miércoles, 31 de julio de 2019

El impacto homoerótico del “San Sebastián” de Perugino


















































Confieso que el cuadro "San Sebastián" de Perugino fue uno de los que más me llamó la atención del Museo del Hermitage, en parte, quizás, porque fue de los primeros que vi de la pintura del Renacimiento italiano, destacando la sensualidad homoerótica que desprendía la figura del santo y la irrelevancia de los signos de su martirio. Confieso también que en un primer momento creí que estábamos ante Rafael, lo que corregí al momento cuando pude ver la placa identificativa. Y confieso, por qué no, que poco sabía de su autor, salvo que existía y era uno más de los artistas del Quattrocento. Ni siquiera tengo el recuerdo suyo de mi visita tiempo ha a la Galería Uffizi florentina.

Por todo eso he tenido que hacer un esfuerzo en documentarme, cuyo resultado ha sido saber más de Pietro Vanucci, el nombre de pila del artista, e incluso entender por qué inicialmente pensé en Rafael.

Contemplar este "San Sebastián" es sentir, como señalé al principio, el impacto del torso desnudo de un joven cargado de sensualidad. También, por supuesto, la idealización de su figura, algo que, por otra parte, se corresponde con la época en que se hace. Siendo como es la imagen de un santo martirizado cruelmente a base de flechas, sorprende la ausencia de señales de violencia, salvo una, poco perceptible y cuasi disimulada, como es la flecha clavada sobre su cuello, precisamente la que el artista utilizó para dejar constancia escrita de su autoría mediante las palabras PETRUS PERUSINUS PINXIT. 

¿Y a qué puede deberse este tratamiento del personaje?  Se dice que, aunque formado en Florencia, sus obras exhalan la influencia de la escuela de pintura de su lugar de origen, la región de Umbría, a la que perteneció Piero de la Francesca y de la que el propio Perugino fue de los artistas más representativos. Desde ahí sus obras destacan por el empleo de tonos suaves, una mayor preocupación por el color y la luz, y el gusto por los temas religiosos, que derivan incluso hacia lo piadoso, la devoción y la ternura, todo ello muy del gusto de la gente. En una parte de sus cuadros destaca también por la manera que tiene de componer las escenas en espacios arquitectónicos y hacer uso de fondos con paisajes reales, con frecuencia los de su región de origen. Y hasta se puede añadir que estuvo entre los primeros que añadió a la técnica del fresco el empleo del óleo.

Se le ha criticado mucho el excesivo empalagamiento que transmite y lo repetitivo de sus figuras. Vasari, artista y tratadista de su época, lo trató por eso con escasa consideración, en gran medida porque lo comparó con los grandes del Cinquecento y en especial con Miguel Ángel.

Aun con eso, Perugino es considerado como uno de los artistas de tránsito del Quattrocento al Cinquecento. Fue uno de los maestros de Rafael, que recogió de él aspectos identificables. No se entendería, así, el famoso cuadro "Los desposorios de la Virgen" si no acudiéramos al fresco "Jesús entregando las llaves a san Pedro", conservado en las estancias de la Capilla Sixtina de Roma. Como tampoco se entenderían -en lo que es un atrevimiento por mi parte- obras como "El cardenal", del mismo Rafael, o "San Juan Bautista", de Leonardo da Vinci, si no hiciéramos lo propio con el cuadro que nos ocupa. ¿Por qué digo esto? Intentaré explicarme.

Una de las cosas que llama la atención de este "San Sebastián" idealizado en extremo es su llamativo claroscuro, en el que se percibe un fuerte contraste entre la claridad del cuerpo y el fondo negro. No es la única vez que Perugino hizo uso de los contrastes lumínicos, pues, como ya se ha dicho, prefirió más los fondos arquitectónicos y

con paisaje. Incluso en otras versiones del mismo tema optó por esto último (el fresco vaticano "San Sebastián entre los santos Roque y Pedro", o los óleos conservados en Estocolmo y París). Y es que lo que Perugino está reflejando en su cuadro es lo que su tiempo se denominó la maniera moderna, el estilo moderno, donde Perugino fue un pionero. Esto es, una pureza formal, un contraste lumínico en el que el personaje principal se percibe con claridad y hasta cierta difuminación del color, que no es otra cosa que el sfumato leonardesco.   

        

martes, 30 de julio de 2019

El triunfo del amor idealizado en “Eros y Psique”, de Canova




























Hay en el Museo del Hermitage una obra que me resultó fácil de identificar: la escultura "Eros y Psique", de Canova, cuyo título, en realidad, es una síntesis de otro más largo y que define mejor su significado: "Psique reanimada por el beso del amor". Lo que más me sorprendió fue verla en ese museo, creyendo que estaba en el Museo del Louvre parisino. Pero no existe nada raro en ello, pues, estando el original en París, lo que pude contemplar en San Petersburgo es una copia hecha por el mismo autor. Con una variación: las piernas de Psique aparecen tapadas por su vestido. 

Con "Eros y Psique" estamos ante una de las obras más conocidas del escultor más representativo del arte neoclásico, que no es otra cosa que una reacción a los excesos del barroco y su fase final del rococó. El arte de una nueva época, que hizo del optimismo vital y del culto a la razón dos de sus principales componentes: al principio, en el marco de la Ilustración y de inmediato, en el de de las primeras revoluciones liberales, empezando por la de América del Norte y el nacimiento de EEUU, y siguiendo por la francesa. 

Con Canova nos encontramos con un artista que buscaba su inspiración, que podría parecer obsesiva, en los modelos de la Antigüedad y su ideal de belleza. Muy minucioso en el proceso creativo, partía de un boceto dibujado sobre papel; le seguía con un prototipo hecho en arcilla, cera o yeso; y lo culminaba, mediante una técnica exquisita, trabajando sobre el mármol, al que finalmente aplicaba un acabado con un pulimento fino. El resultado, una clara idealización de las figuras, en las que se puede percibir orden, sencillez, claridad y serenidad en sus formas.

Contemplar "Eros y Psique" es hacerlo sobre un tema al que se ha despojado de todo dramatismo. Si durante el barroco se hubiera buscado uno de los momentos de tensión dramática (recuérdese, por ejemplo, el "Apolo y Dafne" de Bernini), aquí Canova evita los episodios de celos de Afrodita, de intervención de Apolo y de paso de Psique por el inframundo de Hades. Nos presenta el momento en que, superado los contratiempos, triunfa el amor de los dos protagonistas: Eros, el dios del amor, prendado de la hermosura de una Psique que ha acabado simbolizando el alma.  

lunes, 29 de julio de 2019

El 27 de septiembre, huelga mundial por el clima





















Tenemos una cita importante para el próximo 27 de septiembre: una huelga mundial por el clima. La primera gran movilización en el ámbito planetario que tiene como objetivo seguir insistiendo que lo del cambio climático es una realidad, por más que los rigoristas del neoliberalismo, los fascistas de la actualidad, lo nieguen. Una llamada a la toma de conciencia colectiva de que la acción humana, especialmente en los dos últimos siglos, no ha hecho más horadar negativamente en el ecosistema, hasta el punto de degradar hasta extremos antes insospechados la vida en el planeta. Estamos en el tiempo de antropoceno, una nueva era donde está demasiado presente en lo negativo la huella humana.


Distintas organizaciones internacionales han elaborado un manifiesto, al que se están adhiriendo numerosos grupos e instituciones, convocando a la participación en la huelga y dando argumentos sólidos para llenar de contenido  lo que se pretende hacer. Se trata, como se dice en uno de los párrafos, de 

"Realizar un giro de 180 grados en las políticas comerciales internacionales, acabando con la firma de tratados de comercio e inversión que ahondan la problemática del aumento de gases de efecto invernadero vía incremento del transporte marítimo interoceánico, así como de la aviación civil, que dificultan la lucha contra el cambio climático a través de las cláusulas de protección de inversiones (ISDS). Las medidas de mercado no pueden sustituir la adecuada planificación de la transición ecológica". 

Nada más y nada menos. 

Realidad y ficción de Caravaggio en el "Tañedor de laúd"


























Contemplar los cuadros de Caravaggio es ponerse frente a una especie de ciclón vital y artístico. Hacerlo sobre su "Tañedor de laúd" (también titulado "Apolo tocando el laúd" o "Joven tocando el laúd") es meterse no de lleno en su obra, porque estamos ante una de las obras de su primera etapa, pero sí en lo que tenía de temperamento como persona y también, por supuesto, meterse en buena parte de los elementos que hicieron de él ser merecedor de estar en la cumbre del arte.


Con Caravaggio estamos ante otro revolucionario de la pintura. Capaz de romper con lo anterior, ese manierismo todavía atado al clasicismo renacentista. Y consciente de no perder uno de los logros que la escuela veneciana había aportado, como era el empleo de una pincelada flexible, abierta, hasta llevarla a la técnica de alla prima, a la primera, que requiere de un gran talento para hacerla efectiva: aplicar, sin dibujo previo, el color directamente sobre el lienzo. Capaz, en fin, de ser el primero en hacer del barroco la expresión de una nueva época.

Durante su primera etapa estamos todavía ante un artista sobrio. Todavía no ha llegado al tenebrismo posterior y sus contrastes lumínicos fuertes, a sus composiciones complejas, atectónicas y llenas de diagonales,  o a sus violentos escorzos, como tampoco lo ha hecho a su énfasis en los temas religiosos ("El entierro de Cristo", "El martirio de san Pedro", "La conversión de san Pablo"...). Pero en esta primera etapa ya es un artista pleno de realismo, inmerso ya en el universo naturalista. Que mezcla realidad y ficción. Que convierte a tipos humanos tomados de la calle en personajes con entidad para ser plasmados en un cuadro, aun cuando tengan que representar figuras mitológicas. Y que hasta hace de sí mismo uno más de esos personajes.

El "Tañedor de laúd" del Museo del Hermitage ha suscitado muchos comentarios: sobre si el personaje canta a la vez que toca, sobre el contenido de la partitura y su autor, sobre el sexo del propio personaje... Junto a los elementos musicales, tenemos un rostro de un joven andrógino  y un ramo de flores, lo que nos lleva al mito de la eterna juventud y a la realidad de que todo acaba feneciendo. 

Una más de otras tantas obras que hicieron de la música el tema del cuadro. Una obra más donde su protagonista es el retrato de un joven ("Muchacho con cesto de frutas", "La buena ventura", "San Juan Bautista", "La vocación de san Mateo"...), de esos por los que sentía atracción homoerótica. Y, como se ha llegado a decir, incluso una obra más donde ese joven era él mismo, autorretratado, como ya pudo haber hecho en "Baco" o en "Los músicos"

sábado, 27 de julio de 2019

Los errores de Unidas Podemos durante la investidura y sus consecuencias

De entrada: no hay duda que tras las elecciones generales de abril el PSOE buscó desde el primer momento un gobierno monocolor, con el fin de ganar el centro político, que, además, se lo estaba dejando en bandeja Cs, muy escorado hacia la derecha; los resultados de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, malos para UP, reforzaron esa posición; de ahí ese intento por parte del PSOE de pedir la abstención al menos a Cs y de ofrecer a UP un gobierno de cooperación; las presiones por parte de Podemos, que es quien ha llevado las negociaciones en nombre de UP, llevaron a a Sánchez y su equipo a anunciar que quien sobraba era Iglesias; un error, porque el líder de Podemos se retiró y dejó libre la posibilidad de un gobierno de coalición; lo que vino después ya lo sabemos, con dos abstenciones seguidas en la investidura de Sánchez, que ha resultado fallida.

¿Por qué hablo de errores por parte de UP? Parto de dos posibilidades: entrar en un gobierno de coalición o facilitar un gobierno del PSOE, en la línea de lo que está ocurriendo en Portugal. Dejo que claro que en los dos casos hay que pactar un programa, más o menos amplio, pero suficiente para ir por uno de los dos caminos.

Desde el primer momento se optó por lo del gobierno de coalición. Ya he expuesto antes qué ocurrió. El momento decisivo estuvo durante la segunda votación. Y la clave estuvo en la última propuesta del PSOE: una vicepresidencia de asuntos sociales y los ministerios de Vivienda, Sanidad y Asuntos Sociales. Y en la respuesta de Podemos: quería el ministerio de Trabajo. Anunciada el día antes la ruptura de las negociaciones por parte del PSOE, Iglesias lanzó una última propuesta en el mismo debate, renunciando a Trabajo y pidiendo la gestión de las políticas activas de empleo, añadiendo que como sugerencia de una autoridad moral del mismo PSOE. Léase Zapatero, como se ha publicado en un medio.

Vistas así las cosas, me pregunto si el grupo confederal de UP (Podemos, IU, En Comú Podem), que se abstuvo en bloque, no cometió el error de no haber aceptado la última propuesta del PSOE. Porque en ese momento era este partido el que se había visto obligado a renunciar, sucesivamente, a un gobierno en solitario, un gobierno de cooperación, y una oferta de gobierno sin vicepresidencia y con menos ministerios. Al final se ha visualizado que el problema ha estado en los ministerios o, dicho más claramente, en los cargos. 

La otra opción podría haber sido la de un gobierno a la portuguesa. Es la que está proponiendo ahora IU. Al parecer en este grupo la votación en el órgano de dirección federal de cara a la investidura estuvo dividido: siete hubieran preferido el sí a la investidura y once lo hicieron por la abstención. 

El electorado de la izquierda, muy heterogéneo y contradictorio, tiene sus propias características y entre ellas están diferentes comportamientos en relación a la participación electoral. Hay una parte a la que no le cuesta inhibirse, dejando el campo libre a la derecha. Y hay otra que no tiene empacho en poner en práctica lo del voto útil, donde el PSOE siempre sale ganando. Me temo que lo venga, si no cambian las cosas, puede ir por ahí y las consecuencias pueden ser hasta peligrosas. Dejar la representación de la izquierda abrumadoramente en manos del PSOE da miedo. Y  peor, lo ocurrido en Andalucía en diciembre pasado.       

Con el PSOE más cerrado en banda que nunca, ignoro qué recorrido tendrá al propuesta de IU. Me consta que desde este grupo y desde En Comú Podem se pretende un mayor protagonismo en futuras negociaciones, si es que las hay. El peso hasta ahora lo llevó Podemos y, vistas las cosas, han resultado fallidos su resultados.

viernes, 26 de julio de 2019

Entre el mito de "Dánae" y un autorretrato de Rembrandt


























Sino que eres como la Danae de Rembrandt que nos deslumbró una tarde inacabable 
en L'Ermitage, y sigue deslumbrándonos
(Roberto Fernández Retamar)


Es Rembrandt para mí uno de mis pintores favoritos. Pese a que nunca antes lo había visto en directo, durante mi visita al Museo del Hermitage he podido contemplar varias obras suyas. Entre otras, "Saskia como Flora", "El retorno del hijo pródigo", "Retrato de un viejo judío", uno de sus numerosos autorretratos o "Dánae".  

Este último cuadro está entre los que generan mayor atención como consecuencia del ataque sufrido, allá por 1985, por alguien -quién sabe si perturbado- que le lanzó ácido sulfúrico y lo acuchilló. Que afectara al vientre, los pechos, los genitales y el muslo de la figura del mito me lleva a considerar que pudiera tener una connotación entre lo obsesivo-sexual y lo puritano-religioso. Se necesitaron varios años para su restauración, que resultó exitosa, pero que, una vez concluida, en palabras de uno de los directores del museo, no impidió que la obra ya no fuera lo que había sido.  

He dicho que Rembrandt está entre mis favoritos, porque en él se funden muchos aspectos que dan como resultado una obra excepcional. Como artista abarcó todos los géneros (religioso, mitológico, bodegón, retrato, autorretrato...); trabajó encomiablemente con el óleo y domina el grabado; aplicó con destreza la pincelada, que le llevó a hacer uso de la espátula para ensancharla; empleó con maestría el color, dando lugar a matices cromáticos llamativos; hizo de la luz puros contrastes, que en ocasiones la difundió  caprichosamente o para el realce de los colores.

El éxito artístico que pronto alcanzó y que le llevó a integrarse, mediante el matrimonio con Saskia -la misma que aparece como Dánae-, en los círculos sociales dominantes del país, fue sólo una etapa más de su vida. Tras el fallecimiento temprano de su mujer, lo que le siguió fue una sucesión de situaciones en las que, sin perder su genialidad artística -todo lo contrario-,acabó sumido en una especie de fracaso personal y social. 

Toda su obra está fuertemente impregnada por el entorno en que vivió, lo que le confirió un fuerte realismo a todo lo que representó y en especial a sus personajes. La mirada penetrante, a veces directa, que reflejan, la preocupación por la vejez o la pobreza y las emociones que transmite son elementos de ese realismo fusionado con esa visión de la pintura en la que prima la flexibilidad del trazo y la preocupación por la luz.

El fracaso de una investidura (en gerundio)

Lo de ayer fue una variante de lo ocurrido el lunes. Pedro Sánchez, de un lado, pidiendo al PP y Cs que se abstuvieran para facilitar la gobernabilidad por haber sido el partido que obtuvo más votos en las elecciones generales y, de otro, ofreciendo a Unidas Podemos la entrada en el gobierno con sus condiciones. De paso, diciendo al PP y a Cs que si no hacían lo que les pedía, se iban a encontrar con un gobierno con UP. Tanto PP como Cs, más Vox, denunciando el intento de formar un gobierno del PSOE con la extrema izquierda y el apoyo de los que quieren romper España. Sánchez, lanzando duras diatribas contra UP, culpándola de haber torpedeado las negociaciones. Iglesias, respondiendo también con dureza, ofreciendo una propuesta acerca del ministerio de Trabajo, al que renunciaban a cambio del control de las políticas activas de empleo. Los grupos nacionalistas vascos (PNV y EH-Bildu), catalán (ERC) y valenciano (Compromís), dando consejos para que Sánchez se desprendiera de la derecha españolista y UP aceptara las últimas condiciones del PSOE para formar un gobierno. Y finalmente la portavoz del PSOE, apretando en las acusaciones a UP, denunciando una conjura entre la derecha y la extrema izquierda, no respondiendo a la última oferta de Iglesias y acabando con algo así como que "espero que apoyéis la investidura". Resultado: Sánchez sólo obtuvo el apoyo de su grupo y el único diputado del PRC. Detrás de esa estrategia, dos componentes: la tradición de un partido fuertemente anclado en el sistema, temeroso de abrirse a pactos por su izquierda; y el asesoramiento de un gurú político que cree haber encontrado la fórmula mágica para el éxito (Albiol, Monago y ahora, Sánchez). 

jueves, 25 de julio de 2019

Importante triunfo judicial (por ahora) de los "riders" de Deleveroo

Decir que el estado de cosas en el mundo laboral es deplorable, no resulta disparatado. Especialmente en el sector privado y entre las generaciones más jóvenes, que están viendo cómo la precarización se ha instalado en sus vidas de una forma permanente. Contratos cortos, jornadas laborales abusivas, engaños en las cotizaciones a la seguridad social, ausencia de vacaciones, pagos en dinero negro..., cuando no las falsas contrataciones como autónomos o autónomas. 

Todo un cúmulo de despropósitos, de naturaleza neoliberal, que desde principios de los años noventa introdujo un gobierno del PSOE (los contratos basura del señor Solbes y su jefe González), continuó con los siguientes del PP (Aznar) y PSOE (Zapatero), y que con Rajoy y sus mariachis alcanzó el culmen con la mayor de las desvergüenzas: una reforma laboral que dejaba las manos libres a las empresas, abaratando aún más la mano de obra y recortando derechos sociales. Una reforma que, por cierto, le cuesta desmontar al actual gobierno en funciones presidido por Sánchez, pese a lo que dijo en algún momento, cuando necesitaba apoyos para volver a encumbrarse en la dirección de su partido y luego ganar la moción de censura. Lo que puede ayudar a entender, como uno más de otros aspectos, el papelón que están representando con la finalidad de evitar un gobierno de coalición con Unidas Podemos que pueda ir más allá de lo que dicta el sistema.

Volviendo a lo que nos ocupa, hace unos días ha aparecido una sentencia de un juzgado de lo social de Madrid que ha dado la razón a la CNT en su demanda en favor de los trabajadores y las trabajadoras de la empresa Deliveroo, que aplicaba con descaro la contratación como autónomos o autónomas a sus "riders", esto es, distribuidores en bicicleta de comidas. La sentencia deja claro que estamos ante un fraude de ley.   

Un importante triunfo, pese a que tiene sus limitaciones: la empresa, con toda seguridad, recurrirá la sentencia; y, además, estamos ante la punta de un iceberg. 

En todo caso, enhorabuena quienes han hecho posible que llegue una alegría en casa del pobre.    

miércoles, 24 de julio de 2019

Ante Tiziano y su "Dánae recibiendo la lluvia dorada"



























Durante mi reciente visita al Museo del Hermitage de San Petersburgo he podido contemplar varios cuadros de Tiziano. Dos ellos, "Magdalena penitente" y "Dánae recibiendo la lluvia dorada", son versiones del mismo autor repartidas por otros museos. El que haya podido  volver a observar obras de este artista veneciano me ha permitido ponerme frente a uno de los, para mí, grandes de la pintura. 


Estamos ante uno de los precursores de una visión de la pintura, la pictórica, que surgió en oposición a la lineal. Si en esta última es el dibujo el que se erige en la base de la delimitación de las formas, a las que dota de plasticidad, en lo pictórico existe una mayor flexibilidad en el uso de las pinceladas, que se hacen más anchas, y da más juego al color y la luz, liberando de esa forma el mundo de las sensaciones.

Durante el siglo XVI fue en Venecia donde surgió esa forma novedosa de concebir la pintura, con Tiziano como principal protagonista. Fue el origen de una senda que se fue extendiendo en su tiempo y ha ido perdurando en los siglos siguientes con un arraigo especial en nuestro país. No podemos entender buena parte de las obras de El Greco, Velázquez o Goya si no apreciamos lo que 
la escuela veneciana, por distintos caminos, influyó.

Fue mi amigo Perico, correoso a lo largo y ancho de la visita al museo, el que me retuvo en su cámara digital mientras contemplaba la Dánae desnuda que está recibiendo de Zeus la lluvia dorada que colma su embelesamiento.   

   

Andrea Camilleri, la fidelidad a una idea

























Hace unos días murió el escritor italiano Andrea Camilleri. No he leído aún nada de él, aunque tengo en la lista de espera, para devorarla de inmediato, La forma del agua. Una de las novelas de la serie dedicada al comisario Salvo Montalbano. Y ha sido precisamente la serie televisiva la que sí he tenido ocasión de ver. Quizás  sea exagerado decir que con fervor, pero no que lo ha hacho con constancia y mucho gusto. Muy propia -para mí, claro- para seguirla al principio de la noche de los sábados, durante esa momento del día que normalmente dedico a cenar y reposar lo ingerido. Sus protagonistas resultan divertidos y la trama que se desvela en cada capítulo pone al descubierto la realidad social y política de una pequeña ciudad siciliana -la imaginaria Vigata-, que bien podría extrapolarse al conjunto de Italia. Una ciudad/país donde la herencia del pasado, en todos sus sentidos, está presente, para fundirse con un presente lleno de matices y recovecos. 


El género de la novela negra, proyectado con frecuencia al mundo del cine, ha sido siempre uno de los preferidos por una parte importante de escritores que tienen como común denominador su adscripción al campo político de la izquierda, cuando no del comunismo. Me vienen a la memoria Manuel Vázquez Montalbán, Juan Marsé, Dashiell Hammett, Takiji Kobayashi, Paco Ignacio Taibo II... y el propio Camilleri. Por sus características, este género permite diseccionar la sociedad donde transcurren las historias, en unos ambientes de turbidez donde se mezclan las pasiones y las debilidades humanas en todas sus vertientes y representaciones. 

De Camilleri me llamó la atención en un primer momento la relación que tuvo con  Vázquez Montalbán, del que sacó su segundo apellido para, a modo de homenaje, para dar nombre a su protagonista siciliano, en el que no falta, también como guiño, su afición a la gastronomía. He podido ir leyendo algunas de las entrevistas que le han ido haciendo en los últimos años, de las que he sacado como conclusión que estamos ante una persona incombustible y lúcida en su percepción de la realidad y en su concepción de lo que podría ser el mundo. Una persona muy consciente de que lo que hoy tenemos difiere en demasía de lo que él conoció en sus años de juventud y primera madurez. 

Como comunista ha mantenido la idea de que el mundo no tiene por qué ser de la manera que se ha instituido dentro de los cánones que impone el capitalismo. Como miembro del que fuera el partido comunista más importante del mundo occidental, ha optado por que las relaciones entre las personas se basen en el tercero de los principios de la revolución francesa, esto es, la fraternidad. Como testigo de la desaparición o, más bien, de la autodestrucción de ese mismo partido, ha sabido mantenerse en una posición en la que, sin sentir una irrefrenable nostalgia del pasado, no ha perdido el norte que le guió desde su juventud en la vida. Y como testigo de la deriva política que viene sufriendo Italia desde los años 90, no ha dejado de denunciarla y, a la vez, llamar la atención sobre lo cerca que se encuentran ese mundo que parecía haberse ido, el que vivió de niño y feneció cuando empezaba su juventud, y el que ha devenido en forma de personajes -por qué no decirlo: diestros, más que siniestros- como son los Berlusconi o Salvini, por poner sólo dos ejemplos. 

De Camilleri nos quedarán sus historias divertidas con Montalbano como protagonista, pero también la fidelidad a una idea que no tiene por qué desaparecer, sino mantenerse.    

martes, 23 de julio de 2019

Las cloacas del estado, los medios de comunicación y los atentados de Las Ramblas

El diario digital Público lleva varios días sacando a la luz una información relacionada con los servicios secretos españoles y su relación con algunos de los protagonistas de los atentados acaecidos hace dos años en Las Ramblas de Barcelona y especialmente con el que fue imán de Ripoll, al que relacionan con el CNI. Hoy, el responsable del área de investigación del diario, Luis Enrique Bayo, ha escrito un artículo, "Cuando son los periodistas los que  quieren matar al mensajero", al que no le falta enjundia, sino todo lo contrario. 

Y es que lo publicado no provocado revuelo hacia fuera. Por parte del gobierno y el PSOE la respuesta ha estado entre el silencio, tenues desmentidos y algunas llamadas a la responsabilidad. La oposición del sistema -esto es, la derecha españolista- ha estado callada. Sólo desde Unidas Podemos y algunos grupos nacionalistas ha habido la reacción debida para que el asunto  sea tratado en el Congreso, como debe ser, claro está.


Y en los medios de comunicación el tratamiento ha sido, sin haberse excedido, el no dar credibilidad a la información. Hasta un medio de la izquierda, como es eldiario.es, sacó hace dos días un artículo firmado por su director, Ignacio Escolar, para justificar la negativa a  difundir la información dada por Público. El  tono había sido tanto, que ese mismo día la propia directora del periódico, Ana Pardo, hubo de salir al paso con un artículo de dirigido a todos esos medios, a modo de respuesta: 'Público', de cara a la pared".

A lo largo de su artículo Bayo va desmontando lo ocurrido con algunos de los medios de comunicación. No voy a extenderme sobre ello, porque lo mejor es leerlo. Una de las cosas que me ha llamado la atención, entre tantas, es el diferente tratamiento que, pocos días después del atentado de hace dos años, dieron a la noticia lanzada por un medio catalán sobre si los Mossos d'Esquadra habían ocultado información e incluso desatendido la que les había llegado desde la CIA o su entorno.


Es lo que hay y lo que tenemos. Como para dejar que entre en el gobierno gente de la ralea de Podemos, Izquierda Unida... 

viernes, 19 de julio de 2019

El retrato de la mujer con flor y labios rojos de la Galería Tretiakov (cuyo autor resultó ser Surikov)



























Durante mi visita a la Galería Tretiakov de Moscú pude ver buena parte de las obras que se conservan de los siglos medievales -iconos religiosos en su totalidad- y de los siglos XVIII y XIX. Desfilan por ella distintos estilos artísticos, desde el más tradicional de la cultura rusa con raíces bizantinas, hasta los que a partir del siglo XVIII van llegando por influencia europea: rococó, clasicismo (no gusta la denominación de neoclasicismo, por no haber conocido previamente la etapa clásica europeo-occidental de los siglos XV y XVI), romanticismo, realismo, impresionismo, postimpresionismo... 

Una galería basada artistas de la propia Rusia. Es lo que le confiere un gran valor. Y es lo que se percibe en muchas de las obras a través de los temas tratados, los personajes representados y hasta la atmósfera que exhalan. Dentro, todo ello, de una especie de "alma rusa", como gusta decir.

Confieso que la visita me supuso una decepción, no tanto por lo que vi -que, ya con posterioridad, estoy apreciando en bastante mayor medida-, como por lo que esperaba ver: el arte ruso del primer tercio del siglo XX. Supimos después que se encontraba en otro edificio, por lo que tuve que conformarme con lo visto.

Mientras escuchaba la información que nos transmitía la guía, no paré de hacer fotos, en un número cercano a las setenta. Con paciencia días después pude dar con los autores y los títulos de cada una de esas obras, salvo en una. La que se corresponde con el retrato de la mujer que tenemos delante. Todo un enigma para mí.

Si nos atenemos a la técnica y los colores que se han utilizado, me inclino a que pertenece al arte de finales del siglo XIX. No sólo por la pincelada ancha y en algunas partes el posible uso de la espátula, sino también por los colores apagados, entre terrosos y negros, me atrevo a considerar que estamos ante una obra postimpresionista. En el cuadro ha desaparecido ya la riqueza cromática del impresionismo, el gusto por la luz, por sus contrastes o por los colores vivos. De éstos se salva tan sólo el color rojo de la flor que la mujer tiene sobre su pecho y el de sus labios, sobresaliendo sobre el conjunto del cuadro.

Me sorprende el retrato de esa mujer, tumbada sobre un sillón o un sofá, relajada y con una sonrisa que no parece tanto contenida como de una plenitud moderada, quizás de  felicidad. ¿Quién será? ¿De quién será la obra? Después de haber rastreado las obras de la Galería, ha habido un artista que se aproxima en mayor medida a quien podría ser su autor. Me refiero a Valentin Serov (1865-1911), cuya obra va evolucionando desde sus inicios impresionistas hasta el modernismo de los últimos años. Impecable retratista, destacan entre sus cuadros "Niñas con melocotones", "María Yemólova" o "Máximo Gorki". ¿Será suyo el retrato de esa mujer con una flor roja y sus labios pintados del mismo color?

Post data del 6 de agosto

Y a las tres semanas, hízose la luz: estamos ante el "Retrato de A. I. Iemelianova", obra de Vasili Surikov, de 1909. Aunque se le considera como artista del realismo, especializado en temas históricos (destacan "La mañana de la ejecución de Stresltsi" o "La boyarda Morózova", expuestos en la misma Galería Tretiakov), no cabe la menor duda que al  observar las obras de finales del XIX y principios del XX se percibe claramente el empleo de la técnica impresionista, tamizada por dispersión de subjetividades que fue aportando el postimpresionismo. Lo hace en el retrato que nos ocupa y en otro de la misma Iemelianova, realizado seis años antes.  
 

martes, 16 de julio de 2019

Lisístrata de 'Puerto Reá', una adaptación desde el feminismo


















Lisístrata
es quizás la comedia más conocida de Aristófanes. Y a una adaptación de la obra, Lisístrata de 'Puerto Reá', realizada por Ignacio Andreu, asistí el jueves pasado en el Anfi Teatro de Zahora. Una gozada de representación en medio del marco espléndido de esa parte de la costa gaditana libre de los agobios de las macrourbanizaciones.


Tenía una idea de Aristófanes como la de un autor teatral anclado en la defensa de la clase aristocrática a la que pertenecía y en la conservación de las tradiciones religiosas griegas. Siendo cierto, sus obras reflejan las contradicciones que supone mantenerse en sus convicciones y criticar a quienes gobernaban en el momento en que vivió, esto es, la segunda mitad del -V y las dos primeras décadas del -IV. En sus críticas, cargadas de sátira, lanzadas contra lo que representaba el nuevo estado de cosas en un sociedad esclavista en plenitud, Aristófanes presentó situaciones que, viéndolas en nuestros días como progresistas, se contradecían con lo que defendía. Su pacifismo, su defensa de las mujeres e incluso su propuesta de una sociedad comunista, como planteó en la misma Lisístrata (sobre las dos primeras) y La asamblea de mujeres (sobre las dos últimas), tenían sus límites. El pacifismo no era otra cosa que puro oportunismo y la igualdad de género se reñía con la sociedad esclavista que anhelaba. 

Vistas así las cosas, podría pensarse que la adaptación de Lisístrata que vimos el otro día fue pura superchería. Y nada más lejos de la realidad. Porque el autor ha aprovechado su contenido, que es perfectamente defendible en los planteamientos, al que ha aderezado con elementos de la realidad de nuestros días. Y precisamente en un momento histórico en el que las luchas feministas están poniendo de relieve la necesidad de un modelo de relaciones de género basado en la igualdad. La obra la ha insertado también en el marco cultural y natural que supone el cabo de Trafalgar, en el que su Faro, cargado de simbolismo, sustituye a la Acrópolis ateniense como epicentro de la revuelta de mujeres en que se centra.

Es Lisístrata, como personaje,  una mujer atrevida, que en plena guerra del Peloponeso, que enfrentó a Atenas y Esparta durante el último tercio del siglo -V, apostó por la paz como forma de poner fin a las hostilidades y recuperar la tranquilidad de las gentes. Y nada mejor para ello que proponer y organizar una huelga de sexo. Pese a las resistencias iniciales y los intentos de relajación que se dieron durante el conflicto, todo ello cargado de situaciones cómicas, las mujeres consiguen finalmente que se firme la paz entre las dos polis enemigas, que por entonces rivalizaban por conseguir la hegemonía en el mundo griego.

En la versión de Andreu se resalta la osadía de unas mujeres que defienden a la vez la igualdad de género y la paz, valores que forman parte del acervo político y ético de nuestros días. Ya a 2003, cuando EEUU y sus aliados preparaban la guerra contra Irak, surgió el Proyecto Lisístrata, mediante el cual en numerosos países se hicieron representaciones de la obra de Aristófanes desde la perspectiva del feminismo y el pacifismo, y como oposición al militarismo. 

Una versión en la que no falta el toque gaditano, con sus expresiones y sus recursos carnavalescos, lo que hace todavía más atractiva la representación. Y, en fin, una puesta en escena bien concebida y unos recursos humanos muy bien aprovechados. 

Y como dije al principio, toda una gozada.   

Monseñor Herráez y el martirio de las mujeres violadas

Parece como si ahora  le hubiere tocado el turno al  obispo de Burgos, Fidel Herráez. Para resaltar lo acaecido con una joven que fue violada y asesinada hace 27 años, ha pedido que las mujeres que se encuentren en ese trance resistan hasta el final, con el fin de preservar "la grandeza de la castidad". Palabras crueles, porque pone en las víctimas la responsabilidad de que se cometa o no la violación. Aun cuando eso conlleve su muerte, que en el mundo cristiano lleva el nombre de martirio. 

Contrasta la valoración que se hace desde determinados ámbitos de la Iglesia sobre la violencia que sufren las mujeres, a la que despojan de su naturaleza heteropatriarcal por considerarla ideologizada, para dejarla en el terreno de su moral religiosa. La violencia sobre las mujeres lo sería como expresión de la maldad humana y ésta, a su vez, de la ausencia de pautas alejadas de los principios religiosos cristianos. 

Sorprende, de esta manera, que cuando la violencia procede del clero -como ocurre en los casos de pederastia y también en los de abusos y agresiones a mujeres-, se minimice, se oculte, se niegue o se haga recaer sobre las propias víctimas, que habrían tentado o provocado a los infractores.

Sorprende también, por las palabras vertidas por el obispo de Burgos, que no tenga reparos en invitar a la muerte a quienes se resistan en una violación, pero lancen diatribas tan duras contra la eutanasia o en el aborto. La vida humana, se dice en la Iglesia, sólo le pertenece a Dios. ¿Qué ocurre entonces en el martirio al que son invitadas las mujeres cuando se encuentren frente a un varón o una manada de ellos en disposición de violentarlas?

Sorprende también que se ignore las circunstancias que viven las víctimas en una situación de violencia, donde la percepción de la realidad se altera hasta el máximo. El miedo, el sentimiento de sumisión o lo que se pueda vivir en esas circunstancias son reacciones que resultan ajenas a su voluntad. Estamos ante la enajenación de la propia personalidad, lo que no tiene que conllevar a que todo el mundo reaccione de la misma manera o que surjan actitudes de heroicidad.

Sorprende, en fin, la frecuencia con la que la Iglesia colisiona con la legalidad vigente, en especial con aquella que defiende los derechos humanos. Desde éstos se entiende que las relaciones humanas, independientemente del ingrediente religioso o no que puedan tener, han de basarse en principios éticos que permitan el desarrollo de las personas y su felicidad desde la libertad y la igualdad. 

lunes, 15 de julio de 2019

El síndrome de Bruselas... de Pedro Sánchez

En el mundo de la psicología es conocido el síndrome de Estocolmo, por el que se designa al comportamiento que, en determinadas situaciones, las víctimas sienten, si no simpatía, al menos comprensión hacia quienes les provocaron algún tipo de mal. Menciono aquí a Bruselas, porque es la capital y referente simbólico de la Unión Europea, desde donde viene buena parte de las medidas, las principales, que se adoptan, en especial por la Comisión Europea. Pues bien, pongo dos casos. El primero, de 2015, con Alexis Tsipras, jefe del gobierno  griego, que, tras resistir a las amenazas lanzadas desde la troika y ganar el referéndum que le confería legitimidad para proseguir en esa senda, de inmediato sucumbió a las presiones, aceptando un nuevo ajuste económico para su país. El segundo lo tenemos con Pedro Sánchez, el del "no es no", el que mencionó al ibex35 como causante de su defenestración al frente de su partido, el victorioso de las primarias con unas propuestas "podemizadas", el que consiguió apoyos de un variado espectro político para derrocar mediante una moción censura a Mariano Rajoy... Sí, también el que lleva dos meses y medio mareando la perdiz, que quiere un gobierno monocolor, que sólo aceptaría un gobierno de cooperación -sin presencia de Unidas Podemos, claro-, que  ha dejado caer que PP y Ciudadanos se abstengan para poder ser investido... El mismo que esta mañana ha teatralizado -en el medio de comunicación exacto, el día exacto, a la hora exacta...- la ruptura de la negociaciones con UP con términos como "mascarada", "maximalismo"... El que, como Tsipras, ha sucumbido a las directrices que vienen de Bruselas, la troika, la CEOE, el anticatalanismo, las baronías y los dinosaurios de su partido (el susanismo, el felipismo, el oportunismo)... El  síndrome de Bruselas.