domingo, 27 de julio de 2025

Dos ejemplos de perversión moral en la derechona: de Isabel a Noelia


En noviembre de 2023 Isabel Díaz Ayuso, invitada en la tribuna del Congreso como presidenta de su Comunidad, espetó un "hijo de puta" a Pedro Sánchez durante la sesión de investidura. Éste había hecho referencia a la posible corrupción de su hermano en torno al asunto de las mascarillas. La presidenta madrileña al principio defendió que había dicho "me gusta la fruta", pero ante la evidencia de lo que se podía leer en sus labios a través de las cámaras de televisión, en el entorno del PP hubieron de reconocer el insulto. La cosa no quedó ahí, porque el todopoderoso Miguel Ángel Rodríguez supo aprovechar lo ocurrido en beneficio de su pupila. Y el lema "Me gusta la fruta" ha acabado calando en la derechona, con camisetas incluidas. 

Una de las que ha hecho uso repetidamente de la frase y hasta se ha puesto la susodicha camiseta ha sido Noelia Núñez González. Una aventajada alumna política de la presidenta madrileña, como da fe su carrera política: concejala en Fuenlabrada, diputada en la Asamblea madrileña y diputada en el Congreso, además de tener un verbo fácil para insultar, falsear su currículum, mentir reiteradamente, decir tonterías sobre historia... En fin, demostrar su ignorancia y hacer gala de su talla moral. En efecto, Noelia ha hecho valer en sus currículos oficiales tres versiones diferentes acerca de sus títulos universitarios. De tres, ninguno. Se incluye también su ejercicio laboral, en el que ha dicho haber sido profesora de una Universidad privada. Antes de haber dimitido dio versiones distintas en las declaraciones hechas. Y en las entrevistas concedidas después de haber sido pillada con el carrito del helado, repite machaconamente que todo ha sido una equivocación, propia de un mal tecleado. 

Forzada a dimitir por la dirigencia del PP, desde este partido se está diciendo que su comportamiento ha sido ejemplar y demuestra su honradez. Igual que con lo de Isabel Díaz Ayuso en 2023, cuando su insulto a Sánchez, reconocido inicialmente, se convirtió en una especie de eufemismo con retranca, ahora con Noelia Núñez González sus falsificaciones curriculares (no reconocidas como tales, sino como una equivocación) se han transformado en una muestra de ejemplaridad. 

¡Esta es la altura moral de un partido en dos asuntos menores! Los mayúsculos, ya sabemos...

¡Ay!