sábado, 20 de julio de 2024

Comuneros, sombra y sueño, una pieza teatral de Ángel González Quesada

 

Aprovechar los veranos de Salamanca viendo teatro por sus calles y plazas es una delicia. Como lo ha sido disfrutar de Comuneros, sombra y sueño, obra del escritor Ángel González Quesada e interpretada por el grupo Etón. El autor, además, la ha dirigido e incluso participado como actor, en su caso en la figura de Juan de Padilla. Y el marco, ese bello rincón entre las dos catedrales que es el Patio Chico, un espacio por donde fueron desfilando y disertando cada uno de los personajes

Cuatro espectros de otro tiempo, de ese momento real que fue el movimiento de las Comunidades de Castilla, que entre 1520 y 1521 hizo frente al poder extraño que para muchas de las gentes supuso la entronización como emperador de Carlos de Gante. El heredero de los planes trazados años atrás por Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, quienes, tras unir dinásticamente dos de las coronas ibéricas, miraron hacia Europa a través del casamiento de su hija Juana, a quien apartaron como Loca, con Felipe, conocido como el Hermoso y heredero de vastos estados y territorios del centro y norte de Europa. Vastos, porque iban desde Austria y parte de la actual Alemania hasta Flandes, Borgoña y el Franco Condado. El celo por mantener sus libertades, como se denominaba entonces la capacidad de las ciudades castellanas de autogobernarse y limitar el poder de sus monarcas, llevó a que amplios y diversos sectores de la población, desde el campesinado y el artesanado hasta el patriciado urbano, se alzasen en armas contra lo que temían que ocurriera y acabó ocurriendo. 

De los cuatro personajes, dos son conocidos: Juan de Padilla, el jefe comunero de Toledo y luego capitán de las tropas comuneras que se enfrentaron en Villalar a las que defendían al emperador Carlos; y María Pacheco, su esposa, la aguerrida mujer que resistió en Toledo. Los otros dos son presentados como símbolos del sufriente pueblo llano, lleno de personas anónimas: Cristóbal Díez, peletero y combatiente comunero; y Benedicta Morán, esposa y madre, que perdió a varios miembros de su familia y que sola tuvo que hacerse cargo de sus vástagos menores.

Sus voces se dejan oír para mostrarnos lo que hicieron, dejar constancia de sus sueños y hacernos ver que, pese a las sombras, la memoria de lo ocurrido sigue siendo necesaria.

 

domingo, 14 de julio de 2024

Gaza ante la historia, de Enzo Traverso: un alegato contra el genocidio de un pueblo


El historiador Enzo Traverso nos acaba de ofrecer su último libro: 
Gaza ante la historia (Madrid, Akal, 2024). Lo ha escrito al calor del contexto generado por el  acontecimiento ocurrido el 7 de octubre pasado, tras el que se ha desencadenado una sucesión de horrores que, por ahora, no están teniendo límites. Como explica el propio autor en el Prefacio, la base se encuentra en un artículo suyo escrito y publicado en diciembre en Il Manifesto, cuya amplia difusión le ha llevado a ampliarlo. A lo largo de poco más de un centenar de páginas y 8 capítulos pone al descubierto el trasfondo profundo de lo ocurrido ese día de octubre, en que varios comandos de la rama armada de Hamás perpetraron una acción en la que fallecieron más de 1.000 personas. 

Un trasfondo que hunde sus raíces en décadas de ocupación del territorio palestino por el Estado de Israel, y las consiguientes limpieza étnica, destrucción material de viviendas e infraestructuras, violación sistemática de los derechos humanos, violación de los acuerdos internacionales... Y desde ese octubre ha surgido un nuevo capítulo, de los más sanguinarios, de la guerra atroz en la que se enfrentan dos fuerzas muy desiguales: un ejército, el Tzahal, altamente moderno y sostenido principalmente por EEUU, pero también por las potencias occidentales; y un grupo armado que, aprovechando cualquier resquicio, intenta debilitar a su enemigo. Y en medio, el pueblo palestino, víctima del saqueo territorial y una violencia extrema que no tiene otro objetivo que su expulsión, cuando no su desaparición.   

Estamos ante un libro que, no por breve, deja de ser intenso y estar falto de rigor. Una síntesis y unas reflexiones de lo que se ha ido escribiendo que ayudan a entender la dimensión de un problema que viene de lejos, de dos milenios de antisemitismo, pero que desde finales del siglo XIX se ha ido trasmutando en la disputa  entre el sionismo y el antisionismo, cuyas consecuencias, después de lo que estamos viendo, están removiendo las conciencias de mucha gente. Y es que las víctimas de ayer se han ido convirtiendo en los verdugos de hoy.

He aquí algunos de los pasajes, consciente que lo mejor es leer el libro:    

"la destrucción de Gaza es el epílogo de un largo de opresión y desarraigo" (p. 17).

"el 15 de octubre de 2023, 800 académicos de diferentes disciplinas, desde  el Derecho Internacional hasta los 'Genocide  and Holocaust Studies', dieron la voz de alarma sobre el riesgo de genocidio en Gaza (...). Para Raz Segal, catedrático [de la Universidad de Nueva Jersey], 'Gaza constituye un caso de genocidio de manual', valoración que comparte Dirk Moses, uno de los estudiosos más autorizados del tema. La intención de aniquilar Gaza en su conjunto también estaba implícita en la declaración de Netanyahu del 28 de octubre, que, mediante una referencia bíblica, evocaba la implacable lucha de los judíos contra los amalecitas" (pp. 20-21).

"miles de niños han sido asesinados por bombardeos programados mediante algoritmos de inteligencia artificial" (p. 30).

"la 'razón de Estado' refiere a validar a un conjunto de acciones ilegales e inmorales que constituyen una especie de cara oculta de la ley" (p. 46).

"[Alemania] marca un giro xenófobo en la política interior, convirtiendo la lucha contra el antisemitismo en un arma para disciplinar y meter en cintura a los inmigrantes y a las minorías identificadas con el islam" (p. 49).

"los mitos antisemitas más antiguos parecían haberse reactivado de repente para volverse contra los palestinos. (...) muchos periódicos que suelen considerarse serios, publicaron informaciones falsas sobre mujeres embarazadas destripadas, decenas de niños decapitados y bebés arrojados a hornos por combatientes de Hamás (...). Esas invenciones puestas en circulación por el ejército israelí fueron inmediatamente aceptadas como pruebas (...) para ser abandonadas o desmentidas en voz baja unas semanas más tarde" (p. 54-55)".

"Los antisemitas de ayer son hoy los que más denuncian el antisionismo como una forma de antisemitismo" (p. 63).

"La violencia palestina tiene la fuerza de la desesperación" (p. 74).

"Hamás se fortaleció tras el fracaso de los Acuerdos de Oslo [de 1993]. En 2000 la segunda Intifada le dio un nuevo vigor. (...) Ha  condenado el Holocausto y el antisemitismo, declarando que su lucha no es contra los judíos sino contra el Estado sionista. En sus nuevos estatutos de 2017 abandonó el plan de destruir Israel y adoptó la idea de un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967, es decir, Cisjordania, Gaza y Jerusalem Este" (pp. 74-75).

"sus selfies y la fotos obscenas que cuelgan [los soldados del Tzahal] en las redes (...) recuerdan tristemente a las fotos que se hacían los soldados de la Wehrmacht en Polonia y Bielorrusia, en las que sonreían junto a partisanos ahorcados" (p. 96).

"Tras la anexión de Jerusalem Este, a donde se han trasladado al menos 200.000 colonos, el asentamiento de otros 500.000 en Cisjordania y la destrucción de Gaza, la hipótesis de dos Estados se ha vuelto objetivamente imposible. Es más, el Gobierno de Israel no quiere dos Estados; quiere anexionarse Cisjordania y llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza" (p. 99).

"muchos de los protagonistas de este conflicto no ven otra salida que la de un Estado binacional en el que israelíes y palestinos, judíos, musulmanes y cristianos puedan convivir en pie de igualdad. Hoy, esta opción parece irrealizable, pero, si pensamos a largo plazo, parece la única lógica y coherente" (p. 103).

"Lo que está en juego hoy no es la existencia de Israel, sino la supervivencia del pueblo palestino" (p. 109).

miércoles, 10 de julio de 2024

Reflexiones sobre las elecciones legislativas francesas


Los resultados de las elecciones legislativas francesas han dado una alegría a buena parte de la sociedad francesa e internacional, especialmente la relacionada con las izquierdas, porque han supuesto una derrota del Rassemblement National (RN), el partido de la ultraderecha francesa. Ha sido rotunda en términos de escaños, teniendo en cuenta que, de cara a la segunda vuelta, se ha producido un acuerdo in extremis entre los  diferentes grupos de izquierda, centro y derecha conservadora. Y otra cosa ha sido el montante de votos, dado que RN ha alcanzado la nada desdeñable tercera parte entre las personas que acudieron a las urnas en las primera vuelta y algo más en la segunda.  

En todo caso, no debemos perder de vista que el sistema electoral francés, mayoritario y a dos vueltas, lleva a que la representación final resulte  en cierta medida distorsionada. Y sobre este sistema conviene hacer algunas aclaraciones.  En primer lugar, el país está dividido en 577 circunscripciones, en cada una de las cuales obtiene el escaño el candidato o la candidata que más votos ha obtenido. En la primera vuelta, directamente, si se ha conseguido la mayoría absoluta. Y en la segunda, entre las tres candidaturas más votadas. En la segunda vuelta del domingo pasado el Nouveau Front  Populaire (NFP) optó por retirar las candidaturas propias que se encontraban en tercer lugar, llamando a votar a las que, de centro o derecha, pudieran hacer frente a RN. Algo parecido hicieron Ensemble, el partido de Macron, y Les Républicains (LR), aunque con menor éxito que el NFP. 

Y éste ha sido el reparto de los escaños y votos (deslindados éstos en millones y %): 

    Primera vuelta
RN [Agrupación Nacional] y aliados: 38 (10'6/33'2%)
NFP [Nuevo Frente Popular]: 32 (9/28'1%)
Ensemble [Juntos]: 3 (6'8/21,3%)
LR [Los Republicanos]: 2 (2'1/6'6%)
Otros izquierda: 1 (2'9%) 

    Segunda vuelta
RN [Agrupación Nacional] y aliados: 105 (37'1%)
NFP [Nuevo Frente Popular]: 150 (23'8%)
Ensemble [Juntos]: 165 (24,5%)
LR [Los Republicanos], otros derecha y centro: 64 
Otros izquierda: 12 
Regionalistas: 4
Otros: 1

    Total
RN [Agrupación Nacional] y aliados: 143 
NFP [Nuevo Frente Popular]: 182
Ensemble [Juntos]: 168
LR [Los Republicanos]otros derecha y centro: 66
Otros izquierda: 13
Regionalistas: 4
Otros: 1

Como puede verse, el electorado de la ultraderechista RN se ha situado en torno a la tercera parte del total. Si a ello se une el de los diferentes grupos de la derecha (cuyo número total, teniendo como referente la primera vuelta, no es inferior al 28%) y el de los centristas de Macron, el campo que va del centro a la extrema derecha casi ha sumado los dos tercios del total. La izquierda, por el contrario, se ha quedado con el tercio restante.

Pero es necesario seguir profundizando. Si nos detenemos en lo que lo escaños de cada grupo representan porcentualmente en la Asamblea Nacional y  los comparamos con el de los votos obtenidos, esto es lo que ocurre:  

RN [Agrupación Nacional] y aliados: 24'8%  
NFP [Nuevo Frente Popular] y otros de izquierda: 33'8% 
Ensemble [Juntos]: 29'1%
LR [Los Republicanos]otros derecha y centro: 11'4%
Regionalistas: 0'7
Otros: 0'2

Por bloques, los escaños de RN representan el 24'4% de la Asamblea Nacional, si bien se sitúan unos diez puntos por debajo de su apoyo en votos. Los escaños de los de los grupos de centro y derecha suman el 40'5%, bastante por encima de sus votos, pues supone no menos de 12 puntos, que en el caso de Ensemble es casi de 8 puntos. Y  en cuanto a los escaños de la izquierda, su 33'8% casi coincide con el de los votos. Resulta evidente que han sido los grupos de centro y derecha, y especialmente el  de Macron, los que han salido más beneficiados.

Si la suma de los grupos del llamado frente republicano, coaligado frente a RN, en la segunda vuelta es de un abrumador 74'3% de los escaños, no es memos cierto que la de RN y los grupos de centro y derecha, con el común denominador de programas sociales y económicos neoliberales, está cercana al 70%. Como también lo es que en términos de votos, los obtenidos en la primera vuelta por RN, Ensemble, LR y demás aliados sumaron, aproximadamente, algo más del 60%.

Visto todo esto, no está de más detenerse en un aspecto relevante, cual ha sido el comportamiento  en la segunda vuelta del electorado de los grupos del frente republicano. Para ello me he basado en el estudio postelectoral realizado por el Instituto Ipsos y publicado en el diario Le Parisien. 

    Votantes de Ensemble en la confrontación dual entre LFI [La France Insoumise, integrado en el NFP] y RN
LFI/NFP: 43%
RN: 19%
Abstención: 38%

    Votantes de LR  en la confrontación dual entre LFI/NFP y RN
LFI/NFP: 26%
RN: 38%
Abstención: 36%

    Votantes de Ensemble en la confrontación dual entre NFP y RN
NFP: 54%
RN: 15%
Abstención: 31%

    Votantes de LR  en la confrontación dual entre NFP y RN
NFP: 29%
RN: 34%
Abstención: 37%

    Votantes de NFP en la confrontación dual entre Ensemble y RN
Ensemble: 72%
RN: 3%
Abstención: 25%

    Votantes de LR en la confrontación dual entre Ensemble y RN
Ensemble: 53%
RN: 26%
Abstención: 21%

    Votantes de NFP en la confrontación dual entre LR y RN
LR: 70%
RN: 2%
Abstención: 28%

    Votantes de Ensemble en la confrontación dual entre LR y RN
LR: 79%
RN: 4%
Abstención: 17%

Como puede observarse, el voto del electorado de la izquierda ha sido más respetuoso con el llamamiento del NFP a la hora de votar a las candidaturas de Ensemble y LR: en la mayor parte de los casos, con apoyos superiores al 70%; se ha abstenido alrededor del 20%; y el apoyo a RN ha sido muy minoritario, salvo en el caso de la confrontación dual entre LR y RN.

Distinto ha sido el comportamiento del electorado de centro y derecha, que, en general, ha optado por la abstención en alrededor de un tercio; en el caso de Ensemble, la mitad ha tendido a votar al NFP, mientras que el de LR ha preferido más RN que al NFP. 

El "cordón sanitario" político trazado frente a RN, por tanto, ha sido en gran medida exitoso, aunque desigual según los grupos. Ha frenado el avance de RN y lo que supone en su postura abiertamente xenófoba y racista, y algo menos antieuropeísta. Pero, en todo caso, lo ocurrido denota que hay segmentos nada desdeñables del electorado del centro y, sobre todo, de la derecha que han optado por RN antes que por el NFP. El componente  claramente neoliberal y de atlantismo de sus programas han pesado, sin duda.

jueves, 20 de junio de 2024

Vox, contra la sensualidad en el arte

Diseñar carteles en este país se está convirtiendo en una tarea difícil. No tanto por crearlos, como que los demonicen o te los retoquen hasta destrozarlos. Son ya varios los casos que he comentado en este cuaderno. Recuerdo la entrada que dediqué en 2012 a una manipulación en el logo de la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2020 con el fin de que apareciera una corona. O el ataque homófobo al cartel de la Navidad  2017 de Sevilla por la imagen del arcángel Gabriel. O, más recientemente, la controversia en torno al Cristo cuasi desnudo del cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024.

Pues bien, ahora le toca el turno a Valladolid y su Semana Internacional dedicada al cine, la Seminci, donde han sustituido los sensuales labios rojos de su cartel por otros que, puestos a imaginarlos, parecen más dos signos de paréntesis dispuestos horizontalmente. Pobre Manolo Sierra, el artista afectado, que ha visto cómo la censura moralizante de la concejalía de Cultura (¡¿?!) de la ciudad ha desnaturalizado su trabajo. Y, además, por el módico precio de 14.500 euros, que es lo que ha costado renovar los carteles. 

miércoles, 19 de junio de 2024

Aurora Picornell y las victimas del fascismo, ultrajadas por el presidente del Parlament balear


Ayer, mientras  se discutía en el Parlament de las Islas Baleares la propuesta del PP y Vox para la derogación de la Ley de Memoria  Democrática Balear, tuvo lugar un incidente que retrata la naturaleza de la coalición gobernante en esa comunidad. Los grupos de la oposición habían decidido, como una forma de protesta, mostrar fotografías de mujeres asesinadas por el fascismo. Y el presidente de la institución, Gabriel le Senne, de Vox, rompió públicamente una fotografía en la que aparecía la imagen de Aurora Picornell, asesinada en 1937. Y lo hizo después de haber conminado a dos miembros de la Mesa, diputadas del PSOE, que retiraran los retratos que portaban, a la vez que las expulsaba de la sala por no acatar la orden. 

A principios de año, durante mi visita a Mallorca, dediqué una entrada a algunas de las mujeres de la isla que habían sido asesinadas durante la guerra. La titulé "Recordando a las 'Roges des Molinar' y Aurora Picornell", y en ella contaba la dramática historia de cinco mujeres del barrio del Molinar de Palma, trabajadoras y comunistas. Eran Belarmina González Rodríguez, Catalina Flaquer Pascual, Antònia Pascual Flaquer, Maria Pascual Flaquer y la propia Aurora Picornell i Femenías. Fueron llevadas desde la prisión de la capital, donde estaban recluidas desde meses antes, hasta Manacor, en cuyas tapias del cementerio de Son Coletes fueron fusiladas y enterradas, pero sin comunicar a las familias dónde había tenido lugar. 

Invito a leer la entrada y también a hacerlo con el poema que Joan Cabalgante dedicó en su día a Aurora. Una forma de desagraviar su memoria ultrajada y la de todas las víctimas del fascismo.

Vint-i-cinc ensenyances d’un pare i una mare,
vint-i-cinc barques vermelles en el Molinar,
vint-i-cinc sastresses que treballen a escarada,
vint-i-cinc discursos de digna lluita obrera,
vint-i-cinc besades a Heriberto Quiñones,
vint-i-cinc bombes esclaten a la guerra,
vint-i-cinc intents d’intercanviar presoneres,
vint-i-cinc anys afusellats al cementiri de Porreres.

[Veinticinco enseñanzas de un padre y una madre,
veinticinco barcas rojas en el Molinar,
veinticinco sastrezas que trabajan a destajo,
veinticinco discursos de digna lucha obrera,
veinticinco besadas en Heriberto Quiñones,
veinticinco bombas estallan en la guerra,
veinticinco intentos de intercambiar prisioneras,
veinticinco años fusilados en el cementerio de Porreres*].

* Como explico en "Recordando a las 'Roses des Molinar' y a Aurora Picornell", hasta hace tres años se creyó que había sido fusilada en ese municipio mallorquín, donde también lo habían hecho a su padre, Gabriel, y a su hermano Ignasi. 

miércoles, 29 de mayo de 2024

lunes, 27 de mayo de 2024

Gonzalo Miranda Marín: un acercamiento a la figura de un represaliado nacido en Conil y residente en Barbate


Entre Conil y Barbate: indagando sobre un represaliado

Cómo empezó

El pasado 30 de septiembre, al final del acto de presentación en Conil de mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, estuve hablando con Isabel González Ramírez, archivera del municipio, sobre Gonzalo Miranda Marín, un represaliado de origen conileño que había tenido relación con Barbate. A los pocos días recibí un mensaje suyo, en el que me aportaba algunos pormenores de su biografía. Entre otros, su estancia en el penal Fuerte de San Cristóbal de Pamplona.

Fue en 2018, con motivo del homenaje organizado por el Gobierno de Navarra a las personas que estuvieron confinadas en ese penal, cuando la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía se puso en contacto con el Archivo Municipal de Conil con el fin de que se le pudiera facilitar alguna información sobre Gonzalo. El Fuerte de San Cristóbal había conocido en mayo de 1938 un episodio inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros. Desde Navarra se intentara recabar información sobre Gonzalo, por si hubiera participado en la fuga o fallecido en la prisión.

La información enviada, empero, fue escasa. Además de la fecha de su nacimiento, en 1912, a través de su hermana María se supo que se había casado en Barbate, que no tuvo descendencia y que residió en esta localidad, según su parecer, hasta su muerte, ocurrida en los años setenta. En la familia se tenía conocimiento de que había estado preso durante la guerra, pero desconocían más detalles.

Lo que vino después

Fue así como, de inmediato,  inicié una búsqueda por la red electrónica. Empecé por el portal Txinparta-Fuerte San Cristóbal Red de Memoria Colectiva, en la que ya en 2017 había localizado el caso del marinero barbateño José Prieto Gutiérrez (Montero, 2023, p. 271). Los datos que aparecen en dicho portal están basados en el libro Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga del cárceles franquistas, cuyos autores son Félix Sierra e Iñaki Alforja.

En el portal Todos (...) los Nombres también encontré nuevos datos, los cuales, tal como se indica, están basados en el libro de Sierra y Alforja. Básicamente se reducen a su localidad de nacimiento, la condena por un consejo de guerra a "Reclusión perpetua (30 años)" y su estancia en el Fuerte de San Cristóbal desde el 24-05-1939.

Magdalena González (2014, p. 154, n. 353), por su parte, en su libro dedicado a la represión en Conil de la Frontera hace una escueta referencia a Gonzalo, estando entre las, al menos, cuatro procedentes del municipio que fueron procesadas por tribunales militares de otras provincias que no fuera la de Cádiz. En el libro, además, se menciona a otro vecino de Conil, también represaliado, que podría tratarse de su hermano: Manuel Miranda Marín.

Teniendo en cuenta la relación de Gonzalo y su hermana María, que también acabó residiendo en Barbate, me puse en contacto con varios vecinos del municipio que llevan el apellido Miranda, con la esperanza de poder encontrar algún lazo familiar. Pero no obtuve el resultado esperado.

Un documento importante

Pero fue en otra página electrónica, Los presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal. Pamplona. Navarra, que está editada por Hedy Herrero, donde pude encontrar una información más detallada. Además, dado que desde la página se ofrece la posibilidad del envío de un documento sobre la estancia de Gonzalo en dicho centro de reclusión, no dudé en solicitarlo. Y de inmediato lo recibí. Más detallado que lo publicado en la red, pueden leerse diversos pormenores sobre su nacimiento y su profesión, los centros de reclusión donde estuvo confinado, y la fecha y la cuantía de la pena carcelaria que recibió.

Estamos ante una ficha personal, que, tal como se ha estampado,  empezó a cumplimentarse el 14-11-1938, esto es, seis días después de haber ingresado en la Prisión de Mérida. En la parte izquierda puede verse el sello de dicho centro. El contenido está inicialmente mecanografiado, pero también se han reflejado los datos que se fueron corrigiendo y/o añadido con posterioridad y sucesivamente hasta el 25-02-1940, si bien esta vez escritos a mano. No le falta tampoco a la ficha un segundo sello, sin fecha, en el que se menciona al Servicio Nacional de Prisiones y la sede de Vitoria. Aunque sea escuetamente, el documento da fe de datos relevantes del historial judicial y carcelario de Gonzalo Miranda Marín en el periodo que va de noviembre de 1938 a febrero de 1940.

Nuevos datos (después de un paréntesis)

Centrado en otras investigaciones y a la espera de aclarar algunas cuestiones, decidí hace unos días retomar la búsqueda de información sobre Gonzalo Miranda Marín. Y a ello no fue ajeno el hallazgo en un BOE, publicado en febrero de 1937, en el que puede verse su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate, dentro de un edicto jurídico-militar firmado a finales de diciembre del año anterior.

A ese documento he podido añadir otro, esta vez de marzo de 1942 y publicado en el BOE, donde es mencionado por la apertura de un expediente de responsabilidades políticas por parte del Juzgado Provincial de Cádiz dedicado a esos menesteres.

Y ahora, después de haber llegado hasta aquí, voy a exponer de una forma más ordenada e integrada los diferentes aspectos de la vida del marinero nacido en Conil, que residió en Barbate durante muchos años y del que hemos acabado averiguando que falleció en el municipio malagueño de Fuengirola.


Un acercamiento a la figura de Gonzalo Miranda Marín

Gonzalo Miranda Marín nació en Conil de la Frontera el 11 de febrero de 1912. Era hijo de Antonio y Francisca, de quienes sabemos que entre su prole también estuvieron, al menos, María y Manuel.

Desconocemos la fecha concreta de la llegada a Barbate, pero, tal como se desprende del edicto de febrero de 1937, firmado el 25 de diciembre de 1936, ya residía en esa localidad antes del inicio de la contienda militar. El motivo de ese cambio de residencia no tuvo que ser ajeno a su trabajo como marinero. Un hecho frecuente entre los jóvenes conileños, que fueron encontrando en la pujante localidad vecina un foco de atracción para sobrevivir. Barbate se había convertido desde los años 20 en uno de los principales referentes del sur peninsular, dada su orientación a las actividades de extracción, manufacturación y comercialización de los productos que ofrecía el mar (Florido, 2002, p. 50 y ss.).

En el documento en cuestión se conminaba a 29 vecinos de la localidad a comparecer "en el término de cinco días ante el Teniente de Navío Juez Instructor de la causa sumarísima núm. 240", a lo que se añadía que en caso "de no hacerlo serán declarados en rebeldía con arreglo a la ley". De la mayoría de esas personas tenemos conocimiento que, de un modo y otro, también sufrieron las correspondientes represalias, a la vez que disponemos de información de diversos pormenores acerca de sus vidas (Montero, 2024). En algunos casos, incluso, se trataba de conileños, como los hermanos Juan y Francisco Jiménez Puente, o Francisco Gutiérrez Ramírez.

Por el documento carcelario abierto a finales de 1938 en Mérida sabemos que tuvo el domicilio en la carretera del Faro, una vía que era colindante con la barriada del Zapal. Ésta estaba formada por numerosas chabolas y era el principal lugar de residencia de las personas que iban llegando a la localidad dentro del importante flujo migratorio paralelo a su crecimiento económico (Aragón, sin fecha y 2024).

Desconocemos lo ocurrido en los primeros momentos de la guerra con Gonzalo. Pero, dado el contenido del edicto, con toda seguridad tuvo que haber huido hacia el territorio controlado por el gobierno republicano. Ignoramos cómo y desde dónde, pero podemos suponer, como hemos averiguado de varias de las personas incluidas en el edicto, que pudo haberlo hecho desde Tánger. Hacia dónde se dirigió en un primer momento también lo ignoramos, pero creemos que no resulta desatinado decir que, al menos en 1938, podría haber estado en el frente de Extremadura. Nos  basamos en el documento carcelario en el que se refleja, entre otras cosas, que había estado recluido hasta el 8 de noviembre en el campo de concentración de Mérida.

Fue entre junio y julio de 1938 cuando, por iniciativa del el ejército sublevado, tuvieron lugar entre el noroeste de la provincia de Córdoba y el noreste de la de Badajoz unas operaciones militares importantes (Puell y Huerta, 2007, pp. 197-199; e Hinojosa, 2018). Pero fue sobre todo la ofensiva iniciada sobre la comarca de La Serena los días 18 y 19 de julio lo que tuvo mayores repercusiones: a la vez que las tropas sublevadas se hicieron con el control de ese territorio, incluyendo los municipios de Don Benito, Villanueva de la Serena y Castuera, los  soldados republicanos hechos prisioneros se contaron por miles. Quizás Gonzalo Miranda Marín pudo estar entre ellos y lo que explique su internamiento en el cercano campo de concentración de Mérida. Por esas fechas, desde el verano de 1936,  estaba situado en el Cuartel de Artillería, pero, dado el elevado incremento de las personas reclusas, en 1939 sus instalaciones se extendieron a la Plaza de Toros y el Convento de San Andrés (Hernández, 2019, p. 35).

La estancia en un recinto de esas características era el procedimiento que se empleaba por entonces con la finalidad de llevar a cabo la clasificación de los prisioneros, antes de tomar una decisión sobre su destino. La comisiones correspondientes distinguían, grosso modo, tres grupos de personas: el de las consideradas irrecuperables, cuya condición podía conllevar el fusilamiento o fuertes condenas; el de quienes se consideraba que podían ser reeducadas, lo que conllevaba que podían ser objeto, entre otras cosas, de ser utilizadas como mano de obra en la construcción de diferentes tipos de infraestructuras, fueran militares o civiles; y el de las personas que, calificadas en diferente grado de “afectas al Movimiento”, podían ser movilizadas militarmente, estando, en todo caso, sometidas a vigilancia (Hernández, 2019, p. 74).

A partir de ese 8 de noviembre, por tanto, Gonzalo estuvo recluido en la prisión de Mérida. El 16 de diciembre se dispuso la situación de reclusión preventiva, teniendo en cuenta que estaba acusado de un delito muy grave, que era el de rebelión. Formó parte, junto a otras 7 personas, del Sumario n. 422, instruido por el Consejo de Guerra Permanente de Badajoz (AGHD). A la espera de poder conocer los detalles de dicho documento, sí conocemos los nombres de los compañeros de infortunio: Rafael Ayuso Rico, Lucio Cabezas Cabanillas, Patricio Carroza Romero, José Naranjo García, Anastasio Rubio Mayordomo, Saturnino Ruiz Camacho y Manuel Sanabuja Ribe.

El 18 de enero de 1939 fue trasladado a la Prisión Provincial de Badajoz y el 22 de marzo recibió por parte del órgano de justicia militar la condena definitiva, que ascendió a 30 años de reclusión por el delito de rebelión. Una pena muy severa, que seguramente estuvo motivada  por una circunstancias agravante: no haber comparecido a principios de 1937 a la requisitoria que se le hizo para comparecer ante el juez instructor y que conllevaba la amenaza del delito de rebeldía.

La prisión de la capital de Badajoz se convirtió en una estación de paso, ya que a finales de mayo fue trasladado al penal del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona. Ingresó el día 22 y permaneció hasta finales de febrero del año siguiente. Se trataba de un presidio que había conocido un año antes, en mayo de, un acontecimiento inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros (Sierra y Alforja, 2006). Fue el mismo lugar donde otro marinero barbateño, José Prieto Gutiérrez, estuvo recluido entre enero y mayo de 1938 (Montero, 2023, p. 271). En su caso fue un tribunal militar en San Sebastián el que lo condenó a 12 años por el delito de auxilio a la rebelión.

De vuelta a Andalucía, el día 25 de febrero de 1940 Gonzalo llegó al Penal Naval Militar de la Casería de Ossio, en San Fernando. Situado en la costa de la Bahía de Cádiz, posiblemente fuera el último centro donde estuvo recluido.

Peo el calvario judicial no acabó ahí. En enero de 1942 se vio de nuevo sometido a un procedimiento judicial, en este caso dentro de la Ley de Responsabilidades Políticas, que estaba en vigor desde febrero de 1939. El Juzgado Provincial de de Responsabilidades Políticas de Cádiz le incoó el correspondiente expediente, que fue publicado el 21 de marzo en el BOE. En el mismo se hizo constar que era natural de Conil y, anecdóticamente, vecino de “Laroate”, lo que no era otra cosa que un error tipográfico. Desconocemos cuál fue el resultado de ese procedimiento, pero, dado que ya había sido condenado con anterioridad, su caso habría sido archivado.

En cuanto a la condena por rebelión, su caso estuvo entre otros tantos que trató la Comisión Central de Exámenes de Penas, relativas a las de carácter ordinario, que actuó a partir de 1942 (AGMG). El resultado final, a instancias de la Comisión Provincial de de Badajoz,  fue la conmutación de la pena, si bien, por ahora, ignoramos los aspectos concretos de la resolución, incluida la fecha en la que se hizo efectiva.

De regreso a Barbate, tal como ha manifestado un familiar, sabemos que Gonzalo contrajo matrimonio, pero ignoramos con quién, y que siguió trabajando como marinero. Finalmente, según consta en el registro del Juzgado de Conil de la Frontera, su fallecimiento tuvo lugar en Fuengirola el 21 de agosto de 1974, enfermo de cáncer.


Procedencia de la documentación

Archivos y base de datos de archivos

AGHD / Archivo General e Histórico de Defensa. Justicia Militar. Tribunal Militar Territorial número 1. Sumario 422 (https://buscar.combatientes.es/resultados/Gonzalo/Miranda/Mar%C3%ADn).
AGMG / Archivo General Militar de Guadalajara. Comisión Central de Examen de Penas. Penas ordinarias conmutadas, Comisión de Badajoz; 1942.1977; p. 1.511  (https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/sites/default/files/2023-04/08_3_1_1_expedientes_personales_de_soldados_trabajadores_a-f.pdf).

Normativa legal

Boletín Oficial del Estado. Administración de Justicia. Edictos y requisitorias. Cédula de notificación. Burgos, n. 113, 10-02-1937, p. ilegible [¿376?]. (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf)).
Boletín Oficial del Estado. Anuncio de incoación de expedientes de responsabilidades políticas. N. 80, Anexo Único, 21-03-1942, p. 1.489 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf).

Bibliografía

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Aragón Fernández, Antonio (2024). "El Zapal: 50 aniversario de su desaparición (1974-2024)", en Viva Barbate, 27 de marzo (https://vivabarbate.es/barbate-cultura/1613654/el-zapal-50-aniversario-de-su-desaparicion-1974-2024/).
Domínguez Pérez, Alicia (2004). El verano que trajo un largo invierno. La represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945), 2 vv. y CD-rom. Cádiz, Quorum.
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Montero Barrado, Jesús María (2023). Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra. Cádiz, Mancomunidad de La Janda/Diputación de Cádiz.Montero Barrado, Jesús María 
(2024). “En busca de rojos: el edicto de finales de 1936 dirigido a 29 vecinos de Barbate”, en el blog Entre el mar y la meseta, 20 de mayo (https://marymeseta.blogspot.com/2024/05/en-busca-de-rojos-el-edicto-de-finales.html).
Puell de la Villa, Fernando y Huerta Barajas, Justo A. (2007). Atlas de la Guerra Civil española. Antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945). Madrid, Síntesis.
Sierra, Félix y Alforja, Iñaki (2006). Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga de las cárceles franquistas. Arre, Navarra, Pamiela.

Otras fuentes de información

Extremadura 7 Días. “El ‘campo de concentración’ de Mérida del que pocos se acuerdan”; 24-04-2023 (https://www.extremadura7dias.com/noticia/convento-merida-campo-de-concentracion-memoria-historica).
González Ramírez, Isabel. Información sobre Gonzalo Miranda Marín, facilitada mediante WatsApp; 14-11-2023 y 20-05-2024.
Herrero, HedyLos presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal, Pamplona, Navarra (https://ergastulapenalfuertesancristobal.blogspot.com/2019/05/miranda-marin-gonzalo.html).
Todos (...) los Nombres. Base de datos de víctimas del franquismo en Andalucía, Extremadura y Norte de África (https://todoslosnombres.org/personas/gonzalo-miranda-marin/).
Txinparta-Fuerte San Cristóbal. Red de Memoria Colectiva ((https://txinpartafuertesancristobal.blogspot.com/).

domingo, 19 de mayo de 2024

En busca de rojos: el edicto de finales de 1936 dirigido a 29 vecinos de Barbate


Hace unos días localicé en un Boletín Oficial del Estado de principios de 1937 (n. 113, 10 de febrero) una cédula de notificación en la que aparecían los nombres de 29 vecinos de Barbate. Estaba fechada el 25 de diciembre del año anterior y llevaba la firma de Joaquín Barrios, que actuaba como juez instructor. Y, entre otras cosas, se exponía lo siguiente:

"comparecerán en el término de cinco días ante el Teniente de Navío Juez Instructor de la causa sumarísima núm. 240, D. Joaquín Barrios Benedicto, y en el local que ocupa la Ayudantía Militar de Marina de esta Aldea, significándoles que de no hacerlo serán declarados en rebeldía con arreglo a la ley".

Los nombres de esos barbateños, de los que se desconocía en esos momentos dónde se encontraban, eran los siguientes:

"Manuel Collado Sánchez, Juan Jiménez Puente, Bartolomé Sánchez Sánchez, Juan Sánchez Sánchez, Miguel Alonso Izola, Gonzalo Trujillo Moreno, Francisco Javier Muñoz Ligero, Diego Moreno Sánchez, Manuel Rodríguez Morán, Antonio López Rivero, Rafael Gallardo Dávila, Francisco Jiménez F[P]uente, Juan Alférez Rodríguez, Gonzalo Miranda Marín, Sebastián Trujillo Marín, Antonio López García, Diego Ureba Ramos, José Oliva Vilches, Manuel Camacho Jiménez, Diego Varo Muñoz, Sebastián Sánchez Moreno, Manuel Morant Amaya, Alfonso Pozo Marín, Diego Guerrero Pérez, Francisco Gutiérrez Ramírez, Miguel Vélez Junquera, Antonio Oliva Sánchez, José Rendon López y Manuel Reyes Crespo".

De 17 de ellos conocemos distintos pormenores sobre las vicisitudes que sufrieron durante esos años, bien cuando huyeron hacia el territorio controlado por el gobierno republicano o bien cuando, ya como prisioneros de guerra o puestos en libertad, hubieron de sufrir los rigores de la represión. De otros 4 disponemos de algunos datos que nos lleva a considerar que estamos ante las mismas personas nombradas en el edicto: Antonio López García, Antonio López Rivero, Diego Moreno Sánchez y Francisco Gutiérrez Ramírez. Incluso podemos añadir a Manuel Morant Amaya, si nos atenemos a un posible leve error tipográfico en el primero de sus apellidos: Moral en vez de Morant. De los 7 restantes no hemos podido obtener ninguna información por ahora: Miguel Alonso Izola, José Rendón López, Manuel Rodríguez Morán, Bartolomé Sánchez Sánchez, Juan Sánchez Sánchez, Gonzalo Trujillo Marín y Sebastián Trujillo Moreno.

El que nos encontremos con personas huidas o que, por razones de trabajo, hubieran decidido no regresar a Barbate, está en consonancia con la alusión "cuyas señas personales se ignoran". De no pocos de ellos sí lo sabemos con certeza, pues está documentado, y del resto resulta más que plausible. Dada la vinculación que tenía la localidad con el mar, sabemos que, comenzada la guerra, hubo bastantes marineros, en su mayoría procedentes de la flota que faenaba en las aguas del norte del continente africano, que acabaron dirigiéndose hacia provincias como Málaga o Almería. No faltaron quienes huyeron desde la aguas de la bahía de Algeciras, aprovechando la cercanía de Gibraltar, o que lo hicieron por tierra, desde la sierra del Retín y cruzando las sierras del este gaditano, con destino a Málaga (Montero, pp. 124-125).

Por la información de la que disponemos, tenemos constancia de que 7 de ellos huyeron desde Tánger hacia la zona republicana: Juan Alférez Rodríguez, Manuel Callado Sánchez, Rafael Gallardo Dávila, Juan Jiménez Puente, José Oliva Vilches, Miguel Vélez Junquera y Diego Varo Muñoz. De los otros casos sobre los que disponemos algún tipo de dato, desconocemos la forma como pasaron. Algunos estuvieron en los frentes más occidentales, como Manuel Camacho Jiménez, que estuvo en la provincia de Málaga, o Gonzalo Miranda Marín, detenido en 1938 en el frente de Extremadura. Diego Guerrero Pérez, que había salido de Barbate con destino a Barcelona antes del golpe militar, se incorporó al ejército republicano en Cataluña. 

Estamos, por tanto, ante un documento del que no debe desdeñarse su importancia, porque pone de manifiesto el control que se estaba ejerciendo por parte de las autoridades del bando sublevado, tanto sobre la población en general como sobre aquellas personas que, de alguna forma u otra, resultaban sospechosas y/o habían sido acusadas de no acatar el orden que se estaba estableciendo a raíz del golpe militar de julio de ese año.

A continuación se expone de una forma sintética la información que he ido recopilando sobre las trayectorias vitales de esos 21 vecinos de Barbate. En buena parte ya está recogida en mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, pero a ello tengo que añadir otra información que sigo obteniendo en mi afán por conocer mejor lo ocurrido. Una tarea que no deja de ofrecernos sorpresas y que es una especie de fuente inagotable.

Juan Alférez Rodríguez. Hijo de Concepción Rodríguez Collado; en otoño de 1936 se le calicó en un informe municipal de otoño de 1936 como “el más peligroso extremista de esta Aldea (…); le cogió el movimiento en Tánger y a los pocos días se marchó a Málaga con los rojos donde se encuentra (Montero, p. 230). En un edicto fechado el 7-09-1945 es mencionado junto a otras dos personas, con domicilios desconocidos; dos meses antes, el 28-07-1945, habían recibido por parte de la Junta Administrativa de la Aduana de Algeciras varias sanciones por la falta de contrabando; se les conminaba al pago de las correspondientes sanciones económicas y se les advertía de un castigo de cárcel en caso de no hacerlo; en el mismo documento consta como hijo de Juan y de Concepción, natural de Vejer de la Frontera, de 33 años, casado y con el apodo de “el Perilla”; así mimo, se dice que era marinero de profesión y que tuvo su domicilio en Algeciras (BOE, 12-09-1945).

Manuel Camacho Jiménez. Nacido en Barbate, probablemente en 1916, era marinero y estaba afiliado a la UGT; hasta principios de 1937 formó parte como miliciano del Batallón “Pablo Iglesias”, ubicado en la sierra de Abdalajís, en la parte noroccidental de la provincia de Málaga y en las cercanías de Antequera; fue procesado por un tribunal militar, acusado del delito de auxilio a la rebelión; la causa fue iniciada el 10-09-1937 y no se cerró hasta el 23-11-1962 (Montero, p. 238).

Manuel Co[a]llado SánchezEs autor de unas memorias, en las que se detallan importantes aspectos de lo vivido durante la guerra y los años posteriores; así, nos cuenta que nació en Zahara de los Atunes en 1915; que huyó desde Tánger dos veces a Málaga, la segunda de las cuales y definitiva tuvo lugar en otoño de 1936; estuvo trabajando primero de marinero y luego en la construcción de trincheras; tras su movilización, combatió en varios frentes de guerra (Málaga, Belchite/Zaragoza, Segre/Lérida…); herido en otoño de 1938 en el río Segre (Lérida), pasó  por varios hospitales y en enero de 1939 fue evacuado, todavía herido, a Francia; estuvo en los campos de concentración franceses de de Argelès-sur Mer y de Gurs; en mayo de 1940 se encontraba en la región de Nantes y en junio, cuando se inició la ocupación alemana de Francia por el ejército alemán, pasó a trabajar para las tropas británicas; detenido por el ejército alemán, el 6 de junio fue devuelto a España; pasó por batallones disciplinarios de Miranda de Ebro (Burgos) y Madrid antes de recalar en el sur de la provincia de Cádiz, donde trabajó en los términos municipales de  Algeciras, Los Barrios y Tarifa, construyendo caminos y extrayendo piedra de canteras; sufrió una herida en un pie, lo que supuso tener que pasar por n tribunal médico; en 1941 fue trasladado a Cerro Muriano (Córdoba), donde fue licenciado en 1942; fue calificado como “comunista soltero” en un informe municipal de otoño de 1936, en el que se añadió que se había ido voluntario desde Tánger “con los rojos a Málaga”; acabó instalándose en Barbate, donde siguió trabajando como marinero hasta su jubilación en los años ochenta; en diciembre de 1979, como residente en Zahara de los Atunes, presentó en el Ayuntamiento de Barbate un escrito para que se incluyera en el expediente de solicitud de una pensión por daños físicos durante la guerra, haciendo constar que había pertenecido a la Brigada 95 de la Infantería de Marina, con sede en Cartagena, y que fue herido de metralla en la pierna derecha en el frente de Lérida, en el río Segre; sabemos también a través de la causa militar en la que estuvo incluido que, formando parte de la 3ª Compañía del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores número 2 de Algeciras, sufrió una lesión en la pierna derecha como consecuencia de una esquirla desprendida mientras machacaba piedra; eso conllevó que fuera trasladado a Cerro Muriano (Córdoba), no sin antes haberse abierto una investigación interna que determinó que se trató de “un accidente casual y fortuito” (Montero, pp. 237-238; y Callado). Encausado por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, donde consta que tiene la vecindad en Cádiz (Gómez, Martínez y Barragán).

Rafael Gallardo Dávila. Nació en 1911 y era hijo de Francisco Gallardo Pallarés; fue calificado como “extremista que también se encuentra voluntario en Málaga con los rojos”; marinero y afiliado a la CNT; iniciada la guerra, faenando en el barco “Joven Beatriz”, con el reto de la tripulación desde Tánger a la “zona roja”; estuvo trabajando en la mar en la localidad de Benajarafe, en el municipio de Vélez-Málaga; regresó a Barbate a los pocos días de acabarse la guerra; a raíz de un incidente acaecido en julio de 1939, cuando un grupo de soldados efectuaba ejercicios de instrucción en la plaza de toros, fue denunciado, junto a otros dos barbateños, por un vecino por haber vertido comentarios injuriosos sobre el ejército, entre os que estaban “poco tiempo les quedará”; detenidos,  fueron conducidos a la prisión de Algeciras a principios de agosto; en el procedimiento judicial se les imputó el delito de adhesión a la rebelión; en los informes oficiales preceptivos, incluido uno de FET y de las JONS de la citada localidad malagueña, se destacó de él que no había tenido relevancia en el sindicato y había mostrado buena conducta; el tribunal militar, con fecha 7-10-1939, propuso para los tres acusados el sobreseimiento provisional de la causa, siendo ratificado por el auditor de Sevilla el 31-10-1939; días antes, el 20 de octubre, fueron puestos en libertad condicional; en junio de 1946 pasaron a la responsabilidad de la Junta Central de Libertad Vigilada, aunque hasta 1960 no quedó archivada su causa (Montero, p. 246).

Diego Guerrero Pérez. Nació en Vejer de la Frontera en 1907; albañil de profesión, en diciembre de 1926 fue alistado para hacer el servicio militar, que empezó a cumplir en Cádiz, en el reemplazo de 1927; en fecha indeterminada se trasladó a Barcelona, donde se encontraba cuando se inició la guerra; fue movilizado por el ejército republicano y participó en la batalla de Teruel; sufrió la pérdida de la falange de un dedo de una de las manos; condenado a 12 años de privación de libertad, pasó por la prisión militar de Cuatro Torres, en San Fernando; al cabo de dos o tres años salió en libertad condicional, regresando a Barbate, donde trabajó como marinero; vivió en la barriada del Zapal hasta que, a mediados de los años 70, cuando se derribaron las chabolas, fue trasladado a la barriada de Carrero Blanco, que fue donde murió en 2003; acogiéndose a diferentes disposiciones legales, en 1993, 1998 y 2001 solicitó una indemnización por “haber sufrido privación de libertad en establecimientos penitenciarios durante tres o más años”; en todos los casos fueron rechazadas al haberse perdido la documentación contenida en el Archivo General de la Capitanía de la Zona Marítima del Estrecho como consecuencia de un incendio acaecido en 1976 (Montero, p. 250-251).

Francisco Gutiérrez Ramírez. Con su nombre tenemos documentado una persona que en la ficha de archivo consta como vecino de Conil y que tenía la edad de 37 años; de esa misma localidad eran los hermanos Puente Jiménez, de los que sí sabemos que eran marineros; en 1937 fue nombrado guardia del Cuerpo de Seguridad en Alicante (CDMH). 

Francisco Jiménez Puente. Originario de Conil de la Frontera, era hermano de Juan; marinero de profesión y afiliado a la CNT; al comienzo de la guerra huyó hacia Málaga y estuvo, entre otros lugares, en la zona de Valencia; al finalizar la guerra regresó a su localidad de residencia, estando detenido durante un tiempo; ya en libertad, hubo de presentarse periódicamente en el cuartel de la Guardia Civil; al final, acabó trasladando su residencia a Barbate, donde se casó y formó una familia, continuando con su trabajo de marinero; su hermana Francisca estaba casada con Juan Redondo Varo, que en 1936 había sido concejal del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera en representación del PSOE y acabó siendo una de las víctimas mortales de la represión (Montero, pp. 252-253).

Juan Jiménez Puente. Nació en 1907 en Conil de la Frontera; hermano de Francisco, también era marinero; se afilió a la CNT en febrero de 1936; estando embarcado en el pesquero “Joven Beatriz”, de la flota de Barbate, huyó al inicio de la guerra con el resto de la tripulación desde Tánger hacia Almería; estuvo trabajando en su oficio hasta septiembre de 1937, cuando se enroló voluntariamente en el ejército de la República; adujo como justificación que “por carecer de recursos”; estuvo encuadrado en el 2º Batallón de la 6ª Brigada; luchó en el frente de Teruel y a principios de marzo de 1938 se presentó en Fuendetodos (Zaragoza) “a las Tropas Nacionales” con “fusil y bombas de mano”; estuvo recluido en la cárcel de Logroño, donde se inició el procedimiento clasificatorio; en el acta de la Comisión de Prisioneros, del mes de abril, se hizo constar que había sido un “propagandista de cuidado”, por lo que decidió que continuara detenido para abrirle las diligencias judiciales oportunas; a principios de agosto ya se encontraba en la prisión de Chiclana de la Frontera, incluido en un procedimiento sumarísimo de urgencia abierto por el Consejo de Guerra permanente de Algeciras, bajo la acusación de rebelión, si bien el auditor de guerra de la Segunda Región Militar de Sevilla decidió el sobreseimiento provisional de la causa el 10-12-1939; años después, en julio de 1945, pasó a depender de la Junta Central de Libertad Vigilada; en  agosto se propuso el archivo de definitivo de su causa, que se aprobó en mayo de 1946; s; acabada la guerra, sin que sepamos cuándo, se trasladó a vivir a Barbate, donde siguió trabajando de marinero (Montero, p. 253).

Antonio López García. Con el mismo nombre existe con vecindad en Cádiz que fue encausada por el Tribunal de Responsabilidades Políticas; desconocemos si estamos ante la misma persona (Gómez, Martínez y Barragán).

Antonio López Rivero. Con el mismo nombre existe un soldado que estuvo recluido en un batallón disciplinario de trabajadores, pero ignoramos si trata de la misma persona (AGMG).

Gonzalo Miranda Marín. Era natural de Conil de la Frontera, donde nació en 1912, y era hijo de Antonio y Francisca; en el momento del golpe militar de julio de 1936 tenía su residencia en Barbate, donde trabajaba como marinero y estaba soltero; hasta el 8-11-1938  estuvo recluido en el campo de concentración de Mérida (Badajoz), pasando a la prisión del mismo municipio; juzgado en Consejo de Guerra el 16-12-1938 en Mérida, acusado del delito de rebelión militar, fue condenado a 30 años de reclusión perpetua; el 18-01-1939 fue trasladado a la cárcel provincial de Badajoz y el 22-03-1939 se confirmó la sentencia; ingresó en el Fuerte de San Cristóbal de Pamplona el 24 de mayo de 1939, donde permaneció hasta el 25 de febrero de 1940: de ahí fue trasladado al Penal de la Casería de Ossio, en San Fernando (Herrero). Su hermano Manuel, vecino de Conil, también estuvo entre las personas represaliadas (González, p. 154). En marzo de 1942 se hizo publica la apertura de un expediente de responsabilidades políticas por el Juzgado Provincial de Cádiz (BOE, 21-03-1942). En fecha desconocida regresó a Barbate, donde continuó trabajando como marinero; también sabemos que se casó, pero el matrimonio, pero no tuvo hijos; falleció en la misma localidad en los años setenta (González Ramírez).

Manuel Mora[l]nt Amaya. Con la variación en el primer apellido, Moral por Morant, aparece el nombre de un recluso del penal Naval Militar de la Casería de Ossio, en San Fernando; está incluido en un amplio listado de 345 personas a las, mediante una orden del ministerio de Justicia fechada el 24-06-1941, se les concede "el beneficio de la libertad condicional con la liberación del destierro" (BOE, 4-07-1941).

Diego Moreno Sánchez. Ese nombre aparece en una Circular del Ministerio de Defensa Nacional republicano, con fecha 3-10-1938, donde se nombra a 199 cabos de “la 20 Brigada, Mixta, Batallón Disciplinario de combate n. 1 y Batallón de Ametralladoras n. 20 para cubrir vacantes en el empleo de sargento de Infantería” (DOMDN).

Francisco Javier Muñoz Ligero. Aparece encausado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo en 1940 (BC/CDMH).

Antonio Oliva Sánchez. Sabemos que se encontraba en situación de libertad condicional al menos hasta 1944; eso conllevaba la obligación de tener que presentarse mensualmente en el puesto de la  Guardia Civil de Barbate (Montero, p. 267).

José Oliva Vilches. En un informe municipal de otoño de 1936 fue considerado como “comunista peligroso”, y “uno de tantos de los que le cogió el movimiento en Tánger y por desafecto al movimiento aún titubea para venirse a Barbate”;  como castigo, fue  “eliminado” del padrón de hazas de Vejer de la Frontera en diciembre de 1936, después de haber sido incluido entre los “reconocidos marxistas”; fue condenado a 8 años de cárcel y estuvo en libertad condicional al menos entre 1944 y 1948 (Montero, p. 267).

Alfonso Pozo Marín. Fue condenado a 6 años de cárcel; estuvo en libertad condicional hasta abril de 1947, cuando fue indultado; a finales del mismo año obtuvo la libertad definitiva;  al menos entre el 22-05-1944 y el 2-11-1947 tenía la obligación de presentarse mensualmente en el puesto de la Guardia Civil Barbate (Montero, p. 271). Estuvo recluido en la Prisión Provincial de Almería “El Acebuche” en 1938 (AHPA).

Manuel Reyes Crespo. Originario de Vejer de la Frontera, era vecino de Barbate; trabajaba de marinero y estaba afiliado a la CNT; formó parte de la 31ª Brigada Mixta, Batallón 121º y Compañía 14ª del 15ª cuerpo del ejército republicano, según hizo constar en 1977 cuando solicitó una pensión  por haber sufrido secuelas físicas durante la guerra; como resultado, le fue concedida la pensión; se ha dicho  que llegó a estar en la cárcel tras la guerra, pero no hemos encontrado la documentación que lo confirme; estuvo entre los antiguos cenetistas que durante los años de la Transición asesoraron a la gente joven para reorganizar la CNT en el municipio; el hecho de que padecía una otitis “supurada” [sic], contraída durante la guerra, dio motivo para que fuera conocido con el sobrenombre de "Sordo Reyes" (Montero, p. 272).

Sebastián Sánchez Moreno. Fue condenado a 6 años de cárcel y estuvo en libertad condicional hasta noviembre de 1946, momento en que recibió el indulto; un año después, en el mismo mes, obtuvo la libertad definitiva; al menos entre el mayo de 1944 y diciembre de 1947 tuvo que presentarse mensualmente en el puesto de la Guardia Civil Barbate (Montero, p. 276).

Diego Ureba Ramos. Nació en Barbate en 1918, y era hijo de Antonio y Sebastiana; era marinero de profesión (AMB). Con el mismo nombre y el primer apellido, así como con el sobrenombre de “el Sambo”, lo menciona Manuel Callado Sánchez en sus memorias; durante los primeros meses de 1939 coincidieron en el Campo de concentración de Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia, después de haberse vito obligados a pasar la frontera tras la ocupación de Cataluña por las tropas sublevadas en enero (Montero, p. 280).

Diego Varo Muñoz. Calificado en un informe municipal de otoño de 1936 como un “extremista, peligroso, de entera confianza del Alcalde Tato, [que] le cogió en Tánger el movimiento y se fugó a Málaga con los rojos donde se encuentra; así mismo, se le menciona con el sobrenombre despectivo de "la Portera"; en 1941 estuvo sometido a un proceso por el Tribunal de Instrucción de Responsabilidades Políticas; aunque se desconoce la condena que se le impuso, en julio de 1946 se encontraba en libertad condicional, si bien tenía la residencia en Tánger; en octubre de 1946 obtuvo la libertad definitiva (Montero, p. 282). En documentos de esos años también se hizo constar como municipios de residencia, además de Barbate y Tánger, los de San Roque y Vejer de la Frontera (Domínguez; Gómez, Martínez y Barragán; y BOE, 7-09-1941).

Miguel Vélez Junquera. En un informe municipal de otoño de 1936 fue  considerado como “Comunista que le sorprendió el movimiento en Tánger y hoy se encuentra en Málaga con los rojos, voluntario”; en enero de 1942 se abrió  contra él un expediente por parte del Tribunal de Instrucción de Responsabilidades Políticas (Montero, p. 283).


Procedencia de la información (por orden de aparición)

BOE. Boletín Oficial del Estado. Administración de Justicia. Edictos y requisitorias. Cédula de notificación. Burgos, n. 113, 10-02-1937, p. ilegible ¿376? (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf).
Montero Barrado, Jesús María (2023). Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra. Cádiz, Mancomunidad de La Janda / Diputación de Cádiz.
BOE. Boletín Oficial del Estado. Junta Administrativa de Contrabando y Defraudación del Campo de Gibraltar. Aduana de Algeciras. Edicto. N. 255, Anexo Único, 12-09-1945, pp. 597-598 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1945/09/12/pdfs/BOE-U-1945-255.pdf).
Callado Sánchez, Manuel [1981]. Memorias de un soldado de infantería marina. Odisea vivida por Manuel Callado Sánchez des 1936 a 1942. Ejemplar mecanografiado, sin publicar.  
Gómez Oliver, Miguel, Martínez López, Fernando y Barragán Moriana, Antonio (coords.) (2015). El "botín de guerra" en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, 1936-1945, y CD-rom. Madrid, Biblioteca Nueva.
CDMH. Centro Documental de la Memoria Histórica / Pares, Portal de Archivos Españoles (https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/10501997). 
AGMA. Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones disciplinarios de soldados trabajadores. Expedientes personales de soldados trabajadores y soldados de escolta
(https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/sites/default/files/2023-04/08_3_1_1_expedientes_personales_de_soldados_trabajadores_a-f.pdf).
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(El artículo ha sido reproducido, con fecha 19-05-2024, en Todos (...) los Nombres).