miércoles, 30 de junio de 2010

Tertuliar

De unos años acá los tertulianos y las tertulianas abundan en las cadenas de televisión y radio. Su oficio resulta rentable, pues reciben suculentos emolumentos. Quizás por ello habría que hablar más de beneficio que de oficio. Como quería informarme un poco del dinero que se embolsan, hoy he localizado un artículo en un periódico digital (http://www.prnoticias.com/) que ha publicado lo que sigue: "En las grandes emisoras una colaboración en un programa -que se cobra como autónomo- puede rondar los 200 a 250 euros por cada aparición. Se facturan individualmente por lo que a menos apariciones, menos dinero". Eso en la radio, donde parecen los parientes pobres, pues en la tele ganan bastante más. Cuando tertulian sientan cátedra, aunque no tengan ni idea sobre el tema, y además nos los presentan como la esencia de la libertad de opinión, aunque digan lo mismo o, a lo sumo, hagan variaciones sobre el mismo tema. 

Pues bien, estos días no han parado de lanzarse contra los trabajadores y las trabajadoras del metro de Madrid por estar en huelga. Huelguistas que, haciendo uso de su derecho, están además sufriendo una presión de su patrón, el gobierno de la Comunidad de Madrid, que ha puesto unos servicios mínimos del 50%. Pura desfachatez la de la presidenta y la de la gente dedicada al beneficio, que diga oficio, de hablar por hablar. O tertuliar. ¡Qué más da! 
   

lunes, 28 de junio de 2010

Una cosa curiosa

He dudado en hacerlo, aunque al final me he decidido a sacarlo. Hace unas semanas, rastreando por la red en busca de información, localicé Aprender a enseñar. Revista docente, en cuyo número 32, de agosto de 2009, aparecen dos artículos de Clara Gavira Maestre: “El anarcofeminismo en España" y "Anarcofeminismo. Ideología e historia" (http://www.docentess.com/). Utiliza como referencia base mi libro Anarcofeminismo en España e incluso saca una fotografía de la portada. Se trata de una revista relacionada con una academia "onlain" que prepara para las oposiciones de magisterio y educación secundaria, lo que hace que la cosa sea aún más curiosa.

sábado, 26 de junio de 2010

Ahora, un cura rojo: José Mª Díez-Alegría

Ha muerto José Mª Díez-Alegría. Perteneciente a una familia de la burguesía asturiana y hermano de dos generales de la élite franquista, siendo el mismo un intelectual de la propia Iglesia, incrustado en la Universidad Gregoriana del Vaticano, decidió romper con sus orígenes y su trayectoria para hacer consecuente su vida con sus creencias. Fue de los primeros curas que lo dejó todo y se fue a vivir con quienes su Iglesia había abandonado.

Su libro Yo creo en la esperanza, que leí a retazos en casa durante mi adolescencia, fue motivo de su ruptura institucional con los jesuitas. El padre Arrupe, su General, amigo, el hombre que hizo de esa orden un espacio más abierto al mundo, no pudo impedir que Díez-Alegría decidiese publicar el libro en 1972. La razón de estado no fue capaz de convencer a un teólogo que a partir de entonces decidió acompañar a José Mª Llanos, otro jesuita, que había sido confesor de Franco y que desde 1955 había decidido irse a vivir al Pozo del Tío Raimundo. Al barrio de chabolas madrileño que en la España de los años sesenta y setenta fue uno de los símbolos de la injusticia social y también una de las manifestaciones más claras de las cloacas sociales que el régimen franquista había creado en los cinturones de las grandes ciudades en pleno desarrollismo del turismo y la pandereta.

Fue uno de los teólogos que supieron ver la compatibilidad de sus creencias con la necesidad de un mundo igualitario, lo que le puso en contacto con la militancia y los autores malditos del marxismo y demás ralea. Al fin y al cabo esta gente no era tan demonio ni tan "extrínsecamente mala", como rezaba uno de los libros de texto de mi infancia. Otros jesuitas lo hicieron también, como Ellacuría, que bien caro lo pagó, y Sobrino, que sigue en la brecha. Hasta su muerte Díez-Alegría ha seguido reafirmando su consecuencia, incluido su Yo todavía creo en la esperanza.

sábado, 19 de junio de 2010

Ha muerto José Saramago

Supe de él cuando escribió El evangelio según Jesucristo. Allá por 1991. Me hice con el libro, pero no pude con su estilo. Hubieron de pasar trece años para que empezara con La flor más grande del mundo. Un relato infantil, que aproveché para que lo leyera mi hija y pudiera iniciarme. Al año siguiente acabé Ensayo sobre la lucidez. Quizás me atrajo su contenido, esa rebeldía política contra lo establecido, aunque detecté esa lúcida mirada pesimista que tiene del presente. Lo que vino después fue una sucesión de obras suyas que parecía no acabar. Pude, por fin, familiarizarme con su forma de narrar y construir la sintaxis. Dejó de ser un problema para mí cuando conseguí la inmersión lingüística que necesitaba: El cuento de la isla desaparecida, El evangelio según Jesucristo, Levantado del suelo, Memorial del convento, Ensayo sobre la ceguera, La caverna, Las pequeñas memorias, La balsa de piedra, Todos los nombres, Historia del cerco de Lisboa, Las intermitencias de la muerte y El viaje del elefante. Según repasaba mis anotaciones, El año de la muerte de Ricardo Reis se ha quedado rezagado sin quererlo. No importa, lo leeré, como lo haré, cuando me haga con él, con Caín y lo que haya quedado sin leer.

Ha muerto Saramago, aquel que recibió el Premio Nobel en 1998, que fue militante del partido comunista portugués, que se fue de su país cuando el gobierno se unió a la condena del Vaticano de El evangelio según Jesucristo, que defendió la ibericidad, que alzó la voz permanente contra las injusticias,  que nombró al imperio para condenarlo, que nos recordó que el poder actual emana de las grandes empresas...     

También el mismo que criticó a Cuba cuando las últimas condenas a muerte de 2003 ("hasta aquí he llegado"), aunque después se reconciliara ("amigo de Cuba en cualquier circunstancia"). Y el mismo que apoyó a Zapatero en las elecciones de hace dos años. Si lo primero me pareció un acto de honradez, lo segundo lo fue de pérdida de lucidez. Si en lo primero se mostró rotundo ante la decepción de lo ocurrido (Galeano se quedó con un "Cuba duele"), en lo segundo se abrió hacia el peligroso posibilismo de lo menos malo. Si con Cuba fue implacable, ante Zapatero mostró debilidad. 

Dos pasajes de Memorial del convento pueden resumir su obra y pensamiento. Uno, cuando muere Bartolomeu Lourenço de Gusmao, el cura inventor de una máquina voladora: "Y la máquina, Allí sigue, qué haremos con ella, Cuidadla, cuidadla, puede que vuelva a volar un día". Otro, en las últimas líneas del libro, cuando Baltasar Sietesoles es quemado en la hoguera: "Entonces Blimunda dijo, Ven. Se desprendió la voluntad de Baltasar Sietesoles, pero no subió hacia las estrellas, si a la tierra pertenecía y a Blimunda".

martes, 15 de junio de 2010

Para septiembre

Hace ocho años, también del mes de junio, escribía para el número 64 del boletín Debate Ciudadano de Barbate el artículo que reproduzco a continuación. Sólo basta añadir que con esta  huelga general, prevista para el 29 de septiembre, nos ponemos ya en seis desde 1977.   

"Desde 1977, año de las primeras elecciones libres tras 40 años de “sequía”, seis han sido las huelgas generales convocadas en nuestro país. He aquí, brevemente, una cronología de las mismas:

20 de junio de 1985. Fue convocada por CC.OO. y apoyada por sindicatos como USO, ELA, LAB, ING, CNT, CGT, etc., pero no así por UGT. El motivo estuvo relacionado directamente con la reforma del sistema de pensiones que el gobierno del PSOE había aprobado. Felipe González presidía el primer gobierno del PSOE tras su victoria en 1982 y Miguel Boyer dirigía el área económica, aunque estaba a punto de dimitir. Boyer había sido el impulsor de una política económica en la que se mezclaba un duro ajuste económico (control de los salarios, cierres y privatizaciones de empresas públicas, reforma de las pensiones, una mayor liberalización, etc.) con una expansión del gasto público en áreas como la sanidad, la educación o los subsidios de desempleo. Fue llamativo, no obstante, el inicio de las divergencias entre el gobierno y el PSOE, por un lado, y la UGT, liderada entonces por Nicolás Redondo, que dimitió como diputado en desacuerdo por esa reforma.

14 de diciembre de 1988. En esta ocasión fue convocada por CC.OO. y UGT, y apoyada por el resto de sindicatos. El estricto control de los salarios y la falta de medidas que ayudaran a incentivar el empleo de jóvenes fueron valorados muy negativamente por los sindicatos, todo ello dentro de una política económica dirigida ahora por Carlos Solchaga, pero en la línea marcada desde 1982 por Boyer. El país quedó prácticamente paralizado, siendo la huelga general convocada que tuvo mayor éxito.

28 de mayo de 1992. De nuevo los mismos “actores políticos y sindicales” (CC.OO., UGT, gobierno del PSOE, González, Solchaga...). En esta ocasión las razones que esgrimieron los sindicatos fueron los recortes en el desempleo dentro de la política económica de gobiernos anteriores y, sobre todo, de las exigencias que desde el tratado de Maastricht imponía a los países miembros de la Unión Europea.

27 de enero de 1994. Cuarta y última huelga con un gobierno del PSOE. Felipe González estaba en su cuarto mandato, pero en minoría, lo que llevó a pactar con CiU. Ahora Pedro Solbes era el ministro de Economía, que buscó con su política el acercamiento a los criterios de Maastricht. En esta ocasión CC.OO. y UGT se opusieron especialmente a los cambios en la contratación laboral que daban carta blanca a los denominados “contratos-basura”.

20 de junio de 2002. Ocho años después, ahora con el PP en el gobierno, el motivo de las convocantes, CC.OO. y UGT, es oponerse a una nueva reforma del desempleo. José Mª Aznar, el presidente del gobierno del “España va bien”, en su segundo mandato, y Rodrigo Rato, su ministro de Economía, actúan dentro de una lógica iniciada en 1982, intensificada desde que el PP accedió al gobierno en 1996 y en consonancia con la de otros países europeos. Ebrio de unos éxitos económicos (que se miden en datos macroeconómicos, pero que olvidan el día a día y a bastantes sectores de la sociedad) y políticos (mayoría absoluta, engañosos datos económicos, neonacionalismo español al que llaman “patriotismo constitucional”, etc.), el PP ha retado a la sociedad con su reforma laboral, introducida a modo “decretazo”. ¿Qué vendrá después...?".

sábado, 12 de junio de 2010

Cuánta razón tenías, Julio

En los años 90 Julio Anguita acuñó el término de “las dos orillas” para definir quiénes defendían con su política un modelo neoliberal y quiénes no. En una de las orillas estaban los Köhl, Major, Mitterrand, Chirac o González, y también los Blair, Schröder o Aznar. Juntos habían levantado y estaban consolidando la nueva arquitectura económica, con el tratado de Maastricht de 1992 como emblema. Anguita fue crucificado, porque osó poner en el mismo lado a la “derecha” y la “izquierda” españolas. En esa ceremonia participaron periodistas, intelectuales, artistas y sindicalistas que no asumieron que fueran lo mismo. Una ceremonia que fue aclamada por quienes con su voto prefirieron irse al refugio de la otra orilla o permitida por quienes decidieron quedarse en su casa. Una visión miope de las cosas, porque no supieron ver lo que luego vendría, que es lo que hoy tenemos.

Hoy la derecha europea está llamando la atención al PP por su postura ante las medidas que está tomando el gobierno del PSOE, similares a las tomadas a punto de tomar en todos los países de la UE. Es cierto que el PP del siglo XXI ha forjado un discurso políticamente rancio, buscando parte de su identidad en un pasado del que obtuvo grandes réditos en otros tiempos a base de explotación, corrupción y sangre. Es cierto que ese espejismo de puesta al día, cuando públicamente Aznar reconoció la figura de Azaña o aceptó la ley del aborto, ha quedado en algo fugaz. Que fuera un táctica electoral o no para rebañar en el centro los votos que necesitaba para ganar unas elecciones frente al poderoso PSOE de González, es ahora lo de menos.

Sarkozy, Merkel, Cameron, Berlusconi y hasta González han salido al rescate de un Zapatero que no encuentra el aliado natural necesario para sacar adelante las medidas de ajuste. La última, una nueva reforma laboral que pretende abaratar más los despidos y flexibilizar más los contratos. 

El otro día tuvo lugar una huelga en la administración pública que, números al margen, no tuvo los resultados deseados por quienes participamos en ella. Pero tampoco hay que ser derrotistas de antemano. El malestar crece y la propuesta de una huelga general va ganando terreno. Esas cosas hacen daño a todos los gobiernos del entramado de poder actual. Una de “las dos orillas”.

Perruno y Domadora






































Uno

Lo llamaban Perruno. No sé por qué. Era el director del instituto. Daba Latín, cuando era una asignatura independiente de Griego, que juntas conformaban la opción de Letras. A mí me dio en sexto de bachillerato. Al final del curso estuve con él una semana dando clases extras para preparar la reválida de sexto. Me sirvieron para poder aprobar el examen de Latín (Recordamini, iudices, quanto...) y aprobar la propia reválida.

En el curso siguiente las cosas cambiaron. Yo ya no daba ni Latín ni Griego, pero Perruno seguía siendo director. Tampoco era el chico de sexto que cumplía con la rutina de ir mañana y tarde a clase y charlar con los compañeros en los recreos de la mañana. Una rutina que rompía con dos o tres entrenamientos semanales de mi deporte favorito, y ocasionalmente con los paletazos de ping pong que daba con José Juan y Manolo. Ese curso fue frecuente ver sembrado de papeles de propaganda política el suelo de los pasillos y de los servicios del instituto. Panfletos del Partido, de la Joven, de la Junta, de la Plataforma... En las aulas se hablaba de política y no sólo entre clase y clase, sino cuando podíamos, con los profesores majos o para dar caña a los fachas. En una ocasión nos pusimos en huelga. No hubo clases porque la plataforma reivindicativa de estudiantes pidió que arreglaran la entrada al centro que se embarraba durante las lluvias o que pudiéramos entrar por la escalera principal, más ancha y exclusiva para el profesorado, en vez de la estrecha escalera trasera en la que parecíamos borregos cuando salíamos cientos de chavales a eso de la una y media. Fue un éxito a medias: seguimos pisando barro cuando llovía, pero dejamos de parecernos borregos.

Un día, quizás por enero, el director me llamó a su despacho y me hizo unas cuantas preguntas. Me insinuó que yo podía estar detrás de las cosas que se hacían en el instituto. Ya se sabe, los panfletos y demás cosas subversivas. No sé qué cara pude poner, quizás de tonto, pero mis contestaciones fueron lacónicos "no sé". Como es natural, jugaba al despiste. No supe por qué sólo se dirigió a mí y no lo hizo con otros compañeros de los que estábamos en el ajo. Tampoco sé quién pudo sugerirle el llamarme a su despacho. Pensar en alguien son conjeturas: ¿Netol, profesor de Religión? ¿Domadora, de Filosofía? ¿Nila, profesora por partida doble de Lengua y Literatura, novia, según decían, de un policía? ¿Algún compañero chivato incrustado en la clase?... Qué más da.

Dos

Era febrero y habíamos organizado el Primer Festival de la Canción Azul. Fueron Raimundo y Manolo quienes propusieron ponerle ese color en recuerdo de Pablo Neruda. ¿Tendrían algo que ver los versos En / el / verano / del / largo / litoral, / por / polvorientas / leguas / y / caminos / sedientos / nacen las explosiones / del cardo azul de Chile? No lo sé. Yo participé cantando el poema "Sentado sobre los muertos" que musiqué de Miguel Hernández. Al final del acto se presentó Domadora en el escenario, se acercó a mí y me dijo: "Monteeero, no sabía que supieses hacer estas cosas". No pude por menos que sonreír.

Ella había sido mi profesora de Filosofía en sexto. Antes de conocerla nos habían contado de su fama de mujer dura. De ahí el mote que tenía. Todavía recuerdo el primer día de clase, entrando veloz, dejando su bolso y su carpeta encima de la mesa y dando órdenes estrictas sobre cómo tenían que estar las persianas. Sin dejar de hablar un momento, sin invitarnos a hacerlo -entonces no se llevaban esas cosas- y en medio de una perorata llena de advertencias, de pronto empezó a llamar la atención a un compañero porque, dijo, "está usted mirando hacia abajo", en vez de mirarla a ella.

Ésa era Domadora. La misma que subió a felicitarme al escenario y acabar diciéndome lo de "no sabía que...", dos meses después, en abril, en compañía de Nila y Copito de Nieve -ésta, profesora de Geografía, con el pelo completamente blanco- y en los aledaños de una manifestación por la amnistía, sin manifestarse, se dirigió a mí, que estaba con mi amigo Arturo, con otra frase memorable: "Monteeero, ¿qué haces por aquí?". No recuerdo qué le contesté, pero sí cómo nos reímos al darles la espalda para seguir cantando nuestro "am-nis-tí-a-li-ber-tad-goo-bierno-provi-sio-nal" de ritmo roquero, que acompañábamos con un toque de dedos, y proseguir nuestro paseo vespertino en medio del rojerío que intermitentemente se reagrupaba para gritar bajo el ruido de fondo de las sirenas.

Tres

Supe años después, por un compañero en la facultad, que lo había sido también en el instituto, que fue el director quien vetó que yo ganara el Festival de la Canción Azul. Había sido parte del jurado y me habló de la insistencia del director para que no me llevara el primer premio, que era el que se pagaba con dos mil pesetas. Recuerdo lleno el salón de actos del instituto femenino, colindante al nuestro. También la ovación de la gente cuando canté el poema de Miguel Hernández. Quedé segundo, pero me quedé sin esas dos mil pelas de las de entonces. Se quedó sin ellas la Joven, para quien tenía destinado el dinero.

Perruno y Domadora. Nunca supe más ni del uno ni de la otra.

viernes, 11 de junio de 2010

¿Qué hace Felipe?

La mayor parte de su mandato tuvo a la derecha españolista acomplejada. Ésta logró recomponerse en las elecciones de 1993 después de mandar a Fraga a su reserva de Galicia y lograr una refundación con nombre nuevo, el PP; absorber a ese centro creado en torno a Suárez, que era el más progre de un partido que se nutría de un electorado conservador y se fue desinflando de cuadros que vieron más futuro en el PP; y, ante todo, se aprovechó de los cortocircuitos que el PSOE iba provocando (corrupción, GAL...).

Durante su largo mandato de 14 años sembró y recogió cosechas propias y ajenas, pero pudo hacer lo que no se le hubiera permitido a la derecha españolista. Privatizó a precio de saldo para que las empresas rentabilizaran el regalo. Propició la concentración financiera. Desmanteló buena parte del tejido industrial como condición de entrada en la CE, hoy UE. Orientó el empleo hacia la construcción, el sector turístico y las actividades especulativas. Desarrolló una legislación laboral que perjudicó a las jubilaciones, abarató el despido, flexibilizó las contrataciones y creó los "contratos-basura". Reforzó la pertenencia a la OTAN. Participó en la primera guerra contra Iraq...

Tuvo que soportar cuatro huelgas generales. Una, en 1985, convocada por CCOO, a cuenta de aumentar el tiempo de cotización para las jubilaciones y que le costó la ruptura con el entonces líder de la UGT, Nicolás Redondo, un histórico. Otra, en 1988, ya con CCOO y UGT, que fue histórica y, por qué no, humillante. Le siguieron otras dos, en 1992 y 1994. 

Peor lo llevó con lo que estaba a su izquierda. Y sobre todo con Julio Anguita, que hizo de IU una coalición que le fue erosionando votos por al izquierda y desde los sectores más jóvenes. Una izquierda que entre 1993 y 1996 se situó en torno a un 10% de los votos en el conjunto del estado, con resultados cercanos al 20% en algunas comunidades (Andalucía, Asturias, Madrid...) y con un crecimiento general en las diversas elecciones (generales, autonómicas, municipales, europeas). Tuvo que echar el resto para evitar ese crecimiento por su izquierda, para lo que contó con apoyos: primero, entre los sectores antaño del PCE controlados por Santiago Carrillo; luego, dentro de la propia IU, entre los renovadores y lo que llamó la nueva izquierda; finalmente, en los medios de comunicación afines, con especial relevancia del grupo PRISA. El mensaje de "la pinza" de 1996 caló profundamente en los sectores de la izquierda que temían a la derecha de siempre. Preferían lo menos malo. Y lo que es peor, se lo creyeron.

Después de varios años, con ocho de mandato de Aznar y otro seis de Zapatero (los mismos que él estuvo), ha llegado quien desde 1982 engatusó a buena parte de la sociedad española. Ha venido a rescatar a un colega en peligro y a pontificar sobre lo que se debe hacer. "Hablaba claro, se le entendía, no como Rajoy o Zapatero", he oído esta mañana. Parece que  sigue embrujando. En plena crisis del sistema capitalista. El mismo del que fue uno de los mejores ejecutores del modelo económico que ahora se derrumba. 

jueves, 10 de junio de 2010

Pasen y vean

La página electrónica de IU de Cádiz ha hecho públicos los salarios que reciben sus cargos públicos. Invito a que se conecten con el enlace que ofrezco (/www.iucadiz.org) y puedan comprobar lo que cobran oficialmente, lo que dejan a la organización y lo que reciben mensualmente.

Aquí no se contempla la dedicación que tienen, prácticamente total, en pos de lo que defienden. Una dedicación abnegada viajando de un lado para otro de pleno en pleno, de reunión en reunión, de manifestación en manifestación, de entrevista en entrevista con la gente, de rueda en rueda de prensa... Siempre soportando una presión fortísima de la doble reacción (el entorno de la derecha de siempre y el de la nueva, disfrazada de progresismo). Para los tiempos que corren, es más que meritoria su labor.

Ignacio García, ingeniero, ganando prácticamente lo mismo como parlamentario que como lo haría como profesor de instituto. Antonio Roldán, maestro, alcalde de Conil desde 1995, en la misma situación. Pedro Ruiz, maestro, alcalde de Puerto Serrano también desde 1995, ganando menos todavía... El resto, como para hacerse ricos con los 2672 euros de Pepe Barroso, alcalde de Puerto Real, infarto y enjuiciamiento por calumnias al rey incluidos; los 1800 de Manolo Cárdenas, alcalde de Trebujena...

Éstas son personas dedicadas a la política, pero os aseguro no son como "los políticos" de los que habla tanta gente. Los conozco en su mayoría, me consta su honradez. Me parece de justicia reconocer su labor y su dignidad. Se lo merecen.

Una mirada
























Es la tarde. Desde esta ventana estoy divisando el horizonte de naturaleza que poco a poco va desapareciendo. Aquí, al lado, las acacias, los negrillos y los ailantos; al fondo, junto al río, los chopos; y más allá, ascendiendo por los Montalvos, no llego a distinguir los árboles. La tierra seca, amarilla, ayer surcada por los surcos del arado, hoy está baldía por el paso del tiempo y va cediendo su lugar a los bloques de ladrillos rojos que poco a poco levantan. Un horizonte austero es el que diviso, que con el tiempo se va transformado. Un horizonte tejido de antenas que se levantan y entrecruzan, formando una malla de metales y ondas.

Las ramas de las acacias, los negrillos y los ailantos, que se mueven guiadas por el viento, me llevan a un pasado inocente...

-Gallo, gallina, gallo, gallina, gallo…

Y las voces, los gritos, los balones, los escondites, los daos, el pico-zorro-zaina, el dólar, la rueda del tío Repique, los guardias y ladrones, los platillos, las bolas, los clavos… Todo va quedando en el recuerdo. Una infancia verdadera, que fue vida, vida alegre y espontánea.

Hoy me conformo con estos niños que oigo gritar y veo jugar cada día.

(5-9-1980)

miércoles, 9 de junio de 2010

"Los políticos"

Se dice que Franco en cierta ocasión aconsejó a uno de sus ministros, que andaba un poco preocupado -quién sabe por qué-, con unas palabras parecidas a éstas: "mira, haz como yo, no te metas en política". En los años 30, en pleno ascenso del fascismo en Europa, el partido Falange Española aireaba aquello de "ni de izquierdas ni de derechas". Recuerdo con gracia lo que un compañero de facultad nos contó allá por 1977 acerca de su padre: "dice que es apolítico de derechas". 

En nuestros días es frecuente echar mano de la expresión "los políticos". Claro que "esos políticos" son repugnantes. Pero son un reflejo de toda la podredumbre en la que viven. Su afán de acaparamiento no es ajeno al mismo afán que está instalado en la sociedad en que vivimos. Me pregunto qué solución se da para quitárselos de encima. ¿Se espera a un salvador? ¿"Militar, por supuesto", como dijo el guardia civil que, metralleta en mano, informaba el 23 de febrero de 1981 a sus señorías en el Congreso acerca de la formación de un gobierno? Ese día no triunfó el golpe de Tejero y compañía, sino otro que anestesió a la sociedad española y acabó metiéndola de lleno en todo el entramado político y económico internacional. El mismo entramado en que los gobiernos de turno (de González, Aznar, Zapatero) se sintieron solidarios con EEUU y sus aliados atacando a Iraq en 1991 y 2003, o a Afganistán en 2002. El mismo entramado basado en un modelo económico que mediante la pura especulación y la rapiña más voraz ha empobrecido a buena parte de la humanidad, ha propiciado el aumento de las riquezas de una minoría y el acaparamiento de propiedades de importantes sectores sociales intermedios, y ha creado el espejismo de un consumismo extremamente generalizado que ha hecho perder el sentido de la realidad.

Me pregunto si cuando se habla de "los políticos" se ha pensado en quienes desinteresadamente han dedicado, y siguen haciéndolo, buena parte de su esfuerzo y tiempo a que este mundo donde vivimos sea un poquito mejor cada día para todas las personas sin excepciones. Gente que no ha dedicado su tiempo a enriquecerse o a acumular propiedades y dinero a modo de un coleccionismo de nuevo tipo. Claro que la hay, yo conozco a muchas personas que no ha cogido un duro de "la política" o un duro de más de lo que antes recibían si se han dedicado a ella.  

Escribía el otro día que se está masticando fascismo. Y de todas esas cosas se alimenta. El fascismo es la apoteosis del miedo, del egoísmo, de la violencia, de la explotación, de la sinrazón, de la ignorancia...    
      

lunes, 7 de junio de 2010

Recordando al Sáhara Occidental

He encontrado un vídeo en la página cubainformacion.tv/ sobre el muro construido por Marruecos en el Sáhara Occidental. Invito a verlo a través de este enlace: otro muro de la vergüenza.

Por otro lado, el periódico Público ha sacado hoy un artículo titulado "La explotación del Sáhara le "sale cara" a Estados Unidos", donde, además de referirse al elevado coste que supone mantener la seguridad en ese territorio, vuelve a poner de relieve la expoliación de los recursos naturales por parte de Marruecos y de las empresas que operan explotando los fosfatos, los hidrocarburos o los recursos pesqueros. 

Mientras tanto, el pueblo saharaui sigue sufriendo. Casi la mitad de su población vive refugiada en los campamentos del Tindouf argelino, donde sobrevive en un medio extremamente hostil con dignidad gracias a su esfuerzo y a la solidaridad internacional, en especial la cubana. La otra parte está sometida a la dura represión del gobierno marroquí, víctima de permanente violaciones de derechos humanos.
  

¡A la huelga!

Mañana está convocada una huelga en la administración pública. No es la primera, por supuesto. La última, creo recordar, fue al principio del primer gobierno del PP, cuando en 1997 decidió congelar los sueldos y no aplicar la subida prevista en el acuerdo firmado entre sindicatos y gobierno. Durante las semanas pasadas he oído numerosas quejas por las medidas de ajuste que ha tomado el actual gobierno. En otros lugares ha ocurrido lo mismo. Ya veremos qué ocurrirá mañana. Por si acaso, hay un refrán que dice "del dicho al hecho hay un trecho".

miércoles, 2 de junio de 2010

Se está mascando fascismo

Tengo la impresión de que se está mascando fascismo. Para Nikos Poulantzas el fascismo en Italia y Alemania no fue tanto una forma de hacer frente al movimiento obrero revolucionario como el triunfo de una fracción de la burguesía que buscaba una salida a la crisis política y social que vivían sendos países. Su acceso al poder se vio facilitado por la derrota previa de dicho movimiento revolucionario. Poulantzas distinguía proceso de fascistización de fascismo y por ello quiso aclarar el extremo de cuándo se produjo el asalto final al poder por los movimientos fascistas.

Siguiendo con la historia, España acabó sufriendo un régimen fascista, pero tras una cruenta guerra. España fue el único país donde amplios sectores de la población lo hicieron frente durante tres años de lucha y resistencia, con el abandono por parte de las potencias occidentales, la solidaridad de las brigadas internacionales y la ayuda de la URSS. La derrota del fascismo ocurrió en 1945 y no por el esfuerzo principal de las potencias occidentales. Francia había sido derrotada y humillada en 1940. El Reino Unido y EEUU esperaron al verano de 1944 para lanzar su ofensiva contra Alemania. El esfuerzo mayor, con el consiguiente desgaste, fue de la URSS, cuyo ejército desde Stalingrado no paró de contraatacar hasta llegar a Berlín.

Volviendo a nuestros días, ¿por qué digo que la sociedad está mascando fascismo? Primero, porque en el mundo desarrollado ya no hay movimiento revolucionario y los movimientos de izquierda existentes tienen una influencia en general pequeña y desigual (cuidado, que esto no significa que no existan y que no puedan crecer). Las disputas políticas se dan sobre todo en el seno de los sectores dominantes de la sociedad. Los sectores sociales que los alimentan se disputan el qué hacer y la desesperación aumenta entre quienes se han dedicado a dar sus votos. 

El fascismo de hoy no tiene por qué ser el de hace nueve décadas. Está disfrazado de lo que llaman democracia. Atacar a países, realizar matanzas indiscriminadas, fomentar políticas económicas generadoras de miseria y hambre, controlar la información en unas cuantos grupos empresariales, invadir las instituciones políticas con empleados de las grandes empresas, hacer leyes para amparar a quienes delinquen, manipular al poder judicial..., todo ello son formas de un nuevo fascismo. No es el momento de los Hitler, Mussolini o Franco, al menos en el mundo rico. Hasta hace poco hemos tenido a los Bush, Blair o Aznar, que provocaron y justificaron las masacres de Iraq o Afganistán, desarrollaron el modelo económico iniciado en 1979... Los Obama, Brown, Cameron, Zapatero, Merkel... siguen haciendo lo mismo.

Y medio de todo, un descrédito de lo político. Es parte del discurso fascista.
Bajo la palabra políticos se engloba a todas las personas que se dedican profesionalmente a la actividad política, pero generalizar tiene el riesgo de meter en el mismo saco a quienes sí tienen responsabilidad y quienes no la tienen. Mantengo que esa consideración proviene más de quienes votan a los partidos que ocupan la mayor parte de los cargos públicos en las distintas instituciones políticas. Es más, mantengo también que antes de que se iniciara la crisis ya sabían lo que hacían, ganaban, manipulaban... Sólo cuando las cosas han empezado a ir mal, se están acordando de lo que han hecho, pero preferentemente se fijan en "los políticos" del adversario. 

El proceso de fascistización se desarrolla a medida que aumenta el vacío de poder. El que se desacredite lo político, es un síntoma. La crisis de legitimidad de los poderes políticos actuales puede desembocar en un cambio radical del sistema  y ahí entra el socialismo como horizonte, que ya existente en algunos países, o el fascismo. Y éste es la peor de las opciones, porque es la violencia institucionalizada y extendida a todos los ámbitos de la vida.