Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
domingo, 29 de junio de 2025
lunes, 23 de junio de 2025
"Faro de Trafalgar", un soneto de Francisco Malia Sánchez
Faro de Trafalgar, sólido y esbelto;
aliado con el tiempo y con la piedra,
el humanista Eduardo Saavedra1
contempla su proyecto al fin resuelto.
El mar miras alegre y desenvuelto
la altura no aflige ni te arredra
ni el color cuando la sinrazón medra
y cuando la luz se va y todavía no ha vuelto.
La eterna noche que duró tres años2
apagó tu dicha cuando La Cruzada
visitó de negro luto las Españas.
Conil y El Palmar, Zahora y Los Caños,
vieron la luz, la guerra ya acabada,
emerger de tus pálidas entrañas.
1 Ingeniero, arqueólogo y filólogo, que diseñó en 1857 el faro de Trafalgar; fue construido entre 1860 y 1862; en 1929 se añadieron unos contrafuertes de hormigón para darle mayor consistencia, adquiriendo, así, la fisonomía actual.
2 Durante los tres años de guerra el faro permaneció apagado.
Un poema: "A los hombres futuros", de Bertolt Brecht
Llevo varios días pergeñando una entrada basada en el poema "A los hombres futuros", escrito por Bertolt Brecht en 1938. En ese momento el escritor alemán se encontraba exiliado en Dinamarca, cinco años después que tomara la decisión de abandonar su país, cuando Hitler accedió a la cancillería alemana y el partido nazi empezó a sentar las bases de una dictadura. Las autoridades del nuevo régimen iniciaron casi de inmediato su persecución literaria, incluida la quema de su libros en público.
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
El poema está estructurado en tres partes, con un comienzo que resulta contundente, porque Brecht anuncia la percepción que tiene de la negrura del tiempo que se está viviendo. A continuación va lanzando unas palabras que resultan clarificadoras de su manera de entender el arte y la literatura. Propone despojarse de "la palabra ingenua", que no es otra cosa que hacerlo de esa visión tan extendida de encubrir, disfrazar o minimizar la realidad en toda su dimensión. Por eso en la representación de sus obras de teatro los escenarios se despojaban de los adornos, sus intérpretes se distanciaban de sus personajes y la música, en forma de canciones, era introducida para comunicar.
Lo que estaba haciendo Brecht, en fin, era sentirse -y provocar que la gente hiciera lo mismo- solidario con quienes más sufrían: "¿cómo puedo comer y beber / si al hambriento le quito lo que como / y mi vaso de agua le hace falta al sediento?".
En la segunda parte hace un repaso de lo que había sido su vida y su trabajo como escritor. De su rebeldía y de sus atrevimientos literarios: "Mi pan lo comí entre batalla y batalla". Lo hace como testigo de la forma en que transcurrían los días en esos tiempos de los años 20, que fueron tan difíciles en la Alemania derrotada y humillada en 1918. Los mismos que fueron viendo cómo se iba asomando el fascismo por Europa y que desde finales de la década se volvieron más que inestables para todo el mundo, hasta estallar en 1939 con una nueva guerra.
La tercera parte, cuyo contenido es el que de alguna manera da título al poema, va dirigido a las generaciones venideras, con el deseo de un futuro que fuera esperanzador, superador del "marasmo" del presente. Su deseo era que "lleguen los tiempos / en que el hombre sea amigo del hombre". Y algo más: que para cuando se recordara lo que mucha gente intentó para superar esos "tiempos sombríos", pedir desde la humildad otro deseo: "pensad en nosotros / con indulgencia".
Sin embargo, lo que vino después de 1938 fue mucho peor que lo que estaba describiendo. Acabó siendo la mayor masacre humana habida en la historia, llevándose la vida de decenas de millones de personas en seis años.
Ya estamos en el siglo XXI. Han pasado casi nueve décadas desde que Brecht escribiera el poema. Arrecian las guerras, muerte, la destrucción, las amenazas, el militarismo, la incertidumbre, la sinrazón... Y me pregunto en qué momento estamos del marasmo descrito por Brecht.
La versión que presento del poema se corresponde con la que hicieron en los años sesenta del siglo pasado Jesús López Pacheco y Vicente Romano, publicada en la antología Poemas y canciones (Madrid, Alianza, 1984)
1
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida
Pero, creedme. es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, estaría perdido).
Me dicen: "¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!".
Pero ¿cómo puedo comer y beber
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida
Pero, creedme. es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, estaría perdido).
Me dicen: "¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!".
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia.
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia.
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.
martes, 17 de junio de 2025
Iniciado el proceso legal para declarar como Bien de Interés Cultural el Faro de Trafalgar
Ayer, día 16 de junio, el BOE n. 144 publicó una resolución de 4-06-2025, "de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural, en la categoría de monumento, a favor del Faro de Trafalgar en Caños de Meca, en Barbate".
No debemos olvidar que además del faro existen otros vestigios histórico-artísticos de la época romana, e incluso anteriores, que están en proceso de investigación científica.
Estamos ante una buena noticia, después que en el pasado mes de mayo se hiciera pública la intención del Ministerio de Cultura para iniciar los trámites.
La iniciativa en trámite, así como el hecho de que el Tómbolo de Trafalgar sea un monumento natural, debe interpretarse como un paso más para alejar los proyectos urbanísticos en marcha. Proyectos que tienen un claro carácter especulativo, son dañinos para el valioso patrimonio natural existente y afectan a la riqueza cultural que existe en dicho entorno.
domingo, 15 de junio de 2025
Un poema de Gabriel Aresti, en el cincuentenario de su fallecimiento
El pasado día 5 de junio de hace 50 años falleció el poeta vasco Gabriel Aresti. Con apenas 41 años, lo hizo medio año antes que el dictador, al que combatió con sus versos. Su poesía, escrita en euskera, está traducida al castellano. Su alma, profundamente vasca, se proyectó hacia quienes tenían poco o apenas nada. Por eso sus poemas exhalan solidaridad, compromiso, lucha contra la injusticia..., que son formas de manifestar el amor.
Eso lo llevó a estar cerca de o junto a quienes militaban en el comunismo. No hace mucho, como nos ha recordado Lu Barcenilla Román, su hija Nerea lo definió de esta manera:
[Si alguien dice:En mi casa no hay paz,
busque la paz
en casa del vecino
o en el último rincón
del mundo;
pero si tuviera paz en su casa,
que no busque la guerra
en parte alguna,
porque perderá
la paz y la casa
Eso lo llevó a estar cerca de o junto a quienes militaban en el comunismo. No hace mucho, como nos ha recordado Lu Barcenilla Román, su hija Nerea lo definió de esta manera:
"Sobre cómo se autodefinía, o cómo se percibía aita [padre] políticamente, creo que, efectivamente, antifranquista, con mayúsculas, también marxista e internacionalista, pero entre socialista y comunista creo que decididamente comunista. Pero pensé entonces que, antes de responderte, estaba bien comentarlo con ama [madre], sin condicionarla, bocajarro, a ver qué me decía. Le transmití la pregunta sobre si se sentía socialista o comunista y no dudó: comunista".
Dejo como recuerdo y homenaje un poema que, aun siendo corto, está lleno de sensibilidad y contiene una rabiosa actualidad:
Inork badio:
Nire etxean eztago bakerik,
bila beza
bila beza
bakea
hauzoko etxean
edo munduko basterrik
edo munduko basterrik
azkenean
baina etxean bakea balu,
eztezala gerraik inun
baina etxean bakea balu,
eztezala gerraik inun
bila
bakea eta etxea
bakea eta etxea
galdoko baitu
munduko basterretan.
munduko basterretan.
busque la paz
en casa del vecino
o en el último rincón
del mundo;
pero si tuviera paz en su casa,
que no busque la guerra
en parte alguna,
porque perderá
la paz y la casa
por los rincones del mundo].
Las niñas del 27. Un cuento de las Sinsombrero, escrito e ilustrado por Rubi García Crespo
Ha llegado a mis manos un libro: Las niñas del 27. Un cuento de las Sinsombrero (Apuleyo Ediciones, 2024). Su autora, del texto y de las ilustraciones, Rubi García Crespo. Está dirigido a niños y niñas, pero muchas personas adultas podrán descubrir a cinco mujeres que, más o menos conocidas, todavía no han recibido el reconocimiento merecido, aun cuando formaran parte de una generación cultural, la del 27 (más allá de la poesía, extensible a otras formas de la creatividad), se sigue identificando, ante todo, como masculina.
La artista gallega Maruja Mallo, que "se hizo amiga de una espiga de trigo que se llamaba Rodrigo" y la inmortalizó para siempre como si fuera una "sorpresa".
La escritora y editora Concha Méndez, compañera del poeta malagueño Manuel Altolaguirre, que un día "en el puerto [de Málaga] todos la aplaudieron por valiente y por la música de sus versos".
La filósofa María Zambrano, nacida en Vélez-Málaga, que "llevaba siempre detrás treinta gatos que la escuchaban hablar de los sueños y el tiempo... y pensar bonito".
Y la escritora Rosa Chacel, que vivía en el madrileño barrio de Maravillas y "su ventana parecía una estación de ida y vuelta donde unos pájaros llegaban con nuevos lápices y otros se iban con cuentos nuevos".
Un libro, en forma de cuento e ilustrado de una forma maravillosa, que nos lleva a un grupo de mujeres, las Sinsombrero, que en los años 20, en plena dictadura primorriverista, tuvieron el atrevimiento de empezar a mostrarse en público y sin complejos. Una dictadura que ahogaba a una sociedad que anhelaba más libertad en general y que esas mujeres osaron levantar sus voces para que también ellas fueran incluidas. Lástima que en su mayoría, tras el paréntesis de los años republicanos, tuvieran que pagar caro ese atrevimiento.
viernes, 6 de junio de 2025
Han sido 5 los cuerpos de víctimas mortales encontrados en el Cementerio Viejo de San José del Valle
Ayer recibí un mensaje de Rosa Pérez Gil, de la Asociación de Memoria Histórica de San José del Valle, informándome de la finalización de los trabajos arqueológicos y de exhumación que se han llevado a cabo desde finales de abril en el conocido como Cementerio Viejo de San José del Valle. Al poco me puse en contacto con Francisco Guerrero Rodríguez, vicepresidente de la Mancomunidad de Municipios de La Janda, que me habló de un total de cinco cuerpos exhumados, es decir, tres más de los que en su día habían localizado Jesús Román Román y sus dos compañeros de trabajo, Manu y Carlos. Cobraba, así, sentido la información que hace pocos días me había dado Javier Rodríguez Cabeza, presidente de la citada institución, pero que, en medio de las prisas, quedó ahí.
Por eso de inmediato envié un mensaje a Jesús Román, director del proyecto, preguntándole acerca de las novedades. Y me contestó con estas palabras:
"Sí, en dos fosas. Aún quedaría por ver terreno pero ya íbamos pasados de tiempo y recursos. Sólo iba a localización con 4 sondeos y al final me he venido con 13 sondeos realizados y 2 fosas exhumadas".
Ya en casa, por la tarde, escribí en mi cuaderno electrónico la entrada "Localizados en San José del Valle los cuerpos de dos víctimas de la represión fascista en 1936", que ilustré con varias fotografías tomadas ese día.
Mientras estuve allí, Jesús y sus dos compañeros seguían con su cometido, lento, sí, pero minucioso y lleno de esperanza. Ese día estaban trabajando en un nuevo sondeo (como puede apreciarse en la fotografía que encabeza esta entrada), que, por lo que he sabido después, habría de ser también importante, porque fue donde aparecieron los restos mortales de otras tres víctimas. Fue al segunda fosa.
Y así fue como lo contaron desde Memoria Histórica de San José del Valle a través de una red social:
"Momento histórico, con el corazón encogido y muchas lágrimas, se abrió al lado del pino, y alto!! Hay algo sospechoso, Jesús Román y Manu empiezan a perfilar con sus manos, y aparecen 5 pies es decir tres personas, una boca abajo otras con las suelas de los zapatos...
Momentos de tristeza, de alegría por encontrarlos, de esperanzas y a la vez un dolor profundo en el alma.
Continúan los trabajos... Y la esperanza para esos tres hijos de poder encontrar a sus padres".
La Voz del Sur publicó el día 11 un artículo, firmado por Rubén Guerrero, titulado
"Encuentran en el antiguo cementerio de San José del Valle restos de cinco víctimas de la represión franquista en el pueblo", en el que se relatan detalles de los trabajos y los hallazgos, y se reproducen los mensajes de la asociación memorialista local.
Arduo trabajo el que se está llevando a cabo. Y es justicia reconocerlo.
martes, 3 de junio de 2025
Mariana Pineda
Federico García Lorca la inmortalizó en una obra dramática que llevaba su mismo nombre, pero su figura ya pertenecía a la leyenda como una heroína de la lucha por la libertad en una época de tiranía y oscurantismo. Nacida en Granada en 1804, poco sabemos de ella que no sea su vinculación a una familia acomodada y los avatares de una mujer que desde muy joven se vinculó a la casusa liberal frente a quienes defendían el viejo orden feudal y absolutista. No era frecuente en aquel tiempo que las mujeres jugaran un papel activo en la vida pública, ni siquiera cuando los derechos políticos que se empezaron a reconocer después de su muerte dejaron marginado a ese género durante un siglo todavía. Una causa, la liberal, que arrancaba en nuestro país de la defensa de la Constitución aprobada en Cádiz en 1812 en el fragor de la guerra contra el ejército napoleónico y que el rey Fernando VII se empeñó en derogar tras su regreso dos años después, mientras había quienes lo aclamaban al grito de "Vivan las caenas". Una gente, la liberal, que defendía una nueva forma de entender las relaciones políticas basadas en los derechos individuales, la soberanía nacional o la separación de poderes. Todo, en una época de cambios, donde el triunfo definitivo de la burguesía como nueva clase social dominante estaba pronto por llegar, los enfrentamientos y la violencia de uno y otro lado estuvieron presentes y crearon víctimas como la que representa Mariana Pineda, entre otras muchas. En este caso, el personaje que nos ocupa fue acusado de confeccionar un estandarte o bandera que tenía inscritas la palabras "Libertad, Igualdad, Ley". Por ese simple acto, penado como delito, fue condenada a muerte y, rechazando el arrepentimiento y la delación que le propusieron a cambio de salvar la vida, fue pasada por el garrote el 26 de mayo de 1831. Se sabe que escribió una carta de despedida en la que decía que moría por la libertad y por la patria.
(Fue publicado en Ciudadano de Barbate, n. 33, enero 1999).
lunes, 2 de junio de 2025
7 poemas sobre el horror que están sufriendo las niñas y los niños de Gaza
Si debo morir,
debes vivir
para contar mi historia
vender mis cosas
comprar un trozo de tela
y algunas cuerdas,
(hazlo blanco con una cola larga)
para que un niño, en algún lugar de Gaza,
mientras mira el cielo a los ojos
esperando a su padre que se fue en llamas
y no se despidió de nadie,
ni siquiera para sí mismo,
vea la cometa, mi cometa que hiciste, volando arriba
y piense por un momento que hay un ángel allí
trayendo de vuelta el amor.
Si debo morir
deja que traiga esperanza
deja que sea un cuento.
(Refaat Alareer)
Los dueños de todas la listas
(extracto)
Nombradme, señores compasivos
dueños de todas las listas.
Me llamo Mohamed Oraif y fui asesinado a los 10 años
el miércoles 9 de julio de 2014 en Gaza Palestina
por aviones que arrojaban racimos de muerte
me sigue mi hermano Eyad, doce años, y Siraj, ocho años,
y Bassem, de nueve, y Hussein, de trece
y Yasmin y Miriam y Ramadan y Sahar y Nour y Ghalia
y Anas y Amal y Qusai
y -mirad hacia atrás- cientos y cientos de niños
niños palestinos con cubos de sangre
con sacos de heridas
sin brazos ni piernas ni dientes
tronchados por uñas de mugre
por pinchos de hierro
por hombres malditos sin dioses ni venas
No estás en las listas, pequeño
No existes, no sangras, no lloras
Coro: no estás en las listas
no sentimos nada
(Santiago Alba Rico)
Cadáveres anónimos...
Cadáveres anónimos.
ningún olvido los reúne,
ningún recuerdo los separa...
Olvidados en la hierba invernal
sobre la vía pública,
entre dos largos relatos de bravura
y sufrimiento.
"¡Yo soy la víctima!". "¡No, yo soy
la única víctima!". Ellos no replicaron:
"Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
y una víctima". Eran,
recogían la nieve de los cipreses de Cristo
y jugaban con los ángeles porque tenían
la misma edad... huían de la escuela
para escapar de las matemáticas
y la antigua poesía heroica. En las barreras,
jugaban con los soldados
al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
a su madre cerca de la mañana,
para que volemos con la mariposa
fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
para nuestras puertas. Eran niños,
jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
de bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
hacia un cielo límpido.
(Mahmud Darwish)
La guerra y los niños
Para mi amigo Marwan
debes vivir
para contar mi historia
vender mis cosas
comprar un trozo de tela
y algunas cuerdas,
(hazlo blanco con una cola larga)
para que un niño, en algún lugar de Gaza,
mientras mira el cielo a los ojos
esperando a su padre que se fue en llamas
y no se despidió de nadie,
ni siquiera para sí mismo,
vea la cometa, mi cometa que hiciste, volando arriba
y piense por un momento que hay un ángel allí
trayendo de vuelta el amor.
Si debo morir
deja que traiga esperanza
deja que sea un cuento.
(Refaat Alareer)
Los dueños de todas la listas
(extracto)
Nombradme, señores compasivos
dueños de todas las listas.
Me llamo Mohamed Oraif y fui asesinado a los 10 años
el miércoles 9 de julio de 2014 en Gaza Palestina
por aviones que arrojaban racimos de muerte
me sigue mi hermano Eyad, doce años, y Siraj, ocho años,
y Bassem, de nueve, y Hussein, de trece
y Yasmin y Miriam y Ramadan y Sahar y Nour y Ghalia
y Anas y Amal y Qusai
y -mirad hacia atrás- cientos y cientos de niños
niños palestinos con cubos de sangre
con sacos de heridas
sin brazos ni piernas ni dientes
tronchados por uñas de mugre
por pinchos de hierro
por hombres malditos sin dioses ni venas
No estás en las listas, pequeño
No existes, no sangras, no lloras
Coro: no estás en las listas
no sentimos nada
(Santiago Alba Rico)
Cadáveres anónimos...
Cadáveres anónimos.
ningún olvido los reúne,
ningún recuerdo los separa...
Olvidados en la hierba invernal
sobre la vía pública,
entre dos largos relatos de bravura
y sufrimiento.
"¡Yo soy la víctima!". "¡No, yo soy
la única víctima!". Ellos no replicaron:
"Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
y una víctima". Eran,
recogían la nieve de los cipreses de Cristo
y jugaban con los ángeles porque tenían
la misma edad... huían de la escuela
para escapar de las matemáticas
y la antigua poesía heroica. En las barreras,
jugaban con los soldados
al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
a su madre cerca de la mañana,
para que volemos con la mariposa
fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
para nuestras puertas. Eran niños,
jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
de bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
hacia un cielo límpido.
(Mahmud Darwish)
La guerra y los niños
Para mi amigo Marwan
Los niños de Gaza duran poco.
Casi nada. Tres bombas.
Duran muy pocos meses sin comer.
Están mal hechos los niños gazatíes.
Y las niñas. Qué débiles.
Solo dos bombas y ya está.
Uno enciende la tele,
pone la radio,
lee la prensa digital
y ahí están, muertos, muertas.
Sin padres. Sin abuelos.
Sin maestras. Sin tías.
Muertos y muertas
a tan temprana edad.
No sé cómo pueden.
Ni siquiera sienten curiosidad
por la palabra “adolescencia”
Niños y niñas que se mueren igual,
desfachatadamente.
Y uno aquí, tan adulto.
Tan víctima de sus cadáveres.
La ONU lo ha dicho sin remilgos:
“Hay más niños muertos
en Gaza en 5 meses
que en todas las guerras
ocurridas durante los últimos cuatro años”.
Las estadísticas no engañan.
Y uno aquí, tan adulto.
Con la cerveza calentándose,
evaporada de estupor.
Que se acabe la guerra,
digo yo,
porque de lo contrario
tendrán la cara dura de seguir muriéndose.
Que se acabe la guerra,
digo yo,
porque no hay nada peor
que un huérfano acusándonos
de su debilidad.
Ah, bueno, sí.
Una huérfana.
(Alexis Díaz-Pimienta)
Oh, traviesos niños de Gaza...
Casi nada. Tres bombas.
Duran muy pocos meses sin comer.
Están mal hechos los niños gazatíes.
Y las niñas. Qué débiles.
Solo dos bombas y ya está.
Uno enciende la tele,
pone la radio,
lee la prensa digital
y ahí están, muertos, muertas.
Sin padres. Sin abuelos.
Sin maestras. Sin tías.
Muertos y muertas
a tan temprana edad.
No sé cómo pueden.
Ni siquiera sienten curiosidad
por la palabra “adolescencia”
Niños y niñas que se mueren igual,
desfachatadamente.
Y uno aquí, tan adulto.
Tan víctima de sus cadáveres.
La ONU lo ha dicho sin remilgos:
“Hay más niños muertos
en Gaza en 5 meses
que en todas las guerras
ocurridas durante los últimos cuatro años”.
Las estadísticas no engañan.
Y uno aquí, tan adulto.
Con la cerveza calentándose,
evaporada de estupor.
Que se acabe la guerra,
digo yo,
porque de lo contrario
tendrán la cara dura de seguir muriéndose.
Que se acabe la guerra,
digo yo,
porque no hay nada peor
que un huérfano acusándonos
de su debilidad.
Ah, bueno, sí.
Una huérfana.
(Alexis Díaz-Pimienta)
Oh, traviesos niños de Gaza...
Oh, traviesos niños de Gaza.
Ustedes, que constantemente me molestaban
con sus gritos bajo mi ventana.
Ustedes, que llenaban cada mañana
con emoción y caos.
Ustedes, que rompieron mi florero
y robaron la única flor de mi balcón.
Vuelvan,
y griten cuanto quieran,
y rompan todos los floreros.
Róbense todas las flores.
Vuelvan.
Sólo vuelvan.
(Khaled Juma)
Ustedes, que constantemente me molestaban
con sus gritos bajo mi ventana.
Ustedes, que llenaban cada mañana
con emoción y caos.
Ustedes, que rompieron mi florero
y robaron la única flor de mi balcón.
Vuelvan,
y griten cuanto quieran,
y rompan todos los floreros.
Róbense todas las flores.
Vuelvan.
Sólo vuelvan.
(Khaled Juma)
Pintar la guerra
Al pueblo Palestino
A sus niñas y niños, quienes sufren los mayores daños.
La niña quería pintar la guerra.
La niña no sabía de qué color pintar la guerra.
Bajo las bombas son difusos los cuerpos de los niños,
bombas del amanecer y de la noche,
bombas de todas las horas.
Guerras de todos los tiempos.
La guerra tiene frente, al que van los hombres a templarse.
La despedida es irreal, el regreso un punto,
un reloj de arena contaminada.
Ella vive en un país en guerra
y desconoce en qué consiste la felicidad.
No hay en sus ojos una chispa, un clamor,
ve el cielo derrumbarse sobre su casa.
El cielo era de metal y reventó de pronto.
Y los dardos la alcanzaron.
La niña insiste en pintar la guerra.
Ve en la televisión las pérdidas, las mutilaciones;
se pierde en los mapas antiguos como una demente,
ella que no es un soldado,
ella que no tiene escuela ni parques, ni juegos.
La niña quiere pintar la guerra,
sentarse en el piso con la mirada fija,
empezar y terminar su obra de arte.
Ella no quiere un plato de comida.
Ella no quiere vivir acorralada.
Ella no quiere reír ni llorar.
Ella solo quiere pintar la guerra
para mostrarla al mundo
a ver si de una vez el mundo se corrige.
La guerra no tiene el color de la sangre.
La guerra no tiene el color de la muerte.
La guerra no tiene el color de la vida.
La niña lanza contra el lienzo todos los colores
y de ellos brota un matiz único e irrepetible.
En el cuadro queda todo lo que la niña pretendía.
Esta es la guerra, dijo, y dio la espalda.
(Alberto Peraza)
Los niños palestinos no juegan en las praderas
En Gaza las praderas están yermas.
Los niños no juegan en las praderas,
los niños de Gaza jamás ya juegan.
Son como fantasmas entre ruinas
que huyen del juego de la atroz guerra.
Sus ojos no reflejan las verdes hierbas,
ni el trino de las golondrinas,
ni el vuelo de las mariposas,
ni el sol de primavera,
sólo vacío, miedo y extrañeza,
¿qué hacemos en esta tierra?
Sus ojos, pozos de alma desgarrada,
herida por tanto horror y vileza,
nos buscan y suplican a gritos,
¡basta ya de muertos, duelo y tristeza!
(Rubén Rodríguez Corro)
(Imagen: extraída del mensaje de la Embajada del Estado de Palestina en Argentina publicado en una red social: "La niña Warda Al-Shaikh Khalil intenta escapar del fuego después de que miembros de su familia fueran martirizados y heridos en un incendio en las aulas de la escuela Fahmi Al-Jarjawi tras un bombardeo israelí").
Al pueblo Palestino
A sus niñas y niños, quienes sufren los mayores daños.
La niña quería pintar la guerra.
La niña no sabía de qué color pintar la guerra.
Bajo las bombas son difusos los cuerpos de los niños,
bombas del amanecer y de la noche,
bombas de todas las horas.
Guerras de todos los tiempos.
La guerra tiene frente, al que van los hombres a templarse.
La despedida es irreal, el regreso un punto,
un reloj de arena contaminada.
Ella vive en un país en guerra
y desconoce en qué consiste la felicidad.
No hay en sus ojos una chispa, un clamor,
ve el cielo derrumbarse sobre su casa.
El cielo era de metal y reventó de pronto.
Y los dardos la alcanzaron.
La niña insiste en pintar la guerra.
Ve en la televisión las pérdidas, las mutilaciones;
se pierde en los mapas antiguos como una demente,
ella que no es un soldado,
ella que no tiene escuela ni parques, ni juegos.
La niña quiere pintar la guerra,
sentarse en el piso con la mirada fija,
empezar y terminar su obra de arte.
Ella no quiere un plato de comida.
Ella no quiere vivir acorralada.
Ella no quiere reír ni llorar.
Ella solo quiere pintar la guerra
para mostrarla al mundo
a ver si de una vez el mundo se corrige.
La guerra no tiene el color de la sangre.
La guerra no tiene el color de la muerte.
La guerra no tiene el color de la vida.
La niña lanza contra el lienzo todos los colores
y de ellos brota un matiz único e irrepetible.
En el cuadro queda todo lo que la niña pretendía.
Esta es la guerra, dijo, y dio la espalda.
(Alberto Peraza)
Los niños palestinos no juegan en las praderas
En Gaza las praderas están yermas.
Los niños no juegan en las praderas,
los niños de Gaza jamás ya juegan.
Son como fantasmas entre ruinas
que huyen del juego de la atroz guerra.
Sus ojos no reflejan las verdes hierbas,
ni el trino de las golondrinas,
ni el vuelo de las mariposas,
ni el sol de primavera,
sólo vacío, miedo y extrañeza,
¿qué hacemos en esta tierra?
Sus ojos, pozos de alma desgarrada,
herida por tanto horror y vileza,
nos buscan y suplican a gritos,
¡basta ya de muertos, duelo y tristeza!
(Rubén Rodríguez Corro)
(Imagen: extraída del mensaje de la Embajada del Estado de Palestina en Argentina publicado en una red social: "La niña Warda Al-Shaikh Khalil intenta escapar del fuego después de que miembros de su familia fueran martirizados y heridos en un incendio en las aulas de la escuela Fahmi Al-Jarjawi tras un bombardeo israelí").
Suscribirse a:
Entradas (Atom)