jueves, 30 de julio de 2020

¡No a la mina de uranio en Retortillo!

















He leído el artículo de Juantxo López Uralde "La mina de uranio de Berkeley, una amenaza evitable", aparecido esta mañana en el diario digital Público. El diputado de Unidas Podemos se refiere al proyecto que la empresa australiana Berkeley sigue desarrollando en el término municipal de Retortillo (Salamanca), aprovechando los recursos existentes en la zona, que en décadas pasadas sirvió, a través de la mina de Saelices el Chico, para el abastecimiento de buena parte del mineral que se procesaba con fines industriales y energéticos. 

López Uralde, sólo en lo referente a la posible explotación de la mina en Retortillo,  señala lo siguiente: "Un reciente estudio de investigadores de  la Universidad Politécnica de Madrid confirma que los agentes meteorológicos pueden provocar la dispersión y disolución de los minerales presentes en zonas de minas de uranio antiguas y transportarlos hasta los acuíferos y la transferencia de contaminantes a la cadena trófica". 

Y es que los riesgos de lo nuclear, en sus distintos modos de uso (civil y militar) y en cada una de las fases del tratamiento, son evidentes. Más allá de los casos más llamativos y dramáticos (Chernobil, Fukusima...), la mayor parte de las consecuencias son desconocidas por la opinión pública. El lobby nuclear es muy poderoso, pese a los esfuerzos que se hacen desde el movimiento ecologista y la resistencia que suele darse en las zonas afectadas por lo nuclear. 

Salamanca es una provincia donde lo nuclear sigue presente (fábrica de combustible nuclear en Juzbado, proyecto Berkeley...). Pero nunca ha faltado la lucha ciudadana para combatirlo, así como la actividad de grupos ecologistas, entre los que se encuentra el veterano Comité Antinuclear de Salamanca, que hunde sus raíces en los años centrales de la década de los 70. Las movilizaciones siempre han estado presentes, como la habida hace un par de años en el mismo Retortillo y que fue un gran estímulo. Pero no pueden perderse.   
  
Allá por 1986, en plena conmoción del accidente ocurrido en Chernobil, mi amigo Nicolás Martín Sosa fue claro cuando advirtió sobre quienes "tratan de apartar de [las] mentes [de la gente] el auténtico fantasma que esta tecnología cierne sobre nuestras vidas"*. No está de más recordarlo.

*Nicolás M. Sosa: "Chernóbyl nunca más. Informe sobre la inseguridad nuclear" (Comité Antinuclear de Salamanca, junio de 1986). 

lunes, 27 de julio de 2020

María Salmerón, víctima de maltrato, no puede entrar en prisión

En la justicia española sigue habiendo enormes deficiencias. Aunque no sólo, porque la actitud de determinados miembros de la judicatura refleja una visión de la sociedad insensible a situaciones de alta vulnerabilidad sobre determinadas personas y colectivos. 

Y es que en esta ocasión lo que está ocurriendo con María Salmerón resulta escandaloso, degradante y, por supuesto, injusto. Víctima de la violencia de género hace dos décadas, su compañero fue condenado a 21 meses de cárcel, que ni los cumplió ni fueron sustituidos por trabajos para la comunidad, y alejamiento. 

María luchó para que el padre de su hija, como maltratador, no tuviera derecho al régimen de visitas, razón por la cual no la llevaba al punto de encuentro estipulado. Por ello fue condenada en tres ocasiones e indultada otras tantas por el gobierno, que valoró las "circunstancias excepcionales" del caso, aunque, a cambio, debía prestar trabajos para la comunidad y abonar la responsabilidad derivada. Desde los 13 años su hija, que ahora tiene 20, se negó a ser visitada por su padre. 

El Tribunal Supremo, sin embargo, anuló el indulto y hace un año la jueza de un juzgado de Sevilla, Eva María Medina, decidió que debería cumplir nueve meses de condena por "un delito continuado de desobediencia grave a la autoridad, con la concurrencia de la circunstancia agravante de reincidencia". Y ahora ha decidido su ingreso inmediato en prisión.

María ha sido rotunda acerca de lo que le está ocurriendo: "Mi exmarido quiere acabar conmigo y la justicia está siendo su cómplice en el maltrato".

domingo, 26 de julio de 2020

Insultos misóginos y homófobos contra Yolanda Díaz y Juan Carlos Monedero

Decir "¡cerda!", "¡golfa!", "¡roja de mierda!" o "¡hija de puta!" fueron algunos de los insultos que un grupo de protaurinos le lanzó ayer en Toledo  a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. No les faltó golpear su coche y arrancar uno de los retrovisores, donde participó el banderillero Luis Blázquez. Éste más tarde no tuvo empacho en publicar en una conocida red social el siguiente mensaje: "Ministrilla @Yolanda_Diaz_ cdo veas esto. Ojala,no te deje dormir en tu vida.Te acuerdes de tus seres cercanos y si tnes hijos......decirles q, no merecen una Madre, así". Defendían que la tauromaquia es cultura. 

Luego le tocó el turno a Juan Carlos Monedero, esta vez en el municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Allí un grupo de exaltados lo increparon en el bar donde se encontraba  le obligaron a abandonarlo. Entre las lindezas que pronunciaron estaban las de "¡vete a  tu puta cloaca, maricón de mierda!", "¡cabrón!" o "¡vete de España!". 

El tratamiento de los medios de comunicación ha sido variado, en la medida que en los de la derechona han evitado mencionar ese tipo de insultos, tanto en los titulares como en el contenido. Y como muestra, Periodista Digital y Voz Pópuli. Para el primero, dirigido por Alfonso Rojo: "Los taurinos ‘empitonan’ a la podemita Yolanda Díaz por el descabello a sus economías" o "Los clientes de un bar echan a Monedero y el de Podemos ‘llora’ e insulta a VOX". Y para el segundo, que lo dirige Jesús Cacho y se autodefine como de conservadurismo liberal: "Escrache taurino a Yolanda Díaz en Toledo" y "Escrache e insultos a Monedero en un bar de Cádiz: '¡Vete a tu cloaca!'".

Una de las reacciones en Vox sobre lo ocurrido fue la de Macarena Olona, dirigente y diputada de la formación, que justificó lo ocurrido: "Habéis traído la miseria y la desgracia a España. Teóricos de universidad jugando a ser políticos con nuestras vidas. En esos gritos no hay ideología. Hay desesperacion. Vosotros seguid con vuestra cortina del 'Todo es ultraderecha'. Tic tac tic tac".

Y es que la misoginia, la homofobia y la incultura forman parte del fascismo.

viernes, 24 de julio de 2020

Cuatro estampas y tres poemas del verano de 1979

Mi verano de 1979 fue bastante movido. Había acabado el curso y emprendí un viaje en autobús rumbo a Barcelona con el fin de buscar un trabajo en la hostelería. Estuve en Calella y Arenys de Mar, pero no dio resultado. Como tenía un amigo trabajando en El Vendrell, en Tarragona, me fui en su busca y di con la pensión donde pernoctaba. Le dejé una nota, pero un error de un empleado me hizo creer que allí no paraba. Decidí volver a Salamanca, no sin antes aprovechar la llegada de la noche para visitar en Barcelona el Museo Picasso o ver dos películas: El regreso, de Hal Ashby, y La caza, de Michael Cimino. De esta última, además, se me ha quedado grabada como imperecedera la pieza principal se su banda sonora, esa "Cavatina" genialmente interpretada por John Williams. 

Ya en casa, Jose me convenció para viajar a la Seo de Urgell, desde donde cada día se trasladaba a Andorra la Viella, junto a Espe y su amiga Merche,  para trabajar en los grandes almacenes de la ciudad, los famosos Pyrenées. No me lo pensé dos veces y me puse de nuevo en camino. En Lleida conocí a un jornalero andaluz, afiliado al SOC, que iba recoger fruta y juntos hicimos parte del viaje que me llevó a la Seo. Fue en el parque de la  ciudad donde había quedado con mi hermano, que me encontró durmiendo, vencido por una noche entera sin haber dormido. En Andorra me tuve que hacer una foto, que aún conservo, y, cada vez que veo, pienso en la impresión que debía causar sin afeitar y despeinado. La cosa resultó desesperante, porque cada día me encontraba con un "si no hay permiso de la policía, no hay contrato" y con otro "si no hay contrato, no hay permiso de la policía". 

Derrotado, regresé de nuevo a casa. Allí estaba Jorge, deseoso de la complicidad de mi compañía y en busca de sus aventuras. Un día asistimos al festival que se había organizado en el Pabellón de Deportes con motivo del triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua. Fue bonito, por emotivo, y se hizo con una cinta con canciones de Carlos Mejía Godoy. Entre ellas estaba el poema que Tomás Borge dedicó a Carlos Fonseca, cuyos versos aún recuerdo:"Poseídas por el dios de la furia / y el demonio de la ternura, salen de la cárcel mis palabras / hacia  la lluvia. / Y sediento de luz te nombro, hermano, / en las horas de aislamiento. / Vienes derribando los muros de la noche, / nítido inmenso.

Luego me desplacé a Miraflores de los Ángeles, en la sierra madrileña de Guadarrama, donde Seve, me invitó a pasar unos días con él, África y la pequeña Diana. Allí estuvimos, viajando por distintos lugares de la sierra, intentando abrir el suelo con un pico para un huerto imposible y observando por la noche el cielo estrellado. Y como música de fondo, escuchando a Pablo Milanés y la novedad que suponía el rock andaluz con Alameda, su disco homónimo y esa canción que empezaba  con "La luna se levanta tiento a tiento, / suenan sones, palmas y quejas, / un manto de cristal al firmamento, / ¡ay!, susurros que la noche deja".  

De esas semanas conservo muchos recuerdos. Y también, varios poemas y hasta algunos dibujos míos. Son humildes muestras de lo que vi y sentí.        
    

Mar

Desde aquí te veo, 
mar,
y casi me tocas con tus olas,
olas de fuerza y espuma,
olas de genio y bravura,
como si estuvieras enfadada
-no sé por qué-.
Cuando te vi de niño,
apenas me sorprendí,
pero hoy,
bajo el sol y con la brisa que me acaricia,
me tienes inquieto.

(Arenys de Mar, 12-07-1979).


Lejos de mi tierra

Llegué lejano,
al lugar de las montañas
y la hierba verde.
Llegué lejano,
sudoroso,
cansado 
y expectante de lo que ha de venir.
Llegué lejano,
cerca de una mayor lejanía
y sin pensar en el viaje de vuelta,
en lo que habré de obtener cada día,
en lo que ahora no pasa de ser un sueño.
Llegué lejano,
aquí,
y, sentado junto al agua que corre tímida,
espero lo que ha de venir.

(Seo de Urgel, 28-07-1979).


Nicaragua

Años de sangre y lucha,
de muerte y dolor,
de lágrimas y sacrificio.
Pero ya pasó el tiempo del pasado
y hoy,
cuando se inicia el porvenir,
podemos hacer un homenaje a los caídos
y celebrar el triunfo de la esperanza.
Nicaragua, la victoria.

(Dedicado a la lucha de un pueblo heroico que, conducido por el FSLN, logró asentar una derrota a la dictadura y el imperialismo yanqui).


(Salamanca, 5-08-1979).








Alexandria Ocasio-Cortez a Ted Yoho: "Mis padres no me criaron para aceptar los insultos de un hombre"

Hace unos días el miembro de la Cámara de Representantes Ted Yoho le soltó un "maldita/jodida perra/zorra/puta" (según se quiera traducir la expresión) a su colega Alexandria Ocasio-Cortez. Un insulto que fue captado por varias personas que presenciaron en los pasillos de la sede parlamentaria una discusión entre dos representantes republicanos y la congresista por Nueva York, miembro del partido Demócrata. Ésta, en una de sus intervenciones, había relacionado  la subida de robos y hurtos en su ciudad con los problemas que hay en muchas familias para poder adquirir alimentos, poniendo el acento del problema en la desigualdad y la pobreza. 

Demasiado para un varón, blanco, empresario y miembro del Partido Republicano, que acabó autorretratándose en toda su dimensión como clasista y macho. Y es que el escándalo provocado por su insulto fue tal, que se vio obligado a pedir disculpas en la misma sede de la cámara alta estadounidense. Pero, claro, a su manera. Primero, diciendo que no dijo lo que dicen que había dicho, pero que si sus palabras habían molestado que las retiraba. Luego, haciendo gala de ser buen marido y buen padre, recordando que tenía esposa y dos hijas. Y, por supuesto, dejando constancia de su profesión de fe religiosa, familiar y patriótica con  un "no me puedo disculpar por mi pasión o por amar a Dios, mi familia y mi país". 

La respuesta de Ocasio-Cortez fue rotunda. De origen puertorriqueño, socialista y perteneciente a una nueva generación de congresistas en su partido, más sensible a los problemas sociales, feministas y antirracistas, pronunció un discurso donde desarmó la ideología del heteropatriarcado y la doble moral de quienes la profesan. De los diez minutos que duró su alegato, dijo frases como éstas: 

"todas las mujeres nos hemos tenido que enfrentar a esto, de alguna forma, en algún momento de nuestras vidas (...). Este tipo de lenguaje no es nuevo para mí (...) y ése es el problema, (...) que no es puntual. Es cultural. (...), es una cultura de la impunidad, de la violencia, el lenguaje violento contra las mujeres y una estructura de poder que lo apoya (...) [El señor Yoho] vino a esta Cámara a poner excusas sobre sus actos y no estoy dispuesta a pasar por ahí (...). Me parece inaceptable usar a las mujeres. Nuestras mujeres, nuestras hijas como escudo y como excusa de un comportamiento deplorable (...). Yo también soy hija de alguien (...). Mis padres no me criaron para aceptar los insultos de un hombre".         

miércoles, 22 de julio de 2020

De putas y señoras, con reyes de por medio

El señor Jaime Peñafiel, veterano profesional de la prensa rosa-real nos ha salido con una frase, que parece una sentencia y que tiene mucha miga. Ha dicho el hombre que "los reyes nunca pueden acostarse con putas, sino con señoras". Lo ha soltado con motivo del lío judicial en que está metido el emérito. Ya se sabe, cosas de comisiones millonarias, cuentas en Suiza, blanqueo de dinero, regalos... Negocios, vamos. Según el criterio del citado periodista, puede sacarse como conclusión que las putas largarían y las señoras se mostrarían discretas. Las primeras buscarían el dinero y las segundas... no sé, quizás el amor, una aventura, un desahogo... Las  primeras serían perversas y las segundas... modélicas. Vamos, que Corinna sería una puta. Bárbara Rey... también. Marta Gayá, por su discreción, una señora. Y por supuesto, la esposa real, doña Sofía de Grecia, una profesional. De la realeza, claro. Ha sabido estar en su sitio. Como buena esposa, madre y reina. ¿Cuestión de clases? Pero... ¿la tal Corinna, aun divorciada, no se apellida Zu Sayn-Wittgenstein y tiene el tratamiento de alteza serenísima? Hay putas y putañeros, señoras y señores, y aquí, en España, un rey-rey y un rey-emérito... Y machos, muchos machos. ¡Ay!

(Imagen: viñeta de Kalvellido).

lunes, 20 de julio de 2020

Juan Marsé, un aprendiz de joyero que se hizo maestro de palabras




















Murió Juan Marsé, un escritor que se encuentra  entre quienes más obras de literatura he leído. Nada menos que 15: diez novelas, cuatro cuentos y un libro de recuerdos personales. 

Y por este orden cronológico: Últimas tardes con Teresa (Barcelona, Bruguera, 1981); Si te dicen que caí (Barcelona, Bibliotex, 2001); Canciones de amor en Lolita's Club (Barcelona, Círculo de Lectores, 2005); Un día volveré (Barcelona, Debolsillo, 2003); El amante bilingüe (Barcelona, Debolsillo, 2007); Ronda de Guinardó (Barcelona, Crítica, 2005); La oscura historia de la prima Montse (Barcelona, Argos-Vergara, 1979); Rabos de lagartija (Barcelona, Debolsillo, 2003); El embrujo de Shangha(Barcelona, Debolsillo, 2009); La muchacha de las bragas de oro (Barcelona, Debolsillo, 2009); Historia de detectives (Barcelona, Debolsillo, 2004); El fantasma del cine Roxy (Barcelona, Debolsillo, 2004); Teniente Bravo (Barcelona, Debolsillo, 2004); La gran desilusión (Barcelona, Seix Barral, 2004); El moco nacional (Babelia, 2018).

No pretendo hacer una disección de cada una de esas obras, pero sí me voy a detener en tres de ellas. Se trata de Últimas tardes con Teresa, Si te dicen que caí y Un día volveré. En todas ellas, como en la mayor parte de sus obras, Marsé nos presenta un universo variopinto de personajes que provienen de ámbitos sociales y culturales antagónicos, confrontando a quienes salen de los barrios populares barceloneses y quienes lo hacen de los burgueses. Cargados los primeros de derrotas pasadas, miserias presentes, anhelos de promoción social, frustraciones permanentes... Y los segundos, saliendo casi siempre airosos gracias a la malla que los protege en su condición social. Un Marsé que se muestra a la vez, rudo, transgresor, irónico, mordaz, tierno... Y que se autorrefleja o autorretrata parcialmente en algunos de los personajes, pero de los de raigambre popular, porque fue entre esa gente donde nació y creció durante los primeros años de su vida.     


Me inicié en sus libros con Últimas tardes con Teresa, que además fue la que inauguró su lista de premios. Narra la historia de la atracción de dos jóvenes de orígenes sociales antagónicos, pero que buscan/encuentran un nexo de unión. Él, Manolo, conocido como el "Pijoaparte", un muchacho de barrio entre macarra y delincuente de baja monta, que apunta hacia arriba. Y ella, Teresa, una "pija bien", sensu stricto, que quiere experimentar el sexo desde una perspectiva transgresora. 


Me encantó el relato de su niñez y adolescencia, en plena postguerra y el arranque del desarrollismo de los sesenta, que hizo en Si te dicen que caí, poniendo al descubierto la dureza de la vida en uno de los barrios llenos de gente derrotada tras la guerra civil, el de Guinardó. Y lo hizo de tal manera, que no pudo publicarse en España hasta 1976, muerto ya el dictador. Un título que alude a un verso del himno falangista y que hace de las aventis, los relatos de las aventuras entre reales e imaginadas de esos jóvenes, una novedad estilística original. Todo, para acabar con esos "Hombres de hierro, forjados en tantas batallas, soñando como niños".


Y me atrapó Un día volveré, escrita en 1982, cuando la transición ya se había consolidado, una especie de ajuste de cuentas con el pasado, reivindicando la postura de quienes, derrotados en la guerra y encerrados en las cárceles, no se resignaron. O, dicho en palabras de Rafael Chirbes, "el novelista se negaba a poner a los perdedores atrabajar al servicio del nuevo orden". Su "hoy ya no creemos en nada, nos están cocinando a todos en la olla podrida del olvido" que aparece al final del libro puede estar cargado de pesimismo, pero, dicho en palabras de Rafael Chirbes, "el novelista se negaba a poner a los perdedores atrabajar al servicio del nuevo orden"*. Como hizo años después otro novelista, Antonio Vázquez Montalbán, volviendo a tratar ese tema en El pianista (Barcelona, Debolsillo, 2004), con un resultado también excelente.


Se nos fue Marsé, maestro  del realismo literario, pero no homogéneo, sino en permanente evolución. Quien casi de niño se iniciara en el oficio de joyero, acabó transmutándolo, ya como maestro, en el trabajo con otro tipo de joyas, las hechas con palabras.  

*Rafael Chirbes, "De qué memoria hablamos"; en Carme Molinero (ed.), La Transición, treinta años después (Barcelona, Península, 2006).

sábado, 18 de julio de 2020

El golpe militar de julio de 1936 en Barbate: fascismo y represión



Cómo transcurrió el golpe militar en Barbate

Lo sucedido en Barbate el 18 de julio de 1936 fue diferente a la localidad de Vejer de la Frontera. No hubo resistencia, pues Julián Merelo, alférez de Carabineros, y Antonio Naval Mellado, cabo de la Guardia Civil, apoyaron la sublevación desde el primer momento. Tal como se reflejó en una nota mecanografiada, aunque sin fecha, que estaba incluida dentro del conjunto de documentación recopilada por el comandante del Estado Mayor José Cuesta Monereo, la Guardia Civil “se sumó a la Causa”, llevando a cabo la detención de 24 dirigentes y significados elementos del Frente Popular, no así de otros 18, que lograron huir[1]. No estamos ante unas conjeturas, sino dentro de la información elaborada en el ámbito de un cuerpo armado que tenía como destino el corazón de la sublevación militar en Andalucía.

En el caso de Zahara de los Atunes fue el día 19 cuando el mando de la Guardia Civil leyó el Bando de Guerra en la plaza Marqués de Tamarón[2]. También en esta localidad se llevaron a cabo detenciones, en algunos casos con la intención de  proceder a las correspondientes ejecuciones. Entre esas personas estuvieron el maestro Manuel Abel Romero, al que se le aplicó el Bando de Guerra[3], y Juan Conejo García, conocido como Juan “el Largo”, quien se libró de la muerte cuando era conducido por una patrulla de falangistas en una camioneta, al parecer porque se desmayó al poco de salir de la localidad[4].

Hasta el día 20, cuando Vejer fue ocupado por las tropas sublevadas, la situación de Barbate fue algo más que de una calma tensa. Junto a las detenciones, hubo también huidas, o intentos de hacerlo, hacia la zona republicana de mucha gente. La provincia de Málaga era la única colindante con la de Cádiz donde no había triunfado el golpe, por lo que, sin saber el número, muchas personas tomaron esa dirección desde Barbate.  Pero, quizás la mayoría, estuvieron también quienes se escondieron, dudaron o intentaron pasar desapercibidos.

Francisco Javier Tato Anglada intentó huir con su familia en un barco de pesca, pero fue devuelto a Barbate por el propio patrón de la embarcación. Tras la entrada de las tropas sublevadas en Vejer siguieron produciéndose detenciones. Entre ellas estuvo la del propio Tato Anglada, que permaneció recluido durante varios días en el depósito municipal hasta su traslado a la cárcel de Vejer. Finalmente pasó a disposición de las instancias militares provinciales, que actuaron con arreglo a las disposiciones establecidas en los bandos de guerra y en la justicia militar.

El orden militar quedó, pues, establecido en la localidad desde el primer momento y junto a la sucesión de detenciones empezaron a darse las primeras ejecuciones, sin que sepamos cuándo ni dónde tuvieron lugar. En todo el municipio de Vejer empezó a cobrar formalidad el nuevo poder local, tanto en su vertiente institucional como en la que se derivaba de FE y de las JONS, el partido que acabó erigiéndose en el baluarte político del momento. En las aldeas de Barbate y Zahara de los Atunes, aun cuando dependían política y administrativamente del municipio matriz de Vejer de la Frontera, también se aprovechó la autonomía que les confería su carácter de pedanías para extender la nueva forma de entender la autoridad.

Y en medio de esos movimientos el 26 de agosto tuvo lugar un episodio militar que ilustra la importancia estratégica que Barbate jugó en el desarrollo de los primeros momentos de la sublevación. Dado el apoyo que los armadores de la localidad estaban ofreciendo a los golpistas, colaborando con sus barcos en el traslado de contingentes militares desde el norte de África, el buque de la armada “Churruca”, leal al gobierno republicano, recibió la orden de bombardear la zona industrial de la localidad[5]. Más allá del pánico colectivo generado, con parte de la población huyendo a otras zonas del término municipal, en ningún momento el buque disparó sobre la población, por lo que no se ocasionaron víctimas[6]. 

Quien había sido la cabeza de la Falange local, Agustín Varo Varo, regresó el día 22 a Barbate[7], procedente de Cádiz. Había sido puesto en libertad junto con otros miembros de su partido que habían sido detenidos días antes a raíz de los asesinatos de los hermanos Juan y Manuel Caro Marín. Lo hizo con el nombramiento de Jefe Local de FE y de las JONS, y, al poco, el de Alcalde Pedáneo por el también recién nombrado Alcalde del municipio, José Mera Salguero. El papel de ese partido resultó crucial en la búsqueda de información sobre las personas vinculadas al Frente Popular, en la organización de la vigilancia y en la de la movilización de la gente hacia el frente de guerra.

Fue el momento de las adhesiones, más o menos interesadas, a lo que se denominó como Glorioso Movimiento Liberador de España. También fue el momento de la atracción de personas que antes habían formado parte de grupos republicanos e incluso de sindicatos, como la CNT, con el fin de dotarse del personal que se necesitaba para poner en funcionamiento la nueva maquinaria político-institucional y de ampliar la base social del régimen político que estaba naciendo.

Fue, por supuesto, el momento en que el miedo se apoderó de una buena parte de la población, si no de la mayoría. Y las reacciones fueron dispares, siempre, como común denominador, buscando la supervivencia. Se ha contado que en el momento del golpe se quemaron los documentos que estaban en manos de la CNT, especialmente los relativos a las dichas de afiliación[8]. Una forma de intentar borrar el rastro que pudiera poner en peligro a la gente, independientemente de lo que se pudiera conocer de aquellas personas que habían jugado un papel más relevante en el sindicato.

En buena parte empezó a darse una especie de sálvese quien pueda y más si habían tenido vinculación con grupos obreros o de adscripción republicana de izquierdas. Muchos huyeron a la zona republicana desde la propia localidad, desde caladeros de pesca alejados o desde almadrabas de otros puntos de la costa gaditana.

Hubo gente que, si no se adhirió al régimen naciente, sí se mantuvo en silencio o intentó pasar desapercibida. No faltó quien se refugió en un lugar apartado de un término municipal cercano.

Y en ese momento estuvieron quienes, atenazados por el pánico, acabaron  resignándose ante una dura realidad. A modo de ejemplos, estaba quien, siendo demasiado joven, acabó presentándose a las autoridades para ser movilizado; quien por presiones de familiares, que temían represalias, desechó la huida a la zona republicana y acabó combatiendo en las filas del ejército sublevado; quien se enroló en las filas de los requetés carlistas para no hacerlo con quienes días antes del golpe militar habían asesinado a sus dos hermanos…

A todos esos casos, y tantos otros, nos iremos refiriendo a lo largo de las páginas que siguen.

Los primeros pasos del nuevo poder municipal en Barbate[9]

Hasta marzo de 1938 las localidades de Barbate y Zahara de los Ayunes formaron parte del municipio de Vejer de la Frontera, que, una vez triunfado el  golpe militar, tuvo en un primer momento como Alcalde a José Mera Salguero y desde septiembre, a Juan Morilla Muñoz. Agustín Varo Varo pasó a formar parte de la Corporación vejeriega en abril de 1937, que cesó el 11 de marzo de 1938 cuando se constituyó el nuevo municipio de Barbate[10].

Las decisiones relacionadas con la represión que se tomaron durante los primeros  años, bien por instancias superiores (judiciales-militares o de la propia Falange) o bien por iniciativa propia, fueron llevadas a cabo por esas autoridades, para lo que contaron con la colaboración de las fuerzas de seguridad (Guardia Civil y Policía Municipal) y del aparato de FE y de las JONS, que desde abril de 1937, tras la unificación forzosa de falangistas y carlistas, se acabó convirtiendo en el partido único, con la nueva denominación de FET y de las JONS[11]. Desde esas instancias se fue recabando información sobre las personas que debían ser represaliadas en cualquiera de sus formas y confeccionando los informes pertinentes que se requerían desde las instancias superiores. Y siempre con el fin de conocer pormenores acerca de la situación de personas represaliadas o fijar los términos de las acusaciones penales.

En todo esto debemos resaltar el papel jugado por las personas que apoyaron el golpe y que actuaron con eficacia desde el primer momento. Poco sabemos de FE de la JONS acerca del número de militantes y simpatizantes antes del golpe militar. Algo más sabemos de los apoyos electorales, que en todo el municipio se redujeron en febrero de 1936 a 206 votos[12]. Otra cosa fue lo ocurrido tras el triunfo de la sublevación militar en la provincia de Cádiz, momento en que fueron adhiriéndose numerosas personas. Algunas se habían mostrado políticamente indiferentes con anterioridad, pero también estaban quienes provenían de medios políticos conservadores, fueran o no republicanos, y no faltaron quienes provenían de grupos obreros, como ocurrió con algunos antiguos afiliados de la CNT.

En cuanto a los dirigentes de las instituciones municipales, se dio, atendiendo al origen social, una clara conexión entre las personas que en 1930 habían hegemonizado la vida local y las que tomaron las riendas del poder a partir de julio de 1936[13]. Hubo un claro predominio de miembros de la burguesía de la localidad, representada en sus distintos estratos y actividades, que se completó con una importante presencia de miembros de las clases medias.

Esto se puede observar, en primer lugar, en la composición de la Comisión constituida en enero de 1938 con el fin de llevar a cabo las negociaciones con el ayuntamiento de Vejer[14]:

Agustín Varo Varo, Alcalde Pedáneo y concejal en Vejer, agente comercial[15]
Manuel Márquez Rendón, comerciante
Agustín Malia Corrales, propietario de un taller de construcción y reparación de embarcaciones
José Cabeza Malia, administrativo
Manuel Gallardo Montesino, industrial conservero
Francisco Crespo Manzanares, industrial conservero
Francisco Pérez Llorca, capitán de la marina mercante y comerciante de efectos navales
Alonso Malia Alvarado, empresario agrícola y propietario del cine Malia
Aniceto Ramírez Rey, industrial conservero
Pedro Carpio Cosano, mecánico naval
Juan Varo Valdés, barbero

Lo que también tiene similitud con la composición del primer Ayuntamiento de Barbate, constituido en marzo de 1938, en el que se mantuvo el perfil social heredado de los años anteriores:

Agustín Varo Varo, Alcalde, agente comercial
Manuel Gallardo Montesino, 1º Teniente de Alcalde, industrial conservero
Manuel Márquez Rendón, 2º Teniente de Alcalde, comerciante
Francisco Pérez Llorca, concejal síndico, capitán de la marina mercante y comerciante de efectos navales
Aniceto Ramírez Rey, concejal, industrial conservero
Juan Alvarado Martínez, concejal, escribiente
Juan Varo Valdés, concejal y Alcalde Pedáneo de Zahara de los Atunes, barbero

Junto a ellos se encontraban varios funcionarios, nombrados interinamente, cuyos cargos resultaban necesarios para el funcionamiento de la institución:

José Saval Fuster, Secretario e Interventor accidental desde marzo de 1938, del Cuerpo Nacional de Secretarios de segunda categoría
Francisco Crespo Navas, Depositario interino desde marzo de 1938, propietario

El fascismo barbateño[16]

Poco que sabemos de la composición de la militancia en Barbate del grupo fascista antes y después del golpe militar. Y menos, del entorno creado a través de las organizaciones sectoriales. No obstante, los datos de los que disponemos, aunque fragmentarios, nos permiten un acercamiento. Si tomamos como referencia a Conil, donde sí se ha conservado una documentación muy valiosa y se ha realizado un estudio interesante al respecto[17], hay aspectos de los que vamos a exponer que resultan coincidentes y otros que no lo son.

Sobre lo no coincidente consideramos que quizás la principal diferencia se encuentre en la relevancia directa que tuvieron en Barbate los estratos altos de la burguesía local, su oligarquía, como prueba la presencia notoria de tres de sus miembros en las instituciones locales: los industriales conserveros Manuel Gallardo Montesino y Aniceto Ramírez Rey, y el comerciante de suministros auxiliares para la pesca Francisco Pérez Llorca.

Por ello no deber resultar extraño que los armadores de la localidad ayudaran desde el primer momento al trasvase de tropas sublevadas desde el norte de África. Aunque numéricamente fueran menos que los procedentes de los estratos burgueses más bajos y/o los sectores sociales intermedios, estuvieron presentes en todo momento en la dirección del partido, pero, sobre todo, en el Ayuntamiento y en otros organismos oficiales.

Manifestaron explícitamente sus intereses materiales como clase, pero no debemos perder de vista el protagonismo que este grupo social adquirió desde los años 20 cuando tomó como objetivo prioritario la segregación de Vejer. Algo que consiguieron en el contexto de la guerra, en marzo de 1938, a partir del cual el Ayuntamiento se convirtió en el vehículo de obtención de las infraestructuras necesarias para favorecer el manteniendo del crecimiento económico y, con ello, la acumulación de capital en forma de beneficios y de nuevas inversiones empresariales.

De lo que no cabe duda es del papel central que el partido ocupó en el devenir político de la localidad. Ayudó a forjar una alianza de intereses entre los distintos segmentos de las clases propietarias, de un lado, y las clases medias no propietarias (profesionales, funcionariado, etc.), de otro. También ayudó a facilitar el acceso al mundo empresarial desde estratos inferiores. Y dentro de ese nuevo panorama,  hubo un ámbito que se convirtió en uno de los símbolos de esa nueva realidad que se estaba imponiendo, cuando la sede-cuartel de FE y de las JONS estuvo ubicada, al menos durante los primeros momentos de la guerra, en el Casino de Barbate[18], esa institución social fundada en 1925 por los industriales y comerciantes conservadores de la localidad[19].    

Disponemos de información acerca del número de militantes de FET y de las JONS, así como del resto de organizaciones satélites que conformaban el universo fascista barbateño[20]. Se trata datos de principios de 1938, quizás el momento de mayor efervescencia política en la localidad, dado que en marzo tuvo lugar la definitiva segregación municipal en relación a Vejer de la Frontera. El partido disponía de 269 afiliados y 66 simpatizantes. Ese universo se completaba con 256 afiliados a la Delegación de Juventudes; 39 afiliadas y 79 simpatizantes, en la Sección Femenina; y 73 Flechas. Y en cuanto a la Central Obrera Nacional Sindicalista, la afiliación masculina alcanzaba los 760, integrados en dos sindicatos: el de oficios varios y el de industrias pesqueras; la parte femenina, sin embargo, era sustancialmente inferior, con 190 afiliaciones.   

La afiliación a la Falange conoció un importante crecimiento con el inicio de la guerra, que desde el primer momento se denominó, con algunas variantes, con el término “Glorioso Movimiento Salvador de España”. Fue un fenómeno generalizado en toda la geografía del bando sublevado, que hizo que pronto el número de nuevos militantes superase con creces a los más veteranos. Eso conllevó la necesidad de controlar ese aluvión, dada su procedencia diversa y contradictoria, donde no faltó la presencia de “emboscados” procedentes de grupos de izquierda[21].

Quienes ya se habían afiliado con anterioridad al 18 de julio se ganaron el pedigrí de pertenecer a la “vieja guardia”. Algunos estuvieron entre quienes fueron detenidos el 17 de abril de 1936 y volvieron a serlo el 11 de julio como consecuencia de los asesinatos de los hermanos Caro Marín.  

¿Quiénes estuvieron entre los miembros de la “vieja guardia”? En primer, quienes habían sido detenidos en abril por orden del Gobernador Civil, bajo la acusación de pertenecer a un partido ilegalizado y de haber provocado desórdenes públicos[22]: Agustín Varo Varo, Patricio Castro Muñoz, Manuel Guerra Virués, José Marchán Núñez, José Márquez Rendón, Manuel Márquez Rendón, José Pinto Malia, José Rebollo Verano, Antonio Soler Aragón y José Villanueva Rebollo[23]. También lo eran Manuel Gallardo Montesino, Antonio Lara Rendón o Antonio Crespo Crespo, este último involucrado en los asesinatos de los hermanos Carito[24]. Y entre los simpatizantes estaban Juan Malia Almazo, Antonio Rivera Alvarado o Pedro Carpio Cosano.

Hubo conservadores fascistizados. Algunos habían formado parte del Partido Republicano Radical, como José Pinto Malia, Alonso Malia Alvarado, José García Madera o el médico Francisco Valencia Recio. Otros, de grupos monárquicos, como la CEDA, que fue el caso de Aniceto Ramírez Rey. Y hubo personas a las que se había catalogado de “derechas” o que habían pertenecido al Somatén, formado en el periodo de la Dictadura del general Primo de Rivera. Y está el caso de José Varo Valdés, Alcalde Pedáneo de Zahara de los Atunes desde 1935, incluido el breve periodo del Frente Popular. Destituido de su cargo, como el resto de la Corporación, desde el primer momento se afilió a FE y de las JONS, mostrando una “inquebrantable adhesión al Movimiento Nacional y gran espíritu Nacional Sindicalista”. En marzo de 1938 recuperó el cargo perdido y pasó a formar parte como concejal del recién formado Ayuntamiento.   

Y no faltaron antiguos militantes de organizaciones obreras reconvertidos en falangistas. No se trataba de un hecho aislado y mucho menos disparatado, pues, primero, en las JONS y, luego, en José Antonio Primo de Rivera existía el interés por conseguir un acercamiento a los sectores moderados de la CNT, en los que veían la base obrera necesaria para completar su proyecto fascista[25]. Precisamente una de las diferencias que había entre los grupos conservadores y el fascismo estuvo en la relación, aunque fuera retórica, con la gente humilde: “la derecha tradicional y autoritaria desconfía de [las masas populares, mientras que] el fascismo las moviliza”[26].

De este último grupo conocemos pocos casos, pero dos de ellos son relevantes. Uno fue José Cabeza Vilches, que enero de 1932 había registrado el Sindicato Único de Trabajadores de la localidad, vinculado a la CNT, constando además como presidente. Pese a ello y, al parecer, invitado por el propio Agustín Varo Varo, se afilió a Falange en los primeros momentos de la guerra[27]. Y el otro, el de Manuel Mainez de los Reyes, que representó el caso más llamativo. Mecánico montador nacido en Cádiz y afiliado “al sindicato Metalúrgico afecto a la CNT”, se afilió a Falange el 24 de julio, siendo presentado por Agustín Varo Varo. Pronto adquirió relevancia en el partido, pues llegó a ser “Jefe de una Falange” y a finales de año fue nombrado delegado local de la Central Obrera Nacional Sindicalista.

La naturaleza de clase de la represión en Barbate[28]

Decir que la represión tuvo en muchos lugares una clara naturaleza de clase, no es decir algo  descabellado. En su mayoría las personas que la sufrieron pertenecían a los sectores populares del campo y de la ciudad. En las provincias occidentales andaluzas lo ocurrido a partir del 18 de julio en buena parte de los pueblos, donde el campesinado pobre o sin tierras era abrumadoramente mayoritario, adquirió una dimensión que ha llegado a ser calificada de genocidio[29].

Y eso sucedió también en Barbate. Las personas represaliadas provinieron principalmente de la mayoría social que formaba la sociedad barbateña: marineros de los barcos de cerco y de las almadrabas, en su inmensa mayoría; y también, en menor medida, albañiles, empleados públicos, carpinteros, mariscadores… Y con ellos, cómo no, las mujeres con las que se relacionaban, fueran madres, esposas, hermanas o hijas, aunque en su caso la represión adquiriera otras formas. Gentes humildes que intentaron durante los años de la República mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Que se organizaron para ello, afiliándose en mucha mayor medida a la CNT, y de donde salieron algunas personas que ejercieron un liderazgo que ayudó a darles voz, visibilidad y, por qué no, esperanza. Fueron esas personas las que acabaron siendo más castigadas, pagándolo con sus vidas. Y el resto de las personas represaliadas, lo fueran pronto o con posterioridad, siguieron siendo de la mayoría social que conformaba la sociedad barbateña.

Entre las víctimas mortales de la represión tenían una procedencia popular el mariscador Juan Porta Crespo, los marineros Antonio Oliva Ramírez, José Melero Ladrón de Guevara y José Utrera Rivera, Francisco Domínguez Benítez, conocido como “el Sillero”, y el almadrabero Francisco Utrera Rivera. También tenían ese origen social otras dos víctimas del terror fascista, asesinadas una semana antes del golpe militar: los hermanos Juan y Manuel Caro Marín, albañiles. Todos, afiliados a la CNT y uno de ellos, José Utrera Rivera, posiblemente de las Juventudes Comunistas.

Quienes se salían de esa condición social tuvieron más posibilidades de evitar la represión o de atenuarla. Fue lo que le ocurrió, por ejemplo, a Gregorio Moreno Conesa, concejal de Izquierda Republicana, que trabajaba como varilla en una de las almadrabas de la localidad y que la pertenencia de su esposa a la burguesía barbateña le permitió, pasado el susto de los primeros momentos, que en pocos años acabara convirtiéndose en un próspero empresario.

Aun así, no fue lo que ocurrió con las otras víctimas mortales. Con el maestro Manuel Abel Romero, vinculado al PSOE, que como maestro no dejaba de formar parte de un colectivo fuertemente castigado por la represión[30]. Con el farmacéutico Francisco Javier Tato Anglada, de Izquierda Republicana y Alcalde Pedáneo, que pagó cara su osadía de hacer frente a los poderes económicos de la localidad y el haberse  puesto de parte de la gente humilde. Con el agricultor Francisco Braza Basallote, concejal y militante del PSOE. O incluso, aunque ya no residía en Barbate, con el periodista José Miranda de Sardi, del Partido Sindicalista y concejal en la capital de la provincia, que en los años 20 había jugado un papel relevante en la localidad.   

De todas esas víctimas mortales seis fueron asesinadas durante la “ola exterminadora” de los primeros meses, entre julio y septiembre. El periodo de los bandos de guerra, de una justicia militar expeditiva y de la acción de las patrullas paramilitares. El momento de Manuel Abel Romero, Francisco Braza Basallote, Francisco Domínguez Benítez, Antonio Oliva Ramírez, Juan Porta Crespo y Francisco Javier Tato Anglada. Lo mismo sucedió con José Miranda de Sardi.

Pasada esa “ola exterminadora”, durante el año 1937 la acción represiva ya se vio disfrazada de una parafernalia jurídica que pretendía mantener las formas. Protagonizada principalmente por los consejos de guerra permanentes, fue el momento de las otras tres víctimas mortales: José Melero Ladrón de Guevara, Francisco Utrera Rivera y José Utrera Rivera.

Son los casos de las víctimas mortales. Todas, salvo Francisco Javier Tato Anglada, desaparecidas.

Pero hubo otras formas de represión. Estuvieron las cárceles y los campos de concentración. La destitución de cargos públicos. Los castigos económicos en forma de expulsión del puesto de trabajo, depuración profesional del funcionariado, multas, confiscación de bienes o separación de las hazas de suerte. La ausencia del padre, marido o hermano huido o encarcelado que llevó a muchas mujeres y a sus hijos e hijas a privaciones, cuando no a la miseria. Las humillaciones, también sobre las mujeres. El esconderse. El exilio. Las deportaciones… Y el miedo, mucho miedo. Que duró cuatro décadas.

Para acabar: unas reflexiones en torno a la controversia sobre Historia y Memoria

Un veterano historiador, Pierre Vidal-Naquet, que ha reivindicado la importancia de la Memoria, escribió en cierta ocasión en plena polémica con el revisionismo histórico que negaba o, al menos, minimizaba el holocausto judío:

“Los asesinos de la memoria han elegido bien su objetivo: quieren golpear a una comunidad sobre las mil fibras aún dolorosas que la ligan a su propio pasado. Lanzan contra ella una acusación global de mendacidad y fraude (...). Pero no me propongo responder a esa acusación global situándome en el terreno de la afectividad. Aquí no se trata de sentimientos, sino de la verdad”[31].

Y la controvertida pugna existente entre Historia y Memoria aún sigue permanente. Una pugna que en mi opinión no debería existir, en la medida que ambos campos son necesarios y complementarios.

Y es que la Guerra Civil tuvo una dimensión que no abarcó sólo a los campos de batalla o lo que se hizo en las retaguardias. Como ha apuntado Josefina Cuesta[32], “el nuevo régimen militar de 1936 [libró] una práctica muy vigilada de la memoria cívica”. Eso supuso un trabajo deliberado orientado al olvido, cuando no el silencio, del pasado inmediato. Y también, el secuestro de la memoria, que fue sustituida e impuesta por otra, que se retrotrajo a épocas anteriores, idealizadas, entre las que estuvo, por ejemplo, la ligada al imperio. 

No pretendo alargarme en la controversia, pero no está de más volver a Vidal-Naquet, quien se refirió a la misma de esta manera:

“La memoria no es historia (…). Entre memoria e historia puede haber tensión, incluso una oposición. Pero una historia (…) que no integra la memoria, o más bien las memorias, que no diera cuenta de las transformaciones de las memorias, sería una historia bien pobre”[33].

Ha planteado Reyes Mate que la memoria es una lectura moral del pasado, mientras que la historia, si así se desea, está libre de querer hacer un juicio moral. Pero considera que en todo momento nos encontramos en una situación que, lejos de ser un simple dilema, debe ser resuelta con decisión, porque, de no hacerlo,

cuando no reconocemos los derechos de las víctimas, de alguna manera asumimos ese destino del victimario”[34].

Pablo Sánchez León[35] ha reflexionado en torno a los cambios surgidos en la investigación histórica del periodo que nos ocupa y que está permitiendo el enriquecimiento del conocimiento histórico. Dichos cambios los pone en relación, por un lado, a la creciente colaboración con  otras disciplinas, como la antropología, la medicina forense, la jurisprudencia…; y, por otro, con las aportaciones que se hacen desde la misma sociedad, en las que incluye el movimiento memorialista, de manera que

“el pasado asumido como cultura ciudadana es justamente el que mejor permite el diálogo crítico entre interpretaciones no ya diversas sino adversas; es solo que cuando se juntan de por medio cuestiones de justicia, el menosprecio recibido puede y suele convertirlas en signo de identidad y favorecer antagonismos”.

Y es que estamos ante un tema que, además de su gran importancia, no tenemos más remedio que afrontarlo, porque “el problema del silencio o del olvido aflora permanentemente”[36].




[1] Jesús N. Núñez Calvo, La Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz dentro de la Guerra Civil de España (1936-1939) (2015, p. 249); Cuesta Monereo es considerado como el verdadero organizador de la sublevación militar en la 2ª División Orgánica, que estaba ubicada en Sevilla (Núñez, 2015, p. 47).
[2] Francisco Javier Trujillo Guirola, Historia Propedéutica de Zahara de los Atunes (2016, p. 139).
[3] Archivo General de la Administración, Ministerio de Educación Nacional (signatura 32-12447-00043).
[4] Se cuenta que, como agradecimiento por no haber sido ejecutado, “colocó una hornacina con la imagen de la Virgen en el sitio donde fue apeado”, en una curva situada “a unos pocos metros de la salida de Zahara de los Atunes dirección Barbate” (Trujillo, 2016, p. 145).
[5] Archivo General Militar de Ávila (signatura M-1694-4); y Fernando Rivera, Juan Daza y Francisco Malia, El bombardeo del “Churruca”. (Antes, durante y después) (2006, pp. 13-30).
[6] En una carta fechada el 25-08-1986 y enviada a Francisco Malia por quien fuera el comandante del “Churruca”, Luis Núñez de Castro y Mínguez, expresó, entre otras cosas, lo siguiente: “el objetivo de Barbate era naturalmente la fábrica y el puerto, no la iglesia, la casa del cura y del alcalde y de los conspicuos de la población” (Rivera, Daza y Malia, 2006, pp. 15-17).
[7] Es lo que ha indicado su hijo Ambrosio Varo Pareja en “Incidencias para la independencia de un pueblo” (en Autoría Colectiva, Cuadernos de estudios de Barbate y su comarca, v. 1, 1988, p. 113).
[8] Conversación mantenida con Josefa Chamorro acerca de su padre, Manuel Chamorro Sánchez (octubre de 2009).
[9] La información de las personas que aparecen en este epígrafe proviene principalmente de los fondos conservados en el Archivo Provincial de Cádiz, sección del Gobierno Civil, y en el Ayuntamiento de Vejer de la Frontera, Secretaria General; no creo conveniente ahora detallar las signaturas correspondientes, cosa que se hará en un trabajo más amplio, que está en proceso de elaboración.   
[10] El proceso de segregación de las aldeas de Barbate y Zahara de los Atunes fue protagonizado formalmente por la Comisión Pro-Independencia, que llevó a cabo diversas reuniones con ese fin y que en la primavera de 1937 consiguió la colaboración jurídica de un técnico de la administración local, Fernando Albi, en aquellos momentos Secretario de la Diputación de Cádiz (Francisco Gabriel Conde, “Aproximación biográfica al secretario y municipalista Fernando Albi”, en Autoría Colectiva, 75 Aniversario de la Segregación de Barbate. Comunicaciones presentadas en las Jornadas de Historia Local del 11 al 20 de marzo de 2013; 2013, pp. 155-156). El documento jurídico elaborado por Fernando Albi y fechado el enero de 1938 tenía por título “Expediente de segregación de las aldeas de Barbate y Zahara de los Atunes del término municipal de Vejer de la Frontera (Cádiz). Instancia”.
[11] El Decreto de Unificación fue firmado por Francisco Franco el 20-04-1937 y supuso también la supresión de los otros partidos políticos que habían apoyado el golpe militar (Payne, 1985, p. 179 y ss.).
[12] Núñez (2015, p. 247).
[13] La Comisión Pro-Independencia de 1937 la formaron: Agustín Varo Varo (Alcalde Pedáneo, y concejal en Vejer; agente comercial); Francisco Pérez Llorca (capitán de la marina mercante y comerciante); Agustín Malia Corrales (carpintero de ribera y propietario de un varadero); Manuel Gallardo Montesino (industrial conservero); Francisco Crespo Manzanares (industrial conservero); Juan Alvarado Martínez (escribiente); Aniceto Ramírez Rey (industrial conservero); y Alonso Malia Alvarado (industrial agrícola).
[14] Fernando Albi, “Expediente de segregación de las aldeas de Barbate y Zahara de los Atunes del término municipal de Vejer de la Frontera (Cádiz). Instancia” (1938, pp. 14-15); Márquez Rendón aparece por error como Vázquez Rendón.
[15] Ésa es la profesión que aparece en varios documentos oficiales;  en un procedimiento administrativo de 1940  se refleja que era propietario de una zapatería, era representante de varias casas comerciales y actuaba como intermediario en la compraventa de fincas (AHPC-GC/AGM, caja 2927); en 1942 su nombre apareció también como subastador de pescado (RIL).
[16] La información de las personas que aparecen en este epígrafe proviene principalmente de los fondos conservados en el Archivo Provincial de Cádiz, sección del Gobierno Civil; como se ha indicado en la nota 9, las signaturas correspondientes se detallarán en un trabajo en proceso de elaboración.   
[17] Magdalena González, “Una lectura de la Falange conileña: la estrategia del poder”, en Memoria del tiempo presente en Conil de la Frontera (1931-2011) (2011, pp. 53-92).
[18] José Luis Gutiérrez Molina, “Sevilla/Cádiz. Un día en el archivo: cuatro nuevos nombres de asesinados” (página web Todos (…) los nombres, 4-06-2015;  http://www.todoslosnombres.org/content/noticias/sevilla-cadiz-dia-en-el-archivo-cuatro-nuevos-nombres-asesinados, consultado el 1-08-2016).
[19] David Florido del Corral, Un siglo de política e instituciones pesqueras en Andalucía (2002, p. 196).
[20] Albi (1938, p. 9).
[21] Ricardo L. Chueca, “FET y de las JONS: la paradójica victoria de un fascismo fracasado”, en Josep Fontana (ed.), España bajo el franquismo (1986, p. 62).
[22] El 14 de marzo Falange había sido ilegalizada y buena parte de sus dirigentes nacionales detenidos de inmediato, bajo la acusación de desórdenes públicos (Payne, 1985, p. 116).
[23] Archivo Municipal de Vejer de la Frontera, Gobierno Interior, caja 1261); y Francisco Javier Hernández Navarro y Santiago Moreno Tello, “Francisco Salgueiro, el último alcalde republicano de Vejer de la Frontera”, en Santiago Moreno Tello (ed.), La destrucción de la Democracia: vida y muerte de los alcaldes del Frente Popular en la provincia de Cádiz, v. 2 (2012, p. 496); fueron puestos en libertad varios días después.
[24] Sentencia número 44 de la Audiencia Provincial de Cádiz sobre Manuel Bermúdez Tamayo (a) Bienhecho (13-05-1938).
[25] Stanley G. Payne, Falange. Historia del fascismo español (1985, p.103).
[26] Alfonso Lazo, Retrato del fascismo rural en Sevilla (1998, p. 32).
[27] Conversación mantenida con José Antonio Cabeza Cabeza (11/14-10-2016).
[28] La mayor parte de la información de este epígrafe proviene de los fondos documentales del Archivo Municipal de Vejer, Archivo Municipal de Barbate, Archivo General de la Administración y Archivo Militar Territorial número 2 de Sevilla. Así mismo, de las obras: Alicia Domínguez Pérez, El verano que trajo un largo invierno. La represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945) (2 vv. 2004); y José Luis Gutiérrez Molina, La Justicia del Terror. Los consejos de guerra sumarísimos de urgencia de 1937 en Cádiz (2014). 
[29] Francisco Espinosa, La justicia de Queipo de Llano. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz (2006, p. 264).
[30] En 1937 José Pemartín, alto cargo de la administración educativa franquista, dijo que “tal vez un 75% del personal oficial enseñante ha traicionado -unos abiertamente, otros solapadamente, que son los más peligrosos- a la causa nacional” (Josep Fontana, “Introducción” del libro Enseñar Historia con una guerra civil por medio, 1999, p. 14).
[31] Pierre Vidal-Naquet, Los asesinos de la memoria (1994, p. 14).
[32] Josefina Cuesta, La odisea de la memoria: Historia de la memoria en España. Siglo XX (2008, pp. 144-145).
[33] Vidal-Naquet (1994, p. 14).
[34] Manuel Reyes Mate, “Memoria histórica y ética de las víctimas”, en Página Abierta, n. 242, enero-febrero de 2016; http://www.pensamientocritico.org/manrey0316.htm (consultado el 22-03-2016).
[35] Pablo Sánchez León, "Los historiadores de la Segunda República y la Guerra del 36 que necesitamos (y los que no)", en diario Público, 18-07-2017; http://blogs.publico.es/otrasmiradas/9603/los-historiadores-de-la-segunda-republica-y-la-guerra-del-36-que-necesitamos-y-los-que-no/ (consultado el 1-08-2017).
[36] Cuesta (2008, p. 443).



Post scriptum

El artículo ha sido incluido publicado, con fecha 21-07-2020, en el portal electrónico Todos los Nombres. He aquí los enlaces: 
http://www.todoslosnombres.org/content/materiales/el-golpe-militar-del-18-julio-1936-en-barbate;
http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/jesus_ma_montero_barrado._el_golpe_militar_en_barbate.pdf

Mi agradecimiento a José Luis Gutiérrez Molina.