miércoles, 29 de marzo de 2017

Hay que paralizar la mina de uranio y la destrucción de encinas en Salamanca
























Hace unas semanas Ecologistas en Acción denunció la tala de encinas que estaba llevando la empresa australiana Berkeley en la provincia de Salamanca. Un hecho muy grave, dada la naturaleza de delito ecológico que supone, que, a su vez, está relacionado con la actuación que dicha empresa está llevando en la prospección de mineral de uranio. Esto ha llevado a la fiscalía a que se esté investigando el asunto, dada la ausencia de permisos legales para que se estén llevan a cabo las citadas actuaciones de la empresa australiana.

La provincia de Salamanca ha sido durante varias décadas la principal productora de mineral de uranio en nuestro país, que permitía el suministro de parte del material necesario para el funcionamiento de las centrales nucleares. La empresa encargada de esa actividad era ENUSA, que acabó cerrando las minas situadas en varios términos municipales del sudoeste de la provincia cuando su rentabilidad hizo innecesaria la explotación.

Esto no fue óbice para que la empresa Berkeley comprara los derechos de explotación a ENUSA, algo que resulta altamente sospechoso, como Ecologistas en Acción ha denunciado: “esta mina parece ser un proceso especulativo que nos está saliendo demasiado caro. Se está jugando con el futuro de toda una comarca".

Desde distintos ámbitos provinciales, como la plataforma Stop Uranio, se ha criticado la actuación de la Junta de Castilla y León, controlada desde hace décadas por el PP. Su visto bueno a la declaración de impacto ambiental ha supuesto que ese tipo de actuaciones extractivas suponga un riesgo para el patrimonio natural de la zona y, dado su carácter, para la propia salud de los habitantes. Si lo primero afecta a las especies vegetales y faunísticas, además de suponer un fuerte impacto visual, remover miles de toneladas de suelo supone también liberar cantidades de radiación superiores a lo normal. 

Según informa Ecologistas en Acción, entre las emisiones que dan lugar este tipo de explotaciones se encuentran el “polvo de mineral de uranio y de gas radón”. Lo que conlleva, como tantas veces se ha destacado desde medios antinucleares, el aumento de determinadas enfermedades, tales como la leucemia o distintos tipos de cáncer. A ello se añade las consecuencias negativas para actividades tradicionales como la ganadería y la agricultura, e incluso los baños termales ubicados en el municipio de Retortillo.

Es necesario denunciar este tipo de actividades, así como a las instituciones que lo permiten, sean cuales sean sus formas. Frenar la destrucción de especies muy valiosas y, en especial, de las encinas, que conforman la base del ecosistema de la provincia. 

(Imagen: obtenida de El blog de Jesús, https://jesusenlared.blogspot.com.es/2017_02_01_archive.html)