martes, 31 de diciembre de 2019

Para el nuevo año 2020, con unos versos de Shigeharu Nakano

























Como ocurre cada año, llega -aunque pueda parecer una redundancia- un nuevo año. Siempre le damos la bienvenida con deseos de felicidad, salud, ilusión, esperanza, amor... Lo que no es malo, sino todo lo contrario. Y en esta ocasión para el que está a punto de llegar, el 2020, me he quedado con unos versos del poeta japonés Shigeharu Nakano, de la parte final de su poema "Adiós a la madrugada". Espero que se cumplan, no para alcanzar algo definitivo, que no existe, sino para seguir mejorándonos como seres humanos y sin que se excluya a nadie.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Más cerca del gobierno de coalición progresista

La abogacía del estado ha remitido esta mañana un informe al Tribunal Supremo solicitando que Oriol Junqueras pueda ejercer como eurodiputado mientras disponga de la inmunidad que le confiere haber sido elegido para formar parte del Parlamento Europeo. Es lo que procedía, pues la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo ha sido lo suficientemente clara para que eso pueda ocurrir. Con ello se ha superado uno de los escollos para que ERC finalmente permita la investidura de Pedro Sánchez como jefe de gobierno y se acabe formando un gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos.

Esta misma tarde Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han presentado las líneas básicas del programa del nuevo gobierno, éste a la espera de los trámites parlamentarias necesarios para que pueda constituirse. Su contenido se encuentra en el documento "Coalición progresista. Un acuerdo para España" e independientemente de las contradicciones que pueda tener, no va a dejar indiferente a nadie. 

La derecha en todas sus vertientes (política, social, mediática, religiosa...) lleva semanas despotricando contra el pacto, y desde ahora arreciarán los ataques y las amenazas. Es  lo normal, teniendo en cuenta lo que representa y de dónde viene. No le gusta que las rentas más altas tengan que pagar más, que el salario mínimo tenga que subir, que la reforma laboral deba derogarse, que el mercado de la vivienda deba regularse, que el diálogo tenga que ser la vía para solucionar la relación con Cataluña, que haya que aprobar una ley sobre el cambio climático, que profundice en la igualdad entre varones y mujeres, que siga combatiendo la violencia contra las mujeres, que defienda el sistema público de pensiones, que haya que acabar con la ley mordaza, que la memoria histórica no puede quedar en agua mojada... 

Si no sabemos actuar desde la izquierda en las situaciones concretas teniendo en cuenta la realidad, fácil se lo vamos a poner a quienes nada quieren saber de esas cosas que antes he mencionado. Son demasiado valiosas para dejar que sea la derecha en todas sus vertientes la que lleve a voz cantante.

Eso no significa que haya que bajar la guardia. Que sea necesario criticar lo que se haga mal. Pero sabiendo valorar el potencial de esperanza que se abre de cara al futuro.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Muertes por violencia de género: balance del año 2019

El asesinato de mujeres sigue siendo una triste realidad. Los datos varían según la fuente, sobre todo porque no existe coincidencia a la hora de valorar esas muertes como producto de la violencia de género. Desde la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género existe una mayor cautela, mientras que desde el portal feminicidio.net se tienen en cuenta otras variables. 

Las 55 víctimas mortales de los datos oficiales

La Delegación del Gobierno creada para tal fin ha reconocido 55 muertes a manos de sus parejas o exparejas. Reducir dichas muertes a ese vínculo de relación personal es lo que explica que el número resulte bastante menor a lo que otras fuentes defienden.

Se trata de una cantidad que supone un crecimiento por tercer año consecutivo, desde que en 2016 se redujeran en 11 las muertes (18'3%) sobre el año anterior.

Por meses, después de un tenebroso enero, con 8 muertes, fueron los meses de verano, de junio a septiembre, los que concentraron el mayor número: 24 (43'6%); y eso que en agosto el número fue de los bajos: 3.

Por comunidades autónomas, el reparto es el siguiente: Andalucía, 13; Cataluña, 9; Comunidad Valenciana y Madrid, 7; Canarias, 6; Castilla y León y Galicia, 3; Cantabria, 2; y Aragón, Baleares y Murcia, 1. En el resto y las dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) no habría habido ninguna víctima mortal de este tipo.

Unos datos más preocupantes: las 99 víctimas mortales que ha registrado feminicidio.net

Los datos que ofrece el portal feminicidio.net son claros: 99 mujeres fallecidas, a las que podrían unirse otras 4, sobre las que se está investigando sucedido. 

De todas esas muertes se han reconocido oficialmente 55 casos de feminicidios íntimos. Pero pueden (o deben) añadirse más casos, hasta completar el casi centenar, si atendemos a una tipología más completa: feminicidios íntimos no oficiales, 5; feminicidios no íntimos, 6; feminicidios infantiles, 1; feminicidios familiares, 20; feminicidios sobre prostitutas, 1; asesinatos por robo, 5; asesinatos por violencia comunitaria, 1; y feminicidios o asesinatos sin datos suficientes, 5. Y para completar el panorama, ha habido otras 4 muertes, en este caso de varones, relacionadas con la violencia de género: 3 menores y 1 adulto. 

Por meses, los más violentos han sido: junio (16), septiembre y octubre (13) y  enero (11); les han seguido mayo y noviembre (9), octubre (7), febrero, marzo, abril y agosto (5); y finalmente, diciembre (1, a falta de lo que queda de mes).

En cuanto al ámbito territorial, se observa cierta continuidad sobre los años anteriores en aquellas comunidades autónomas y provincias donde más casos se han dado. Veamos cómo se reparten.

Por comunidades autónomas las más afectadas han sido Andalucía (19), Cataluña (18), Canarias (14), Madrid (12) y Comunidad Valenciana (11). Seguidas de Galicia (6), Aragón y Castilla y León (3), Baleares, Cantabria, Castilla La Mancha, Murcia y Navarra (2), y Asturias y Extremadura (1). Ni Ceuta ni Melilla, ciudades autónomas, han conocido muertes de esta naturaleza, si bien se está investigando un caso de feminicidio en la primera.

Las provincias que se encuentran a la cabeza han sido Barcelona (13), Madrid (12) y Santa Cruz de Tenerife (8), seguidas de Las Palmas de Gran Canaria y Málaga (6), Alicante (5), y Córdoba, Pontevedra, Tarragona y Valencia (4). 

Los 4 casos que se están investigando, por último, han tenido lugar en Baleares, Barcelona, Ceuta y Vizcaya.

Frente al negacionismo

La preocupación social por el problema es creciente. Eso no quita para que todavía haya sectores de la población que manifiesten una postura confusa o que simplemente nieguen la realidad. Por otra parte, desde los ámbitos oficiales quedan muchas cosas que Hacer. Es necesario que se destinen mayores recursos humanos y económicos; que haya un mayor esfuerzo para aumentar los programas de prevención; o que se preste la atención debida en la formación de quienes, de una forma u otra, tienen relación con la protección de las víctimas.

La novedad de este año quizás haya sido el mayor nivel de visibilización de los grupos que niegan la violencia de género. A ello hay que unir el crecimiento electoral del partido que explícitamente lo niega y su presencia en las instituciones: principalmente en los parlamentos, pero también en los ayuntamientos. Su capacidad de influencia ha aumentado, no tanto porque estén gobernando directamente, sino por la capacidad que están teniendo para influir en las medidas regresivas que se están tomando en algunos lugares.

Por eso es necesario no bajar la guardia. El negacionismo está actuando desde distintos frentes, incluidos algunos medios religiosos y, por supuesto, de los medios de comunicación. Un negacionismo que puede ser estridente o sibilino, que puede disfrazarse de banalidad, relativismo o equidistancia y que no tiene ningún reparo en lanzar noticias falsas u ocultar la realidad. Siempre con el común denominador de la negación de la igualdad entre las personas, defendiendo con ello el sistema patriarcal en toda su dimensión.

(Imagen: "Me quiere mucho, poquito y nada", de Sonia Gutiérrez)

jueves, 26 de diciembre de 2019

Entre luces de navidad, ¡a ver quién la tiene más larga!























Valle-Inclán retrató en su maravilloso esperpento Luces de bohemia una sociedad española que estaba en plena efervescencia decadente. Los años 20 fueron los de la culminación de un proceso de degeneración política y social que venía de finales del siglo anterior (bueno, en realidad, de más largo: de todo el siglo XIX y si seguimos tirando...) y que recobró  aire gracias al 
impulso cuartelero de los Primo de Rivera y compañía. Escrito el esperpento en 1920, cuatro años después fue revisado y ampliado con tres escenas más. Precisamente las que aportaban una dimensión aún más próxima de la realidad cambiante en nuestro país y en el mundo: la rebeldía callejera de la clase obrera, la represión del estado contra esa gente y el anarquismo hegemónico, la muerte/asesinato del niño entre los pechos de su madre por una bala perdida de un policía... ¡Cuánta realidad coincidente con la que estamos viviendo en nuestros días aquí y en el mundo! Y ahora, en estos días y en esta(s) tierra(s) nuestra(s) de cada día, las luces que están luciendo, como si fueran las únicas, son las del derroche y la idolatría del consumismo. Como si sus impulsores gritaran al unísono: "¡A ver quién la tiene más larga!". Y quienes se dejan llevar por esa falsa ilusión contestaran: "¡La nuestra es la más grande y la más bonita!". No, no son las luces de la bohemia de ese poeta viejo, loco y fracasado, capaz de sentirse próximo a quienes están sufriendo. ¡Ay, de esas luces!   

viernes, 20 de diciembre de 2019

Virgilio Fernández y Camilo de Dios, veteranos militantes antifascistas



















Han muerto estos días dos veteranos de la lucha antifascista: Virgilio Fernández y Camilo de Dios. Dos personajes dignos y peculiares en sus trayectorias vitales.

Virgilio Fernández lo hizo hace unos días, después de haber llegado al siglo de vida. Nació en la ciudad africana de Larache, por entonces española y actualmente marroquí. Militante de las Juventudes Comunistas con apenas 14 años de edad en los primeros momentos de la República, tras el golpe militar de julio de 1936 se alistó en un primer momento como voluntario en lo que acabó siendo el mítico Quinto Regimiento. Luego, durante la mayor parte de la guerra, estuvo combatiendo en las unidas de las Brigadas Internacionales. Como tantas personas, contadas por cientos de miles, hubo de pasar la frontera, estando internado durante un tiempo en el campo de concentración francés de Saint Cyprien. Finalmente se trasladó a México, donde estudió Medicina y desarrolló una vida muy rica en experiencias. Nunca dejó la lucha política y nunca se olvidó de mantener vivo el recuerdo de la guerra española contra el fascismo y el papel que en ella jugaron las Brigadas  Internacionales. 


Camilo de Dios falleció ayer. Era un gallego del pueblo orensano de Sandiás, que tenía 
tan sólo 3 años de edad cuando se inició la guerra. Tuvo que vivir las penalidades de la familia, con un padre -fundador del PCE en su pueblo- que se vio forzado a huir y convertirse en guerrillero, y una madre que lo apoyó siempre. Con 13 años empezó a colaborar con la guerrilla y dos años más tarde se enroló definitivamente en sus filas hasta su pronta detención en 1949. Condenado a muerte, la pena le fue conmutada. Si antes había conocido la muerte de su padre huido en el monte, en 1950 supo de la de su hermano mayor, abatido por guardias civiles cuando huía con su madre en 1950; ésta, por su parte, estuvo encarcelada durante varios años. Liberado en 1959, siguió en el tajo de la lucha (en el PCE/PCG, en las Comisiones Campesiñas, en Ezquerda Unida) y manteniendo siempre el orgullo de haberlo hecho. 

Leí el otro día lo que mi hermano Seve declaró al diario Público cuando supo de la muerte de Virgilio: "Su vida ha sido una inspiración". Lo que también puede hacerse extensible a Camilo.



(Imágenes extraídas del diario Público)

jueves, 19 de diciembre de 2019

Varapalo de la justicia europea al Tribunal Supremo

La decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el recurso presentado por Oriol Junqueras ha dejado en fuera de juego al Tribunal Supremo y por ello al conjunto de la justicia española. El citado órgano judicial ha concluido que se ha vulnerado un derecho fundamental del político catalán: su inmunidad parlamentaria. Al haber sido elegido eurodiputado y proclamado como tal junto al resto de miembros de su candidatura por la Junta Electoral Central, no se le debió impedir haber ido a la sede de dicho organismo para recoger su acta de representante. Como consecuencia, Junqueras no ha podido presentarse en el Parlamento de Europa para realizar su labor política en la institución para la que fue elegido.  

A todo esto se une  que el Tribunal Supremo no presentó ante el Parlamento de Europa el suplicatorio correspondiente y esperar una respuesta con el fin de continuar con el procedimiento penal que seguía contra Junqueras. No lo hizo y acabó condenándolo por los delitos de sedición y malversación de fondos públicos. 

Y ahora nos encontramos en una situación que va a tener derivaciones que pueden embrollar más el asunto. Una, que se pudiera considerar nulo el juicio, así como la consiguiente sentencia, como se desprendería del más que previsible recurso que presentaría la defensa de Junqueras. Otra, que los también europarlamentarios Carles Puigdemont y Toni Comín podrían regresar a España en busca de sus actas. Y en caso de ser detenidos, deberían ser liberados de inmediato por disponer de la inmunidad conferida. Y haya una tercera derivación, en este caso relacionada con el momento político actual: la investidura de Pedro Sánchez. Y es que las fuerzas políticas independentistas van a exigir más gestos y más claros a la otra parte que negocia dicha investidura.

Estamos, pues, ante nuevos despropósitos, que se acumulan a los ya precedidos fracasos de las peticiones hechas por el juez Pablo Llarena ante las justicias belga, alemana, suiza y escocesa para extraditar a quienes salieron de España tras el 1-O de 2018.   

Un duro varapalo al Tribunal Supremo. Todo suena a ridículo. Y lo que es peor, poniendo en juego derechos fundamentales de las personas y la resolución de un problema político de primer orden. Y todo por el empecinamiento en judicializar lo que debería tratarse mediante el diálogo y las urnas.  

Post data (del día 20)

Recomiendo la lectura de dos artículos, que han sido publicados en eldiario.es: uno, "Sobre la sentencia de Junqueras: ha pasado lo que tenía que pasar", del catedrático de derecho Javier Perez Royo; el otro, "Cinco claves para entender la sentencia de la justicia europea sobre Junqueras", del magistrado Joaquim Bosch. Interpretaciones con puntos comunes, sobre todo en lo ocurrido, y con diferencias, sobre todo en lo que tenga que venir. Ayudan a entender la cosa. 

Mantener vivos los valores de los derechos humanos

Puede decirse que diciembre es el mes de los derechos humanos, pues fue en su día 10 del año 1948 cuando se aprobó la Declaración Universal. Uno de los problemas principales que estamos viviendo en nuestro país está relacionado con las personas inmigrantes (migrantes, en realidad), cuyas condiciones de vida sobrepasan con frecuencia los límites de lo que es el respeto a esos derechos, vulnerando por ello nuestra legislación y los tratados internacionales suscritos. 

Por ese motivo el fin de semana pasado la delegación de Barbate de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) organizó, como se hizo en tantos otros municipios, dos actos con el fin de mantener presente los valores universales aprobados por las Naciones Unidas y, más concretamente, celebrar la fecha instituida, el 18, como Día Internacional de las Personas Migrantes. 

El viernes tuvo lugar la presentación de la campaña "Que no te confundan", que tiene como principales destinatarios los centros educativos, pero no sólo. En ella se resaltan 10 mentiras sobre las personas inmigrantes, propagadas desde los sectores racistas y xenófobos de la extrema derecha, y se contrarrestan con los correspondientes argumentos, que no son otra cosa que verdades. Porque mentira es decir que nos están invadiendo, que la violencia hacia las mujeres ha aumentado, que quienes profesan la religión musulmana son terroristas, que los niños y las niñas saturan la clases de los centros educativos, que viene a robar y la mayoría son delincuentes, que colapsan y abusan de los servicios de salud, que tienen más facilidades para obtener ayudas, que nos quietan el trabajo, que no pagan impuestos cuando abren un negocio o que no hay sitio para tanta gente.  

El día siguiente, sábado, se hizo una lectura pública de los 30 artículos que conforman las Declaración Universal de los Derechos Humanos. Como en otras
ocasiones, el entorno del Mercado de Abastos fue el escenario elegido, por donde fueron pasando miembros de distintas asociaciones y colectivos sociales del municipio. 

No debemos olvidar nunca que, como seres humanos, nacemos "libres e iguales en dignidad y derechos". Defender ese principio ético debe ser el eje de nuestras vidas. Sin excepción. 

lunes, 16 de diciembre de 2019

Zozulya, la afición del Rayo Vallecano y los gritos contra el nazismo

Corría el año 1992 cuando Guus Hiddink, entrenador por entonces del Valencia, mandó retirar en el Estadio de Mestalla unas banderas que tenían los símbolos nazis. Recordó que en su país, que había sufrido la ocupación nazi-alemana entre 1940 y 1944, no se permitía que eso ocurriera. Hace años, en 2006, Samuel Eto'o hizo un amago de no seguir jugando al fútbol ante los gritos racistas que le lanzaron en el Estadio de la Romareda de Zaragoza. El jugador del Barça reaccionó de esa manera ante lo que interpretó como una agresión contra su dignidad como persona. En 2014 Dani Alves, también jugador del Barça, sufrió el lanzamiento de un plátano en el Estadio de la Cerámica de Villarreal. Su reacción inmediata fue comérselo, para después denunciar el racismo imperante en el mundo del fútbol. 

No han sido los únicos episodios en el que futbolistas con piel oscura han sido motivo de cánticos, gestos e insultos de ese carácter. Aquí y en otros países. En el fútbol y en otros deportes. En deportistas y en árbitros o árbitras. En deportistas y en mujeres relacionadas con ellos. Como ocurrió en 2016 con los gritos de apoyo que recibió Rubén Castro en el Estadio Benito Villamarín por su afición: "Rubén Castro, alé, Rubén Castro, alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". Y es que dicho jugador había sido denunciado por su novia por haberle proferido malos tratos. Más recientemente, en marzo pasado, en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid no hubo empacho para que se gritara "Piqué, cabrón: Shakira tiene rabo, tu hijo es de Wakaso y tú eres maricón". 

Y llegamos a ayer: en el campo de Vallecas se lanzó el grito de "Puto nazi" contra Roman Zozulya, jugador del Albacete. Pues bien, de los ejemplos antes citados y de tantos otros más ocurridos con esas características, no se hizo nada. Ni siquiera hace una semana, cuando otro jugador del Barça, Antoine Griezmann, recibió en el Estadio Metropolitano de Madrid de la que había sido su anterior afición los gritos de "Griezmann muérete". Sin embargo, ayer el descanso del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete se suspendió el partido. Ahora se está a la espera de lo que pueda ocurrir. 

A todo esto hago un añadido: Zozulya es un declarado simpatizante de Stefan Bandera, líder ucraniano nazi durante la ocupación alemana de la URSS; lo es también de un grupo nazi ucraniano de la actualidad; fotografías aparte, ha hecho ostentación de los números 18 y 88, que en la simbología nazi se refieren a Hitler (como Adolf y como Heil). 

Pues bien, me pregunto entonces: ¿por qué no se reaccionó como ayer ante episodios (que considero) más graves?; ¿son admisibles el racismo, la homofobia, la violencia contra las mujeres, la misoginia...?; ¿es admisible el nazismo?; ¿es nazi Zozulya?; ¿fue insultado ayer?


Soy consciente de lo polémico de mis palabras. Las dejo como apuntes y reflexiones. 

sábado, 14 de diciembre de 2019

Lo que representa la victoria electoral de Boris Jonhson

































En el Reino Unido ha ganado con claridad el Partido Conservador. Aunque en realidad lo ha sido Boris Johnson y su gente. Si a finales de los setenta con Margaret Thatcher ese partido dio el giro decisivo para erigirse, junto con Ronald Reagan, en uno de los dos baluartes del entonces naciente neoliberalismo en el gobierno y del atlantismo más agresivo, ahora con Johnson ha añadido un elemento nuevo: al asunción del euroescepticismo frente al europeísmo dominante. En esas tres cosas coincide con Donald Trump y su gente, lanzados a una carrera, que no es otra cosa que una especie de huida hacia adelante, propia de un imperio en decadencia. 


Jonhson y Trump representan la resistencia de las decadencias. El primero, la de un imperio que lo fue todo hasta hace un siglo y que fue perdiendo sus colonias desde mediados. Con dudas, acabó integrándose a principios de los años setenta en la CEE (luego, sucesivamente, CE y UE), pero, como hemos dicho antes, con Thatcher viró hacia el oeste, aliándose preferentemente con EEUU en lo económico y en lo geoestratégico.

Trump representa la resistencia del imperio más global y poderoso habido a lo largo del tiempo de la humanidad. Pero ya decadente y potencialmente en bancarrota. Su poderosa maquinaria sólo se sostiene gracias a la capacidad que sigue manteniendo para hacer del dólar la divisa de intercambios económicos y financieros. Con eso está enjugando su creciente déficit crónico y con eso se está permitiendo que la economía local aporte el suficiente empleo para mantener la ilusión de buena parte de la población. Una población fuertemente fragmentada en desigualdades y con enormes carencias en los servicios básicos de salud y educación, que están fuertemente privatizados. 

Jonhson mira a su amigo Trump y los dos se buscan en la complicidad. Con una diferencia: que el primero, por ser el mandatario del imperio de nuestros días, tiene más poder y por ahora menor debilidad. Y lamentablemente con una cosa en común: que quienes les están aportando el plus de oxígeno necesario para gobernar son los sectores más humildes de la población "blancos", diferenciados de la gente que proviene de la inmigración, que es vista entre el recelo y sobre todo el creciente odio. Sí, el apoyo de lo que va quedando de la vieja clase obrera, de los diferentes estratos de personas asalariadas y de quienes están haciendo del falso autoempleo su nueva forma de ganarse la vida. Y también el olvido de lo poco que va quedando de una visión solidaria de las relaciones humanas.   

Mucho cuidado, porque es lo que también se está viendo en el continente. Y en  nuestro país, claro.        

martes, 10 de diciembre de 2019

Continúa el calvario de Julian Assange

Llevamos tiempo pendiente de la situación de Julian Assange. Informático y periodista, ha sido el fundador de WikiLeaks, que desde 2006 se ha dedicado a publicar millones de documentos secretos del aparato estatal de EEUU a través de medios de comunicación y redes sociales, poniendo al descubierto sus vergüenzas. Ello ha sido motivo para que desde el primer momento haya estado en el punto de mira del poder imperial, que ha hecho todo lo posible para ponerle freno y, desde 2010, intentar detenerlo. 

Fue en este año cuando, tras publicar los documentos secretos que le facilitó Edward Manning (hoy, Chelsea Mannning) sobre las tropelías provocadas por EEUU en las guerras de Afganistán e Irak, se inició la operación de acoso y derribo. Acusado falsamente de dos violaciones en Suecia, dos años después, durante su estancia en Londres, hubo de solicitar asilo político en la embajada de Ecuador, lo que le fue concedido. Sin embargo, con el fin del mandato presidencial de Rafael Correa en el país latinoamericano la situación de Assange cambió. El giro drástico dado por el actual mandatario, Lenin Moreno, conllevó, entre otras cosas, un acercamiento del gobierno ecuatoriano al de EEUU, que en el caso de Assange culminó con su entrega a las autoridades británicas el pasado mes de abril.


Las muestras de solidaridad internacional, que son muy numerosas, no han cesado. Se está haciendo de muchas maneras: recogida de firmas, llamamientos, cartas a las autoridades, artículos, libros... Pero eso no ha quitado que su calvario haya ido a más. Sus condiciones vitales han empeorado notablemente, tanto por el trato recibido como por la angustia que supone la espera de una decisión judicial sobre su extradición a EEUU, que se prevé que se resuelva en febrero. Se teme incluso por su vida, como ha denunciado un grupo de 60 profesionales de la medicina mediante la carta "Open letter to the UK Home Secretary Priti Patel and Shadow Home Secretary Diane Abnott" ["Carta abierta al ministro del Interior del Reino Unido, Priti Patel, y a la ministra del Interior en la sombra, Diane Abbott].


He leído estos días dos artículos muy interesantes. Uno, publicado en la revista Ctxt (de donde procede la imagen), lo ha escrito Rafael Poch: "Continúa la farsa judicial contra Assange". El otro, aparecido hoy en Rebelión, es de Sally Burch, cuyo título "En defensa de Julian Assange",  coincide con un libro recién publicado, In Defense of Julian Assange, del que es coautora junto a otras 40 personas.

lunes, 9 de diciembre de 2019

El asesinato de John Lennon sigue despertando sospechas

Hace 39 años fue asesinado John Lennon en Nueva York. Se dijo que lo hizo un tal Mark Chapman, al que se calificó en el primer momento como loco. No faltó añadir que era un admirador suyo. En fin, se han dicho muchas cosas. Y no han faltado las contrarias a la versión oficial. Porque se ha rebatido lo de la admiración que sentía por el cantante y hasta se duda que hubiera sido quien efectuó los disparos. 

Se sabe que Chapman había estado años antes en Líbano y no precisamente en son de paz. También se sabe que tenía vinculación con un grupo cristiano integrista. Y, claro está, se le ha relacionado de una u otra forma con el entorno de la CIA, para el que trabajó. Estamos ante una situación de enredo que nos recuerda otras en las que fueron asesinados personajes relevantes del mundo de la política estadounidense. Como ocurrió con John F. Kennedy, Malcom X, Robert Kennedy o Martin Luther King.

Lennon llevaba años viviendo en EEUU, después que su grupo musical, The Beatles, se desintegrara. Y no era un artista cualquiera, pues, junto a su compañera Yoko Ono, se convirtió en un activista social y político fuertemente comprometido con la causa de la paz, la lucha contra el racismo e incluso la opción por el socialismo. Estuvo por ello en el punto de mira del FBI, que controló sus movimientos en todo momento. Y hasta pudo haber sido expulsado
del EEUU, dada su nacionalidad británica.

Demasiada oscuridad. Demasiadas sospechas. Como lo planteó hace 30 años el
periodista Fenton Bresler en su libro Who Killed Lennon? [¿Quién mató a John Lennon?], acerca del cual puede leerse un reciente artículo homónimo suyo. Un libro que fue retirado de la circulación.

Lennon, en todo caso, sigue estando presente en mucha gente. Por haber sido ese excelente artista que protagonizó una de la páginas más innovadoras del mundo de la música junto con los otros tres muchachos de Liverpool. El mismo que después supo reinventarse como artista, ya en solitario y a veces acompañado de Yoko Ono, y activista de causas justas, que fue posiblemente el motivo de su asesinato. Un artista capaz de dejarnos esa pieza inmortal que es su "Imagine"

(Imágenes: la primera, "Retrato de John Lennon", realizado por Tato Cort; la segunda, el fragmento de un mural confeccionado por el alumnado del IES Trafalgar de Barbate en enero de 2015)     

sábado, 7 de diciembre de 2019

Cervantes y la libertad de las mujeres, un excelente libro de J. Francisco Peña

A principios de octubre tuvieron lugar en Zahara de los Atunes las II Jornadas sobre la Picaresca en Época Cervantina, organizadas por su Entidad Local Menor, que tiene al frente al entusiasta Agustín Conejo. Sólo pude asistir a las ponencias del primer día, entre las cuales me llamó mucho la atención la presentada por J. Francisco Peña, que se centró en el tema "Cervantes y la libertad de las mujeres". La disertación me sorprendió gratamente, tanto por el tema en sí como por la forma en que lo hizo el profesor Peña, docente ya jubilado, pero que continúa su labor al frente del Instituto Universitario de Investigación "Miguel de Cervantes", ligado a al Universidad de Alcalá.

Al final del acto adquirí gustoso el libro que precisamente lleva el mismo título de la ponencia. Y después de un par de meses ajetreado en idas y venidas he podido leerlo y hacerlo con el mismo deleite con que en su día seguí la disertación.


He sido lector de Cervantes desde mi juventud adolescente, cuando devoré sus Novelas ejemplares, hasta Don Quijote de la Mancha, que logré concluir, en una lectura continuada y después de varios intentos fallidos, hace una decena de años. Por entonces dediqué a la obra tres entradas en mi cuaderno y que titulé "El Quijote, por fin" (1, 2 y 3).       


Pero volviendo al principio, con Cervantes y la libertad de las mujeres (Madrid, 2018, UAH) estamos ante un libro que, aun no teniendo mucha extensión (133 páginas), nos introduce en las entrañas de un mundo, literario y real, que para mí, y creo que para mucha gente, resulta desconocido. Conocía la influencia del erasmismo en la obra de Cervantes. Encontré hace muchos años en "El tiempo del Quijote", de Pierre Vilar, un referente sobre el trasfondo histórico de una obra incrustada en el fin de una época de esplendor imperial y que sacaba a la luz sus contradicciones.


No siendo el profesor Peña pionero en la dimensión con que ha tratado en su libro el conjunto de la obra de Cervantes, ha sido capaz de sintetizar la lectura de cada una de las obras que la componen. Dentro del paradigma de la perspectiva de género, que no es otra cosa que una perspectiva feminista, pone de relieve que Cervantes aúna los principios del humanismo renacentista con una propuesta de actitud vital donde la identidad femenina cobra tal importancia, que nos presenta la idea de igualdad entre varones y mujeres.

Pero no sólo, pues entresaca de los personajes, sobre todo femeninos, las propias vivencias que el autor del Quijote tuvo y conoció, dentro de un entorno familiar lleno de mujeres libres, decididas y transgresoras, capaces de romper con los tabúes y los corsés sociales del momento. Fueron los actos y las vivencias de su tía, de su madre, de sus hermanas o de su sobrina las que le insuflaron ese espíritu libre. Eso, unido a lo que vivió como viajero permanente por Italia, el norte de África y las tierras peninsulares, hizo que la libertad de acción y de pensamiento y la igualdad al margen de jerarquías sociales y de género se erigieran en el centro de su vida y en las acciones de sus personajes. 

Es lo que explica, por ejemplo, que Preciosa, la protagonista de la novela ejemplar La gitanilla, pronunciara este alegato pleno de libertad: "Por la ley de mi voluntad, que es la más fuerte de todas". O que en la pieza de teatro La gran sultana el sultán turco tuviera que reconocer que se situaba en el mismo plano de igualdad que Catalina de Oviedo, una cautiva cristiana: "No eres mía, tuya eres". 

En definitiva, un libro que merece la pena leerlo. Hacerlo nos anima y ayuda a que podamos afrontar la lectura o relectura de las obras de Cervantes con otra mirada.        

Greta Thunberg, una militante de la vida










































Resalta hoy el diario Público el mensaje que Alberto Garzón ha envido a través de una red social en defensa de Greta Thunberg: "Es lo que denuncian desde hace décadas los científicos: las consecuencias del modelo de producción y consumo son terribles para la vida del planeta. Eso es lo que importa y lo que debemos combatir colectivamente". 


Hace unos días leí una columna de Isaac Rosa en otro medio digital, eldiario.es, y que me llamó mucho la atención. Su título prácticamente lo dice todo: "Yo también recelaba, hasta que oí a mi hija y a Ana Rosa Quintana". Con una gran dosis de ironía, explicaba su cambio de opinión contraponiendo la toma de conciencia de una generación que acabará topándose con un planeta en declive a la resistencias de quienes, recurriendo a la simple moralina o al descaro más absoluto, minimizan lo que está ocurriendo o toman una postura negacionista.  

Confieso que he estado entre quienes consideraba que el activismo de Greta estaba siendo sobredimensionado. Pero no por el contenido de su lucha, sino por la edad que creí que tenía. Como se ha hablado reiteradamente de que se trata de una niña, consideraba que su loable actitud combativa debía ponderarse en aras de su propio desarrollo personal. Pero es que Greta, que salió a la luz pública hace un año, tiene ahora 16 años. Una edad que, estando en muchos países por debajo del umbral de la mayoría legal, en tantos otros se considera como el momento de ir asumiendo responsabilidades personales, tanto privadas como públicas.

Mucha gente de mi generación asumió el compromiso de la lucha contra dictadura en los años del tardofranquismo y los inicios de la Transición. Éramos muy jóvenes cuando nos manifestábamos, repartíamos propaganda o hacíamos pintadas en los muros de las calles, militando o no en organizaciones por entonces clandestinas y siempre con el riesgo y el temor de sufrir golpes, detenciones o torturas, cuando no la muerte. 

Criticar que Greta Thunberg haya tomado el camino de la lucha cívica en defensa del planeta, que no es otra que la lucha por la vida, es de miserables. Greta, como ella misma ha dicho, no es más que "una pequeña parte de un gran movimiento". O, como definió Mario Benedetti en uno de sus poemas, "una militante de la vida". Y por esa razón, siguiendo con el mismo poeta, "no podemos ni queremos /dejar que la canción se haga  ceniza". Seamos menores o mayores.         

viernes, 6 de diciembre de 2019

La Constitución de 1978: entre sus orígenes, sus limitaciones y sus contradicciones


Las elecciones celebradas el 15 de junio de 1977 supusieron un nuevo paso en el proceso de reforma del franquismo, que tuvo su guía y base en la Ley para la Reforma Política que aprobó en otoño de 1976 y fue refrendada en diciembre. 

Los resultados en el Congreso reflejaron el triunfo de la moderación: la del centro-derecha, que representaba la Unión de Centro Democrático (34'6%) y que obtuvo los principales apoyos en las provincias del interior (las dos Castillas y Aragón) y Galicia; la del centro-izquierda, con el Partido Socialista Obrero Español (29'3%), que fue más apoyado en las provincias industrializadas y Andalucía; y la de los grupos nacionalistas conservadores de Cataluña, con la Convergencia Democrática liderada por Jordi Pujol,
Las elecciones celebradas el 15 de junio de 1977 supusieron un nuevo paso en el proceso de reforma del franquismo, que tuvo su guía y base en la Ley para la Reforma Política que aprobó en otoño de 1976 y fue refrendada en diciembre. 

Los resultados en el Congreso reflejaron el triunfo de la moderación: la del centro-derecha, que representaba la Unión de Centro Democrático (34'6%) y que obtuvo los principales apoyos en las provincias del interior (las dos Castillas y Aragón) y Galicia; la del centro-izquierda, con el Partido Socialista Obrero Español (29'3%), que fue más apoyado en las provincias industrializadas y Andalucía; y la de los grupos nacionalistas conservadores de Cataluña, con la Convergencia Democrática liderada por Jordi Pujol, y del País Vasco, con el Partido Nacionalista Vasco.

Se quedaron por debajo de las previsiones Alianza Popular (8'8%), que sólo obtuvo representación en Madrid y Galicia; y el Partido Comunista de España/Partido Socialista Unificado de Cataluña (9'4%), que lo hizo en las zonas industriales y Andalucía. Los grupos nacionalistas de izquierda se conformaron con un escaño cada uno: Esquerra Republicana de Catalunya y Euskadiko Ezquerra. Y los grupos de la izquierda radical, que no obtuvieron ningún escaño, sumaron apenas el 1'5% de los votos. 

En el otoño de 1977 tuvieron lugar tres acontecimientos importantes. Uno fue el restablecimiento de la Generalitat, con Josep Tarradellas al frente y que abrió en Cataluña una  importante vía de apoyo a la nueva situación. El segundo fue la aprobación de la Ley de Amnistía, que en aquel momento se interpretó por la izquierda como el fin de las represalias, sin tener conciencia de que también se incluía a quienes habían perpetrado los crímenes durante la dictadura. Y el tercero fue la firma de los Pactos de la Moncloa entre el gobierno, los principales partidos (UCD, PSOE y PCE) y los sindicatos CCOO y UGT. Fue un compromiso mutuo para que el gobierno impulsara la democratización y aumentara los gastos sociales (educación, sanidad, pensiones, etc.), mientras los grupos de izquierda y los sindicatos se comprometían a moderar las reivindicaciones salariales. Fue durante esos meses cuando se puso en práctica lo que entonces se denominó como la política de consenso. 

Desde ese momento el principal objetivo político se centró en la elaboración de una constitución, para lo que se formó una comisión parlamentaria, que integraron representantes de UCD, PSOE, PCE/PSUC y CDC. Después de largas negociaciones a lo largo de 1978 presentó un texto que fue aprobado por las Cortes en octubre y ratificado en referéndum el 6 de diciembre. 

La campaña fue intensa, con una mayoría de grupos en favor del apoyo al texto elaborado, que, a su vez, eran en su mayoría los que habían obtenido representación en el Congreso. 

Dos grupos de la izquierda radical, el Partido del Trabajo de España y la Organización Revolucionaria de Trabajadores, optaron por un voto afirmativo crítico, reconociendo el avance que suponía la nueva Constitución y las limitaciones existentes en la correlación de fuerzas, tal como se había reflejado en las elecciones del año anterior. El resto de grupos de ese campo, los grupos nacionalistas de izquierda y los grupos falangistas mostraron su oposición. El PNV, por su parte, defendió la abstención.

El apoyo a la nueva Constitución, aun siendo mayoritario entre quienes votaron (88%), tuvo sus claroscuros. Y es que la abstención, que alcanzó el 32'9%, tuvo en parte un componente político y en algunas zonas los votos negativos resultaron relevantes. 

Fue en el País Vasco y Navarra donde la postura de los grupos nacionalistas hizo que la situación fuera más beligerante, lo que pusieron de relieve los resultados que hubo. El PNV impulsó la abstención  y la izquierda abertzale, representada entonces por EE y la recién nacida Herri Batasuna, optó por el rechazo. Eso hizo que la participación en el País Vasco fuera del 44'7%, siendo la más baja de estado (43'4%, en Guipúzcoa, y 42'5%, en Vizcaya); ocurrió también con los votos negativos, que llegaron al 23'5%. En Navarra la abstención estuvo ligeramente por encima de la media (34%), pero los votos negativos llegaron al 17%.

En la mayoría de lo que después acabaron conformándose como comunidades autónomas se apoyó la Constitución, destacando, por su peso político, Madrid (86'1%), Cataluña (90'1%) o Andalucía (91'9%). Estuvieron por debajo de la media en cuanto a participación Asturias (61'8%), Canarias (62'9%) y Galicia (50'2%), esta última dentro de una larga tradición abstencionista, sobre todo en el medio rural, que todavía se mantiene. 

Hubo asuntos controvertidos que condicionaron la postura ante el referéndum. Por la izquierda uno fue el de la monarquía, que llevó a buena parte de los grupos de la izquierda radical y nacionalista a pedir el No. Otro tanto ocurrió con el derecho de autodeterminación, no recogido en el texto constitucional, que se acompañaba con el principio de unidad indisoluble de la nación y el ejército como su garante. Y cuanto a las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica, aunque se estableció la no confesionalidad y la separación, la Iglesia conservó un tratamiento especial en su mención explícita y la financiación pública del clero.

Por la derecha el escollo principal derivó del reconocimiento de las autonomías, que en algunos sectores se consideraba como una forma de ruptura de España. Esto, además, se agravaba con la alusión al término nacionalidades, que se consideraba incompatible con el de nación española. Es lo que llevó a AP a votar No al Título VIII durante la tramitación parlamentaria. 

Por lo demás, en el Título Preliminar se estableció, entre otros principios, un estado social y democrático de derecho y la soberanía popular y la monarquía (artículo 1), además de la ya referida unidad indisoluble de la nación española (artículo 2).

Se introdujo un amplio reconocimiento de derechos y libertades individuales, distinguiendo en el Título I los fundamentales (vida, expresión, asociación, participación, educación, etc.) de los ordinarios, y contemplando la mayoría de edad desde los 18 años. Se aludió en el Título VI a la función pública de la riqueza y su subordinación al interés al general, además de recoger la posibilidad de que el sector público se pudiera hacer cargo de servicios económicos esenciales.

La división de poderes se concretó en las Cortes, el Consejo de Ministros y los órganos judiciales, con el tribunal Supremo a la cabeza. Las Cortes, formadas por el Congreso y el Senado, como encargadas de la discusión y aprobación de las leyes y los presupuestos del estado, y del control del gobierno. El poder legislativo, repartido entre las Cortes y el gobierno, que recibió la iniciativa principal. No faltó el reconocimiento para que la población pudiera ejercer la  iniciativa popular legislativa, algo que en la práctica ha resultado inoperante ante la actitud pasiva de los partidos que han gobernado. Por último, se creó el Tribunal Constitucional, como órgano de arbitraje en las cuestiones político-jurídicas fundamentales.

El Título VIII y la Disposición Transitoria 2ª fueron la base para que se estableciera una organización político-administrativa descentralizada. Supuso un reparto de competencias entre el estado central y las comunidades autónomas, complementado por las propias de la administración local. La parte más conflictiva derivó del reconocimiento del derecho de las regiones y nacionalidades a autogobernarse. Se fijaron para ello tres vías diferenciadas para hacer efectivo tal derecho. 

La primera, basada en dicha disposición transitoria, reconoció explícitamente los derechos históricos de Cataluña, País Vasco y Galicia, que durante la Segunda República habían plebiscitado sus propios estatutos de autonomía. En 1979 las dos primeras aprobaron sus respectivos estatutos de autonomía, mientras que la tercera hubo de esperar a 1981.

La segunda vía, conocida como vía lenta, estaba contenida en el artículo 143, permitía obtener la autonomía en un plazo no inferior a 5 años y limitaba las competencias. No fue hasta 1982 y 1983 cuando la mayoría de las comunidades se dotó de sus propios estatutos, recorriendo un largo camino, llegado casi al año 2000, para ir obteniendo las diferentes competencias. 

La tercera, llamada vía rápida, era la del artículo 151, que permitía alcanzar el mismo grado de competencias que en las comunidades históricas, aunque con unas condiciones muy exigentes para poder acceder a ella. Se obligaba a que hubiera una petición inicial por ¾ de los municipios de cada provincia y una aprobación posterior en referéndum por la mayoría del censo electoral de cada provincia. Sólo Andalucía optó por esta última vía, lo que le permitió disponer de su Estatuto de Autonomía en 1981 y celebrar sus primeras elecciones en 1982.

Es lo que se aprobó y lo que seguimos teniendo, sin apenas cambios, salvo lo que se adecuó para la integración en la CE/UE y, más recientemente, se introdujo en el artículo 135 sobre la prioridad en el pago de la deuda externa. Las batallas sobre su prevalencia y/o su reforma no han cesado. En la derecha, haciendo hincapié en el asunto de la territorialidad y la unidad  de España. En la izquierda, poniendo más énfasis en los derechos sociales. En los partidos nacionalistas oscilando entre la extensión de la autonomía y el reconocimiento del derecho de autodeterminación. 

Lo que en su día fue producto de una correlación de fuerzas en una coyuntura de moderación política general, salvo en el País Vasco, debe hoy ser entendido en la dimensión que merece, con el fin de introducir aquello que sea necesario en una coyuntura distinta. En esto último, con más territorios a tener en cuenta, como lo es Cataluña, y con cuantos derechos tengan que defenderse frente a los ataques y los atropellos del neoliberalismo, el sistema patriarcal y el autoritarismo.