martes, 30 de noviembre de 2021

Xiomara Castro, la candidata de la izquierda, gana las elecciones en Honduras


La candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, ha conseguido un sonado triunfo electoral. La fórmula bajo la que se ha presentado contó inicialmente con un amplio apoyo entre los grupos de la izquierda y los colectivos sociales hondureños, siendo ratificado el domingo por la población.

Con una participación del 68%, la diferencia sobre el principal contrincante de la derecha ha sido muy amplia, superando los 20 puntos: el 53’6% de los votos ha ido a parar a Castro, mientras que Nasry Asfura, del Partido Nacional, se ha quedado con el 33’8%. A eso hay que unir el triunfo en 17 de los 18 departamentos en que está dividido el país.

Honduras vuelve de esta manera a la senda que se cortó de raíz en 2009, cuando José Manuel Zelaya Rosales, precisamente el esposo de Xiomara Castro, sufrió un golpe de estado militar que lo desplazó de la presidencia y le obligó a exiliarse. Fue el primero de los “golpes blandos” que se fueron sucediendo en el continente latinoamericano para acabar con la ola progresista que se había iniciado a finales del siglo XX con la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela. Se quería evitar que se llegara al extremo de la violencia habida durante las décadas de los setenta y los ochenta.

Los nuevos gobernantes hondureños se doblegaron de nuevo desde 2009 al imperio del norte, y han aplicado las recetas propias del neoliberalismo económico, han llevado a cabo o permitido asesinatos de líderes indígenas y sociales (como el caso de Berta Cáceres, ocurrido en 2016), y tampoco les ha faltado aprovecharse de los recursos públicos para enriquecerse particularmente y hacer favores ajenos. El resultado: más pobreza, más emigración exterior y más violencia.

El reto que tienen Xiomara y su gobierno es importante. Sacar al país de una pobreza que alcanza al 70% de la población es una tarea difícil, pero no imposible si se hace con determinación y valentía. 

Patriotas con la bandera, que no con el dinero

Supimos el otro día que Bertín Osborne tiene fijada su residencia en Luxemburgo, desde donde opera a través de una sociedad "offshore" situada en Panamá. Si ya el pequeño país europeo funciona como un semiparaíso fiscal en la UE, no digamos qué hace el famoso de la tele alejando aún más sus dineros al otro lado del océano. El hijo de papá, perteneciente a una familia de la oligarquía jerezana y enlazado por la vía sacramental con otra de la misma ralea, ha hecho de la cara dura el instrumento para ir engordando su fortuna personal. Hizo de la canción su primera profesión, aprovechando el filón de su presencia física por alto, guapetón... En los años 80 no sólo consiguió que un juez le permitiera mantener enterito su chalet construido ilegalmente, sino que condenó al propio alcalde jerezano, Pedro Pacheco, por decir eso tan famoso de "la Justicia es un cachondeo". Con el paso del tiempo, ya dejando al lado esa vocecita musical que le hizo famoso, se dedicó a eso de la prensa del corazón y, ya en el siglo actual, se ha hecho de oro presentando programas televisivos, a cuál más hortera. Y como tal sigue, no parando de propagar cosas a cuál más interesantes y, claro está, ejerciendo como un buen español y lanzando azotes contra quienes no lo son. Ya se sabe, eso de la banderita rojigualda, del ¡viva España! y ¡viva el rey!, de bajar los impuestos, de llamar mamarrachas a las feministas progres y demás. Buen español, sí, pero que no le toquen su bolsillo o donde tenga guardado el dinero.

(Imagen: retrato hecho por Luis Grañena).    

domingo, 28 de noviembre de 2021

Se nos fue Almudena Grandes, pero nos queda su amor por quienes mantuvieron su dignidad en la derrota


El cáncer se ha llevado por delante la vida de Almudena Grandes. Una de mis novelistas favoritas. De la que he sido capaz de leer una buena parte de sus libros, desde que allá por 1989 empecé con su Las edades de Lulú, con la que ganó el premio La sonrisa vertical de ese mismo año. Luego le han ido siguiendo novelas como Estaciones de paso, El corazón helado, Los besos en el panAtlas de geografía humana y Castillos de cartón. Libros de relatos como Estaciones de paso y Modelos de mujer. O las novelas que constituyen su serie, émula de la de Benito Pérez Galdós, Episodios de una guerra interminable, formada por Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita,  Los pacientes del doctor García, La madre de Frankenstein..., a la espera del que debería haber sido su último episodio: Mariano en el Bidasoa. Todos ellos, menos El lector de Julio Verne, en mi biblioteca. Con ganas de leer otros dos que aún no he podido hacerlo: Los aires difíciles o Malena es un nombre de tango

Puedo añadir, sin contar sus artículos en la columna fija que tenía en El País, dos escritos más. Uno, la introducción que hizo para Anaya de España. Guía completa de viajeros, en correspondencia con sus estudios académicos de Historia del Arte. Y el otro, "Razones para un aniversario", dentro de la obra colectiva Memoria del futuro. 75 aniversario II República española. Y fue precisamente de este libro, que presentó en el verano de 2006 en nuestro, por muchos motivos, querido Conil junto a su compañero de vida Luis García Montero, del que guardo la dedicatoria que me hicieron y que puede ser ya para mí un pequeño tesoro, junto al más grande que constituyen sus obras leídas y especialmente esas tan maravillosas que dedicó con tanto amor a las personas que perdieron la guerra, pero que, pese a todo, supieron hacer de la dignidad el designio de sus vidas.

Me acaba de llegar un poema, de Luis García Montero, que dedicó hace unos años a Almudena Grandes:

Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno que hiela las canciones
cuando la tarde cae en la radio de un coche,
como los telegramas, como la voz herida
que cruza los teléfonos nocturnos
igual que un faro cruza
por la melancolía de las barcas en tierra,
como las dudas y las certidumbres,
como mi silueta en la ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida 
si tengo que aprender a recordarte.

En el mensaje que he recibido hay un añadido: "¡Hasta siempre, Almudena!". Como también hago yo y, creo, que muchísimas personas más.


(Primera imagen: retrato hecho por Oriol Malet).

jueves, 25 de noviembre de 2021

Poemas para una huelga (la del Metal gaditano)


Hoy ha finalizado la huelga de los trabajadores y las trabajadoras del sector del Metal de la provincia de Cádiz. Después de que ayer sus representantes sindicales hubieran llegado a un preacuerdo, éste ha sido ratificado en las diferentes asambleas de fábrica. Han sido 9 días de paro, consecuencia de la actitud cerril mostrada por una patronal que ha pretendido imponer sus condiciones leoninas: bajos salarios, abusivos contratos temporales, precariedad... 

Durante estos días hemos sido testigos desde fuera de varias formas de ver el conflicto: por parte de mucha gente se han dado muestras de solidaridad; pero no ha faltado tampoco la insensibilidad clasista, la indecente manipulación informativa, el oportunismo hipócrita... Pero lo importante es que se ha constatado, una vez más, que la lucha colectiva de la clase obrera es lo que puede hacer posible conseguir los objetivos y más cuando son justos.

El derecho de huelga es una reivindicación que viene del siglo XIX y a lo largo del siguiente fue haciéndose efectivo en los distintos países, tanto por la aprobación de leyes específicas como por su introducción en las respectivas constituciones. La Declaración de Derechos Humanos Humanos lo recogió en 1948, siendo ratificado en 1966 en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Y en nuestro país la Constitución de 1978 asumió la huelga como uno de los derechos fundamentales. Pues bien, todavía hay quienes no lo ven así o hacen lo posible para que no pueda hacerse efectivo ese derecho.

En el mundo de la literatura y, más concretamente, de la poesía ha habido autores y autoras que han dedicado poemas a la huelga y la lucha obrera. Ofrezco algunos y se los dedico de una manera especial a los trabajadores y las trabajadoras del sector del Metal gaditano. Se lo merecen. 

Dos de los poemas pueden escucharse, a través de sendos enlaces, como canciones: el primero, "A la huelga, compañero", de Rolando Alarcón, fue la letra de una canción mítica de la lucha obrera contra la dictadura franquista, que además podemos escuchar interpretada por su propio autor; el segundo, "Vamos juntos", de Mario Benedetti, también fue una canción muy conocida en la lucha contra la dictadura y que popularizó Luis Pastor.




A la huelga, compañero,
no vayas a trabajar,
deja quieta la herramienta
que es la hora de luchar.

A la huelga diez, a la huelga cien,
a la huelga, madre, yo voy también,
a la huelga cien, a la huelga mil,
yo por ellos, madre, y ellos por mí.

Contra el gobierno del hambre
nos vamos a levantar
todos los trabajadores
codo a codo con el pan.

A la huelga diez, a la huelga cien...

Desde el pozo y el arado,
desde el torno y el telar,
¡vivan los hombres del pueblo,
a la huelga federal!

A la huelga diez, a la huelga cien...

Todos los pueblos del mundo
la mano nos van a dar
para devolver a España
su perdida libertad.

A la huelga diez, a la huelga cien...

(Rolando Alarcón).


Capitalismo

El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas
su obsesión por nosotros no descansa nunca
en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida
sé que tú le gustas con ojeras
yo le pongo cachondo cuando estoy cansada
con la voluntad suspensa
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías
y a ti elegante aunque te duelan los huesos
me empuja a emborracharme pero no por diversión
sino para olvidar
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo
cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento
nos premia con unas vacaciones
y nos tiende los billetes como el cazador
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana
me instiga a desear cosas que no necesito
aunque él nunca tiene para mí un regalo
dice que mis enemigos son aquellos
que quieren lo mismo que yo
porque no hay bastante
nunca hay bastante para todos
y nos cobra por lo que es nuestro
por el agua de lluvia
por el sol y la arena
por los claros del bosque
y los manantiales
secuestra a mi amor durante 10 horas cada día
y cada día me lo devuelve más viejo
con sus brazos lascivos abraza a mi hija
y yo grito ¡huye!
-he visto los primeros signos de rendición
en su rostro inocente-
pero no sé mostrarle la puerta de salida
y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo
que me permita llegar hasta la próxima tregua
cada día me pone café en los labios
para que aguante, y luego una pastilla
que me aplaque los nervios, para que descanse y duerma
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana
(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos
miro al techo, y si se da cuenta me dice
que ya va siendo hora de pintarlo)
envenena la comida con que me alimenta
me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad
y me quita los chupetes que podrían consolarme
provoca mi llanto
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza
si me pongo rebelde, ríe paternalista
cuenta que él también pasó por esa época
y mi rebeldía la rebaja a moda
que luce en camisetas los sábados por la mañana
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico
él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras
de las violaciones y los golpes de estado
pero tanta información me deja sorda y ya no escucho
los crujidos ni los llantos en voz baja
las señales del desmoronamiento
y él calla que cada muerto, cada herido
las mujeres violadas y los que sufren torturas
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora
se zafa de las culpas con promesas
pero yo sé que una palabra suya
bastará para condenarnos
y si desaparece es para espiar a salvo y oculto
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas
tengo que darle las gracias porque
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos
y además fuiste bendecida con una vocación
para que puedas sentirte mejor que otras
(y yo callo que yo no quiero ser artista
si eso va a convertirme en diferente
porque ya me siento lo bastante sola
y no quiero competir en más carreras)
si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse
(como si él dejara algo para los otros)
mejor será que despliegue arrogancia
(con todos menos con él)
de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío
aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas
para no abandonarse cada uno en su rincón
Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar
sus cadáveres, las humillaciones
el secuestro de la inocencia
el expolio de los sueños
yo le voy a cobrar, no sé cuándo
y la primera puñalada que le voy a meter
va a ser por las caricias que no nos dimos
por los polvos que no echamos
tú y yo
cada vez que se cuela en nuestra cama
y nos dice que mañana, mañana, mañana
mañana el despertador sonará a las 6.30
y veinte minutos de sueño
nos harán mejores soldados a su servicio
Te lo juro, mi amor. Una puñalada
por cada polvo que nos robó
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver
por los campos arrasados
por los animales que se hacinan
por los niños que trabajan
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte
por el tiempo que no volverá
por la vida que nos robaron
por la vida
mi amor
por la vida.

(Ana Pérez Cañamares).


Los invisibles de la huelga

Tened presente el hambre.
Miguel Hernández

Yo, Precario Sanz, sucesivamente despedido y contratado con menos derechos cada vez, también he parado, contadme. El rotundo silencio de este amanecer se ha hecho también con el mío, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subcontratada Sánchez, peonza de todos los caminos de cuya nómina sorben todos los pistoleros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Itinerante Ruiz, nómada por doce horas subterráneas, electricista o profesor por cuatro, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Temporera Pérez, que concentro en contratos de dos horas la tarea que debe hacerse en ocho, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Autónomo Gutiérrez, dueño único de mi hambre, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Mínima Bermúdez, mínima seiscientas treinta y tres veces, con treinta céntimos, trabajadora agrícola por todo el día, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subsidiario González, perceptor de una Beneficencia decimonónica de 420 euros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Becaria Rodríguez, experta en todas las incertidumbres, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Embargado Rupérez, aplastado por una hipoteca, imposibilitado para el descuento de una jornada de huelga, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Simpapeles García, asistenta que no consta en lugar alguno de trabajo, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Parcial Fernández, expulsado de toda protección social, supérstite humano gracias a contribuciones en especie, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Contadme, el sol, que sale para todos, hoy ha hablado más claro, gracias al rotundo silencio de este amanecer, que también se ha hecho con el mío. Contadme hoy, 14 de noviembre de 2012.

(Mª Ángeles Maeso).


El poder del pueblo

Las cadenas que en un pasado rompimos
quieren ponernos otra vez,
más ya aprendimos a desconfiar
de aquellos que nos las quieren poner.
No rebajarán más nuestros derechos,
no nos subirán más los impuestos
porque si lo hacen sin poder les dejaremos,
y es que una cosa es clara,
el poder lo tiene el pueblo
y cuando se olvide este principio
les tendremos que recordar
como aquí lucharon los anarquistas,
o como unos campesinos derrotaron al Zar.
Mucho se ha luchado ya
por los derechos de las clases bajas,
pero actualmente
priorizan bancos y cajas.
Gente humilde es echada de sus casas
mientras los ricos observan la situación con arrogancia.
Suficiente hemos aguantado ya
y no habrá mas solución que el naranjero
si no nos dejan de ahogar,
pero la lucha debe ser con la consciencia tranquila
pues suya fue la ofensiva
y lo nuestro una lucha a favor de la dignidad y la vida.

(Marc Vallés Solé).


Huelga

Quiero una huelga donde vayamos todos,
una huelga de brazos, de piernas de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
de obreros             de palomas
de choferes            de flores
de técnicos            de niños
de médicos            de mujeres.

Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj                  las fábricas
el plantel               los colegios
el bus                   los hospitales
la carretera           los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos,
una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
                para oír los pasos
                del tirano que se marcha.

(Gioconda Belli).


Huelga general

Es un espacio, un tiempo, dos palabras,
pero también una puerta, un río, un martillo.
Es una lluvia horizontal, el mañana
en cada glóbulo rojo de la sangre.
¿Qué se puede gritar que sea más hermoso?
Hoy los brazos son para sostener el puño,
para rodear el cuerpo de los otros,
para levantar lo caído, para acunar futuros.
Hoy los brazos hacen lo que quieren,
es la huelga general.
Mercaderes de muerte, ¡hoy no haréis negocio!
Todo se ha parado para denotar vuestra mentira.
Decrecer para ser más,
y comer satisfechos el pan duro
porque no hubo nadie que hiciera el pan
y bajar a pie felices a la plaza
porque el autobús no tiene quien conduzca
y mirar hacia adentro para encontrar el cosmos.

Porque hoy nada se compra y se vende
como un ensayo general de pastores-recolectores.
Apagar para ver, cerrar para ser libres,
no ir para ser, decir no para pensar el sí,
romper para reconstruir,
parar para cambiar el rumbo
y sobre todo, apagar, cerrar, no ir, decir no,
romper y parar todos juntos, todas juntas,
porque somos nosotros los dueños del mundo.
Latir más lento para hacerlo a la vez.
Es el día de la melancolía de los talleres,
los invernaderos, las oficinas y los barcos de pesca.
Cuando los tornos y los ordenadores
sueñan sin amos, cuando el cemento
quiere ser pradera y el dinero
se convierte en agua.
¡Que apaguen las centrales nucleares!
¡que cierren la bolsa!
¡que den vacaciones a la policía!
Hoy es la huelga general y no las necesitamos.
Mañana tampoco.

(Bernardo Santos).


La belleza de la huelga general

Con independencia de todos los valores ético-políticos que pueda tener una huelga en una situación determinada, en ella hay algo valioso en cuanto tal, más allá de las circunstancias concretas que la enmarcan: su carácter de interrupción del curso maquinal de las cosas.

Es un corte potencialmente capaz de romper el desastre hacia el que se encamina el mundo. En el universo del tardocapitalismo, lo maquinal es el principio de muerte, y tenemos que saludar la discontinuidad como una afirmación de vida.

Frente a la dictadura del “tiempo real”, la demora.

Frente a la brutal coacción de lo inmediato, la articulada delicadeza de las mediaciones.

Frente al abaratamiento de la palabra (condicionado por las mejoras técnicas en el campo de las telecomunicaciones), el valor de la reticencia y el silencio.

Frente a la falsa autoridad de la imagen, la dignidad del hueco.

Frente a la tiranía del trabajo muerto, frente a la demagogia de la normalidad, la restallante belleza de la huelga general.

(Jorge Riechman).


XIII. La huelga

Extraña era la fábrica inactiva.
Un silencio en la planta, una distancia
entre máquina y hombre, como un hilo
cortado entre planetas, un vacío
de las manos del hombre que consumen
el tiempo construyendo, y las nudas
estancias sin trabajo y sin sonido.
Cuando el hombre dejó las madrigueras
de la turbina, cuando desprendió
los brazos de la hoguera y decayeron
las entrañas del horno, cuando sacó los ojos
de la rueda y la luz vertiginosa
se detuvo en su cerco invisible,
de todos los poderes poderosos,
de los círculos puros de potencia,
de la energía sobrecogedora,
quedó un montón de inútiles aceros
y en las salas sin hombre, el aire viudo,
el solitario aroma del aceite.

Nada existía sin ese fragmento
golpeando, sin Ramírez,
sin el hombre de ropa desgarrada.
Allí estaba la piel de los motores,
acumulada en muerte poderío,
como negros cetáceos en el fondo
pestilente de un mar sin oleaje,
o montañas hundidas de repente
bajo la soledad de los planetas.

(Pablo Neruda).


No importa

No importa,
no importa.
Si el yunque paraliza su martillo,
si la polea detiene su rodaje,
si el brocal no desciende al pozo,
si carece de agua y brea
el torno movedizo
de nuestra alfarería.
Si el fulgor
debilitado
no halla abierto,
el tosco portón de las sombras
y rehúsa atravesarlo.
Es la senda,
el juego inefable de contrarios,
el herido contraluz
de fútiles paraísos,
la agridulce marea humana
que restaña
pese a todo,
a la entraña fugaz, compacta,
improductiva de la noche.
Alumbrando
una alborada insospechada.

(Ana María Santaella).


Nova oració del Parenostre

Pare nostre que esteu en el cel,
sia augmentat sovint el nostre sou,
vingui a nosaltres la jornada de set hores,
faci’s un xic la nostra voluntat
així com la d’aquells que sempre manen.
El nostre pa de cada dia
doneu-nos-el més fàcil que no pas el d’avui,
perdoneu els nostres pecats
així com nosaltres perdonem
els dels nostres encarregats
i no ens deixeu caure a les mans del director,
ans advertiu-nos si s’apropa,
amén.

[Nueva oración del Padrenuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,
sea ​​aumentado a menudo nuestro sueldo,
venga a nosotros la jornada de siete horas,
hágase un poco nuestra voluntad
así como la de aquellos que siempre mandan.
Nuestro pan de cada día,
dánoslo más fácil que el de hoy,
perdona nuestros pecados
así como nosotros perdonamos
los de nuestros encargados,
y no nos dejes caer en manos del director,
sino adviértenos si se acerca,
amén].

(Miquel Martí i Pol).



Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
 
    compañero te desvela
    la misma suerte que a mí
    prometiste y prometí
    encender esta candela

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
 
    la muerte mata y escucha
    la vida viene después
    la unidad que sirve es
    la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    la historia tañe sonora
    su lección como campana
    para gozar el mañana
    hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

    ya no somos inocentes
    ni en la mala ni en la buena
    cada cual en su faena
    porque en esto no hay suplentes

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

    algunos cantan victoria
    porque el pueblo paga vidas
    pero esas muertes queridas
    van escribiendo la historia
 
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.

(Mario Benedetti).


(Procedencia de los poemas: Gioconda Belli, El ojo de la muer, Poesía reunida (Madrid, Visor, 2004); Mario Benedetti, Inventario. Poesía 1948-1980 (Madrid, Visor, 1981); Pablo Neruda, Canto General (Barcelona, Bruguera, 1980); http://estudios.cnt.es/poesia-y-huelga/https://blogs.elpais.com/letra-pequena/2012/03/el-poema-de-la-huelga-general.htmlhttps://albokari2.wordpress.com/2008/07/01/nova-oracio-del-pare-nostre/). 

(Imágenes: "La huelga", de Honoré Daumier; y “Obreros” de Tarsila do Amaral).  

25 N: contra las violencias machistas


(Imagen: basada en un fragmento de un cartel realizado por una alumna del IES Trafalgar de Barbate en el curso 2017-18).

martes, 23 de noviembre de 2021

Hacia un perfil de quienes son antivacunas, partiendo de los datos del CIS

El barómetro del CIS correspondiente al mes de noviembre aporta unos datos  interesantes sobre la vacunación del COVID-19. Son muchas las preguntas efectuadas, a lo que suma las distintas variables y el cruce entre ellas. Por mi parte he seleccionado algunas de las preguntas, sin perder de vista ninguna de las variables. 

De entrada conviene destacar el elevado nivel de vacunación que se da entre las personas mayores de edad: el 94'9%, un número que supera en algo más de cuatro puntos a los datos que da el ministerio de Sanidad. Y en cuanto a las personas no vacunadas, representan según el sondeo el 4'8%.

No debemos perder de vista el carácter de los estudios del CIS, que sólo contemplan a la población mayor de edad, por lo que quienes tienen menos de 18 años no han entrado en el sondeo. Según los datos del propio ministerio de Sanidad la vacunación entre los 12 y los 19 años es del 84% con la pauta completa y algo superior en quienes tienen una dosis. 

Las respuestas por variables

Sexo/género. Las diferencias son mínimas, correspondiendo las vacunaciones en un 94'2% a los varones y el 95'5% a mujeres. En relación a quienes no lo han hecho, las diferencias son mayores: los varones, con el 5'5%, superan la media; y las mujeres, con el 4'1, están por debajo.   

Grupos de edad. Están por debajo de la media (94'9%) sólo dos grupos: 25-34 años, con el 91'3%; y 35-44, con el 92'9%. Entre las personas no vacunadas, por encima de la media de rechazo a la vacunación (57'8%) se encuentran todos los grupos a partir de 35 años, destacando el de 55-64 con un 74'9%.

Tamaño de municipios. Llama la atención la homogeneidad existente en las respuestas en todos los grupos, desde los de tamaño más pequeño (menores de 2.000 habitantes) hasta los que superan el millón de habitantes. Todos se sitúan en torno la media y tienen variaciones mínimas. Están ligeramente por debajo de la media de vacunación (94'9%) sólo dos grupos: de 10.001 a 50.000, 94'4%; y de 400.001 a 1 millón, 94'2%.

Nivel de estudios. Sólo se sitúan algo por debajo de la media de vacunación (94'9%) dos grupos: la 2ª etapa de secundaria, 93'9%; y la FP, 91'6%. En cuanto al rechazo a vacunarse por parte de las personas que no  lo han hecho, superan la media (57'8%): quienes tienen estudios primarios, 69'9%; han cursado la 2ª etapa de secundaria, 62'2%; y tienen estudios superiores, 60'8%.

Grupos socioeconómicos. Aquí hay grandes variaciones entre los distintos grupos. Se encuentran por debajo de la media de vacunación (94'9%): quienes ostentan puestos de dirección o gerencia, 90%; trabajadores/as de servicios y propietario/as de pequeños comercios, 91'7%; agricultores/as y trabajadores/as agropecuarios/as, 87'8%; oficiales/as y artesanos/as, 86'9%; operadores/as de máquinas, 85%; trabadores/as domésticos/as, 94%; y parados/as, 91'8%. En cuando a las personas que no están vacunadas, superan la media de rechazo a hacerlo (57'8%): operadores/as de máquinas, 63'9%; profesionales, científicos/as, e intelectuales, 75%; y agricultores/as y trabajadores/as agropecuarios/as, 83'7%. 

Posicionamiento político. El nivel de vacunación se encuentra por debajo de la media (94'9%) quienes votaron en 2019 a los siguientes grupos: la CUP, 76'5%; Vox, 89%; PNV, 89'9%; y ERC, 91'2%%. Diferentes son las respuestas entre las personas no vacunadas a la hora de estar dispuestas a hacerlo; entre  las que no lo harían (57'8%), superan la media: En Comú Podem y EH-B, 100%; Ciudadanos, 76'2%; CUP, 75%; y Vox, 72'3%.

Autoubicación ideológica. En una escala de 1 a 10 (de más a la izquierda a más a la derecha) están por debajo de la media de vacunación (94'9%) las personas que se autoubican en la derecha: nivel 7, 94'2%; 8, 90'1%; 9, 90'4%; y 10, 91'3%). Entre quienes no están vacunadas, por encima del rechazo a hacerlo (57'8%) se encuentran: nivel 1, 65'1%; 2, 58'9%; 5, 58'3%; 7, 73'6%; 8, 60'1%; y 10, 62%.  

Creencias religiosas. Sólo el grupo de creencias religiosas no católicas se sitúa, con el 78'1%, por debajo de la media de vacunación (94'9%). Y en el caso del rechazo a vacunarse por parte de quienes no lo han hecho todavía, se encuentran por encima de la media (57'8%): católicos/as no practicantes, 60'2%; y agnósticos/s y ateos/as, 65'9. 

Algunas conclusiones

1. El nivel de vacunación, teniendo en cuenta que en todos los grupos políticos es alto, es mayor entre las personas situadas en los campos de la izquierda y el centro que en el de la derecha. Por grupos destacan, por estar por debajo: Vox y el PNV, por la derecha; y la CUP y ERC, por la izquierda. Esto se mantiene en cuanto a la autoubicación ideológica, como ocurre sobre todo entre las personas que lo hacen a partir del nivel 7.

2. Entre las personas que se abstuvieron en las últimas elecciones de 2019  llama la atención que representen, con el 9'5%, el mayor porcentaje de no haberse vacunado.   

3. Tanto por grupos de edad como por nivel de estudios, quienes no llegan a la media no lo están a mucha distancia. Ocurre con las personas entre 35 y 54 años y con quienes tienen estudios intermedios (2ª etapa de secundaria y FP). 

4. Son bastantes los grupos socioeconómicos que se sitúan por debajo de la media, lo que quizás esté relacionado con una combinación de factores como que haya mayor presencia de autónomos/as, precariedad laboral e inmigrantes. Destacan en mayor medida: agricultores/as y trabajadores/as agropecuarios/as; oficiales/as y artesanos/as; y operadores/as de máquinas.

5. En la variable de creencias religiosas llama la atención que sólo sea el grupo de creyentes de otras religiones el que se sitúe por debajo de la media, que lo hace, además, a bastante distancia. 

6. La variable relativa al tamaño de los municipios refleja una gran homogeneidad, situándose con escasas diferencias en torno a la media.

7. En cuanto a las personas que se niegan a vacunarse, se da una mayor diversidad en casi todas las variables.

8. Por grupos políticos son varios los que se sitúan a la izquierda y en mayor medida a la extrema izquierda: ECP, EH-B y la CUP; también se encuentra Ciudadanos; y no falta tampoco Vox. Lo primero se corresponde con que se da más en los niveles de autoubicación ideológica 1, sobre todo, y 2; lo segundo, con el nivel 5, que está en el centro-centro; y lo tercero, con los niveles 7, sobre todo, 8 y 10, propios de la derecha y la extrema derecha.  

9. En la variable socioeconómica llama la atención el rechazo en tres de los grupos. Dos, en en bastante mayor medida: operadores/as de máquinas; y profesionales, científicos/as, e intelectuales. Y el tercero, el de agricultores/as y trabajadores/as agropecuarios/as.

10. En el resto de variables destacan en mayor medida: el grupo de 55-64 años; quienes tienen sólo estudios primarios; y quienes se consideran agnósticos/s y ateos/as.

Y ya para acabar, a la hora de buscar el perfil de quienes rechazan las vacunas, ¿hay que acudir principalmente a las personas que votan a la derecha, sobre todo a la más extrema, y a quienes son abstencionistas; y, por otro lado, a quienes tienen entre 25 y 44 años? Por lo expuesto, eso más que parece.

sábado, 20 de noviembre de 2021

7 poemas (antifascistas) y 7 retratos (satíricos) para un dictador

(Fernando Arroyo: "¡Franco, Franco, Franco!", portada de la serie de Antonio Saura Mentira y sueño de Franco).


A Franco el pirata
 
Huirás como una pantera
por los desiertos del África,
bajo el aliento indomable
de los soldados de España.
Huirás con los legionarios
y rifeños de tu casta,
que eres de ellos y no nuestro,
como traidor a tu patria.
Pero en tu fuga cobarde,
por dondequiera que vayas,
como una flecha de fuego
te seguirá la venganza.
Miles de tumbas calientes,
cientos de aldeas quemadas,
millones de almas heridas,
te dirán en tus andanzas:
“Maldito sea tu nombre,
Franco, general pirata,
que osaste poner en venta
la piel de toro de España.
Que la sombra de tu crimen
te vista de luto el alma.
Que se te vuelvan huraños
los tigres de tu mesnada
y huyas de todo ser vivo
como una fiera acosada.
Que se te cierren en torno
todas las puertas honradas.
Que en los regatos rifeños
se seque a tu paso el agua.
Que se te pudra la lengua
con que escupiste a tu patria.
Y que una mano española
-con una sola nos basta-,
una mano que en la furia
del odio se vuelva garra,
te persiga dondequiera
que arrinconases tu infamia,
y en nombre del pueblo heroico
que manchaste con tu baba,
te estruje en tu madriguera,
como a un reptil, la garganta”.

(José Antonio Balbontín; Romancero de la guerra civil, 1936).


(Pablo Picasso: Sueño y mentira de Franco, viñeta n. 1 de la primera lámina).


El traidor Franco

¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Si tu nombre fuera Franco,
se te saldría a la cara,
encendiéndola de sangre,
si tu sangre fuera franca.
Tu nombre fuera vergüenza
si a tu rostro se asomara,
proclamando por la sangre
la traición que la engendraba:
que la sangre has traicionado
desmintiéndola de clara.
¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Como una máscara el pueblo
te tira el nombre a la cara,
descubriendo la traición
que en tu nombre se amparaba.
Traicionándote de franco
traidor a tu misma causa,
fuiste dos veces traidor:
a tu sangre y a tu patria,
que a España no se defiende
con la traición emboscada,
asesinando a su pueblo,
que es el alma de su alma.
¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Tu nombre es como bandera
que tu derrota proclama.
Si la traición criminal
en ti franqueza se llama,
tu nombre es hoy la vergüenza
mayor que ha tenido España.
Que ni tu nombre es ya nombre,
ni en tu sangre se espejeaba;
traidor, hijo de traidores,
mal nacido de tu casta:
no eres Franco, no eres hombre,
no eres hombre, no eres nada.

(José Bergamín; Romancero de la guerra civil, 1936).


(Carlos Gómez Carrera: caricatura de Francisco Franco,  publicada en la revista La Traca).


El general Franco en los infiernos

Desventurado, ni el fuego ni el vinagre caliente
en un nido de brujas volcánicas, ni el hielo devorante,
ni la tortuga pútrida que ladrando y llorando con voz de mujer muerta 
                                                                    / te escarbe la barriga.
Buscando una sortija nupcial y un juguete de niño degollado,
serán para ti una puerta oscura,
arrasada.
                
                En efecto.
                            De infierno a infierno, ¿qué hay?
En el aullido de tus legiones, en la santa leche
de las madres de España, en la leche y los senos pisoteados
por los caminos, hay una aldea más, un silencio más, una puerta rota.

                Aquí estás. Triste párpado, estiércol
de siniestras gallinas de sepulcro, pesado esputo, cifra
de traición que la sangre no borra. Quién, quién eres,
oh miserable hoja de sal, oh perro de la tierra,
oh mal nacida palidez de sombra.

                Retrocede la llama sin ceniza,
la sed salina del infierno, los círculos
del dolor palidecen.
                Maldito, que sólo lo humano
te persiga, que dentro del absoluto fuego de las cosas,
no te consumas, que no te pierdas
en la escala del tiempo, y que no te taladre el vidrio ardiendo 
ni la feroz espuma.
                Solo, solo, para las lágrimas
todas reunidas, para una eternidad de manos muertas
y ojos podridos, solo una cueva
de tu infierno, comiendo silenciosa pus y sangre
por una eternidad maldita y sola.
                                                No mereces dormir
aunque sea clavados de alfileres los ojos: debes estar
despierto, general, despierto eternamente
entre la podredumbre de las recién paridas,
ametralladas en Otoño. Todas, todos los tristes niños descuartizados,
tiesos, están colgados, esperando en tu infierno
ese día de fiesta fría: tu llegada.
                                                Niños negros por la explosión,
trozos rojos de seso, corredores
de dulces intestinos, te esperan todos, todos, en la
misma actitud
de atravesar la calle, de patear la pelota,
de tragar una fruta, de sonreír o nacer.

Sonreír. Hay sonrisas
ya demolidas por la sangre
que esperan con dispersos dientes exterminados
y máscaras de confusa materia, rostros huecos
de pólvora perpetua, y los fantasmas
sin nombre, los oscuros
escondidos, los que nunca salieron
de su cama de escombros. Todos te esperan
para pasar la noche. Llenan los corredores 
como algas corrompidas.
                                    Son nuestros, fueron nuestra
carne, nuestra salud, nuestra
paz de herrerías, nuestro océano
de aire y pulmones. A través de ellos
las secas tierras florecían. Ahora, más allá de la tierra,
hechos substancia
destruida, materia asesinada, harina muerta,
te esperan en tu infierno. 
Como el agudo espanto o el dolor se consumen,
ni espanto ni dolor te aguardan. Solo y maldito seas,
solo y despierto seas entre todos los muertos,
y que la sangre caiga en ti como la lluvia,
y que un agonizante río de ojos cortados
te resbale y recorra mirándote sin término.

(Pablo Neruda; España en el corazón, 1937).


(Antonio Saura: "¡Viva la muerte!", de la serie Mentira y sueño de Franco).


Tu famosa, tu mínima impotencia...

Tu famosa, tu mínima impotencia,
desparramar intento
sin detener el paso ni un instante.
Para lo tal, me apeo en mi paciencia,
pulso un acordeón llorón de viento
y socarrón de voz, y ya es bastante.

Tu cornicabreada decrepitud purgante
exige estos reparos de escritura,
y con ellos ayudo a someterte,
no al manicomio al tonticomio oscuro
que tu idiotez sin mezcla de locura,
pide hasta que la muerte
venga a sacar tu vida de este apuro.

Llevas el corazón con cuello duro,
residuo de una momia milenaria
concurso de idiotas,
que necesita la alabanza diaria
y descosido en la alabanza explotas.

Cocodrilito pequeñito, ñito,
lagartija de astucia,
mezquina subterránea, con el rabo marchito,
y la mirada alcantarilla sucia.

Tarántula diabética y escuálida,
forúnculo político y gramático,
repúblico de triste mierda inválida,
oráculo, sarcófago enigmático.

Demócrata de dientes para fuera,
altares solicita tu zapato
No hagas más reflexiones de topo y madriguera
en tu conejeril rincón de mentecato.
 
Humo soberbio, sapo que te hinches
cuando oyes un piropo:
disuélvete en berrinches
resuélvete, desaparece, topo.
España no precisa
tu vaciedad de calabaza neta,
tu mezquindad que duele y que da risa,
tu vejez inconcreta,
venenosa, indecisa.

No te toca la sangre de los trabajadores,
sus muertes no salpican tu chaleco,
no te duelen sus ansias, ni su lucha,
tu tiniebla trafica con sus puros fulgores
su clamor no haya en ti ni voz, ni eco,
tu vanidad tu mismo ruido escucha
como un sótano seco.
 
Hay ojos que derraman raíces amorosas.
Sobre tus ojos tienes
uñas que a hacerse dueñas de las cosas
avanzan por tus sienes.

Necesitan incienso e incensario
tu secundaria vida,
tu corazón de espino secundario,
tu soberbia de zarza consumida.

Sobre tu pedestal o tu peana,
monumento de oficio,
cuando su salvación está cercana
quieres llevar un pueblo al precipicio.

Te rebuznó en el parto tu madre, y más valiera 
a España que jamás te rebuznara
con esa cara de escobilla fiera,
de vieja zorra avara.

No llevarás mi pueblo al precipicio,
dictador fracasado, rey confuso,
y caerás por la punta de una bota
sobre tus flacos días puesta en uso.

(Miguel Hernández, 1937).


(Andrés Vázquez de Sola: retrato de Francisco Franco, del libro La gran corrida franquista). 


Al glorioso general Francisco Franco después que firmó el fusilamiento de Grimau

Mi General...

¡Qué bonita letra tiene usted!
¡Oh, qué preciosa caligrafía de cuartel!
Así escriben los tiranos, ¿verdad?
¡Y los gloriosos dictadores...!

¡Qué rasgos!
¡Qué pulso!
¿Quién le enseñó a escribir así, mi general?
Se dice general y se dice verdugo.
Los dos tienen el mismo rango,
los mismos galones.
El general se diferencia del verdugo solamente
en que el general tiene la letra más bonita,
para firmar una sentencia de muerte
hay que tener la letra muy bonita...
¡Qué bonita letra tiene usted mi general!

(León Felipe, 1967).


(Fernando Botero: "Franco").


No han pasado los años

España arriba España sigue siendo mi espejo.
                                        30 años de paz.
En él siempre me miro.
Me encuentro cada día más joven, más dichoso.
No tengo edad, como los muertos.
Quieres decir que tienes
la misma edad que cuando nos mataste.
Eres un cementerio.
Por la gracia de Dios estoy en gracia.
Valle de los caídos.
Muertos.
Muertos.
Y muertos.
Archivador de muertos.
Coleccionista de muertos.
Museo de muertos.
No me remuerde en nada la conciencia.
Muertos.
Un tremendo vacío.
Un hoyo.
Un hervidero de sangre fusilada.
Aunque no he de morir el cielo me he ganado.
Muertos.
Sol y turistas y alegría y rey.
Vive España por mí.
Miradla.
Éste es mi reino.
Muertos.
Por la gracia de Dios gobierno España.
Soy mi mismo heredero.
Españoles, yo os traje la victoria.
Muertos.
Estamos sin enterrar.
Nos pisas todos los días.
En el barro de tus botas
se pegan todos tus muertos.
Crujimos bajo tus plantas
vivos, aunque vivos muertos.
En verdad somos tu espejo.
Soy el Mesías que esperaba España.
He aquí mi paz, los años prometidos.
                                                       Paz de los muertos.
                                                       30 años de paz.
                                                       Paz de los muertos.
Heridos.
Perdidos.
Quemados.
Llorados.
Hundidos.
Tundidos.
Vejados.
Muertos.
                                                    30 años de paz.
                                                    Paz de los muertos.
En verdad, esta España arriba España
sigue siendo mi espejo.
Muertos.
Muertos.
Muertos.
Pero los muertos,
los muertos,
los muertos
levantan,
levantan,
levantan la mano los muertos.

Lejos, allí, Machado,
allí sigue enterrado.
Un álamo escapado
del Duero le da vela.
Lo sigue allí velando.
Yo bien claro lo dije
y lo digo bien claro.

Yo no estoy con vosotros.
Mi mano
no bajó de mis labios
ni una sílaba sola
para cantaros.
Un día de Madrid
yo le escuché a Machado:
Mis pies ya no me sirven,
pero tengo los brazos…
Llovía muerte del cielo.
Madrid se desangraba
por los cuatro costados.
Luego, se fue…
                         Allí sigue
bajo la tierra hablando.

Ese que va a caballo,
ese que no llegó nunca hasta Córdoba,
ése eres tú.
Ese que va en el viento
bajo la luna negra, bajo la luna roja,
ése eres tú.
Esas cuatro palomas
que van volando heridas en sus sombras,
ésas son tú.
Asesinado por el cielo…
Dejaré crecer mis cabellos.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
Asesinado por el cielo.

Oigo una voz que grita: Federico.
Por sobre los tejados: Federico.
Por sobre los jardines: Federico.
Por las torres tronchadas: Federico.
Por las fuentes perdidas: Federico.
Por los montes helados: Federico.
Por los arroyos ciegos: Federico.
Por la tierra excavada: Federico.

– ¿Cómo, cómo fue?
– Así.
– ¡Déjame! ¿De esa manera?
– Sí.
El corazón salió solo.
– ¡Ay, ay de mí!
¡Federico!

Está en pie todavía.
Todavía
puede hablarse de él,
puede pintarse su impasible rostro,
su funeral, caído, yerto rostro de mármol,
porque sigue sumido allí, sumido
en una mar de sangre, allí plantado
delante del azogue sangriento de un espejo,
mirándose en su obra, contemplando
su arriba España triste, muerta España
comida de gusanos.
Carlo Quattrucci lo ha pintado en Roma.
Pudo pintarlo así, pudo pintarloya que a los 30 años todavía
no han pasado los años.
No, no han pasado.

(Rafael Alberti; España (1936-19…), 1969; y Desprecio y maravilla, 1972).

(Eugenio Merino: "Franco congelado").


¡Final!

-Deberías haber tenido otro final;
te merecías, hipócrita, un muro en
otro agujero. Tu dictadura,
tu puta vida de asesino,

¡menudo incendio de sangre! Podrido verdugo,
te tenía que haber apaleado la dura
oscuridad de los pueblos, dado a tortura,
colgado de un árbol al final de algún camino.

Rata de la peor delincuencia,
te pegaba otra muerte con violencia,
el final de tantos desde aquel mes de julio.
 
Pero la has tenido de tirano español,
sólo e hibernado, gargajo de la ciencia
y con tufo a sangre y mierda. ¡Su Excremencia!

Gloria de la chapuza,
ha muerto el dictador más viejo de Europa.
¡Un abrazo, amor, y levantemos la copa!

(Joan Brossa, 1975).


(Jaume Perich, "El Perich").