
Otra cosa es lo que pueda ocurrir en el seno del gobierno, teniendo en cuenta las diferencias palpables que existen entre las dos partes que lo conforman, y entre el gobierno y los grupos que, de distinta manera, lo apoyan en el Congreso. No creo que en todos ellos exista voluntad por romper los acuerdos, porque, salvo algún caso, a todos les interesa en estos momentos mantener la legislatura, y más después del peligro que se atisba ante el crecimiento de los apoyos al PP y a Vox.
Y en cuanto a Unidas Podemos y el proyecto Sumar de Yolanda Diaz, que tiene vocación de extenderse a más grupos políticos, no estaría de más evaluar la experiencia andaluza. Por mucho que se diga lo contrario, lo cierto es que la división resta. Lo hemos visto el domingo. Como también restan las actitudes que reflejan reticencias y desconfianzas. Ocurrió con el nacimiento de Por Andalucía. Se requiere, por tanto, de un grado elevado de generosidad y flexibilidad. También, de originalidad y audacia. Sin olvidar, en nuestro caso, la identidad andaluza, que ha quedado desdibujada durante las elecciones en el caso de Por Andalucía. Y que parta de unos puntos comunes (que existen), para configurar un programa político de acción y, si es posible, de gobierno desde unos presupuestos basados en la solidaridad social, la defensa de lo público, el respeto del planeta, la reivindicación del feminismo, el respeto de la diversidad, la promoción de la paz...
lunes, 20 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: el día después
Los resultados de ayer, no porque pudiera haberse vislumbrado una victoria rotunda del bloque de la derecha, han sido en gran medida sorprendentes. Y es que la mayoría absoluta tan rotunda obtenida por el PP, que no era previsible, ha conllevado que haya frenado a Vox, vaciado aún más a Ciudadanos y arrancado votantes al PSOE. Una especie de voto útil entre esos sectores del electorado que han preferido dar al PP su confianza, pero por razones distintas. Desde el flanco más extremo de la derecha, para garantizar estabilidad. Desde Ciudadanos, para dar utilidad a unos votos que se percibían como perdidos. Y desde el PSOE, para evitar que Vox entrara en el gobierno andaluz o que lo condicionara en demasía.
Pero para mí lo más llamativo son dos cosas: una, la dimensión del apoyo electoral del bloque conservador, que ha sumado el 70'5% de los votos; y la otra, ver cómo el vuelco electoral, iniciado en diciembre de 2018 y continuado en las siguientes elecciones (generales y municipales), ha puesto de manifiesto un cambio radical en los rasgos que hasta ahora había tenido la sociedad andaluza. Autodefinida como de izquierdas desde 1977, ahora lo hace claramente como de derechas. El progresismo ha dado paso a lo conservador. Y ante todo, ha dado paso para que desde el gobierno andaluz se apliquen sin rubor medidas propias de la derecha. Algunas ya fueron aplicadas durante los gobiernos del PSOE, como el caso de los recortes en los servicios públicos o las privatizaciones de los mismos, pero que desde 2018, entre el PP y Ciudadanos, se han ido intensificando.
Con la mayoría absoluta, el PP tiene ahora manos libres para hacer y deshacer a su antojo. Recuerda lo ocurrido en 1996 y 2000, cuando en el gobierno central el PP pasó de un gobierno moderado, consecuencia de su dependencia parlamentaria con respecto a CiU y PNV, a otro en el que, con la mayoría absoluta, actuó sin tapujos. Queda por ver lo que va a hacer en relación al modelo productivo y con ello lo que tiene que ver con la gestión del agua, el campo, la construcción, etc. También, sobre la igualdad de género, los derechos LGTBI, la inmigración, etc., donde tiene un duro competidor por su derecha.
Lo triste es que con los resultados de ayer se ha puesto de manifiesto que en buena parte de la población se ha apostado por el modelo neoliberal, el mismo que generó la crisis de 2008, pero que desde décadas atrás intensificó la explotación de seres humanos, la depredación del planeta, el enriquecimiento de una minoría, la corrupción generalizada, el consumismo desmesurado o la pérdida de derechos sociales. Ahora quedarán aparcados aspectos cruciales del mundo en el que vivimos, como la solidaridad, ecología, el feminismo, la diversidad, la tolerancia...
Algunos de esos aspectos están siendo tratados y aplicados por el gobierno de coalición en el ámbito central a instancias fundamentalmente de Unidas Podemos: ayudas durante la pandemia, subida del salario mínimo, ampliación de derechos laborales, nueva ley de aborto, medidas de carácter feminista, fomento del consumo responsable, etc. No parece que desde los sectores de población que han apostado por los grupos de la derecha les haya importado esa legislación. Es el signo del momento.
viernes, 17 de junio de 2022
Elecciones andaluzas 2022: el recorrido de la derecha política ante la autonomía
La actitud de la derecha política españolista ante la autonomía andaluza ha oscilado siempre entre el rechazo y el oportunismo. Conocido es el no de Alianza Popular en 1978 al Título VIII de la Constitución, por considerar que los estatutos de autonomía iban a romper España. Luego, en 1980, tanto UCD, que era el partido gobernante, como AP se opusieron en el referéndum del 28 de febrero de 1980 a caminar por la senda del artículo 151 de la Constitución. Iniciada meses antes desde buena parte de los ayuntamientos andaluces, y con el apoyo de los grupos de izquierda y del entonces PSA (luego Partido Andalucista y hoy desaparecido), suponía una decisión rotunda para acelerar la consecución de la autonomía. El resultado del referéndum, que reflejó una decidida voluntad del pueblo andaluz, llevó a que UCD acabara apoyando el que fue el primer Estatuto de Autonomía andaluz, que se aprobó en el Congreso el 1 de marzo de 1981 y fue ratificado el 20 de octubre en referéndum.
Pasados los años, ya en el siglo XXI, se iniciaron en varias comunidades autónomas, entre las que se encontraba Andalucía, distintos procesos de reforma de sus respectivos estatutos. Y al estatuto andaluz resultante, que es el actual, no le faltaron dificultades en el proceso de elaboración y aprobación definitiva. Fue en 2006, el 2 de mayo, cuando el Parlamento de Andalucía aprobó el proyecto que debía mandarse a las Cortes. Contó con el apoyo del PSOE e IU-CA, mientras que el PP y el Partido Andalucista se opusieron. El primero, en su línea centralista y contra los nuevos aspectos sociales introducidos, y el segundo, porque no se aprobó el reconocimiento de Andalucía como nación, algo que fue rechazado también por el PSOE, no así por IU-CA.
Entre las novedades, en las que jugó un papel importante IU-CA, se reconoció más poder para Andalucía y sus municipios, la defensa de un empleo de calidad y seguro, la gratuidad de los libros de texto, la renta básica, la paridad política, la muerte digna, la atención a la dependencia, un tratamiento extenso del medio ambiente (Título VII) o la reivindicación de la todavía pendiente Deuda Histórica. El rechazo por el PSOE del término "nación" no impidió, sin embargo, que se reflejara el de "realidad nacional".
Pero la cosa cambió en Madrid, cuando el PP decidió dar un giro en su postura. Aunque inicialmente el nuevo Estatuto pudo haberse aprobado por una mayoría parlamentaria entre los grupos de izquierda y la mayor parte de los nacionalistas, el PSOE prefirió acercar posturas con el PP. Y una de ellas fue el añadir al antes referido término de "realidad nacional" el de "indisoluble unidad de la nación española". Aprobado, pues, en el Congreso el nuevo texto el 2 de noviembre de 2006, finalmente fue ratificado en referéndum el 18 de febrero de 2007.
En la actualidad la actitud de la derecha ante la autonomía andaluza difiere, como expresión de lo que ocurre en su electorado. Mientras el PP ha sabido adaptarse a lo largo de su existencia (incluyendo la de AP) a la realidad del estado autonómico, donde por el camino fue encontrando importantes nichos de poder (Galicia, Castilla y León, Madrid...), Vox se muestra claramente contrario, mostrándose sin rodeos como un partido centralista. Ciudadanos, por su parte, defiende en su programa la realidad autonómica, si bien con tics centralistas.
En la Andalucía de nuestros días buena parte del electorado está dando su confianza a los partidos de la derecha españolista y en las elecciones del domingo hay previsiones de que puedan revalidar el gobierno obtenido a finales de 2018. Aun cuando Cs esté en el camino de su desaparición, sus votos se repartirían entre el PP, en mayor medida, y Vox.
Vistas así las cosas, no está de más hacer una profunda reflexión sobre lo que puede ser el futuro de esta tierra. Seguir dejándola en manos de la derecha supondría ahondar en el proceso de pérdida y/o deterioro de los servicios públicos, así como de los derechos sociales. Pero también supondría iniciar el camino de retroceso de todo cuanto se ha ganado para hacer de Andalucía una realidad política con entidad propia y soberana.
martes, 14 de junio de 2022
Almudena Grandes es ya Hija Predilecta de Madrid
Ayer tuvo lugar el nombramiento de Almudena Grandes como Hija Predilecta de Madrid. No he podido seguir el acto en su totalidad, pero, por lo visto y leído, fue enormemente emotivo. Allí estuvieron sus familiares, sus amigos y amigas... También, sus lectores y lectoras, que soportaron los rigores de la ola de calor guardando cola.
No estuvieron ni el alcalde Almeida, ni la vicealcaldesa Villacís, ni la presidenta Ayuso. Nunca la quisieron ni quisieron que fuera reconocida oficialmente. Ni se inmutaron por su muerte, cuando no la denostaron. Y siguen haciéndolo. Como también ha hecho, y hace, buena parte de la derechona política y mediática. Almeida y Villacís se tragaron el sapo del reconocimiento oficial en febrero pasado porque, como si se tratara de una transacción comercial, pactaron el apoyo a los presupuestos municipales con una parte de Más Madrid. En fin, esa derechona que ha vuelto a dar la medida de su altura cultural y moral.
Y entre tantas palabras y emociones que se fueron sucediendo estuvieron la que transmitió Joaquín Sabina, que desveló en secreto de su sempiterno sombrero cuando dijo que "estaba esperando el momento para poder quitármelo en honor de Almudena Grandes". Y, claro está, la poesía de Luis García Montero, quien, con el sonido de fondo de las cuerdas de un piano, acabó con estos versos de "La inmortalidad": "Y cuando me convoquen a declarar mis actos, / aunque sólo me escuche una silla vacía, / será firme mi voz. / No por lo que la muerte me prometa, / sino por todo aquello que no podrá quitarme".
Elecciones andaluzas 2022: los dos debates televisivos
He visto los dos debates televisivos de las elecciones andaluzas. En general, han seguido el mismo guion, aunque en el segundo, el de ayer en Canal Sur, se ha podido ver una mayor vivacidad. Pero vayamos por partes.
José Manuel Moreno Bonilla, del PP, no se ha salido del papel (que le han) marcado, de apariencia moderada, queriendo presentarse como el candidato que está por encima de las críticas desde los flancos derecho (Vox) e izquierdo (PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía), y olvidando a quien hasta ahora ha sido su socio en el gobierno (Ciudadanos). Al fin y al cabo, el PP está persiguiendo los mismos objetivos que Alfonso Fernández Mañueco buscó hace medio año en Castilla y León: aprovecharse de la debilidad de la izquierda y fagocitar el voto de Ciudadanos. Moreno Bonilla se siente seguro de la victoria que le dan todos los sondeos y aspira a obtener una mayoría absoluta que, no obstante, se antoja muy difícil.
Manuel Marín no ha parado de reivindicar la repetición de un gobierno de su partido, Ciudadanos, con el PP y hacer valer la gestión llevada a cabo, que valora, claro está, como muy positiva. Incluso no le ha faltado una reivindicación de lo andalucista, con tintes de ese victimismo frente a Cataluña, Navarra o el País Vasco, que es muy recurrente en esta tierra en medios conservadores. Acciones desesperadas de quien siente que las cosas no le van a ir bien.
Quien se ha mostrado en los dos debates más contundente, cuando no provocadora, ha sido la candidata de Vox, Macarena Olona. Ha insistido en dos cosas: su voluntad de entrar en el gobierno andaluz junto al PP; y el carácter ultraconservador de su programa. Y lo ha hecho a base de golpes de efecto: erigirse como vicepresidenta de la Junta y en ocasiones, como presidenta; reiterar su vocabulario "antiprogre", a base de términos como chiringuitos feministas, fanatismo climático, expulsión de inmigrantes musulmanes o corrupción de CCOO y UGT; sobredimensionar su paisanaje de andaluza... Y ayer añadió un elemento nuevo, en la línea de lo que hace Marine Le Pen en Francia, cuando insistió en su defensa de los trabajadores.
Juan Espadas, del PSOE, se ha esforzado en presentarse en la alternativa del PP, como el único que puede conseguir superarlo en votos. Es consciente de la dificultad de ese objetivo, pues debe recuperar parte de los votos que se están yendo por su derecha y buena parte de los que en 2018 se fueron a la abstención. Ha hablado de un voto oculto y dar la sorpresa, y confía en la colaboración, incluida la de formar gobierno, proveniente de los otros dos grupos de izquierda, especialmente de Por Andalucía. La dificultad deriva del enorme desprestigio que ha heredado de casi cuatro de gobiernos en Andalucía y, dentro de ello, el caso de los EREs y la experiencia negativa que ha supuesto la presencia de Susana Díaz tanto en el gobierno como en la oposición.
Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, se ha sentido cómoda en los dos debates, haciendo valer cosas como ser la única fuerza sin anclaje fuera de Andalucía, criticar con dureza al gobierno PP-Cs y no olvidarse de hacer lo propio al gobierno central. Ha defendido un programa claramente progresista, aunando el andalucismo, el feminismo, el ecologismo o la defensa de lo público. Y ha sido la única que, puntualmente, le ha recordado con contundencia a Macarena Olona lo reaccionario de su programa. La otra semana lo hizo con la acusación a Vox de ser "el brazo armado del terrorismo machista". Y ayer, con lo de "Iberdrolona", por aquello de las acciones que tiene en esa empresa eléctrica y lo que gana en beneficios mientras sube el precio de la luz.
He dejado para el final a Inmaculada Nieto, candidata de Por Andalucía, por considerar que ha sido la que mejor ha estado en los debates y especialmente en el de ayer. Y digo esto porque, a la vez, se ha centrado en una crítica pormenorizada de las medidas tomadas por el gobierno PP-Cs (recortes en los servicios públicos, más privatizaciones, bajada de impuestos a las rentas altas...), ilustrándola con datos concretos (hospitales y centros de salud infrautilizados, colegios masificados, despedidos de personal, precarización salarial...), y en la exposición de las propuestas principales de su coalición electoral. Supo sacarle los colores a Moreno Morilla con su frase "usted es educado, como lo soy yo, pero no es moderado, [y es que] ha hecho polvo los servicios públicos". Ha sabido resaltar las contradicciones de PP y Vox cuando hablan de Andalucía y de su gente, pero han rechazado en el Congreso medidas como la subida de las pensiones, el aumento del salario mínimo interprofesional o la reforma laboral. Lo ha hecho también cuando ha denunciado que el gobierno andaluz haya tenido que devolver fondos provenientes de Europa por no haber sabido emplearlos a su debido tiempo.
jueves, 9 de junio de 2022
Una visita a la salina La Esperanza, en el corazón del Parque Natural de la Bahía de Cádiz
Ayer estuvimos visitando la salina La Esperanza, situada en el interior del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y, más concretamente, en el término municipal de Puerto Real. Fue una actividad organizada por la asociación AGAJUDO, una más entre las tantas que cada año ponen a la disposición de las personas que la conformamos. A lo largo del recorrido, y gracias a la información que con tanto entusiasmo nos fueron transmitiendo Nuria, Alejandro, Andrea y Patricia, fuimos descubriendo algunos de los secretos de una actividad milenaria y del entorno natural en el que está circunscrita.
Este espacio natural tiene una idiosincrasia que deriva de la coexistencia entre el ecosistema característico de las marismas en las zonas de clima mediterráneo y los municipios que lo rodean (Cádiz, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando y Chiclana de la Frontera), en los que hay una elevada población y una densa actividad urbana (industrial, turística, vías de comunicación...). Pero esto último, que en un principio podría ser un condicionante que supusiera una mayor degradación del medio natural, en la actualidad se ve limitado como consecuencia de la figura de protección legal con que se le ha dotado, la de parque natural, lo que está reforzando dicha coexistencia
En el caso de la salina que nos ocupa, desde hace unos años se ha ido recuperando su actividad económica perdida décadas atrás. Y se ha hecho desde una vertiente artesanal, lo que está permitiendo que su impacto sea el menor posible. Junto a la obtención y comercialización del producto en sus distintas variantes (flor de sal, sal virgen, sal en escamas...), se está desarrollando también un programa de formación para que el oficio pueda conservarse y prolongarse en el tiempo y donde la labor de Demetrio, maestro salinero, está resultando imprescindible. Esta actividad, a su vez, está insertada en otras complementarias, como son la de investigación científica, la explotación de los esteros y hasta una forma de turismo adaptado al medio.
La perfecta simbiosis que se ha dado desde milenios atrás en este tipo de espacios, se ve resaltada por el papel que han jugado en la existencia de una rica avifauna, tanto de las especies que residen permanentemente como de las aves que los utilizan como lugares de descanso en sus migraciones estacionales. Ayer pudimos ver y oír los cantos de flamencos, chorlitejos patinegros, avocetas, charranes, cigüeñelas... Volando, desde la distancia, a través del telescopio... Todo un espectáculo.
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