martes, 26 de abril de 2022

El bombardeo de Gernika y el “Guernica” de Picasso

Se cuenta que en el París ocupado durante la Segunda Guerra Mundial un oficial nazi, mirando una fotografía del cuadro “degenerado”, le preguntó a Picasso: “¿Usted hizo esto?”. A lo que el artista respondió: “No, lo han hecho ustedes”. 

Pero retrocedamos en el tiempo: al 26 de abril de 1937, cuando la aviación alemana destruyó la villa vasca de Gernika. Picasso no tardó mucho en hacer de ese suceso el tema del encargo que meses antes le había realizado el gobierno de la Segunda República. En julio, el mes de la Revolución Francesa, estaba prevista la apertura de la Exposición Internacional de París, en cuyo Pabellón Español debería exhibirse una obra del por entonces artista más afamado internacionalmente. Teniendo en cuenta el contexto que se estaba viviendo, su presencia debería ser un acicate para la defensa de la República Española.

Aunque habían pasado varios meses desde que se hiciera el encargo, en el mes de abril el artista malagueño, salvo algunos bocetos, apenas había avanzado en su tarea. En enero  había trabajado en el aguafuerte “Sueño y mentira de Franco”, donde hizo uso de personajes ya tratados con anterioridad y que reaparecerían en el “Guernica”: el caballo agonizante, el toro como reminiscencia del Minotauro o las víctimas indefensas de la guerra. Y a mediados de abril había pergeñado algunos bocetos en torno a la idea de un pintor y una modelo. Pero lo ocurrido en Gernika fue el aldabonazo para que la intensidad creativa de Picasso aflorara como un volcán.

El  título del cuadro alude al bombardeo de la mítica y simbólica villa destruida  por la aviación alemana el fatídico 26 de abril. No fue la única población vasca agredida por las patrullas de la Legión Cóndor durante esas semanas, que desde el verano de 1936 se habían ido cebando sobre ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga… Pero Gernika pareció ser el motivo que llevó a Picasso a acelerar la forma de cumplir con el compromiso adquirido. Entre principios de mayo y principios de junio se entregó a su causa. Y gracias a las fotografías de Dora Maar, testigo de esa actividad frenética, es como hemos ido sabiendo del proceso creativo, cambiante, pero decidido, hasta su culminación.

El cuadro fue expuesto en el día previsto dentro del Pabellón Español de la citada Exposición parisina. Y en su resultado final acabó aunando muchas cosas: elementos propios del bombardeo, como las llamas, la muerte, el dolor…; figuras que el artista ya había utilizado con anterioridad, como el toro o la yegua; obras de artistas como Rubens o Goya; y una visión muy explícita de un momento histórico que acabaría prologándose hasta 1945.

Formalmente el cuadro se inscribe dentro del cubismo sintético. Hay quienes dicen que contiene elementos del surrealismo, algo que, por otra parte, el propio artista negó: “Nunca he estado fuera de la realidad”, le dijo en 1945 a Jerome Seckler.

Se trata de un lienzo de grandes dimensiones, pintado en pintura acrílica de blancos, negros, tonos grises e incluso azulados. Una elección de los colores que contenía una intencionalidad clara: aumentar el dramatismo.

Pero vayamos a su descripción sucinta. En el centro se muestra una yegua que tiene la boca abierta y que expresa un dolor extremo; por encima una bombilla que emite destellos; a su derecha está la cabeza de una mujer que sostiene una lámpara, de cuya luz, así como de la bombilla, surge un triángulo que ilumina la parte central del cuadro; a los pies del caballo hay un guerrero muerto con una espada; y a su derecha, una mujer semidesnuda a la vez agachada y en movimiento.

En la parte derecha aparece otra mujer, en esta ocasión envuelta en llamas, por lo que lleva los brazos levantados y es mostrada emitiendo un grito de angustia.

En la parte izquierda se encuentra una madre que lleva en sus brazos a su hijo muerto, lo que hace que emita un grito desgarrador; por encima se sitúa la cabeza de un toro que mira, sorprendido, hacia la izquierda; y entre la yegua y el toro se ve, apenas reconocible, un pájaro herido.

En total son nueve los personajes: seis, humanos, cuatro de los cuales son mujeres, más un niño y un soldado; y tres, animales, esto es, una yegua, un toro y un pájaro.

Se han hecho diversas interpretaciones iconográficas de la obra en su conjunto y de cada uno de los personajes. No voy a referirme ahora a ello, que dejaré para otra ocasión. De lo que no cabe duda es que estamos ante una denuncia política. Rotunda. Sin rodeos. Una denuncia del bombardeo del 26 de abril de 1937 y por extensión, de los habidos durante la Guerra Española. Una denuncia del fascismo -alemán, español-, ejecutor de esa destrucción. 

En una Francia derechizada, Macron gana de nuevo a Le Pen


Ganó Emmanuel Macron, pero entusiasmó poco (el 43% lo ha hecho a su pesar). Marine Le Pen perdió, pero se ha sentido ganadora. Podría ser una síntesis de los resultados electorales habidos el domingo pasado en Francia, donde el primero ha revalidado su mandato presidencial y de nuevo contra la candidata de extrema derecha.

Algunos datos nos dan una idea de lo ocurrido: 20'7 millones de votos (58'5%) para Macron frente a 18 millones (41,5%) de Le Pen; 2'7 millones de votos menos del primero en relación a 2017 frente a 3 millones más de la segunda; 28% de abstención en 2022 frente a 25'5% en 2017.

Ateniéndonos a la encuesta realizada por la la empresa Ipsos-Steria para la televisión pública francesa, y que elDiario.es nos ofrece en su edición de hoy, se saben más cosas. Por ejemplo, que Macron ha ganado con claridad entre el electorado más joven (menores de 24 años) y de mayor edad (a partir de 60 años), y que Le Pen lo ha hecho en el grupo de edad entre 50 y 59 años (51%). Que Macron ha ganado claramente entre el personal ejecutivo de las empresas y la administración (77%) y las personas jubiladas (68%), mientras que Le Pen lo ha hecho entre las personas asalariadas, bien de la clase obrera (67%) o bien de los servicios (57%), o las que se encuentran en paro (64%). También, que en el nivel de renta hay una relación inversamente proporcional en cada caso, de manera que los apoyos a Macron suben de menos a más renta y los Le Pen lo hacen de más a menos (56% en las rentas más bajas). Es algo que tiene también una gran correlación en cuanto al nivel de estudios, de manera que a medida que son más elevados se ha tendido a votar más a Macron y menos a Le Pen, y viceversa. 

En cuanto al perfil ideológico, la encuesta ofrece datos reveladores. Así, Macron ha recibido los apoyos en mayor medida desde el flanco izquierdo: muy de izquierda (57%) y de izquierda (82%); y desde la moderación: más bien de izquierda (85%), de centro (87%) y más bien de derecha (67%). Lo contrario que Le Pen, cuyos votantes se autodefinen ante todo como muy de derechas (98%), de derecha (71%) o ni de izquierda ni de derecha (53%); bajando los apoyos entre quienes se sienten más bien de derecha (33%) o de centro (13%); y sin menospreciar quienes se sienten muy de izquierda (43%).

La proveniencia del voto desde los candidatos de la primera vuelta también resulta reveladora. La mayor parte de quienes apoyaron a Jean-Luc Mélenchon siguió su llamamiento de no votar a Le Pen: el 42% lo hizo a Macron, el 24% se abstuvo y el 17% votó nulo o en blanco; sólo el 17% optó por la candidata de extrema derecha. Entre el electorado del candidato verde, Tannick Jadot, no hubo duda en votar a Macron frente a Le Pen (65%/6%), superando al de la gaullista Valerie Pécresse (53%/18%).

¿Cómo se pueden explicar estas "estridencias"? Acudir al estado anímico de la gente, lo que tiene mucho que ver con la gestión de carácter neoliberal en lo económico que ha llevado a cabo el gobierno de Macron, nos ayuda a comprenderlo. Y es que entre la gente que ha votado a Le Pen el 80% se siente bastante insatisfecha con la vida y el 76%, muy insatisfecha. Ya sabe, buena parte de quienes sufren más el paro, los ajustes en los salarios, el deterioro de los servicios públicos... Sin olvidarnos de esa parte de la población, sobre todo de sectores sociales intermedios, que viven en el medio rural, un medio propicio para asumir mensajes conservadores, xenófobos, de nacionalismo extremo...

Todo eso lleva a que mucha gente desesperada se crea que una candidata de extrema derecha vaya a resolver sus problemas. No es nuevo que desde la extrema derecha se basen las estrategias electorales dirigiéndose a los sectores populares. Ya lo hicieron en los años 20 y 30 del siglo pasado los fascismos italiano y alemán, e incluso el español. Y lo están haciendo en la actualidad los Trump, Bolsonaro, Orban y demás.

Francia sigue virando hacia la derecha, como se ha demostrado en las dos vueltas de las elecciones presidenciales. En la primera, como ya expuse el pasado 11 de abril, el candidato de la Francia Insumisa estuvo a punto de pasar a la segunda vuelta, a lo que no fue ajeno tanto los votos perdidos en otras tres candidaturas de izquierda (casi 1'3 millones y el 3'7%) como la campaña sucia que desde buena parte de los medios de comunicación y la candidata socialista desplegaron contra Mélenchon,  a quien Anne Hidalgo llegó a calificar como  "el candidato de Putin". 

El peligro ahora es doble: quien ha ganado representa, por lo hecho y lo defendido  en su programa, el neoliberalismo en estado puro; y quien ha perdido, representa en parte eso mismo, pese a los mensajes populistas, con el añadido de su paquete de propuestas retrógradas en derechos y libertades. Las elecciones legislativas, previstas en un plazo corto, podrían reequilibrar el panorama, dotando a la izquierda de la capacidad suficiente que le permita incidir en la toma de medidas desde el ejecutivo. Aunar votos en ese sentido resulta imprescindible, incluyendo a quienes, desde la desesperación, se creen que protofascismo lepeniano les ayudaría a salir de su mala situación.

(Imagen: elDiario.es).

lunes, 25 de abril de 2022

Presentado El faro de las musas, una selección de pequeños relatos con Barbate con referencia

El viernes pasado se presentó en la Casa de la Cultura el libro de relatos titulado El faro de las musas. Antología de autores barbateños (Cádiz, Kaizen Editores, 2022). Se trata de una selección de pequeñas historias, en las que hemos participado 23 personas que, por nacimiento o residencia, tenemos alguna relación con Barbate. En algunos casos he tenido la ocasión de leer algunas de sus obras e, incluso, hasta les he dedicado alguna entrada en este cuaderno. Es lo que ocurre con Antonio Aragón Fernández, David Chamorro (El estandarte amatista), Enrique José Sanjuán Varo (El pito de La Chanca), Francisco Malia Sánchez (Barbate ha sido invadido por la pimienta y otros relatosRelatos psicoilógicos o Piel de otoño, entre otros trabajos), Juan Barba García (La ciudad simétricaSombras en el jardín) o Manuel Varo Pérez (Anclado en el paraíso).   

He utilizado antes la primera personas del plural, porque se ha incluido en la selección mi escrito -un relato muy breve o, más bien, un retrato- "El Monte, también llamado el Montelegrí", que ya publiqué en este cuaderno en marzo de 2018 con el título "El Monte". Su origen data de algo más de una década, cuando un grupo de amigos y amigas nos reuníamos periódicamente (casi siempre en casa de Montse y Juanjo) para leer algunas de las cosas que íbamos creando y luego comentarlas, sin otro ánimo que pasar un buen rato. Está dedicado a un personaje muy conocido en esta localidad, ya fallecido, que me llamó la atención cuando llegué hace más de tres décadas: con frecuencia lo veía caminar por las calles, casi siempre cargado de los productos del mar que recogía en su orilla o en las marismas y que luego vendía. 

No puedo por menos que recomendar la adquisición del libro, pues, además de lo que pueda tener de satisfacción en su lectura, los fondos que se recauden irán a parar al Banco de Alimentos existente en el municipio. 


domingo, 24 de abril de 2022

El santuario familiar de la cultura

Desde la altura, cuasi presidiendo, el abuelo Severiano y la abuela Pilar parecían contemplar lo que allí ocurría cada día. Por debajo, el título académico de Jorge dejaba constancia de su buen hacer como músico en proceso de preparación. Y abajo, a la derecha, la guitarra que Seve y el propio Jorge habían comprado cuando acababa la década de los sesenta, completaba el paisaje de una de las paredes. El despacho fue uno de los centros de gravedad de la casa familiar. Un pequeño santuario dedicado a la cultura. El lugar de los libros y del estudio. Una herencia que nuestro padre, también maestro, respetó y cultivó. Ya entrada la década de los años setenta del siglo pasado, algunos de sus hijos, sin pretender ser irredentos, le añadimos una función más: la música. Del magnetofón traído unos años antes de Alemania por Juan Miguel, al principio destinado a escuchar las voces de las tradicionales zarzuelas, fueron emanando las canciones más modernas de los Beatles, Moody Blues, Simon & Garfunkel y otros grupos. Luego llegaron, ya en los primeros reproductores de casetes, las canciones de los Quilapayún, Inti Illimani, Víctor Jara o Violeta Parra que Seve grababa en Madrid. Y, ante todo, cobró importancia la guitarra, que se convirtió en un habitante señero del santuario. Seve dejaba caer su "Abuelo" de Atahualpa Yupanqui o su "Porompompero revolucionario". A dúo, Jose y yo cantábamos lo que se terciase, a veces con el sonido de la flauta de madera, que tenía en "El cóndor pasa" como emblema. Y en trío, con Jorge, dejábamos sentir la armonía de voces con las que experimentaba el hermano músico. Jose, como bajo, yo, como voz principal, y el propio Jorge, con la más aguda, entonábamos, entre otras, "El pueblo unido", la adaptación de la banda sonora de El atentado en "¡Abajo la opresión...!" o el poema de Pedro Salinas "Te busqué con la duda". En solitario practicaba con mis propias composiciones, desde la primigenia "Mundo cruel" hasta las  musicalizaciones que hacía de poemas de Miguel Hernández, Pablo Neruda o Rafael Alberti. El santuario se llenaba, así, de notas musicales. Con los años fue conociendo un trasiego en su ubicación: de la primera habitación a la derecha de la casa pasó a las dos del fondo (primero, la de la izquierda y después, la de la derecha), para finalmente regresar a la del principio. Pero apenas nada cambió, salvo el retrato del abuelo Severiano y la abuela Pilar, que pasó al comedor, o el título de Jorge, que desapareció. Siguieron los libros y la guitarra. Y fueron llegando nuevos moradores, niñas y niños que pululaban a lo largo de la semana para hacer sus deberes escolares, cantar, pintar y a veces hasta entablar largas conversaciones. Siempre respetando ese lugar como un santuario de la cultura. El mismo que supo custodiar nuestra querida hermana. Amén.


sábado, 23 de abril de 2022

viernes, 22 de abril de 2022

miércoles, 20 de abril de 2022

Arte y poesía a Julián Grimau

                    ("A Julián Grimau García", de 
Xaime Quesada; años 60).

La ventana indiscreta I

Otra vez esas radios extranjeras
vomitan contra España su veneno!
Salimos ahora al paso de ese trueno
explicando las cosas verdaderas.

No ha habido tal señor defenestrado
ni se empleó en su trato la tortura.
Tratósele con tacto y con dulzura.
Se le invitó a pasar a lo vedado.

Saludósele allí con cortesía.
Preguntósele por sus actividades
de manera correcta y muy humana.

Díjonos su opinión de la amnistía.
Dijímosle después nuestras verdades
y arrojóse sin más por la ventana.

(“Antón Salamanca”, Alfonso Sastre, 1962)


La ventana indiscreta II

Que haya un cadáver más, ¿qué importa al mundo?
Pero el mundo se agita y se remueve.
En el mil novecientos treinta y nueve
se fusilaba más sin tanto inmundo.

Protestas de masones, liberales,
comunistas, social democristianos,
escritores borrachos, italianos,
gente de mal vivir y radicales.

Pero además, ¿qué pasa? ¿Qué presentas,
mundo, como protesta, inoportuno?
¿Te parece tan grave, pues, la cosa?

¿Tanta importancia tiene a fin de cuentas
que sean un millón o un millón y uno
los muertos de una guerra tan gloriosa?

(“Antón Salamanca”, Alfonso Sastre, 1963)


Canción a Julián Grimau

He conocido el crimen una mañana,
color tiene mi pena de sangre humana.
Sólo nubes y plomo lo presenciaron.
Julián Grimau, hermano,
te asesinaron, te asesinaron.

Ya no nace en la tierra ni un pensamiento
que no lleve esta pena dentro del cuerpo.
Del dolor de mi pueblo, nace mi canto.
Cuerdas de mi guitarra
sois compañeras de nuestro llanto.

Malditos los que viven de la venganza,
mientras mueren los pueblos por la esperanza.
Silencio de mi tierra, ¡qué amargo suenas!,
Las piedras del camino
hoy sangre llevan, hoy sangre llevan.

Nacerá el trigo joven entre besanas.
Las razones, de nuevo pisoteadas.
Pero, a pesar de todo, yo sé que un día
tú estarás con nosotros 
como querías, como querías.

(Chicho Sánchez Ferlosio, 1963).


A Julián Grimau García fusilado hoy en España acusado de “rebelión militar” en 1936

¡Rebelión militar! Señor, ¿quién fue el primero
que ensangrentó la patria pobre que amanecía,
quién la sacó de madre y quién fue el carcelero
que le encadenó el alma con lenta agonía?

¡Rebelión militar! Di, ¿quién fue el asesino
de ayer y que en tu nombre hoy sigue asesinando?
Fulmínalo, Señor, con tu rayo divino,
porque si no, ¿hasta cuándo, hasta cuándo, hasta cuándo?

(Rafael Alberti, 1963).

                    ("A Grimau", de Gracia 
Barrios; 1963).


Elegía rota para un himno.
En la muerte de Julián Grimau

Volvió el cubil a crepitar: serpientes
del rencor, lobos
del odio,
un trueno de uñas lívidas, un río
de alimañas hirvientes,
plomos, ácidos,
espadas purulentas
brotando,
desatándose,
cayendo
sobre dos brazos rotos y una frente
partida.

Llegaba roja el alba,
abril tenía
los tallos de esmeralda
ensangrentados.
                        Lenguas,
lágrimas,
campanas desoladas a lo lejos
sonaron, un idioma
de congoja
y clamor iba subiendo,
como si le arrancaran a un planeta,
de cuajo,
las entrañas.

Entonces fue.
                    Gritó la voz enana,
enloquecida voz, la voz
hedionda,
aulló, gritó, ordenó
sádicamente la ración de crimen
dispuesta para el día
y luego se sentó sobre la Cruz,
sobre la cruz de Roma.
                                 Entonces
fue. El miedo le subía
por los oscuros fondos del instinto.

Pero aquella mirada
frente a las negras bocas
ya humeantes,
aquel torrente quieto
de dulzuras
que el fuego quiso devorar,
aquella
sangre erguida delante del abismo
se alzó sobre la muerte
y ahora vuela,
s e esparce, por la noche
del mundo como un astro. Como un astro
cercano
que podemos tocar desde la tierra.

Mírame, hermano, sol, espejo
de las vidas, oh sí, mírame,
lléname
de tu luz, álzame
en ella,
tu luz que ya convoca
los distantes insomnios, pone olvido
en las viejas heridas,
nos conduce
hasta el fin.
                 Mírame, entrégame
tu tranquila energía, tu centella
de paz.
no te han vencido,
amigo, compañero de la rama
vencida, lazarillo
del más hermoso sueño, no
te han vencido, perduras, ahora estás
entre las cumbres y no obstante,
caminas con nosotros,
te rodean
los brazos que te aman,
siembras,
fundas
los nidos del futuro.

Huya el dolor
a su frontera. Empieza
a amanecer. Yo canto, yo te canto,
de pie sobre mis lágrimas,
con la misma esperanza que tu rostro
tenía
cuando, abrazado a tu estatura
inmensa,
a tu impávida rosa,
ibas naciendo,
como una brisa inmemorial al día
que no acaba, que nunca
acabará.

Dijiste al hacha fratricida
“Este
será tu último golpe”, y luego
a los que te escuchaban
con dolorido estupor: “Seguid, unid
las manos, destronad
a la bestia”.
                  Cuando suena
a orilla de las sombras una música
tan pura y verdadera,
es que del muro
martirizado una diadema está
brotando, una diadema
inagotable
como la sed del tiempo, como el ala
del mar.

Puedes brillar tranquilo,tú lo sabes.
Estamos hechos para la tormenta,
para el beso creador
estamos hechos.
A tu fulgor marchamos. Ya ha crecido,
al borde de tu sombra arbustos
jóvenes.
Ellos te llevan en los labios.
                                        Vamos
contigo a defender la primavera,
contigo
a levantar la nueva casa.

(Juan Rejano, 1963).

                    ("Retrato de Julián Grimau”, de autoría desconocida)


¿Qué dirá el Santo Padre?

Miren cómo nos hablan
de libertad,
cuando de ella nos privan
en realidad.
Miren cómo pregonan
tranquilidad,
cuando nos atormenta
a autoridad.

¿Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas?

Miren cómo nos hablan
del paraíso,
cuando nos llueven penas
como granizo.
Miren el entusiasmo
con la sentencia,
sabiendo que mataban
a la inocencia.

¿Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas?

El que oficia la muerte
como un verdugo
tranquilo está tomando
su desayuno.
Con eso se pusieron
la soga al cuello.
El quinto mandamiento
no tiene sello.

¿Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas?

Entre más injusticia,
señor fiscal,
más fuerza tiene mi alma
para cantar.
Lindo es segar el trigo
en el sembrao
regado con tu sangre,
Julian Grimau.

¿Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas?

(Violeta Parra, 1965).


A Julián Grimau, assassinado em Espanha, em 1963, pelo regime franquista

A morte
foi um esgar
tão evidente
nos seus lábios de dor

nesse dia
as flores traídas
foram um poema
de violência

e a revolta
um grito
quedo na palidez
das espadas homicidas

amanhã
o silêncio
será longo
e irrecusável

[La muerte
fue una mueca
tan evidente
en tus labios de dolor

en ese día
las flores traicionadas
eran un poema
de violencia

y la revuelta
un grito
caído en la palidez
de espadas homicidas

mañana
el silencio
será largo
e innegable].

(Manoel Tavares Rodrigues-Leal, 1966).


Al glorioso general Francisco Franco después que firmó el fusilamiento de Grimau

Mi General...
¡Qué bonita letra tiene usted!
¡Oh, qué preciosa caligrafía de cuartel!
Así escriben los tiranos, ¿verdad?
¡Y los gloriosos dictadores...!
¡Qué rasgos!
¡Qué pulso!
¿Quién le enseñó a escribir así, mi general?
Se dice general y se dice verdugo.
Los dos tienen el mismo rango,
los mismos galones.
El general se diferencia del verdugo solamente
en que el general tiene la letra más bonita.
Para firmar una sentencia de muerte
hay que tener la letra muy bonita...
¡Qué bonita letra tiene usted, mi general!

(León Felipe, 1967).


Yo no sabía que te llamabas Julián Grimau

Tú ya no puedes acordarte,
te han matado,
hijos de puta, Dios mío, te han matado!
No puedes acordarte de mí, pero sabías
que fuimos juntos en el autobús después de la reunión
y era la crisis del Caribe
y llevabas una cartera grande
y eras modestamente heroico,
hombre sin gestos eras
y el color de la calle era tu gris
y un fuego rojo oculto ardía en la mitad de tu corazón
y ahora te digo lo que sé, Julián Grimau,
y es que ese rojo fuego nuestro no se apaga.

(Alfonso Sastre, 1994).

               (Portada del libro de Juan Rejano, obra de Antonio Gutiérrez Luna; 1963)

El asesinato de Julián Grimau, 59 años después


Escuché ayer por la noche en la cadena SER  el reportaje "27 balas, 3 tiros de gracia y una dictadura que se disparó a sí misma: el fusilamiento de Julián Grimau", cuyos autores son Aimar Bretos, Víctor Olazábal e Ignacio Sánchez. Un excelente trabajo, de 45 minutos de duración, que se emitió dentro del tiempo del programa Hora XXV. 

En él se hace una reconstrucción del "polémico caso que mostró ante el mundo las atrocidades que se seguían sucediendo en la dictadura", que tuvo como protagonista a Julián Grimau, uno de los dirigentes del PCE en el interior, que acabó siendo fusilado en la madrugada del 20 de abril de 1963. Detenido en noviembre de 1962, fue llevado de inmediato a la Dirección General de Seguridad, donde sufrió terribles torturas y hasta un intento de asesinato, al ser lanzado desde una ventana de uno de los patios interiores del edificio. Pese a que logró sobrevivir, tras su recuperación fue juzgado por un tribunal militar que lo condenó a muerte bajo0 la acusación de rebelión militar continuada.

Las movilizaciones que se llevaron a cabo en distintos países del mundo y los mensajes enviados por dirigentes políticos y religiosos (el papa Juan XXIII, el cardenal Montini -futuro Pablo VI-, John F. Kennedy, Nikita Jruschev...) no impidieron que el gobierno de la dictadura conmutase la pena. Salvo el caso del ministro Fernando María de Castiella, que ocupaba la cartera de Asuntos Exteriores, todos votaron a favor de la aplicación de la sentencia.

Desde el ministerio de Información y Turismo, que por entonces dirigía Manuel Fraga Iribarne, se organizó una campaña difamatoria contra Grimau, basada en falsedades y dejando de lado las enormes irregularidades habidas durante el proceso judicial, sin contar lo ocurrido con anterioridad tras su detención. Privado de una defensa civil, se recurrió a un letrado militar, Alejandro Rebollo, cuya actuación estuvo cargada de dignidad. Defendió en todo momento su inocencia, pese a las limitaciones que tuvo para ejercer su actividad. Y pasados los años no dudó en reiterar la injusticia cometida.   

Para el reportaje se ha contado con la colaboración de distintas personas, cuyos testimonios ilustran lo ocurrido, desde la dimensión más general hasta la situación vivida por el propio Grimau. Destacan, entre otras, las voces de Enrique Santiago, actual secretario general del PCE; Santiago Carrillo Menéndez, hijo del que era por entonces secretario general del partido y que, aun siendo niño, tenía una relación entrañable con Grimau y su familia; de la historiadora Carme Molinero; de los juristas Juan José del Águila y Carlos Jiménez Villarejo; o del periodista Enric Juliana.

No falta en el reportaje la audición de dos canciones dedicadas por esos años al dirigente comunista, que se hicieron muy famosas durante mucho tiempo, interpretadas por una gran variedad de artistas y cantadas entre quienes luchaban contra la dictadura. 

Una es la que compuso en 1964 Chicho Sánchez, con el título "Canción a Julián Grimau", y que empieza de esta manera:

He conocido el crimen una mañana,
color tiene mi pena de sangre humana.
Sólo nubes y plomo lo presenciaron.
Julián Grimau, hermano,
te asesinaron, te asesinaron.

La otra fue obra de la artista chilena Violeta Parra, cuya letra de "El Santo Padre" acaba así:

Entre más injusticia, 
señor Fiscal,
más fuerza tiene mi alma 
para cantar.
Lindo es segar el trigo 
en el sembrao
regado con tu sangre, 
Julian Grimau

¿Qué dirá el Santo Padre 
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas? 

domingo, 17 de abril de 2022

De cuando cantábamos "Madrecita..."

En mi casa éramos de Raphael frente a Manolo Escobar. "Rapael" y el "Escobero". El primero, con su melenita y canciones como "Yo soy aquel" o "Digan lo que digan", representaba, en cierta medida, un aspecto de la modernidad de esos años. En cambio, el cantante de Almería, con sus coplas facilonas y pegadizas, tipo "Porompompero" y demás, nos parecía pachanguero. Pero, en algo que no dejó de ser raro, en el curso 67-68 empecé a cantar eso de "Madrecita María del Carmen, / hoy te canto esta bella canción...!".  Y mi madre, sorprendida, me decía: "Hijo, ahora te gusta Manolo Escobar". Fue una fiebre pasajera y el culpable no fue otro que un compañero de clase con el que, además, regresaba cada día a casa, tanto al mediodía como por la tarde. El mismo con el que sufrí un percance que pudo salirnos caro, después que, a la salida del colegio, a un camión se le rompiese en una curva el cajón de su carga, que estaba lleno de ruedas y que casi nos aplastan. Eso, con la ayuda de la "Madrecita", reforzó nuestra amistad. Luego, acabado el curso, nos separamos, a lo que se añadió que él empezó el bachillerato en el colegio de curas contiguo a donde trabajaba su padre, mientras en mi caso se decidió en casa que lo retrasara hasta los once añitos. Aunque un año después volvimos a coincidir en el mismo colegio, la amistad se había diluido. Hubo una salvedad en el verano del 70, cuando, durante la estancia en la finca que el colegio tenía en el entorno de la sierra de Béjar, lo elegí en primer lugar para formar parte de mi grupo de campamento. ¡Y qué papel hizo durante las "noches de campamento" que a diario se organizaban! Era prodigioso imitando a personajes como Félix Rodríguez de la Fuente, César Pérez de Tudela o ese Secundino Gallego, conocido como "el hombre de los pájaros", que se hizo famoso en un concurso de televisión. Ha pasado prácticamente medio siglo desde entonces y apenas he tenido conciencia de haberlo visto más veces. Hasta hace unos días, que apareció con su cara sonriente en una fotografía publicada en feisbuk. Estaba reconocible, pese al paso de los años. Y como novedad, provisto de un bigote llamativo, que me recordó al que llevaba su padre. ¡Qué bueno!

jueves, 14 de abril de 2022

El Himno de Riego a través del tiempo

Los orígenes del Himno de Riego datan del Trienio Liberal (1820-1823), periodo en el que se recuperó la vigencia de la Constitución de 1812, que en 1814 había sido derogada por el rey absolutista Fernando VII. A lo largo del siglo XIX y el XX estuvo asociado, primero, a la lucha de la libertad frente al absolutismo; luego, como ariete contra los gobiernos monárquicos corruptos; y, ya desde 1939, contra la dictadura. 

Si nos atenemos al historiador Manuel Tapia Ledesma, basándose en un documento depositado en la Biblioteca Nacional, fue compuesto entre el 1 y el 7 de febrero de 1820 en el municipio gaditano de Algeciras (1). Más concretamente se refiere al escrito que redactó en el mismo año Evaristo Fernández de San Miguel, autor de la letra por encargo del propio Del Riego, cuyo largo título empieza de esta manera: Memoria sucinta sobre lo acaecido en la columna móvil de las tropas nacionales al mando del comandante general de la primera división Don Rafael del Riego. En su página 6 puede leerse lo siguiente: "Dadas estas disposiciones la Columna continuó su marcha tranquila y lentamente. Resonaron por toda ella las voces de Viva la Constitución, viva la Patria, como era de costumbre, y se entonó la canción patriótica y guerrera que se había compuesto en Algeciras".

Rafael del Riego, que estaba al frente del Batallón Asturiano y tenía como destino embarcar rumbo a América, decidió el el 1 de enero de 1820, durante su estancia en el municipio sevillano de Las Cabezas de San Juan, proclamar la Constitución aprobada en Cádiz y recorrer distintas localidades andaluzas para conseguir su propósito. Entre 1822 y 1823 se erigió en la "marcha nacional de ordenanza", con validez de himno oficial del país, cosa que se repitió durante la Primera República (1873) y la Segunda República (1931-1939). En este último caso el decreto que lo formalizó data del 5 de mayo de 1931 y como tal siguió hasta su anulación definitiva en 1939 (2).

La autoría de su música se atribuye en la mayor parte de las ocasiones a José Melchor Gomis. Sin embargo,  tal como defiende José Antonio González Serena (3), pudo haber estado inspirada en una tonada pirenaica, originaria de la localidad oscense de Benasque.

Distinto es el caso de la letra, donde nunca ha habido duda a la hora considerar a Evaristo Fernández de San Miguel como su autor. La primera estrofa y el estribillo rezan así:

Serenos, alegres,
valientes y osados,
cantemos, soldados,
el himno a la lid.

De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid

Soldados, la patria
nos llama a la lid.
Juremos por ella,
"vencer o morir".

Con el paso de los años ha ido conociendo otras letras, pero nunca con rango oficial. La más conocida, con un claro carácter anticlerical, era ésta:

Si los curas y frailes supieran
la paliza que les van a dar,
subirían al coro gritando:
"¡Libertad, libertad, libertad!".

Durante la dictadura se solía sustituir la palabra "frailes" por el nombre de "Franco". 

Otro aspecto a tener en cuenta del himno deriva de la interpretación, pues ha estado ligada a situaciones curiosas. Un ocurrió en 1967 en Praga, durante la celebración del partido de fútbol entre Checoslovaquia y España, lo que provocó una protesta por parte de las autoridades españolas. Años más tarde, en 2003, el trompetista James Morrison lo interpretó durante la inauguración de la final de la Copa Davis de tenis, provocando reacciones extrañas entre los componentes del equipo español y las consiguientes protestas oficiales. 

Y para finalizar, aprovechando la ocasión que nos brinda la fecha de hoy, voy a ofrecer la posibilidad de escuchar distintas versiones dl Himno de Riego, grabadas en distintas épocas, que he podido encontrar a través de YouTube:

versión orquestal y coral, con voz del tenor Miguel Fleta (1932); 
versión orquestal y coral en alemán, cantada por Ernest Buch (1936-1939);
secuencia de la película ¡Ay, Carmela!, dirigida por Carlos Saura (1990);
versión con trompeta, interpretada por James Morrison (2003);


Notas

(1) Europa Sur (2020): "El himno de Riego, con DNI algecireño", 21 de enero (Algeciras El himno de Riego, con DNI algecireño (europasur.es)).
(2) Víctor Sánchez Martín (2010): "Riego y su himno en la política simbólico-nacional de la II República" ((96) Riego y su himno en la política simbólico-nacional de la II República | Víctor Sánchez Martín - Academia.edu).
(3) Samuel Martínez (2021): "El Himno de Riego: de su posible origen en los Pirineos a la incomodidad de los anarquistas en la República, en elDiario.es, 19 de julio (El Himno de Riego: de su posible origen en los Pirineos a la incomodidad de los anarquistas en la República (eldiario.es)).


(Imagen: Europa Sur).

En el 14 de abril... "acerquemos otra vez aquellas horas a nuestro corazón"

 


martes, 12 de abril de 2022

Se consumó lo previsto en Castilla y León

Ayer, coincidiendo con el acto de investidura de Alfonso Fernández Mañueco, firmé un escrito elaborado por el Movimiento Feminista de Salamanca y otros grupos de Castilla y León en el que denuncia el significado del acuerdo suscrito entre el PP y Vox para el gobierno de la Comunidad. Junto a la continuidad en el modelo  neoliberal  desarrollado durante los 35 años anteriores por el PP, entre las novedades se encuentran lo relativo a la marcha atrás en los derechos de las mujeres, la memoria histórica y democrática, y las personas inmigrantes. El PP ha asumido el  discurso ultrarretrógrado de Vox, en la dirección de derogar, restringir o vaciar de contenido la legislación autonómica aprobada, y limitar el alcance de la existente en el conjunto del estado.

La actitud dentro de la dirigencia y los cargos representativos del PP ante este giro apenas está teniendo voces discordantes. En Castilla y León sólo se ha hecho oír Rosa Valdeón, que fue consejera hasta 2017, denunciando hace unas semanas la nueva situación. Lo más que estamos viendo estos días son gestos vergonzantes y vergonzosos, como el del nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien, sin rechazar el pacto y lo que conlleva, no acudió ayer a la investidura. La deriva del PP hacia la derecha extrema cada vez es más peligrosa, con el riesgo que tiene de que ese espacio acabe por ser ocupado por Vox, su nuevo socio de aventuras. Una actitud que no concuerda con la que otros grupos conservadores europeos (¿todavía?) están mostrando.

(Imagen: tratamiento digital sobre una fotografía publicada en El Español).

lunes, 11 de abril de 2022

Macron y Le Pen repiten para la segunda vuelta, mientras Mélenchon se queda a las puertas

Ayer se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. Y los resultados han permitido que Emmanuel Macron, con el 27'8% de los votos, y Marine Le Pen, con el 23'1%, pasen a la segunda para disputar la presidencia del país. Se repite, así, lo ocurrido en 2017. El candidato más preclaro de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, ha obtenido el 22%, acercándose a la candidata de extrema derecha. Bastante por detrás ha quedado el resto de contendientes, destacando el 7'1% de Éric Zemmour, aún más extremo que Le Pen; el pobre 4'8% de Valérie Pécresse, representante de lo que queda de gaullismo; o el paupérrimo 1'8% de la socialista Anne Hidalgo.

Por bloques, la extrema derecha ha sumado el 30'2%; la derecha, el 37'8%; y la izquierda, el 32'1%, incluyendo en ella a Los Verdes (4'6%) y el Partido Socialista. Unos resultados que, sin contar el 35% de votantes que se han abstenido, podrían dar una idea de cómo está posicionada políticamente la sociedad francesa. Algo que quizás habría que matizar, dado que el centrista liberal Macron se ha beneficiado, a su izquierda y a su derecha, de votantes que han optado por lo útil. 

Lástima que Mélenchon, por tan sólo 421.420 votos (1'1%), no haya podido superar a Le Pen. Lo ha tenido muy difícil, después de la retahíla de improperios y falsedades lanzada desde los medios de comunicación y candidatos conservadores, verdes y socialistas. La misma Anne Hidalgo llegó a acusarlo de ser "el candidato de Putin". Mélenchon podría haber aprovechado también los 1.288.783 votos (3'7%) que han obtenido por separado los tres candidatos de la izquierda radical (2'3%, el Partido Comunista). Hubiera supuesto la posibilidad de confrontar la apuesta neoliberal y atlantista que representa Macron con la progresista, popular y antiatlantista del candidato de la Francia Insumisa. 

Lo previsible es que Macron repita la victoria sobre Marine Le Pen. En Francia, donde la extrema derecha no para de fortalecerse, lo más probable es que siga haciéndose valer por parte de buena parte de su población el cordón sanitario contra la extrema derecha xenófoba, patriarcal y protofascista