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domingo, 31 de diciembre de 2023
miércoles, 27 de diciembre de 2023
"Tiza", de Paul Laverty, o la fragilidad de las vidas de los niños y las niñas de Gaza
La revista electrónica CTXT publicó el pasado 21 de diciembre el poema que lleva por título "Tiza". Un símil que se corresponde con los niños y las niñas de Gaza que están siendo víctimas directas de la destrucción desalmada que se cierne sobre sus vidas. Tan frágiles como una simple tiza.
Su autor es el abogado escocés Paul Laverty, quien, además, es conocido por sus colaboraciones como guionista en varias películas dirigidas por Ken Loach. Reproduzco la traducción realizada del inglés al castellano por Ana González Hortelano y, al final, la versión original.
Tiza.
¿Te has parado a pensar en ella desde que dejaste la escuela?
La
tiza es blanda,
está
hecha de trocitos
de
conchas de calcita y esqueletos de plancton.
Fáciles
de machacar.
La
arrastra la lluvia.
¿La
arrastrarán las lágrimas?
Los
niños son blandos,
están
hechos de huesos (proteína, colágeno, minerales, sobre todo calcio).
Fáciles
de machacar.
Gaza
es una bola de nieve,
el
Mundo contempla su interior.
Los
copos son esquirlas de metralla,
los
puntitos de dentro
se
amontonan formando cúmulos,
como
hormigueros.
¿Sientes
el calambre en la boca del estómago
por
la mañana cuando enciendes la pantalla
y
las cifras se disparan?
¿Te
vas a la cama y no duermes
porque
lo único que ves en la oscuridad
son
miembros retorcidos bajo los escombros,
labios
resecos y agrietados que supuran gemidos ahogados,
una
muerte lenta que no le desearías ni a un perro?
¿Sientes
la rabia que te sacude el cuerpo,
te
desgañita el alma,
te
hierve el cerebro a mayor temperatura
que
las armas de fósforo que hace EEUU
(recuerdas
los 172.000 millones del Tío Sam
que
infundieron vida en el Apartheid)
cuando
Biden, Sunak, Starmer y compañía
piden
“más precisión”
mientras
tiran bombas antibúnker en Gaza,
con
6.300 almas por kilómetro cuadrado,
el
cuarenta y siete por ciento niños?
Los
niños son blandos.
Fáciles
de machacar.
Ceniza
a las cenizas, polvo al polvo.
¿Te
sientas en la cocina
y
te preguntas quién eres,
qué
hacer,
cuando
la carta de Naciones Unidas y el convenio de Ginebra
se
usan para que se limpien el culo
los
entrajados cómplices de la Muerte
que
defecan en la dignidad?
¿El
agujero negro al borde de la desesperación
te
mina las fuerzas y te empuja a esconderte?
“Y
de qué nos sirve
a
nosotros eso”,
se
escucha a los niños gazatíes reprobar.
Recuerdas
la infancia.
Coges
un trozo de tiza.
Sencilla,
física.
No
es digital, no es un tuit,
no
es un blog.
Carne
contra tiza.
Te
cabe en el bolsillo, se cuela en un calcetín,
al
monedero,
te
la llevas por ahí.
La
tiza, por ahí…
Sientes
conectarse cuerpo y mente
sujetándola
en la mano.
¿Qué
lleva esa brisa?
Un
rumor débil que surge de debajo de los cascotes.
¿Qué
nos dirían los niños de Gaza
si
tuvieran esa tiza?
Haced
de nuestra calle una pizarra,
escribidla
en la parada de autobús, en la acera, en la pared.
En
la cafetería del trabajo, o en el baño,
en
el aparcamiento o en el centro comercial.
Calle
a calle,
de
abajo arriba,
del
pueblo a la esclavitud de la Ciudad,
que
los gritos de rabia de los niños de Gaza
les
pasen a todos por encima.
Un
trocito de tiza
en
cientos de lenguas,
millones
de manos
levantadas
contra sus mentiras y sus bombas,¨
un
rastro blanco de conciencia,
¡No,
no en nuestro nombre!”,
para
derribar a los asesinos.
Un
día, Infanticidas, os sentaréis en el banquillo.
¿Recordáis
las muecas arrogantes de los generales argentinos de la tortura
en
todo su esplendor?
Terminaron
entre rejas, al fin.
Se
toma su tiempo, el Reloj de la Justicia,
pero
avanza mientras os van saliendo canas.
No
falla,
en
vuestro lecho de muerte, en vuestro último aliento,
no
escaparéis a la mirada de los niños de Gaza
cuya
infancia traicionasteis.
Ceniza
a las cenizas, polvo a la tiza.
Tiza.
[Chalk.
Have you given it a thought since you left school?
Chalk
is soft
part
composed of tiny fragments
of
calcite shells and skeletons of plankton.Easily
pulverised.
It
washes off with the rain.
Does
it wash away with tears?
Children
are soft
part
bone, (protein, collagen, minerals especially calcium)
Easily
pulverised.
Gaza
as a snow-globe,
the
World stares in.
Every
flake a shrapnel piece
tiny
dots inside
scramble
over new formed piles
like
ants on a hill.
Do
you feel that pang in the pit of your gut
each
morning as the screen lights up,
and
the numbers mount?
Do
you go to bed and do not sleep
because
all you see in the pitch
are
twisted limbs under rubble
split
parched lips oozing choked wails
a
slow death you would not wish on a dog?
Do
you feel a fury that makes your body shake
your
soul scream out
your
brain boil hotter
than
US made phosphorous weapons
(remember
the 172 billion from Uncle Sam that
breathed
life into Apartheid)
as
Biden, Sunak, Starmer and their ilk
call
for “more precision”
as
they drop Bunker Busting Bombs on Gaza,
6,300
souls per square kilometre
forty
seven per cent children?
Children
are soft.
Easily
pulverised.
Ashes
to ashes, dust to dust.
Do
you sit in your kitchen
and
wonder who you are
what
to do
as
the United Nations charter, the Geneva convention
are
used as toilet paper
by
the suited colluders of Death
who
defecate on dignity.
Does
the black hole of near despair
sap
your strength and make you want to hide?
“A
fat lot of good
that’s
going to do”
We
hear the Gazan kids decry.
Remember
childhood.
Pick
up a piece of chalk.
Simple,
physical.
Not
digital, not a tweet,
Not
a blog.
Flesh
on chalk.
It
fits in your pocket, down a sock,
in
your purse,
take
it on a walk.
Walk
the chalk...
Feel
mind and body connect
as
you hold it in your hand
What
does that breeze carry?
Faint
whispers from under rocks.
What
would Gazan children say to us,
if
they had that piece of chalk?
Turn
our street into a blackboard
Write
it up by bus stop, on a pavement, on a wall.
In
your work canteen, or toilet
in
your car park or a mall.
Street
by street
from
the bottom up
from
the village to the City’s thrall
let
the furious cries of the Gaza kids
sweep
over one and all.
A
little piece of chalk
in
a hundred tongues
a
million hands
up
against their lies and bombs
a
chalky trail of conscience
“No,
not in our Name!”
to
bring the murderers down.
One
day, Child Killers, you will stand in the dock.
Remember
the haughty grins of Argentine Torture Generals
in
their prime?
Ended
up in cuffs, at last.
It
takes its time, The Justice Clock
but
it ticks on as you turn grey.
Failing
which
on
your deathbed, on your last breath
you
won’t escape the gaze of the Gaza kids
whose
childhood you betrayed.
Ashes
to ashes, dust to chalk.
Chalk].
(Imagen: tratamiento informático de una fotografía publicada en TN 30 años).
lunes, 25 de diciembre de 2023
Dos poemas que denuncian los crímenes contra niños y niñas inocentes en Gaza
Continúa en Gaza la destrucción y la muerte del ejército israelí, brazo ejecutor de un gobierno inclemente. El mismo que quiere llevar "la guerra hasta el final", tal como ocho décadas atrás perpetrara el régimen nazi contra la comunidad judía con su "Solución final".
Hace unos días infoLibre publicó un poema de Selena Millares titulado "Ángel de los niños", una denuncia de la cruel matanza de niños y niñas inocentes que se está llevando a cabo en territorio palestino.
Mira, ahí están esos pequeños asesinos,
se llaman Haifaa, Ahmad, Maysaa y Siraj,
se llaman Haifaa, Ahmad, Maysaa y Siraj,
Abdullah, Noor, Hazem y Kamal
y así hasta cuatrocientos diminutos guerreros
peligrosos soldados de un temible ejército:
son las siniestras semillas del mal
Esgrimen sus armas y avanzan temibles
contra el muro de la libertad
pero hay una bala para cada uno de ellos:
Zakariya y Yasmin, y Fatmeh, y Hassar
y Wala, Qassem, Mousa, Imad
Cuatrocientos niños que amenazaban de muerte
con su algarabía y sus pies descalzos
y sus muñecas y balones de trapo
al heroico gobierno del bien,
ese ángel justiciero de espada sagrada
que vistió de invierno el otoño de Gaza
y pasea con orgullo su hoja afilada
-luminosa de rojo flamígero-
para ejemplo de pequeños asesinos venideros:
para que sepan, para que no olviden
que la palabra futuro se escribe con sangre
Hoy, día de Navidad, me ha enviado un poema suyo Pepe Gilabert, que ha publicado en su blog La luz en la materia. Lo ha titulado "Herodes" y tiene, de nuevo, a los niños y las niñas de Gaza como tristes protagonistas.
Otra vez Herodes,
cubierto de gusanos,
degollando inocentes
en la franja de Gaza.
Otra vez un rey
de todos los judíos
pidiéndole al Imperio
que le preste las armas.
Otra vez el miedo
de un pueblo envanecido
imponiendo a sangre y fuego
sus ansias de grandeza.
Otra vez la ira
del rey de los judíos
bañándose en la sangre
de niños palestinos.
Pero esta vez la muerte
les llega por el cielo
con un mensaje urgente
de Herodes Netanyahu.
viernes, 22 de diciembre de 2023
Paterna de Rivera, escenario de la I Jornada de Memoria Democrática de la comarca de La Janda
El pasado miércoles me desplacé a Paterna de Rivera para asistir a la I Jornada de Memoria
Democrática. Memorias de La Janda, que tuvo lugar en el Edificio V Centenario y estuvo organizada por la Mancomunidad de Municipios de La Janda. La presentación corrió a cargo del escritor y periodista Juan Miguel Baquero, autor de los libros El país de la desmemoria. Del genocidio franquista al silencio interminable (Barcelona, Roca, 2023) o Cádiz. Tierra con Memoria. Intervenciones arqueológicas en fosas comunes del franquismo en la provincia gaditana (Cádiz, Mancomunidad de La Janda/Diputación de Cádiz, 2022).
Dentro de un apretado programa, se trataron varios asuntos, el primero de los cuales fue la interesante comunicación que expuso Jesús Román: "Arqueología de la violencia: la represión franquista
en La Janda". En la misma hizo un repaso de las excavaciones que se están llevando en la provincia gaditana, gracias a las cuales se van recuperando los restos mortales de una parte de las víctimas de la represión fascista.
Interesantes también lo fueron los testimonios que ofrecieron Luis Vega, su hijo Juan Luis Vega y Rosa Pérez Gil, nieta de María Silva "la Libertaria". Familiares y/o víctimas de la represión habida en el municipio y en las localidades vecinas. Además de los episodios que relataron, resaltaron las dificultades todavía existentes para poder seguir en la tarea de la recuperación de la Memoria. Y no les faltó tampoco mencionar el problema que está suponiendo que la Junta de Andalucía lleve un lustro en manos de las fuerzas conservadoras.
Emotiva fue la entrega del I Premio Memoria Histórica de La Janda, que recayó en Luis Vega Sevillano, veterano e infatigable luchador en la recuperación de la memoria de las personas asesinadas y/o desaparecidas en Paterna, entre las que están su madre, Catalina, y su padre, Francisco. Luis es precisamente el protagonista del documental Vida de Luis Vega. Memoria de Paterna, aparecido en 2017.
No pude estar presente en la proyección del documental Cádiz, Tierra con Memoria, dirigido por Remedios Malvárez y Arturo Andújar, al que, no obstante, se puede acceder a través de la red electrónica.
miércoles, 20 de diciembre de 2023
El 20 de diciembre de hace medio siglo
Ha pasado medio siglo. Estaba estudiando 5º de Bachillerato y coincidió con el día que nos daban las notas del primer trimestre. Por ello no tuvimos clase y, además, salimos temprano del colegio, lo que aprovechamos cuatro compañeros para ir a jugar al ping-pong. Era el día previsto para el inicio del juicio contra los dirigentes de CCOO encausados en el conocido como Proceso 1001. Pero fue finalmente suspendido, porque se había producido un atentado contra Luis Carrero Blanco, desde el verano jefe del Gobierno.
No recuerdo cuándo fue el momento concreto, pero a lo largo de la mañana nos enteramos del atentado sufrido por Carrero Blanco y algo comentamos mientras jugábamos. Ya en casa, cuando llegó mi padre, lo vimos entrar serio y preocupado, a la vez que soltó un "Estamos como en el 36". A lo largo del día y de los siguientes las noticias se fueron sucediendo.
Y no faltaron las reacciones. Dependiendo de quién fuera, había temor, malestar, alivio, alegría... El temor provenía de quienes, como mi padre, se retrotraían décadas atrás en el tiempo, expresando así el miedo generado durante la dictadura. Un temor que se dio también dentro del mundo antifranquista, pendiente de posibles represalias indiscriminadas. El malestar tenía motivaciones distintas, bien fueran las provenientes de los partidarios del régimen o bien de quienes desde la oposición consideraban que se habían desbaratado las movilizaciones previstas en apoyo a los dirigentes de CCOO. El alivio, e incluso la alegría, cada cual la mostró a su manera, pero, como resulta lógico, sin estridencias, por dentro. Con posterioridad, metidos de lleno en el proceso de transición, la alegría se fue haciendo más explícita entre el mundo antifranquista, incluyendo chistes, comentarios jocosos, cánticos...
Seis años después Gillo Pontecorvo dirigió la película Operación Ogro, cuyo título aludía al nombre que puso ETA a la operación que acabó con Carrero Blanco.
lunes, 18 de diciembre de 2023
Tres poemas ante el holocausto palestino
En octubre la muerte le llegó a la científica, escritora y feminista Heba Abu Nada, que días antes había dejado escrito este poema, el último suyo, donde reflejaba el horror que estaba viendo:
La
noche en la ciudad es oscura,
excepto
por el brillo de los misiles;
silenciosa,
excepto por el sonido del bombardeo;
aterradora,
excepto por la promesa tranquilizadora de la oración;
negra,
excepto por la luz de los mártires.
Buenas
noches.
Hace unos días Refaat
Alareer, académico, activista por los derechos humanos y escritor, también fue víctima de la barbarie. La misma que apareció en este poema:
Si yo tengo que morir
tú
debes vivir
para
contar mi historia
para
vender mis cosas
para
comprar un trozo de tela
y
algunas cuerdas
(de
color blanco y con una larga cola)
para
un niño en algún lugar de Gaza
mirando
a los ojos del cielo
esperando
a su padre que se fue en llamas
-sin
despedirse de nadie
ni
siquiera de su propia carne
ni
siquiera de sí mismo-
Mira
la cometa, la cometa que me hiciste, volando sobre él
y
piensa por un momento que un ángel está allí
para
traer el amor.
Si
tengo que morir
que venga la esperanza
y que
se convierta en un cuento.
Voces que claman contra el genocidio, el holocausto que está sufriendo el pueblo palestino.
Voces como la de la poeta canaria Cecilia Álvarez en su "Franja del dolor". Fue en el pasado noviembre cuando Pepe Gilabert me hizo llegar el poema, que reza así:
Sé
que en alguna parte llora un niño
bajo
la soledad de las estrellas,
en
medio de un desierto que transitan
sombrías,
sordas multitudes ciegas.
Leopoldo
de Luis
No
quedan sábanas blancas,
ninguna
queda en los confines
de
la Tierra,
todas
están en la Franja
convertidas
en sudarios.
o
quedan camas para vestirlas,
nadie
duerme,
nadie
necesita cubrir su sueño
porque
los sueños no existen.
No
hay techos
que
protejan del rocío,
sólo
hay un cielo raso y oscuro
al
que todos miran con miedo.
Y
confunden las estrellas
con
las bombas
y
no saben
si
la luz les va a alumbrar
o
les quitará la vida.
Ya
no quedan lágrimas ocultas,
todas
han recalado
en
los ojos de su pena,
son
ahora caudalosos ríos
surcando
rostros desamparados,
los
rostros de la orfandad,
los
rostros impotentes de las madres,
de
los padres, de seres
que
sólo quieren vivir.
Ya
no queda pánico,
todo
se ha marchado a Gaza
y
habita –inhumano- en el semblante
lastimoso
de los niños,
en
sus ojos que se agrandan
como
si escaparan de ellos
el
terror de su mirada.
Ya
no queda piel,
toda
se ha roto en pedazos
en
aquella Franja fría,
son
jirones impregnados
en
el corazón
de
los hogares destruidos,
son
parte de las estancias
donde
alguna vez alguien riera,
donde
los niños jugaran.
Ya
no queda sangre,
toda
está cubriendo cuerpos
deshojados,
toda
está adosada
a
la piel maltrecha
de la tristeza.
Corre
lentamente
por
los recodos de un odio
que
los niños no entienden.
Ya
no queda tierra
para
sepultar la muerte,
las
madres sostienen en sus brazos
los
cuerpos inertes de sus hijos,
mientras
la sábana blanca
es
cada vez menos blanca,
mientras
la sangre –que es su sangre-
se
impregna lentamente
del
más desgarrado dolor,
mientras
los padres
cambian
su valentía por llanto.
Ya
no quedan gritos desesperados,
todos
se han marchado
hasta
el horror de la Franja,
a
las bocas de los niños
que
claman por las madres que no ven,
por
la soledad imprevista
de
saberse abandonados,
aprendiendo
solos,
-en
medio del polvo gris de los escombros-
que
apenas hay alguien que les calme,
que
les pueda explicar
por
qué tanto horror ante sus ojos.
Se
preguntan
dónde
están los brazos
de
sus madres,
dónde
la caricia que les cure.
Se
preguntan, sin palabras,
por
qué han de abrazar
la
tierra que les cubre,
la
tumba tosca y seca
que oculta
la
madre que nunca debió irse.
Ya
nadie tiembla,
el
cuerpo estremecido por el pánico
se
ha ido hasta esa tierra
tan
vacía de sonrisas,
esa
tierra donde los niños
deberían
temblar sólo de frío
si
se dejaran olvidada su bufanda.
No
deberían temblar de miedo
sin
tener cerca
el
calor de los abrazos.
Ya
no queda, en fin, misericordia
y
tampoco en aquella Franja.
Somos
-casi- un huerto cultivado
de
corazones adormecidos.
(Imagen: fotografía publicada en Crear en Salamanca; https://www.crearensalamanca.com/franja-del-dolor-de-la-poeta-canaria-cecilia-alvarez/).
Rechazado en Chile el proyecto constitucional ultraliberal y ultraconservador
La situación propiamente constitucional, pues, permanece igual. Reflejo de una situación general coyunturalmente cambiante, con claras contradicciones en las decisiones que va tomando el electorado. Lo ocurrido ayer, al menos ha supuesto un freno a los intentos desde los grupos de derecha de ir más allá de lo que ya existía como herencia del pinochetismo. Un más allá que entroncaría con las propuestas políticas y económicas implementadas durante el mandato de Jair Bolsonaro en Brasil entre 2019 y 2022, o las que ahora quiere hacer lo propio el recién elegido presidente de Argentina, Javier Milei.
sábado, 16 de diciembre de 2023
Entre las más que suspicacias y las cosas sucias en el mundo judicial
miércoles, 13 de diciembre de 2023
Una visita a Éibar llena de recuerdos
Éibar fue el municipio pionero en la proclamación de la Segunda República. Se adelantó unas horas a Madrid. Fue en la madrugada del 14 de abril de 1931, dos días después de las elecciones municipales, cuando los concejales de la coalición republicano-socialista de la villa guipuzcoana decidieron poner fin a la monarquía borbónica. Casi al unísono del municipio leonés de Sahagún y del oscense de Jaca. Horas después, ya por la tarde, los eibarreses y las eibarresas volvieron a celebrarlo, cuando supieron que la capital española lo había hecho oficialmente y muchos más municipios del país lo secundaran. Se inició, así, el apoteosis de las banderas tricolores enarboladas en un ambiente festivo por las calles y plazas.
Años después, en su exilio venezolano, el escritor eibarrés Toribio Echevarría dejó reflejado ese momento en su libro Viaje por el país de los recuerdos:
" (...) antes
de las seis de la mañana habíase congregado el pueblo en la plaza que se iba a
llamar de la República, y los concejales electos del domingo, por su parte,
habiéndose presentado en la Casa Consistorial con la intención de hacer valer
su investidura desde aquel instante, se constituyeron en sesión solemne,
acordando por unanimidad proclamar la República. Acto seguido fue izada la
bandera tricolor en el balcón central del ayuntamiento, y Juan de los Toyos dio
cuenta desde él al pueblo congregado, que a partir de aquella hora los
españoles estábamos viviendo en República".
Hace unos días estuvimos en Éibar. Fue una visita entrañable, que contó con la amabilidad de Marian, Xabi, Marisol y Rubén. Recorrimos algunas de sus calles, vimos algunos de sus rincones, nos detuvimos en la fachada del legendario Ayuntamiento, compartimos un vino en lo que fue la antigua Casa del Pueblo... Y no faltó una espléndida comida ofrecida por Xabi y Marian en una sociedad gastronómica... También afloraron los recuerdos. Los propios, los de familiares, los de las amistades... Y algunos -sí, así fue- de gente que, en común, sabíamos de lo ocurrido o hasta conocíamos. Nos acordamos de ese Roberto Pérez Jáuregui baleado en diciembre de 1970; de las hermanas Arranz y su hermano, una de las cuales estudió en Salamanca; de María José, amante de Zahara de los Atunes y asidua de la memoria de la "desbandá" malagueña...
¡Como para olvidarnos de Éibar!
domingo, 10 de diciembre de 2023
En los tiempos que corren: unidad, entendimiento y actitud constructiva
Las derechas españolistas siguen ganando terreno y, como novedad, están consiguiendo unos niveles de movilización desconocidos. En el análisis de la situación política también debemos tener en cuenta un contexto internacional en el que los grupos reaccionarios y, dentro de ellos, los fascistas de nuestros días en sus distintas expresiones están en proceso de crecimiento. Y tampoco hay que perder de vista el pasado, aun cuando pueda parecer lejano.
En el ámbito electoral los grupos de la derecha más extrema han obtenido una rotunda victoria en Argentina y Europa está viendo cómo siguen avanzando. El último, aun siendo relativo, en los Países Bajos, donde han sido el grupo más votado. Está por ver lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, pero el panorama resulta alarmante. Más lejos, para noviembre del próximo año, quedan las elecciones presidenciales de EEUU, pero el trumpismo sigue muy vivo. Considero que su derrota en 2020, como la de Bolsonaro en Brasil el año pasado, no fue ajena a su nefasta (y ridícula) gestión de la pandemia del covid-19, que llevó a mucha gente a apartarse de quienes representaban un peligro real para la vida.
Volviendo a España, el peligro que representan las derechas es múltiple. Amenazan con revertir los avances conseguidos en los últimos años en derechos sociales y cívicos; con intensificar la vía de las privatizaciones de los servicios públicos; con dinamitar cualquier puente de diálogo y entendimiento con quienes defienden una mayor soberanía para sus territorios...
Y no debemos olvidarnos de lo ocurrido en los años 30 del siglo pasado. La estrategia de los frentes populares para frenar al fascismo llegó tarde. Demasiado tarde. Atrás quedaron los enfrentamientos entre los grupos de izquierda, cada uno defendiendo sus posiciones, cuando no prodigando la fragmentación, al margen del verdadero peligro. Lo ocurrido primero en Italia (de hecho, desde 1923) no aportó la suficiente madurez política para que años después en Alemania aflorara con fuerza la variante del nazismo, que se hizo con el poder en 1933. Lo que vino después ya lo sabemos: el momento de mayor destrucción de vidas humanas habido.
La experiencia española de esos años, expresada en la formación del Frente Popular (nacido en enero de 1936 como coalición electoral, pero avanzada meses antes), no llegó con el tiempo suficiente. Triunfante en las elecciones de febrero de 1936, fue la base de la resistencia contra los militares sublevados en julio, las fuerzas sociales y políticas reaccionarias que las apoyaron y las ayudas decisivas de las dos potencias fascistas: Italia y Alemania. El final, empero, fue una durísima represión y cuatro décadas de dictadura.
No entender lo que está ocurriendo en nuestros días, así como olvidarse de lo que pasó nueve décadas atrás, nos puede llevar a un nuevo desastre. Y eso supone, en primer lugar, tener conciencia de unidad. También, voluntad de entendimiento. Y, por supuesto, una actitud constructiva. Difícil, sí, pero necesario.
(Imagen: "Lady Anita", de Marina Anaya).
Derechos Humanos: también para Palestina
(Imágenes: tratamiento digital de pinturas de Jumana el Husseini [sin título, izq.] y Javier Sánchez ["Llanto por Palestina", dch.]).
sábado, 9 de diciembre de 2023
La guitarra en la poesía
La guitarra
Ah la guitarra esa mujer en celo
que habla en su canto y muere en su
silencio
con tu salud de música nacida
me brindas un placer casi doliente
y eso porque tus cuerdas te dicen lo que
digo
y lo que digo es triste de cristal
Ah la guitarra esa mujer que llega
con un amor de huésped indefenso
tu mástil o tu puente o tu rasgueo
tu voz quebrada en todos los idiomas
me dejan libre para la alegría
que sube o baja en tu cordaje neutro
Ah la guitarra esa mujer sensible
que invade el patrimonio de la noche
mueve las humedades del follaje
y se roza con árboles sonámbulos
ah la mujer esa guitarra erótica
que se exhibe desnuda en la terraza.
(Mario Benedetti)
Epigrama I
Pero en la noche
ves tu arroz
y tus frijoles fritos,
con la cuajada
fresca,
y una tortilla caliente,
o un plátano asado,
lo comes sin guardaespaldas
y tu jícara
de triste
no la prueba
primero un ayudante.
Y después tocas
si quieres en
tu guitarra
una canción
ranchera,
y no dormís
rodeado de reflectores
y alambradas
(Ernesto Cardenal)
Referencia de pasos
Se me murió el ayer de parto
y lo velo cantando
como a una guitarra sola
a quien se le quebrara
la sonrisa circular y la música,
solo,
sin desbocados animales interiores,
hueso en actividad,
reciente hueso,
acía como que caminaba entre los hombres casado con mi madre,
pueblerino feliz, poblado de olas.
Ah, estúpida frontera,
municipal y en paz con los estómagos:
cómo tenía que morderme los retratos
para poder reírme hasta de mí
con todo y tus pesares, tus costosísimos harapos,
la franca suciedad que te conoces!
cómo tenía sola y atrozmente
que bajarme los pasos de los hombros
y caminar!
(Roque Dalton)
Las seis cuerdas
La guitarra,
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas,
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.
(Federico García Lorca)
Poema de la guitarra
A Francisco Guillén
Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
Voz de profunda madera
desesperada.
Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira
la carne dura.
Arde la guitarra sola,
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava
bata de cola.
Dejó al borracho en su coche,
dejó el cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,
y alzó la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaína.
¡Venga la guitarra vieja,
nueva otra vez al castigo
con que la espera el amigo,
que no la deja!
Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.
Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
El son del querer maduro,
tu son entero;
el del abierto futuro,
tu son entero;
el del pie por sobre el muro,
tu son entero...
Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra toca
tu son entero.
(Nicolás Guillén)
Manifiesto
Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.
Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.
Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta.
Guitarra trabajadora
con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca,
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras,
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.
Ahí donde llega todo
y donde todo comienza,
canto que ha sido valiente,
siempre será canción nueva.
(Víctor Jara)
Guitarra de mesón que hoy suenas
jota…
Guitarra del mesón que hoy suenas jota,
mañana petenera,
según quien llega y tañe
las empolvadas cuerdas.
Guitarra del mesón de los caminos,
no fuiste nunca, ni serás, poeta.
Tú eres alma que dice su armonía
solitaria a las almas pasajeras...
Y siempre que te escucha el caminante
sueña escuchar un aire de su tierra.
(Antonio Machado)
Oda a la guitarra
Delgada
línea pura
de corazón sonoro,
eres la claridad cortada al vuelo:
cantando sobrevives:
todo se irá menos tu forma.
No sé si el llanto ronco
que de ti se desploma,
tus toques de tambor, tu
enjambre de alas,
será de ti lo mío,
o si eres
en silencio
más decididamente arrobadora,
sistema de paloma
o de cadera,
molde que de su espuma
resucita
y aparece, turgente, reclinada
y resurrecta rosa.
Debajo de una higuera,
cerca del ronco y raudo Bío Bío,
guitarra,
saliste de tu nido como un ave
y a unas manos
morenas
entregaste
las citas enterradas,
los sollozos oscuros,
la cadena sin fin de los adioses.
De ti salía el canto,
el matrimonio
que el hombre
consumó con su guitarra,
los olvidados besos,
la inolvidable ingrata,
y así se transformó
la
noche entera
en estrellada caja
de guitarra,
temblando el firmamento
con su copa sonora
y el río
sus infinitas cuerdas
afinaba
arrastrando hacia el mar
una marea pura
de aromas y lamentos.
Oh soledad sabrosa
con noche venidera,
soledad como el pan terrestre,
soledad con un río de guitarras!
El mundo se recoge
en una sola gota
de miel, en una estrella,
todo es azul entre las hojas,
toda la altura temblorosa
canta.
Y la mujer que toca
la tierra y la guitarra
lleva en su voz
el duelo
y la alegría
de la profunda hora.
El tiempo y la distancia
caen a la guitarra:
somos un sueño,
un canto
entrecortado:
el corazón campestre
se va por los caminos a caballo:
sueña y sueña la noche y su silencio,
canta y canta la tierra y su guitarra.
(Pablo Neruda)
El músico de la guitarra triste
Siempre en la misma
ruta
el músico de la
guitarra triste
se pone a cantar
con un sombrero de
palma
que contiene diez
monedas y dos billetes rotos.
Canta una canción que
alcanza a romper el corazón de un pájaro.
Qué bueno que la
música no necesita verse
porque ese hombre
está ciego.
Qué bueno que la
música no necesita piernas
porque ese hombre
está cojo.
Sentado, toca su
guitarra,
una guitarra triste,
sucia y desafinada.
Un hombre se acerca y
le ofrece 20 billetes de 100,
el músico acepta y la
guitarra se va.
Días después, veo la
guitarra limpia y afinada,
en una tienda de
artesanías.
Toco unas notas,
parece igual de triste.
Canto pero no sucede
nada.
Le pago al empleado y
salgo a la calle.
Recito un poema con
la guitarra,
improviso una
melodía.
Siempre quise hacer
esto.
La gente comienza a
darme dinero.
Parece que la poesía
y la música
pueden hacerme feliz.
(Nayeli Rodríguez Reyes)
Oda a una guitarra
Llegaste un día de la mano de dos hermanos.
Luego te llevaron durante un tiempo a otra parte,
pero regresaste para quedarte.
Y encajaste a la perfección en el paisaje de la casa y sus iconos.
Los había religiosos,
otros nos recordaban a los miembros de la familia
y no faltaban los musicales.
Como ese almirez de bronce que asomaba su sonido en las navidades,
el piano que, majestuoso, invadía de notas musicales todos los espacios,
la sonoridad que salía del rasgueo de tus cuerdas
y hasta esa flauta dulce que se convirtió en fiel compañera.
Soportaste con paciencia mis primeras envestidas
y me acompañaste en ese rabioso “Mundo cruel” adolescente.
Y así, poco a poco, fueron llegando las canciones,
propias y ajenas,
en solitario y en compañía,
en casa, fuera de ella y hasta en la calle.
Ahora, según escribo estos versos, te miro en una fotografía.
Ahí, en medio del paisaje de libros, te veo entre mis manos.
Y es que mi hermana quiso que allí estuviéramos.
Algunas veces, pocas, me atreví a retratarte.
En esta ocasión te situé sobre un viejo sillón,
de los dos que conservaba mi madre de sus ancestros.
Te llené de luz y te adorné de colores.
Quise realzar esa fuerza que desprendías
en los momentos que acompañabas a mi voz.
Una forma de reflejar alegría y esperanza.
(Diego Sánchez)
La guitarra
El placer de sufrir, de odiar, me tiñe
la garganta con plásticos venenos,
mas la cerda que implanta su orden mágico,
su grandeza taurina, entre la prima
y la sexta
y la octava mendaz, las sufre todas.
El placer de sufrir... ¿Quién? ¿a quién?
¿quién, las muelas? ¿a quién la sociedad,
los carburos de rabia de la encía?
¿cómo ser
y estar, sin darle cólera al vecino?
vales más que mi número, hombre solo,
y valen más que todo el diccionario,
con su prosa en verso,
con su verso en prosa,
tu función águila,
tu mecanismo tigre, blando prójimo.
El placer de sufrir,
de esperar esperanzas en la mesa,
el domingo con todos los idiomas,
el sábado con horas chinas, belgas,
la semana, con dos escupitajos.
El placer de esperar en zapatillas,
de esperar encogido tras de un verso,
de esperar con pujanza y mala poña;
el placer de sufrir: zurdazo de hembra
muerta con una piedra en la cintura
y muerta entre la cuerda y la guitarra,
llorando días y cantando meses.
(César Vallejo)
Guitarra, dímelo tú
Si yo le pregunto al mundo,
El mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
Y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
Buscando un rayo de luz
¿Por qué la noche es tan larga?
Guitarra, dímelo tú
Se vuelve cruda mentira
Lo que ayer fue tierna verdad
Y hasta la tierra fecunda
Se convierte en arenal
Y paso las madrugadas
Buscando un rayo de luz
¿Por qué la noche es tan larga?
Guitarra, dímelo tú
Los hombres son dioses muertos
De un tiempo ya derrumbao
Ni sus sueños se salvaron
Sólo la sombra ha quedao
Y yo le pregunto al mundo
Y el mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
Y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
Buscando un rayo de luz
¿Por qué la noche es tan larga?
Guitarra, dímelo tú
(Atahualpa Yupanqui)
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