jueves, 31 de diciembre de 2020

En la llegada del 2021 (con una pandemia de fondo)

 

El año que en pocas horas va a acabar ha sido inesperado. Cuando empezó, no nos imaginábamos que un coronavirus mortífero, extendido como una pandemia, iba a poner patas arriba a la humanidad. Y no creo que esté exagerando con estas palabras. Ha desbaratado muchos planes, desde los más insignificantes hasta los más grandes, y como especie del planeta nos ha puesto, sobre lo que llevamos haciendo, ante un dilema: seguir o no seguir. 

Sí, porque si optamos por lo primero, seguiremos tropezando sobre la misma piedra y lo que venga, en nuestra vida o en la de quienes nos sucedan, hará la situación irreparable. Y si optamos por lo segundo, será el momento de replantearnos todas esas cosas que habíamos naturalizado como normales, pero que resultan más que nocivas. 

En los momentos más difíciles de la pandemia, cuando estábamos confinados hasta la médula, se demostraron varias cosas: la primera ha sido, quizás la más importante, que la sobrevivencia sólo se puede hacer desde la cooperación; también, que si queremos evitar situaciones como las que estamos pasando, se necesita de una mayor inversión pública/social en todos los ámbitos de la vida, donde el interés particular quede desterrado en favor del colectivo; y, cómo no, que lo más saludable es que podemos vivir con menos cosas superfluas.

Cuando esta mañana preparaba el mensaje de bienvenida del nuevo año para enviar a quienes, en mayor o menor, se sitúan en mi cercanía de afectos y complicidades, encontré en un poema de Jesús Munárriz el sentido de lo que pretendía. Se corresponde con lo que deseo para todo el mundo, porque concuerda con lo que antes he apuntado. Titulado "Manifiesto", pertenece al libro Esos tus ojos, publicado en un ya lejano año 1981. He aquí los versos del poema: 

En defensa del cardo y de la ortiga,
en defensa del burro y su rebuzno
y de su condición intrascendente,
 
a favor de los bosques y su antiguo
modo de ser, a favor de la piedra
que el invierno cubrió de oscuro musgo,
 
para que vivan peces en las aguas,
pájaros en el aire, rododendros
en los jardines, luces en la noche,
 
y los hombres se olviden de la prisa
con que van a la nada y no se enteran,
víctimas de un progreso establecido,
 
para que todo cobre otro sentido
una vez asumido el sinsentido
que es todo, y concentrados en su paso
 
veamos sin dolor pasar el tiempo
y vivamos minutos, horas, días,
bocanadas de ser, riqueza única,
 
para que todo vuelva a ser sí mismo,
lo que pasó, lo que es, lo que perdura,
lo que no deja huella de su paso,
 
para que no dé miedo tener hijos
ni dejar de tenerlos, y el amor
vuelva a ser verdadero, a ser inmenso,
 
para poder tomar el sol y el aire
y sentarse en la hierba con la gente
y ponerse a charlar largo y tendido,
 
a favor del cansancio y del descanso,
a favor de los ciclos naturales
y de la rebeldía ante los ciclos,
 
por los colores y por los sonidos,
por los gustos, los tactos, los olores,
por el juego y el sueño, y los amigos,
 
en defensa de lo que se ha perdido,
de la paz verdadera, del sosiego,
de la palabra limpia y del silencio. 

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Yolanda da en la clave sobre la subida del salario mínimo: "por 30 céntimos al día..."

 

Yolanda Díaz es una de las personas que forman parte del gobierno que más protagonismo está teniendo. Salvando a Pedro Sánchez (presidente), Pablo Iglesias (vicepresidente), María Jesús Montero (ministra de Hacienda y portavoz) y, por supuesto, Salvador Illa (ministro de Sanidad), su actividad ha sido muy intensa, al frente de un ministerio, el de Trabajo, que ha tenido que lidiar principalmente con dos cosas: la herencia del PP, con una reforma laboral que sigue pesando como una losa, y con el aumento del paro ocasionado por la pandemia mundial. Ha actuado con inteligencia, haciendo de puente entre el mundo empresarial (sobre todo de la todopoderosa CEOE), el de las pequeñas empresas y las personas autónomas, y los sindicatos (en especial, CCOO y UGT). La subida en un primer momento del salario mínimo, el acuerdo en torno a los ERTEs, los subsidios a las personas autónomas y los subsidios de desempleo a las empleadas del hogar han sido un escudo social que ayudado a salir adelante a empresas en apuros, por un lado, y trabajadoras y trabajadoras, por otro. A eso se une, entre otras cosas, la aprobación del salario mínimo vital para las personas más vulnerables. 

Sin embargo, la lucha por el aumento del salario mínimo de cara al año 2021 está resultando muy difícil. A la oposición de la CEOE se une la del sector del gobierno, capitaneado por Nadia Calviño, que hace del rigor neoliberal un pilar fundamental de la política económica. Pero Yolanda Díaz, valiente y tenaz, no se da por perdida. Esta mañana, dentro de una entrevista realizada en la cadena SER, se ha preguntado, entre otras cosas:"¿Por qué dejamos fuera a quienes más lo necesitan? (...). ¿Por qué dejamos fuera a los débiles (...) por 30 céntimos al día?". Certera como suele acostumbrar.

lunes, 28 de diciembre de 2020

"Con Cuba no te metas", una canción satírica dedicada a Trump y sus trumpistas


A través de Cuba Información escuché hace un par de días la canción de Alejandro García "Virulo" titulada "Con Cuba no te metas". G
rabada en el Paseo del Prado de La Habana, se ha editado en formato audiovisual bajo la dirección de José Manuel García, que para la ocasión ha contado con la colaboración de numerosos artistas y técnicos audiovisuales.  

Al ritmo de la conga cantantes solistas, coros, instrumentistas y danzantes nos ofrecen un trabajo que es una sátira sobre Donald Trump y su mal perder tras las recientes elecciones, además de estar dedicado a quienes en Cuba "le hacen los mandados". 

Formulado con un claro sentido del humor cubano, no le falta su vertiente estética y festiva, cosas, las tres, que para las gentes que viven en la isla caribeña parece que lo llevan en la sangre.   

Merece la pena escuchar la canción y, claro está, conocer al detalle la letra.  

Preocupado el presidente anaranjado,
solicita a los que le hacen los mandados
que se apuren, pues la fiesta terminó.
Y mirando que se va a acabar el "baro"
han formado un titingó
 
Se ha negado a abandonar la Casa Blanca,
a la silla del despacho se amarró,
los pelitos que le quedan los arranca
pataleando por la rabia que le dio
y mirando a Cuba con sus batas blancas
de cabeza se tiró
 
El que tenga confusión que se confunda,
el que quiera claridad que venga a ver.
La jugada no es compleja ni profunda,
está claro cómo quieren proceder.
Sólo falta que nosotros los dejemos
y eso no va a suceder.
 
Con la conga de los Hoyos no te metas.
No te metas, no te metas
Cuba viva sin que nadie la someta.
No te metas, no te metas...

¿Hay parálisis en el gobierno?

Una vez conseguida la aprobación de los presupuestos generales del estado, que acaba de pasar el último trámite en el Senado, durante las últimas semanas estamos viendo cómo las divergencias internas en el gobierno parecen aflorar más que nunca. Salvo la obligada atención a la pandemia, que lleva condicionando la mayor parte de la agenda programática pactada por los dos grupos que forman el gobierno, son varios los asuntos que se están dilucidando sin que, por ahora y a diferencia de otras ocasiones, se hayan solventado. La monarquía y las andanzas del emérito, el Sáhara Occidental y las relaciones con Marruecos, el tratamiento a la crisis migratoria en Canarias, el control a las pensiones, la subida del salario mínimo, la derogación de la reforma laboral... son algunos de esos asuntos espinosos irresueltos. Veámoslo por partes.

Una mirada a un pasado algo lejano

En primer lugar, estamos ante dos de los asuntos clave del sistema: el modelo de jefatura de estado y el modelo económico. En los dos el PSOE ha sido un pilar fundamental desde que en 1982 accedió por primera vez al gobierno. Se convirtió entonces en el artífice de lo que durante casi tres décadas ha estado asentado. Lo hizo corrigiendo los deficits estructurales heredados del franquismo (recaudación fiscal, educación, sanidad...), completando derechos civiles (aborto...), poniendo al día la agenda internacional (instituciones europeas, OTAN...), ajustando la economía a los nuevos cánones del capitalismo internacional en la senda neoliberal (control del gasto público, privatización de empresas públicas, desregulación laboral...), haciendo frente a la acción de ETA mediante métodos heredados de gobiernos anteriores, dando pábulo a la monarquía y a quien ocupaba el trono, o manteniendo una situación de statu quo privilegiado con la Iglesia Católica.   

La llegada del PP al gobierno en 1996 no alteró ese camino, si bien se intensificaron las medidas concernientes a la economía, ya claramente neoliberales, e introduciendo como novedad en los asuntos internacionales una alineación con EEUU desde que en 2001 George Bush jr. asumió la presidencia. Esto último fue precisamente lo que estuvo en la base del revolcón electoral de 2004, que fue desencadenado por la gestión miserable que el gobierno hizo de los atentados del 15-M.

Ya fuera del mando ejecutivo, para el PP fue el momento que empezó a mostrar en su plenitud su faceta de una derecha que aunaba la "modernidad" del neoliberalismo, perfectamente puesta en práctica entre 1996-2004, y las servidumbres de su naturaleza reaccionaria. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que mantuvo en lo esencial lo primero, se vio duramente hostigado por cuantas medidas supusieron, con mayor o menor atrevimiento, la ampliación de derechos civiles (aborto, matrimonio igualitario...), el resarcimiento de algunas deudas del pasado (memoria histórica), las negociaciones para el abandono de las armas por ETA, la renegociación de las relaciones con Catalunya...

Ascenso y caída del PP

La crisis económica del 2008 ahogó al gobierno del PSOE, entre otras cosas porque empezó a afrontarla desde los parámetros de la ortodoxia neoliberal, y aupó al PP a unas cotas de poder inimaginables. Casi todos los ámbitos de gobierno en los distintos niveles de la administración quedaron en sus manos. Y por eso hizo y deshizo a su antojo. Pero con un punto débil: la corrupción, que estaba rezumando de cara la opinión pública a través de los medios de comunicación y en algunos ámbitos del mundo de la Justicia. 

Hubo también una importante novedad: la movilización creciente de una buena parte de la sociedad. Aunque ya había empezado a dejarse ver durante los momentos finales del gobierno de Zapatero, fue durante el gobierno del PP cuando alcanzó los niveles más altos, hasta el punto que planteó un pulso al sistema. Es lo que explica el relevo en el trono. O la irrupción en cada uno de los dos flancos del espectro político de dos grupos políticos, Ciudadanos y Podemos, que rompieron el bipartidismo reinante

Y no faltó un grave contratiempo: el reto del procès catalán. Nacido como reacción al neocentralismo del PP, arrancó con un fuerte impulso en la sociedad que fue creciendo en poco tiempo, aunque en el momento crucial con sus limitaciones e incluso errores en su puesta en práctica. La aplicación del artículo 151 fue la respuesta inmediata del gobierno, que estuvo apoyado por el PSOE. A ello se añadió su judicialización, alejada de la naturaleza política que el procès llevaba en su seno.

Un breve repaso del PSOE de Pedro Sánchez

El PSOE de Pedro Sánchez es una reinvención del partido configurada en la sucesión de acontecimientos que desde 2014 se fueron precipitando. De ser el favorito del aparato pasó a ser un maldito cuando se negó a dejar gobernar al PP en minoría. Ésa fue la razón para que fuera defenestrado. Su travesía en el desierto de unos meses le permitió recoger la savia nueva que necesitaba para volver a auparse al frente del partido. Para ello se presentó como un líder nuevo, muy crítico con quienes, dentro y fuera del partido, lo denostaron y con cierto atrevimiento programático. Ya recuperado el mando, consiguió en 2018 el apoyo parlamentario suficiente para triunfar en la moción de censura contra Mariano Rajoy. Y, ojo, con la misma mayoría que ha permitido que los presupuestos generales del estado de 2020 hayan sido aprobados.

La gestión de la nueva situación política fracasó en la aprobación de unos nuevos presupuestos generales, pactados por el PSOE y Unidos Podemos. Para ello fue decisivo el rechazo por parte de ERC, que estaba inmerso en una competencia por liderar la comunidad. Mientras tanto, la derecha españolista, a la vez que se fraccionaba más con la irrupción de Vox, se iba radicalizando en su discurso, haciendo de la unidad de España y el anticatalanismo dos de sus banderas. La plaza de Colón madrileña fue su puesta en escena.  
 
Tras dos elecciones casi consecutivas en 2019, fracasaron los intentos de Sánchez por conseguir gobernar en solitario o con el apoyo de Ciudadanos, inmerso en su estrategia radical y de ver a Sánchez como un enemigo. Por su izquierda, Unidas Podemos y las distintas confluencias hermanas, pese a la división del errejonismo, mantuvieron un nivel de apoyos suficiente para hacer ver a Sánchez que el camino era otro. Los grupos nacionalistas siguieron dando pruebas de su fortaleza en Cataluña y el País Vasco, mientras en Galicia y Valencia volvieron a dejar constancia de que existen. 

¿Qué está pasando? ¿Por qué? 

El nuevo gobierno nació con un fuerte rechazo por los grupos de la derecha españolista, que, haciendo uso de una violencia verbal inusitada, le negaron legitimidad. La pandemia, lejos de favorecer un esfuerzo común para combatirla en los aspectos más puramente médicos y de salud pública, ha sido utilizada por esos grupos como una ocasión propicia para derribarlo. Y para ello han hecho uso, sin ningún tipo de complejo, de falsedades, medias verdades, mensajes contradictorios...  Sólo Ciudadanos se ha desmarcado en parte, buscando una salida a la situación crítica en que está inmerso como partido.  

Pese a que la agenda inicial del gobierno ha quedado en suspenso, una parte importante de las medidas que ha ido tomando, condicionadas por la pandemia, ha tenido un sello progresista. Se ha buscado aliviar la situación de los sectores socialmente más vulnerables, sin que se haya dejado a atrás a las empresas y las personas autónomas. Subsidios de paro, ingreso mínimo vital, ERTEs, medidas antidesahucios, etc. son algunas de las formas como se ha concretado, insuficiencias y errores incluidos. Medidas necesarias, en la línea de otros países europeos y respaldadas incluso por las autoridades comunitarias. La ortodoxia neoliberal, que tanto perjudicó al principio de la crisis de 2008 a los países del sur, se ha relajado cuando la pandemia es una realidad común en el conjunto de la Unión Europea. 

No han faltado asuntos de importancia, como los relacionados con la corona y el mundo militar. El anuncio en marzo del distanciamiento del monarca con respecto a su padre (retirada de la asignación como emérito y rechazo de la herencia), la posterior huida en agosto del país y el mayor conocimiento de sus escándalos financieros han sido tratados de distinta manera por los componentes del gobierno. Para el PSOE sigue siendo un tema tabú, en consonancia con su papel de principal valedor de la monarquía. Para Unidas Podemos es una ocasión para que se trate como parte del debate político. Al fin y al cabo resulta coherente con su oposición a una institución antidemocrática per se, cuyo ocupante del pasado ha dado muestras de corrupción y falta de ejemplaridad, y con un titular actual que cada vez más está dando muestras de escorarse a la derecha.

En cuanto al ambiente que se está viviendo en medios militares la cosa resulta preocupante. Las noticias que nos van llegando están poniendo de relieve que algo se está cociendo. Sin llegar a creer que tenga el carácter de lo ocurrido en 1936, podemos retrotraernos a 1981. El golpe militar, aparentemente fracasado, sirvió para "poner orden en la casa". Estabilizó el sistema, incluida la mitificación hasta extremos delirantes de quien ocupaba la jefatura del estado. es algo que debemos recordarlo pata tenerlo en cuenta.  

La aprobación de los presupuestos generales ha supuesto un triunfo para Unidas Podemos. No son los que hubiera deseado, pero sí los posibles en la actual coyuntura. Han evitado que tuvieran la impronta que se pretendía con acuerdos con Ciudadanos. Han obtenido el mayor número de apoyos parlamentarios habidos hasta el momento, incluyendo los conseguidos desde EH-Bildu.

Estos últimos días se ha encendido el asunto de la subida del salario mínimo. Se oponen la patronal, la derechona y la parte del gobierno que forma parte del PSOE. Y al frente, Nadia Calviño, una especie de comisaria neoliberal que representa la ortodoxia proveniente de la Unión Europea, en la durante los años anteriores participó. El salario mínimo se presenta, pues, como un reto de primer orden. No único, pues ocurre también con el intento por seguir retrasando el acceso a las pensiones o la negativa a derogar la reforma laboral. Cosas lo suficientemente importantes como para ser tenidas en cuenta dentro del área económica. 

¿Qué hacer?    

Tengo la impresión que desde esa parte del gobierno se buscado poner freno a tanta deriva por la izquierda. A ello se une el miedo que se le tiene en el PSOE a las críticas desde la derecha de las coincidencias con quienes quieren "romper España". Posiblemente tengan en cuenta también los datos que van ofreciendo los sondeos electorales. El PSOE mantiene el liderazgo en las preferencias y un nivel más o menos estable. Pese a que podría estar perdiendo algunos apoyos por el centro, los ganaría por la izquierda y a costa de Unidas Podemos. Eso explicaría su actitud, tendente a la moderación. 

En la pregunta que da título a la entrada planteo la posibilidad de que el gobierno esté paralizado. No lo sé, aunque intuyo que desde los dos grupos que forman parte de Unidas Podemos se está valorando con preocupación lo que está ocurriendo. Hay silencios que llevan a considerarlo. 

Quizás no sea el momento, pero desde una posición política de izquierdas conviene dejar las cosas claras. Considero que la presencia de Unidas Podemos en el gobierno está siendo positiva. Por lo que ha hecho y por lo que ha impedido que se haga. Y hay que seguir haciendo, porque quedan muchas cosas pendientes, a la vez que van surgiendo otras cosas nuevas. Pero estar por estar en el gobierno no debe ser el objetivo. Estar para avanzar, sí.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Las vueltas (¿o la línea?) de la vida del camarada Ernesto

Su presencia nos imponía cierto respeto. Aparentaba más edad, pero tenía la mía. Por la altura, a primera vista, pero sobre todo por su verbo y su semblante grave. Aunque era nuestro responsable político en la Joven de los institutos, prefería relacionarse con la gente de la Universidad. Apenas tuve trato con él, pues estudiábamos en centros distantes. Recuerdo cierta ocasión que me insistió para que contactara con una persona que, sin ser profesor, pululaba por los pasillos del instituto y del que habíamos oído que había estado en el Sáhara Occidental. Corría el curso 75-76 y el camarada Ernesto, que era como lo llamábamos en el argot de la clandestinidad, quería que me presentara ante él e indagara acerca de su posicionamiento ante lo que estaba ocurriendo en la colonia/provincia española que acababa de ser entregada inmisericordemente a Marruecos y Mauritania. ¡Pobre de mí, un jovencito e inocente militante de base, que estaba aprendiendo de la vida! Luego, a la vuelta del verano, supimos de su salida de la Joven y del Partido, y su ingreso en el PCE. Recuerdo una breve conversación en la Plaza Mayor en la que intentó convencerme para que siguiera sus pasos y mi pronta negativa a seguir discutiendo. Lo que vino después, por su parte, fue un rápido ascenso en la jerarquía de su nuevo partido, en el que llegó a ser su secretario provincial, y después, una nueva huida política, esta vez hacia el PSOE, donde también ascendió a su cúspide provincial. Mientras  tanto, era normal que de vez en cuando nos cruzáramos por los aledaños de la Plaza Mayor, de uno de cuyos establecimientos era asiduo al mediodía con su pequeña tropa, en su mayoría ex del PCE. Durante años estuvo compaginando una activa labor política con otra más laxa del mundo del Derecho. Hace unos años supe de su nueva dedicación, en el campo docente, después de haber salido despavorido de unas elecciones en las que la apisonadora pepera lo dejó noqueado. Se lo facilitó el hecho de que unos años antes había iniciado los pasos para ir cambiando su dedicación profesional hacia otra que le venía como anillo al dedo: el de la Ciencia Política, donde alcanzó el título de doctor. Y así lleva casi dos décadas, en puestos humildes de universidades de las dos orillas del océano que separa Europa de América. Hace unos días, en una provincia vecina de donde estudiamos de jóvenes, participó en un acto en el que se conmemoraba la Constitución. La misma por la que sigue manteniendo la ilusión.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Vacuna sí, vacuna no, según la encuesta del CIS

El barómetro del CIS del mes de diciembre aporta una información sobre la pandemia del covid-19 y, más concretamente, sobre la posición ante la vacuna. Ha pasado bastante desapercibida en los medios de comunicación, pese a que resulta bastante interesante. Nos acerca al conocimiento de cómo es percibida entre la población, atendiendo a variables como el sexo, la edad, el tamaño del municipio, el nivel de estudios, la identificación subjetiva de clase, la autoubicación ideológica y el grupo político por el que se vota.

Las opciones ante la pregunta formulada no son sólo el sí o el no, sino que también se presentan otras, dentro de lo afirmativo y a modo de matizaciones, como que tenga garantías o sea fiable, el origen, se dé información suficiente o se aconseje por las autoridades, el personal sanitario o el mundo científico. 

Posicionamiento general. El sí explícito a la vacuna (40'5%) supera con claridad al no (28%), lo que se amplía con las otras opciones favorables (23'6%), hasta alcanzar la suma total del 64'1%. 

Sexo. Los varones (44%) se muestran más partidarios que las mujeres (34'3%); a su vez, éstas (30'5%) la rechazan más que los varones (25'3%); por último, la suma de todas las opciones favorables es superior en los varones (68'9%) que en las mujeres (60'7%).

Edad. Las personas de 45 ó más años optan claramente por el sí (entre el 41'1% y el 45'3%, éstos últimos de quienes tienen 65 ó más años), así como el grupo entre 18 y 24 años (35'2%); entre quienes tienen 25 y 44 años el no supera al sí; otra cosa es la suma de las opciones favorables, que superan en todos los grupos de edad al no; resulta llamativo el grupo de 25-34 años, donde el no (40'8%) supera, y con claridad, al sí (32'3%), siendo además el menos receptivo a la vacuna (53'5%), 11'4 puntos por debajo de la media; los grupos más favorables son el de 55-64 (65'6%) y el de 65 ó más años (69'9%).    

Tamaño del municipio. En todos los casos el sí supera al no; la mayor receptividad a la vacuna, explícitamente o sumando las diversas opciones afirmativas, se encuentra en los municipios entre 50.001 y 100.000 habitantes (43'8 y 65'7%, respectivamente) y 101.000 y 400.000 (41'8 y 66'2%%); en general se da una gran homogeneidad, tanto en el sí explícito (oscila entre el 39'1y el 43'8%) como en la suma de respuestas favorables (entre el 62'4% y el 66'2%). 

Nivel de estudios. De nuevo en todos los grupos el sí supera al no; la diferencia es mayor entre quienes no tienen estudios (49'9 y 17'5%, respectivamente) y tienen estudios primarios (40'5% y 18'4%); el mayor nivel de rechazo se da en el grupo con estudios secundarios de nivel 2 (29'9%) y en el de formación profesional (32'5%); en la suma de todas las respuestas favorables, la mayor receptividad se da entre quienes no tienen estudios (68%), y tienen estudios primarios (65'4%) y superiores (67'3%); y la menor, en los grupos con estudios de secundaria de nivel 1 (61%) y formación profesional (59'8%). 

Clase social subjetiva. En todos los grupos sociales el sí explícito supera al no, con un máximo en la clase alta/media alta (45'4%), media/media (41'9%) y trabajadora (44'1%); en gran medida se mantiene cuando se suman todas las opciones favorables, aunque el nivel de la clase trabajadora (62'3%) se sitúa por debajo de la media; por otro lado, la menor receptividad hacia la vacuna se encuentra en la clase baja/pobre, donde la suma de opciones favorables se sitúa 6'5 puntos por debajo de la media (58'6%). 

Autoubicación ideológica. En la suma de todas las opciones favorables se da una clara correlación, según la escala de 1 a 10, de izquierda a derecha: cuando más a la izquierda, mayor receptividad hacia la vacuna (por encima del 70'5%, con un máximo del 74'1% entre quienes se sitúan en el 2); y cuanto más a la derecha, menor (49'3% en quienes se sitúan en el 10); el sí explícito supera al no explícito en todos los casos, salvo en el nivel 7 (35'2% de rechazos frente al 34'3% de síes) y, sobre todo, en el 10 (41'7%y 33'2%, respectivamente).  

Voto a grupos políticos. En general, es más receptivo hacia la vacuna el electorado que vota a los grupos de izquierda y, sobre todo, al PSOE (sí, 51'6%; suma de opciones favorables, 75'2%), Unidas Podemos (51'4 y 73'1%) y EC-UP Galicia (48'8 y 81'3%); también lo es el electorado del PNV (57'1 y 74'3%) y CC-NC (50 y 83'3%); en el caso de la derecha españolista, el sí supera al no tanto en el electorado del PP (37'7 y 62'7% frente al 28'9%) como en el de Ciudadanos (38'6 y 62'9% frente al 32'9%); el grupo favorito de quienes se oponen a la vacuna es Vox, donde el rechazo (49'6%) supera, duplicándolo, al sí (24'8%) e incluso a todas las opciones favorables (39'7%); en el caso de la CUP, el rechazo (37'6%) supera por un estrecho margen al sí explícito (36'5%), no así al conjunto de opciones favorables (62'3%). 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Schubert nunca trabajó en Justicia, de Miren Alcedo Moneo

 
Cuando supe del libro Schubert nunca trabajó en Justicia (Tafalla, Txalaparta, 2020) me imaginé otra cosa. Presentado como una obra de narrativa, lejos de serlo en sentido literario, tan sólo se trata en parte de una obra de ficción. Su autora, Miren Alcedo Moneo, lo aclara con estas palabras al principio del libro: "Cualquier parecido con la realidad es culpa de la realidad". 

Con eso no quiero decir que me haya decepcionado, pues su contenido me ha resultado interesante. Desde las vivencias de cuatro mujeres, que tienen en común la fonética de sus nombres -Carmiña, Maricarmen, Carmentxu y Karmele-, ser funcionarias de la administración de justicia española y, quizás ante todo, ser mujeres, se hace un disección de la realidad del mundo en el que trabajan. Un mundo jerarquizado, clasista y sexista, y, como consecuencia, ajeno a lo democrático. Uno de esos contextos donde está más presente el oscurantismo de buena parte de quienes se sitúan en los niveles altos de esa jerarquía -en este caso, a partir de secretarios y secretarias de juzgados y tribunales, y fiscales, y jueces y juezas-. Un mundo sórdido en cierta o gran medida, pues lo que debería ser el ámbito donde la ciudadanía pudiera sentirse protegida contra los desmanes y abusos, provengan de quienes tienen algún tipo de poder o de sus semejantes, acaba generando muchas veces una gran desconfianza. 

En un pasaje del libro puede leerse: 

"Cuando solo los rateros llegaban ante el juez no había ley de protección de datos que valiera, esta se ha puesto en vigor cuando los exministros y los invitados a bodas de Estado han sido descubiertos arruinando el pueblo soberano. Ahora intentan ocultarnos la identidad de los culpables de los desahucios, de los suicidios de los desesperados, de la única comida al día que hacen muchos niños. El sistema de justicia se convierte en cómplice del bandido al robarnos información".

Y es que su contenido corrobora el sentido que me llevó en su día a crear la etiqueta en la que he incluido la entrada: "Ley y justicia". Las leyes existen y van surgiendo dependiendo del clima social y político en el que se elaboran. Y, sin embargo, quienes deben administrar la justicia, atendiendo al contenido de dichas normas y a la realidad en la que están inscritas, en muchos casos lo hacen partiendo de una visión que está viciada en su origen por su forma de concebir la realidad y la vida. Es lo que explica que las sanciones o penas afecten en mayor medida o bien a quienes menos tienen o bien a quienes se salen del molde preconcebido desde el que se actúa.   

A lo largo del libro, las vivencias de sus protagonistas dejan constancia de una gran variedad de aspectos y situaciones. La llamativa endogamia de quienes se sitúan en la parte alta de la jerarquía. El elevado poder que se ejerce sobre los niveles más bajos, que curiosamente se trata en su mayoría de mujeres. El silencio excesivo de quienes se dedican a la especialidad médica que no tienen por objetivo curar. La gran desprotección de las mujeres que son víctimas de la violencia de género. La mezcla de desidia, impotencia y desprecio que sufren muchas de las personas inmigrantes. La pasividad profesional que se atisba ante la muerte de quienes se califica como escoria social. El más que sospechoso celo por proteger a quienes, teniendo la misión de vigilar, investigar o sentenciar, vulneran la ley... Son sólo unos ejemplos. 

Carmiña, Maricarmen, Carmentxu y Karmele, con todas sus contradicciones, son testigos de un día día en el que concurren sus relaciones con las alturas, con sus iguales y con las personas que se ven obligadas, queriendo o sin quererlo, a atravesar la línea que delimita la transgresión o no de lo que está establecido. Quizás las cuatro sean cuatro de las almas de la autora, que se ha atrevido con valentía a sacar a la luz lo que se esconde detrás de una institución cuya imagen se representa como una mujer con los ojos vendados que sostiene con sus manos una balanza y un espada.

¿Y qué pinta Schubert en esta historia? Pues esto es lo que nos contesta la autora al final: "puede que no exista música alegre, pero existe la música y todas creemos o interpretamos la partitura que nos toca". 

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Una nueva manifestación de falta de imparcialidad por parte del Tribunal Supremo

Estos tribunales nuestros de cada día siguen dando muestras de que algo no funciona bien. Tribunales de justicia, encargados de impartir lo que les corresponde con ecuanimidad. En el argot jurídico, con imparcialidad. Lo que no han hecho en bastantes ocasiones y que lleva a considerar que adolecen en esas tantas ocasiones de lo que debe ser su sustancia principal.

Entre lo último se encuentra lo relacionado con el conocido como caso Bateragune, en el que estaban implicados Arnaldo Otegi y otros dirigentes de la izquierda abertzale, que llevaban detenidos desde 2009 bajo la acusación de pertenencia a banda armada. Dos años después la Audiencia Nacional los condenó a varios años de cárcel, lo que fue ratificado en 2012 por el Tribunal Supremo y en 2014 por el Tribunal Constitucional, que rechazó los recursos de amparo presentados por quienes habían sido condenados. Fue en 2018 cuando una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que el juicio no había sido justo, lo que anuló de pleno el procedimiento.

Pues buen bien, anteayer la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha decidido que el juicio vuelva a repetirse, atendiendo a una petición hecha desde una asociación vinculada a Vox. Previamente, la propia Audiencia Nacional lo había rechazado, por considerar que no tenía "cobertura legal". El debate jurídico que se ha abierto es, pues, muy importante y ha puesto de nuevo en el candelero a las instituciones de la Justicia española, haciendo que el asunto se torne, cuando menos, grave.

Hace dos días José Antonio Martín Pallín, que llegó a ser magistrado del alto tribunal, declaró en Radio Euskadi: "No entiendo nada", añadiendo que "va en contra del principio de seguridad jurídica de la Constitución". Y esta mañana, leyendo en elDiario.es el artículo "Vicio insubsanable", escrito por Javier Pérez Royo, me ratifico en la idea previa que tenía. En un pasaje del mismo aparece esto:

"Tras la sentencia del TEDH, la AN, el TS y el TC no pueden decidir unilateralmente volver a pronunciarse sobre la conducta de Arnaldo Otegi en el caso Bateragune. Porque lo que el TEDH no fue un error de procedimiento, sino un vicio sustantivo. El peor vicio que puede hacer acto de presencia en el ejercicio de la función jurisdiccional: la falta de imparcialidad. No hay otro tan grave como ese".

Para, casi al final, completarlo con otro párrafo, cuyo contenido también resulta lapidario: 

"Hemos sido condenados por parcialidad por nuestro ejercicio de la función jurisdiccional en un determinado asunto y decidimos unilateralmente que hemos recuperado la imparcialidad para pronunciarnos de nuevo sobre el mismo asunto. Esto es lo que han hecho, por unanimidad además, los 16 magistrados de la sala de los Penal del TS. Es una nueva manifestación de falta de imparcialidad".

Me pregunto: ¿no existe un delito que afecta a quienes imparten justicia, referido a haber tomado una decisión injusta a sabiendas de que lo es? Pues eso.

martes, 15 de diciembre de 2020

El agua, un derecho humano esencial

 

Hace unos días conocimos una noticia en gran medida sorprendente: Wall Street acababa de sacar el agua como objeto de cotización en la bolsa. Sabemos que en bastantes países su gestión ha sido entregada a las empresas privadas. Ocurre, por ejemplo, en España, donde hay numerosos ayuntamientos que lo han hecho. Por otra parte, Chile es el único país del mundo en el que la privatización está regulada por ley, hasta el punto que existe un Código del Agua, inscrito en la línea del modelo de neoliberalismo extremo heredado de la dictadura pinochetista.  

Lo que por desgracia se desconoce en buena parte de la opinión pública es que hace algo más de diez años, el 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 64/292, mediante la cual reconocía "que el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos". 

La voracidad del capitalismo sigue su curso. Salvo que se le ponga freno. Por el bien de la humanidad y del planeta.

domingo, 13 de diciembre de 2020

La película El atentado y "La canción de la esperanza"


Supe por primera vez de lo que se conoció como asunto Ben Barka cuando mi hermano Jorge vio en un cine de Madrid la película El atentado (L'attentat). Pudo haber sido entre los años 1973 ó 1974, cuando estudiaba 5º de Bachillerato. Además de lo que me contó sobre el contenido de la película, le puso una letra a la melodía final, a la que dio el título de "Canción de la esperanza". En esos años del tardofranquismo era frecuente que la cantáramos cuando, durante las vacaciones, pasaba algunos días en la casa familiar. 

Acabo de publicar una entrada en la que trato sobre lo ocurrido con quien fuera el principal opositor a Hassán II, a quien Ben Barka denunció de estar al frente de una monarquía autoritaria, arcaica y corrupta. El precio que pagó por ello fue el exilio, en 1962, y su asesinato y desaparición, en 1965, donde participaron los servicios secretos marroquíes, franceses e israelíes.

Aunque he mantenido  en mi memoria la primera de las dos estrofas, he conservado entre mis papeles una copia que mi hermana Conchi hizo en su día de la letra de la "La canción de la esperanza", cuyos versos son los que siguen:

¡Abajo la opresión, 
cantemos igualdad, 
que pronto llegará 
la nueva sociedad!

Volvamos a intentar
luchando con afán
y el pueblo logrará
la deseada libertad.

Pese a mi interés por ver la película, no lo logré hasta pasados unos años, a principios de los noventa. La encontré por casualidad en uno de esos vídeo-clubes donde se alquilaban por un módico precio. Fue también la primera vez que pude escuchar orquestada la melodía que cantábamos en casa (que aparece al cabo de 1 hora y 56 minutos con el inicio de los créditos finales).   

Dirigida por Yves Boisset, tuvo entre sus guionistas a Jorge Semprún, y contó con la participación de actores famosos, como Jean-Louis Trintignant, Michel Piccoli o Gian Marie Volonté, el mismo que interpreta a Ben Barka. Y cosas de la vida, hoy mismo he descubierto algo en lo que reparé cuando la visioné hace casi tres décadas: el autor de la banda sonora no es otro que el genial Ennio Morricone.

El asesinato de Ben Barka, con los servicios secretos marroquíes, franceses, israelíes... de por medio

Publica hoy elDiario.es un artículo de Íñigo Sáenz de Ugarte titulado "La historia del control del Sahara por Marruecos comenzó hace 55 años en una operación del Mossad en París", que trata sobre lo ocurrido en octubre de 1965 cuando el dirigente opositor marroquí, Mehdi Ben Barka, fue asesinado en París dentro de una operación donde participaron los servicios secretos franceses, marroquíes e israelíes. 

Lo que ha querido poner de manifiesto es la relación que tiene ese suceso con el reciente reconocimiento por Donald Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel. No hay nada nuevo en lo fundamental, cual es la complicidad del régimen marroquí con el estado de Israel, salvo que durante décadas se han mantenido unas apariencias que hacían del país norteafricano un estado más del bloque árabe, defensor de los derechos de la población palestina. 

Sobre la base de un libro del periodista israelí Ronen Bergman, publicado en 2018, lo que hubo en 1965 fue un trueque de servicios entre dos estados. Al parecer, durante la Cumbre Árabe celebrada en Casablanca en el mes de septiembre los servicios marroquíes pusieron a disposición de los israelíes las conversaciones mantenidas por los representantes árabes, que fueron interceptadas a través de los dispositivos de escucha instalados en los distintos lugares de reunión. Una información valiosa para Israel, que le sirvió dos años después durante la Guerra de los Seis Días. Marruecos, por su parte, obtuvo de inmediato la participación del Mossad en el operativo organizado contra Ben Barka, que tenía como objetivo su eliminación física.

Siguiendo el hilo del artículo de Sáenz de Ugarte y del opúsculo El escándalo Ben Barka (Madrid, ZYX, 1967), escrito por Juan Castellá-Gassol, resulta evidente que lo ocurrido en esos años fue un hecho grave, hasta el punto que en algunos medios políticos franceses llegó a hablarse de un escándalo político equiparable al asunto Dreyfus.

Ben Barka era un personaje popular en Marruecos, como líder de la UNFP (Unión Nacional de Fuerzas Populares), principal fuerza opositora democrática, y una figura internacional en ascenso, como uno de los referentes del naciente movimiento de países del Tercer Mundo. En 1962 se vio obligado a exiliarse, ya con Hassán II en el trono, por sus denuncias de la naturaleza autoritaria y corrupta de la monarquía. Para Mohamed Oufkir, jefe de policía y desde 1964 ministro del Interior, la captura de Ben Barka resultaba primordial, lo que consiguió tres años después.

Un totum revolutum franco-marroquí-israelí, en la que no faltaron mercenarios franceses del mundo del hampa, culminó con el apresamiento de Ben Barka. Mientras la parte marroquí se encargó de su interrogatorio, tortura y asesinato, la israelí fue la que trasladó e hizo desaparecer el cuerpo, que permanece todavía desaparecido. En su día se llegó a considerar que el propio Oufkir estuvo presente en el interrogatorio y hasta pudo haber sido el autor de su muerte mediante una daga. 

Sea cierto o no, sí lo fue durante esos días estuvo visitando la capital francesa. Como también que el ministro del Interior francés, Roger Frey, dejó que regresara, sorpresivamente, a Marruecos. Y que a lo largo de las semanas siguientes se fuera sucediendo una cadena de muertes extrañas, con suicidios incluidos, de personas involucradas o encargadas de la investigación del caso. 

Si Castellá-Gassol ya mencionó la participación de "los servicios secretos israelitas", utilizando como fuentes a dos periodistas, también israelíes, que fueron condenados en su país a un año de cárcel por haberlo sugerido en el periódico BulBergman hizo lo propio medio siglo después.

¿Y EEUU y sus todopoderosa CIA? Castellá-Gassol hizo esta apreciación al respecto: "Hassan II parece dúctil a Washington, pero conserva briznas de independencia. Oufkir parece más seguro a los militares del Pentágono...". No resulta difícil considerar que en plena Guerra Fría EEUU dispondría, al menos, la suficiente información acerca de lo ocurrido con Ben Barka. Como país aliado de Marruecos e Israel, y más que receloso con el papel que estaba jugando Ben Barka en el escenario internacional, para la superpotencia occidental su destino le importaba un bledo, incluida la forma como se llevó a cabo el asesinato.    

En la parte final de su trabajo Castellá-Gassol escribió"En el juicio montado en París contra los raptores se juzgó solamente a los peones de una jugada magistral planeada en las esferas de la alta diplomacia por los elementos que nunca serán procesados". No lo han sido, en efecto, como tampoco siguen sin aparecer los restos mortales de Ben Barka. 

sábado, 12 de diciembre de 2020

Trump, la ocupación marroquí del Sáhara Occidental y el reconocimiento del estado de Israel

 

Donald Trump ha anunciado hace unos días el reconocimiento de la ocupación por Marruecos del Sáhara Occidental. Si hasta ahora los distintos gobiernos de EEUU lo estaban haciendo de hecho, mostrando su apoyo al gobierno marroquí en las instancias internacionales y suministrándole armamento, la decisión del presidente de EEUU supone dar una vuelta de tuerca más. Y de paso, claro está, se ha acordado la venta de armamento para seguir garantizando la ocupación. 

La maniobra del presidente estadounidense conlleva una contrapartida: el reconocimiento por el gobierno marroquí del estado de Israel y establecimiento de relaciones diplomáticas, que se inscribe dentro de una de las prioridades que Trump se ha marcado en la política internacional, cual es el reforzamiento de las relaciones con Israel y la ampliación de los acuerdos con ese estado desde algunos estados árabes amigos. 

Conviene recordar que Trump promovió en enero pasado junto con Benjamin Netanyahu, sin contar con la parte palestina, lo que se ha denominado como "acuerdo del siglo", mediante el cual se reconoció la expansión israelí en los territorios palestinos a través de los enclaves coloniales y, a la vez, se hizo lo propio con Jerusalem como  capital de Israel. Hace unos meses también los Emiratos Árabes establecieron relaciones diplomáticas con Israel. Y de paso, como se acaba de hacer con Marruecos, se siguen firmando los consiguientes acuerdos para la venta de armamento.  

Como está ocurriendo con el pueblo palestino, en el caso que nos ocupa el pueblo saharaui y su legítimo representante, el Polisario, una vez más, han quedado al margen. Se han vuelto a violar sus derechos y con ellos el mandato de la ONU para que se lleve a cabo el referéndum de autodeterminación, pendiente desde hace tres décadas y boicoteado tanto por el gobierno marroquí como por EEUU.

jueves, 10 de diciembre de 2020

"No todos somos iguales ante la ley"

 

Sí, ésa es la frase que Isabel Ayuso ha pronunciado esta mañana en la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Y lo ha hecho no sólo para reconocer la realidad de los privilegios que otorga la Constitución a quienes ocupan o han ocupado el trono monárquico. Con ello ha defendido también que esa desigualdad ante la ley es la que permite que el hoy rey emérito, Juan Carlos de Borbón, haya podido transgredir la propia ley, como ha hecho, entre otras cosas, en lo relativo al fraude de las tarjetas "black" y el escaqueo en sus obligaciones fiscales. De paso, en un ejercicio de sorprendente agudeza histórica, la señora Ayuso lo ha convertido en un antifascista -así, como se oye-, pues en el razonamiento sobre sus méritos ha dicho que gracias a él hemos pasado de una dictadura, "con la que no se llevaba especialmente bien", a la democracia. Y, a la vez, ha ninguneado a quienes conforman la oposición en la Asamblea, pues "no es un ciudadano más, no es como ustedes, ¡que se van creer!". ¡Pues claro!      

lunes, 7 de diciembre de 2020

Los nuevos presupuestos y la excusa de la unidad de España contra el gobierno "socialcomunista"

 

La intensa actividad protogolpista desde algunos sectores militares, en su mayoría retirados, ha coincidido con la discusión y aprobación de los presupuestos generales del estado. La pregunta que hay que hacerse es si eso ha sido el motivo para lanzar esa ofensiva de escritos y mensajes, o si han aprovechado que la aprobación presupuestaria haya contado con el apoyo de partidos "filoetarras e independentistas", en alusión directa a EH-Bildu y ERC. Como en el discurso dominante de la derechona se califica al gobierno, en primer lugar, como "socialcomunista", habría que considerar seriamente en la primera posibilidad como el motivo principal de la ofensiva. Esas dos fuerzas nacionalistas lo son de izquierdas y los presupuestos, con sus contradicciones, no sólo rompen con los prorrogados por dos veces de la gestión de Cristóbal Montoro, sino que aportan una vía de recaudación fiscal y gasto público en la línea contraria. 

Desde su nacimiento el actual gobierno fue tachado de ilegítimo por los grupos de la derecha españolista. En las filas del PP se retrotrajo su origen a los meses de mayo y junio de 2018, cuando Mariano Rajoy y su gobierno fueron desalojados de la Moncloa mediante una moción de censura. Llegado el mes de enero de 2020, ese partido no aceptó que se formara un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, apoyado directa o indirectamente por varias fuerzas del arco parlamentario situadas a la izquierda, en el campo nacionalista (catalán, vasco, valenciano, gallego y canario), en el regionalista (cántabro) y hasta en el provincial (turolense). Tampoco dieron su apoyo las otras dos fuerzas de la derecha, tanto del ámbito estatal (Ciudadanos y Vox) como regional (Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias y Coalición Canaria, esta última no sin disensiones internas en el partido). En todos los casos, salvo CC, utilizaron el mismo término: un gobierno ilegítimo, basándose en los apoyos prestados por el nacionalismo catalán y vasco, con énfasis en el golpismo independentista catalán y el terrorismo de EH-Bildu.  Aunaban de esa manera, como siguen haciéndolo, la defensa del orden económico y del orden territorial. Esto es, capitalismo neoliberal y unidad de España. 

La tríada de (des)calificaciones que forman los términos "socialcomunista", "terrorista" e "independentista", u otras variantes, es la misma que han usado los militares retirados en sus escritos y mensajes. Es cierto que el tono del lenguaje empleado por éstos se parece más al que Vox lleva haciendo gala. De un lado, en los referente al énfasis que ponen en la defensa de la unidad de España. Y de otro, en la nostalgia que tienen del régimen franquista. En el caso concreto de Vox se minimiza, cuando no se niega, la naturaleza antidemocrática del franquismo y se denigra al actual gobierno, al que lo califican como el peor de los últimos ochenta años. En el caso de los militares retirados, defienden sin empacho el golpismo de otros tiempos y hasta lanzan amenazas de fusilamientos masivos.

En la derecha se menciona con reiteración a la Constitución, pero para centrarse en la defensa de la monarquía y de la unidad de España, poniendo cortapisas a los artículos que se refieren a los derechos y libertades civiles, o a su desarrollo en consonancia con los nuevos tiempos (matrimonio igualitario, aborto, eutanasia...). Rechazan lo que se refiere al interés general para que el estado intervenga en aspectos económicos, y en el caso de Vox hasta rechazan el estado de las autonomías. En su tiempo fue Alianza Popular, antecedente del PP, la que rechazó el Título VIII por considerar que suponía la ruptura de España. Luego cambiaron de opinión, porque, tras la desaparición de la Unión de Centro Democrático, y ya como principal referente de la derecha españolista, el PP fue aumentando sus cuotas de poder, tejiendo intereses con determinadas empresas ligadas a las concesiones públicas, optimizando la financiación del partido y dando rienda suelta a una pléyade de pillos y pillas que se iban quedando con parte del pastel. Ahora sólo Vox se ha quedado con el discurso de Fraga, sus magníficos y una parte de franquistas irredentos.     

Esa es la derecha que seguimos teniendo en este país. Una derecha españolista, heredera de la España negra que tiene sus raíces desde hace siglos, que se apropió del país a cualquier precio durante los siglos y XIX y XX, y que sigue creyendo que es su gran coto privado. No quieren que se ponga en duda su poder en todos sus órdenes. El económico, impidiendo que pueda haber un camino a la redistribución de la riqueza. Y el territorial, queriendo imponer una visión cerrada y uniforme del país frente a la realidad plurinacional y pluricultural.

Si miramos 84 años atrás, nos encontramos con un panorama sombrío, porque esa derecha no tuvo ningún complejo en llevar a cabo "maniobras militares" o aupar al "irrepetible", como soltó el otro día el general tenor Beca. La excusa, lo de la unidad de España. En el fondo, lo de redistribuir, repartir, solidarizar...

En 1936 estaban en juego la reforma agraria, el aumento de los salarios, la extensión de los derechos sociales... Fueron años en los que quienes menos tenían empezaron a mirar de tú a tú a quienes lo tenían prácticamente todo. Y por eso cortaron de raíz el intento, a costa de una guerra, de cadáveres todavía en las cunetas, de cuatro décadas de dictadura.

En la actualidad para la derecha y sus nuevos compañeros de viaje (los González, Guerra, Rodríguez Ibarra, Corcuera...) resulta inconcebible que el gobierno "socialcomunista" intente revertir en algunos aspectos el modelo del capitalismo neoliberal. Quieren evitar que contribuyan más quienes tienen más, incrementar el salario mínimo, garantizar un ingreso mínimo vital, aumentar los gastos en educación y sanidad, empezar a poner freno a los desahucios… Buscan, en fin,  poner freno a una apuesta, por muy modesta que pueda parecer, en favor de  una mayor justicia social.

domingo, 6 de diciembre de 2020

El asesinato de Manuel José García Caparrós a través de dos documentales

 

El crimen de Manuel José García Caparrós sigue sin resolverse. A partir de la tarde-noche del 4 de diciembre de 1977, momento en que se perpetró, todo fue una sucesión de actuaciones tendentes a tapar lo ocurrido y a sus responsables. Para ello se ocultaron  datos, se destruyeron pruebas y se obstruyó la investigación. Todo el aparato del estado, heredero de la dictadura, actuó al unísono durante varios años para evitar que se supiera la verdad. Desde la policía hasta la judicatura, pasando por los responsables políticos del momento de las diversas instituciones (presidente de la Diputación, gobernador civil, ministro del Interior...). Siete años después el caso quedó archivado judicialmente. Todas las iniciativas parlamentarias en Andalucía y en las Cortes fueron desechadas. Las iniciativas de la familia y la investigación histórica se vieron muy dificultadas durante décadas, incluyendo el acceso al sumario judicial. Y todavía hoy, ese  acceso, así como a otros documentos, se topa con la negativa para que  aparezcan los nombres de los policías armados que fueron objeto de investigación en los primeros momentos. 

La familia de Manuel José la forman hoy sus tres valientes hermanas, que no han parado de hacer lo posible y también lo imposible. Atrás quedaron su madre y su padre, humildes miembros de la clase obrera que murieron a los pocos años de pena, incapaces de superar el trauma de la muerte de su hijo y el manto de complicidades que impedía que se conociera lo ocurrido. 

Estos días he visto dos documentales de gran interés. El primero, dirigido por Hazeina Rodríguez, salió a la luz en 2016 y tiene como título García Caparros: memoria de nuestra lucha. Dos años después fue Jorge Laplace quien dirigió el segundo documental, cuyo título es 23 disparos. Cada uno se ha enfocado de distinta manera, pero en su conjunto aportan un resultado final que, aproximándose, ayuda a conocer la realidad. 

Por el documental de Hazeina Rodríguez va a apareciendo un grupo numeroso de personas, Desde quienes vivieron la gran movilización popular habida ese 4 de diciembre por las ciudades andaluzas hasta quienes han llevado investigaciones, pasando por las propias hermanas de Manuel José. Se contextualiza el momento político, en plena Transición, para lo que se tiene en cuenta la aspiración política de la autonomía por una parte importante de la sociedad andaluza y la permanencia del franquismo en le aparato del estado y en los grupos fascistas. Se indaga en lo ocurrido, buscando esclarecer los hechos y dejando constancia de las maniobras tenebrosas para hacer desaparecer pruebas y ocultar a sus responsables. Se hace una valoración del anhelo que hubo en el pueblo andaluz por salir de su postración histórica. Y hasta de su voluntad para tratar de tú a tú a los poderes del estado central en la configuración  de un modelo territorial autonómico donde Andalucía pudiera estar al nivel de las llamadas nacionalidades históricas. 

No falta tampoco en el documental una valoración de lo que es hoy Andalucía (bueno, de lo que era en 2016, dos años antes de la llegada al gobierno autonómico de la derecha españolista), incluyendo sus debilidades. Por ello se resalta el progresivo secuestro del protagonismo popular, con una especial responsabilidad del PSOE, que desde 1982 hasta 2018 gobernó ininterrumpidamente en la comunidad. Dicho en palabras de Isidoro Moreno, esa Andalucía que aún permanece dependiente en lo económico, subalterna en lo político y alienada en lo cultural. 

En el segundo documental, sin que falten esos aspectos antes señalados, Jorge Laplace se centra en mayor medida en la investigación llevada a cabo por el inspector de policía retirado Juan Antonio O'Donnell. Aparecen, por supuesto, la hermanas de Manuel José, como también personas que vivieron el momento en Málaga, incluidos testigos directos de los disparos o de la recogida del todavía cuerpo herido, e incluso policías armados que actuaron en el entorno donde cayó abatido el propio Manuel José.

El resultado es muy revelador, porque se ponen al descubierto muchas cosas. La negligencia médica habida en el hospital Carlos Haya, antes de que se presentara el forense, cuando se extrajo e hizo desaparecer la bala que mató a Manuel José. El intento por presentar la muerte ante la familia como consecuencia de un accidente de tráfico. Las órdenes dadas -"inventadas"- a los policías armados para que informaran de ubicaciones falsas y, a la vez, distorsionaran o negaran los hechos. El también intento por buscar un chivo expiatorio en la muerte en un testigo presencial. La pantomima de la investigación judicial...

Una actuación muy valiente la de Juan Antonio O'Donnell, quien, como policía de información, participó ese 4 del diciembre en el operativo de vigilancia de la plaza de la Marina y fue testigo del inicio de la tensión cuando la presencia de grupos fascistas y de la policía armada no hicieron otra cosa que provocar a quienes se manifestaban pacíficamente. Y quien, ya retirado después de cuarenta años de servicio, se ha empeñado en averiguar lo que pasó. Rara avis, sí, pero necesaria y digna de reconocimiento.

O'Donnell consiguió que algunos de los policías armados participaran en el documental y con habilidad también consiguió que fueran exponiendo sus opiniones, en su mayoría llenas de clichés y claramente autoexculpatorias, para posteriormente, en sus contradicciones, poner al descubierto aspectos reales de lo ocurrido. Algunos  tuvieron que reconocer lo erróneo, o falso, de lo que decían. Alguno llegó a manifestar -"aunque lo hayas visto, no se cuenta", dijo- que se conjuraron para guardar silencio. 

Y, quizás entre lo más importante, O'Donnell ha logrado desentrañar del sumario dos aspectos de gran relieve. Uno, que de la pistola de uno de los agentes investigados "se observa una ligera similitud entre algunas de las lesiones", entendidas éstas como "marcas", como matizó O'Donnell. A lo que se añadió que "la pistola reseñada puede haber disparado la bala, pero en modo alguno se afirma que lo haya sido". El otro aspecto se refiere a la identificación del policía armado que tenía asignada la pistola: "el Cabo 1º D. Miguel (...)". Los apellidos permanecen tachados. Pero se sabe que la pistola fue dada de baja en el Depósito de Armamento, que dicho agente presentó un parte de baja cuando fue a declarar ante el juez instructor y que al poco fue trasladado al destacamento de Vélez-Málaga. Y hay más todavía: existe una fotografía, que se presenta desenfocada conscientemente en el documental, donde algunos testigos de los hechos reconocen a la persona que efectuó los disparos y que tiene los mismos rasgos físicos descritos sobre el tal Miguel por otro policía, compañero suyo. 

Ya para acabar, una última cuestión. En el final del documental de Hazeina Rodríguez se hace una alusión escrita al fallecimiento durante la grabación de Mariano Fernández Ballesta, juez instructor del caso, añadiéndose lo siguiente: "Con él posiblemente se fue el secreto: ¿de quién era la bala que desapareció en los juzgados?". Es cierto que, como se indica en el documental de Jorge Laplace, la bala, extraída ilegalmente, ya había desaparecido el mismo día de la muerte de Manuel José. Pero también lo es que la instrucción fue en todo momento chapucera, negligente y, por qué no, malintencionada. Al fin y al cabo el objetivo de que el asesinato permaneciera impune sigue siendo tristemente una realidad.

No sabemos si se conseguirá llegar hasta el final. Es el deseo de las hermanas de Manuel José, como también de quienes quieren (queremos) que la verdad resplandezca. Como un acto de justicia. Invito por ello a que se visionen los documentales.          

viernes, 4 de diciembre de 2020

4 de diciembre: hacer de Andalucía una tierra digna y libre

 
Cuando el 4 de diciembre de 1977 cientos de miles de andaluces en las ocho provincias y en Cataluña llenaron las calles demandando autonomía política como medio para al solución de los graves problemas económicos, sociales y culturales de Andalucía, y lo hicieron enarbolando por única bandera la verde, blanca y verde que conectaba simbólicamente la reivindicación con las más importantes secuencias del andalucismo histórico, se desmoronó uno de los más fuertes entre los numerosos mitos, antiguos y modernos, existentes en nuestra tierra: el de que en ella no se daba una identidad diferenciada ni, por tanto, conciencia de diferenciación. 
(Isidoro Moreno*). 

Ese mismo día el joven trabajador Manuel José García Caparrós murió en una de las calles de Málaga, tras los disparos efectuados por un policía nacional al término de la manifestación. Un crimen que sigue todavía pendiente de esclarecer, porque sus responsables siguen bajo el manto protector de lo que sigue quedando como herencia de la dictadura.

No debemos olvidar lo ocurrido y debemos persistir en el empeño, para hacer de esta tierra algo que sea digno y libre. Siguiendo unos versos del poeta David Eloy Rodríguez**:

Tuvimos que aprender 
a respirar debajo del agua 
y seguimos esperando 
que la piel del tiempo 
no nos vuelva locos. 
No queremos ser tratantes. 
No queremos ser esclavos. 


*Isidoro Moreno (1993). Andalucía: Identidad y Cultura (Málaga, Ágora, p. 125).
**  David Eloy Rodríguez (2000). Miedo de ser escarcha (Sevilla, Qüasyeditorial, p. 43; https://www.nodo50.org/mlrs/Biblioteca/davideloy/escarcha.pdf).

jueves, 3 de diciembre de 2020

Los 26 millones de balas del general con voz de tenor

 
Llevamos varias semanas con noticias procedentes de militares retirados. Y como común denominador, su preocupación por la deriva que está tomando el país con un gobierno "socialcomunista", apoyado por "filoetarras" e "independentistas". En octubre fue protagonista el general Chicharro y hace unos días lo están siendo dos promociones de sus respectivas academias militares: la XXIII del Ejército de Tierra y "la XIX del Aire". Si la primera envió hace unos días una misiva a Felipe VI, advirtiéndole de "los momentos difíciles para la Patria", ha sido la segunda la que se ha mostrado más explícita en los términos usados. Es lo que se desprende de los mensajes emitidos en una red social que ayer por la mañana hizo públicos el diario infoLibre y de los que se han hecho eco distintos medios de comunicación.
   
En medio de esa vorágine de mensajes, un capitán, apellidado Molina, escribió lo siguiente: "Me he levantado esta mañana totalmente convencido. No quiero que estos sinvergüenzas pierdan las elecciones. No. Quiero que se mueran todos y toda su estirpe. Eso es lo que quiero. Es mucho pedir?". A lo que el general de división Beca contestó: "Pero Curro para que mueran hay que fusilarlos y hacen falta 26 millones de balas!!!!!!!!!!". Para después añadir: "Creo que me quedo corto fusilando a 26 millones!!!!!!!!".

A tan distinguido caballero le ha salido también su alma de nostálgico del golpismo de otro tiempo: "las maniobras del 36 (...) proporcionaron unos cuantos años de progreso aunque algunos lo pasaron mal. España está llena de gente ingobernable y la única forma posible es culturizar a la gente cosa que es imposible con la izquierda. Es triste pero es la realidad española”. Y, claro está, ¿cómo no sentir esa nostalgia sin dar fe del más que afecto por quien denomina con el término "lrrepetible"?: "No fueron las únicas pero solo las de Primo de Rivera y la del Irrepetible trajeron paz y prosperidad a España". 

Ayer por la tarde tuve la ocasión de escuchar en un programa de televisión al teniente coronel Domínguez, que ha formado parte de ese grupo hasta hace poco y del que se ha salido asqueado. Conocido por sus filias democráticas, declaró que ya desde marzo se fue acentuando la deriva golpista y franquista del grupo, haciendo suyo el discurso político de Vox buena parte de sus miembros. El mismo diario infoLibre ha publicado hoy una entrevista, que apunta en la misma dirección.

Con ocasión de la carta antes apuntada, un amigo me envió de inmediato un mensaje donde mezclaba la preocupación con el humor, a lo que ha seguido en días sucesivos el intercambio de varios mensajes. Y es que el fascismo, el mismo que resultó triunfante y acabó siendo protegido por EEUU durante décadas, sigue pululando en nuestras vidas. Al menos, en las de ese montón de millones de personas para las que, al decir del general Beca -dueño de un timbre de voz de tenor muy agudo, para quien "la muerte no es el final"-, necesita 26 millones de balas.