martes, 23 de febrero de 2021

40 años después del 23-F

Estábamos en clase cuando un becario del departamento de Historia Contemporánea entró en el pequeño aula donde nos encontrábamos y le dijo a la profesora, María Dolores Gómez Molleda, algo así como: "Perdón, doña María Dolores, pero un grupo de guardias civiles ha entrado en el Congreso". En poco tiempo salimos, no sin que antes nuestra profesora hiciera un comentario, que no recuerdo exactamente, pero parecido a "¡Otra vez los militares!". 

Después me dirigí a la facultad de Derecho, en busca de mis amigos y compañeros políticos Maxi y Rafa, por ver qué había. Por allí estuvimos un tiempo, en medio de mucha gente, oyendo todo tipo de rumores y buscando conocer más cosas sobre lo que estaba ocurriendo. En algún momento acabamos yéndonos a la sede de la CSUT, que con anterioridad lo había sido de nuestro partido, el PTE, desaparecido un año antes. En todo momento estuvo presente un miedo contenido, que no afloró, pero que llevábamos dentro. Recuerdo muy pocas cosas más, salvo que llegué a casa sobre las diez de la noche. Mi padre estaba mirando el televisor y, como era natural, se encontraba temeroso, además de preocupado, y pendiente de lo que se iba viendo o iban informando por la radio. Llegamos a ver el discurso del entonces rey, que fue emitido a primeras horas de la madrugada y cuyo final fue como una especie de señal para irse a la cama. 

El día siguiente amaneció ya con las noticias de la radio y con las imágenes de episodios como la rendición de Tejero o la huida de guardias civiles por las ventanas del edificio del Congreso. Ya en la facultad, siguieron los comentarios, a la vez que se iba sustituyendo el miedo contenido por un cabreo que fue en aumento. No faltó la correspondiente asamblea y el desahogo de cuantas personas fuimos interviniendo. Ya por la tarde, Maxi y sus hermanos dispusimos guardar parte de nuestros materiales políticos en casa de una tía suya, que vivía en un barrio de la ciudad. Hasta allí llegó, entre otro papeles y alguna otra cosa que no recuerdo, mi colección de periódicos del partido: "correos del pueblo", "uniones del pueblo", "yescas", "caleidoscopios"... No los he vuelto a ver. 

Durante los días siguientes nuestras cabezas hervían sobre lo ocurrido y no nos faltó empezar a establecer planes por si volvía a pasar, para evitar que no nos cogiera tan desprevenidos. Y todavía recuerdo en uno de los corrillos que formábamos en la Plaza Mayor, preferentemente con estudiantes de Derecho, el comentario que salió de uno de ellos, hijo de un alto funcionario en el Gobierno Civil. Mencionó a Juan Carlos I y a una recomendación que le hizo su padre, Juan de Borbón, para que se alejara del golpe, con palabras parecidas a éstas: "Como hagas lo que hizo tu abuelo, olvídate de la monarquía". ¿Por qué lo dijo?, ¿de dónde provenía?, ¿era cierto?...

Durante esos días también dejé constancia por escrito de lo que iba pasando por mi cabeza. Hace tres años publiqué en este cuaderno, a modo de relato breve, uno de esos escritos, fechado el 26 de febrero y que titulé "El tropel de águilas indomables". En esta ocasión voy a publicar otro, de un día después, el 27. Son unas reflexiones, de cuyo contenido ni quito ni pongo nada. Pero, teniendo en cuenta el momento, cuando poco sabíamos de los pormenores de lo que había ocurrido, no creo que estuviera muy alejado de la realidad. 
             
El intento de golpe de estado fascista que hace cuatro días nos amenazó, aún colea. Ya tendré tiempo, creo, de extenderme más sobre el tema. Ahora sólo quiero trazar una serie de líneas  que puedan servir, más que como conclusiones, de interrogantes. Los medios de comunicación, el estado y los partidos parlamentarios tratan de interpretarlo como un golpe a la democracia. Sin embargo, fue este mismo estado, su gobierno y los partidos  parlamentarios los que no hicieron nada para atajarlo. La "Operación Galaxia" o las razones que obligaron a dimitir Suárez, conocedor del intento, nos muestran el interés [del gobierno] por sofocar la sublevación contra la democracia o, en el caso de la "oposición", las presiones que hayan podido ejercer para denunciar públicamente las maniobras y exigir una depuración seria. A mi modo de ver el golpe en sí no va contra el concepto abstracto de democracia. No está exento de estar inmerso en la lucha de clases. De hecho, hoy se está utilizando para forzar a la "oposición" a apoyar una derechización del gobierno so pretexto de salvar a la democracia. Yo me pregunto: ¿a  quién le interesa el golpe fascista? ¿No se ha dicho que la "democracia" supone una forma de dominación más acorde a los nuevos tiempos y requisito indispensable para poder tener la burguesía española más dinámica relaciones con la europea? A mi modo de ver el fascismo (de cualquier tipo: a los años 30, a lo Franco o a lo actual) es una forma de dominación del gran capital financiero que se utiliza cuando se necesita, cuando peligra su forma de dominación. Aquí, en España, la herencia de 40 años de franquismo ha dejado sus secuelas y se tienen que dejar sentir. Pero hay más: yo no me creo que las supuestas intenciones de los golpistas de suspender ciertos artículos de la Constitución, acabar con el terrorismo de forma contundente y devolver el poder a los civiles con unas elecciones sean las únicas. En España, en la lucha contra el fascismo, ha surgido una generación de cuadros forjados en esa lucha que tienen la suficiente capacidad como para potenciar, o al menos ser el embrión, de futuras bases de lucha contra el sistema. Contra ésos iría dirigido el golpe. Conseguido eso, harían falta muchos años para volver a reconstruir lo perdido.   

(27-02-1981).

Libertad de expresión, movilizaciones, disturbios... y criminalización

El otro día me llegó un mensaje que emitido por Toni Valero, coordinador de IU Andalucía, que dice lo siguiente: "La ofensiva mediática contra Unidas Podemos no tiene precedentes en democracia. Contrasta con la normalización de la ultraderecha. Queda claro quién es incómodo para las élites económicas".

La mayoría de las portadas de los medios de comunicación abren con imágenes de hogueras, barricadas y saqueos en las calles de Barcelona, Lleida, Madrid, Granada... Que las hay, pero que son el colofón de las protestas pacíficas, mucho más numerosas en asistencia, de quienes están saliendo a la calle para defender la libertad de expresión. Manifestantes pacíficos en su mayoría, pero que están sufriendo también una violencia desmesurada, a veces con secuelas físicas graves.  

Hoy el diario El Salto publica una entrevista realizada por Pablo "Pampa" Sainz a dos jóvenes, estudiantes en Madrid, que fueron agredidos por parte de la policía el jueves pasado, durante la primera manifestación convocada en la Puerta del Sol. Recomiendo su lectura, porque ayuda a entender muchas cosas de las que están ocurriendo. 

Nuria explica las razones que la llevaron a manifestarse: "Me motivó a ir la necesidad de velar por la libertad de expresión. Ya sé que Hasél tiene más antecedentes, pero lo que detonó su encarcelamiento fue su crítica a la monarquía. Y los jóvenes estamos un poco hartos de luchar por lo mismo que ya lucharon nuestros padres, y de seguir heredando un régimen decidido por un dictador y un asesino”. Su compañero, Alexander, redunda en ello: “Lo de Hasél era simbólico, fuimos a manifestarnos por la libertad de expresión y que no se encarcele a la gente por su obra”.

La entrevista resulta muy jugosa, porque pone de relieve una realidad donde al enfado de la gente, joven sobre todo, se le une la actuación desproporcionada de las fuerzas policiales. Alexander alude al "síndrome de Serwood", que fue acuñado por  David Piqué, coordinador de los Mossos d'Squadra hasta 2016. Y se reproduce el meollo del razonamiento hecho por el jefe policial: "Si la manifestación no se prevé bastante violenta, se puede provocar un poco con detenciones poco justificadas para calentar el ambiente... Cuando la violencia empieza a ser generalizada, la actuación policial se retrasa deliberadamente, hasta que los daños causados, sean inaceptables. La consecuencia previsible es que acabará como una batalla campal. Es entonces cuando empiezan las cargas policiales, que en ningún momento quieren ser disuasorias. Se va directamente contra los manifestantes, que ya son considerados vándalos, y se les ataca con suficiente velocidad para que no dé tiempo a la fuga y se provoque el enfrentamiento físico". 

Y en eso seguimos. Criminalizando los actos, las palabras y las protestas que vienen de un lado, mientras se oculta, se minimiza, cuando no se apoya, lo que viene del otro lado. La normalización de la ultraderecha, del fascismo. El ocultamiento de la corrupción del PP, incluidos sus fracasos electorales. El apoyo al sector más moderado del gobierno, con interés por frenar las medidas más sociales y la apuesta más decidida por el feminismo, de ocultar la corrupción existente en el entorno de la corona y de seguir haciendo de la policía unas fuerzas represivas... ¿Contra quiénes?    

lunes, 22 de febrero de 2021

El general que fue condenado por terrorismo de estado y soñó con conquistar América

Hace unos días murió Enrique González Galindo. Pese a que 
su nombre ha llegado a ser el más conocido en la lucha contra ETA, por lo que llegó al grado de general de la Guardia Civil, acabó siendo desposeído de su condición militar cuando en 2000 fue condenado a más de 70 años de cárcel. 

En 1980, con el grado de comandante de la Guardia Civil, fue desplazado la comandancia en Guipúzcoa, cuyo cuartel se encontraba en el barrio de de Intxaurrondo de Donostia/San Sebastián. Llegó como tercero en la jerarquía de mando, para tres años más tarde alcanzar la jefatura principal. Allí se mantuvo hasta su encarcelamiento en 1996, acusado de pertenencia a los GAL y de ser el responsable de la tortura, asesinato y desaparición en 1983 de Joxean Lasa y Joxi Zabala, miembros de ETA. Detenido y encarcelado preventivamente durante un año, en 2000 fue condenado a 71 años de cárcel, si bien el Tribunal Supremo elevó la pena en cuatro años. Pero sólo permaneció en prisión hasta 2004, después que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dispusiera su excarcelación por motivos de salud. En 2013, finalmente, consiguió la formalidad de ser puesto en libertad condicional.

Hablar de Galindo es hacerlo de un símbolo de la lucha contra ETA en todas sus vertientes y con ello, también, de una forma de afrontarla, en la que estuvo presente en todo momento la conocida como "guerra sucia". Un eufemismo de lo que fue en realidad: terrorismo de estado, en el que las torturas, los secuestros y los asesinatos extrajudiciales fueron algunas de sus marcas. 

En el caso de los asesinatos habidos desde 1975, las fuentes difieren en su contabilizaciónSi nos atenemos a los habidos entre 1975 y 1982, en el estudio The Domestic Terroridt Victims (DTV) se han contabilizado 62 víctimas mortales (1), a las que habría que añadir al menos otras 27 habidas desde 1983 y atribuidas a los GAL (2)Sus planeadores y/o ejecutores fueron en su mayoría personas pertenecientes a grupos parapoliciales (BVE, ATE, Triple A...), en los que existía una frontera difusa entre los servicios secretos, los cuerpos policiales, la ultraderecha y los mercenarios que se contrataron. 

No todas esas víctimas fueron militantes de ETA y en algunos casos sus muertes llegaron a causar en su momento un gran impacto en la opinión pública. Es lo que ocurrió con Mikel Zabalza, que murió en 1985 en el cuartel de Intxaurrondo como consecuencia de las torturas que sufrió. Precisamente hoy el diario Público ha sacado un artículo firmado por Begoña Piña en el que se aporta la grabación de una conversación telefónica mantenida entre el capitán de la Guardia Civil Pedro López Nieto y quien entonces era coronel del CESID Juan Alberto Perote (3). En la audición puede oírse cómo el primero de ellos reconoce y, a la vez, detalla que la muerte de Zabalza se les fue de las manos, después que se cubriera su cabeza con una bolsa de plástico. Nada nuevo, pues es lo que se se sospechó desde el primer momento, pero muy revelador de una realidad muy dura.

Durante 57 años, entre 1960 y 2014, en el País Vasco llegaron a efectuarse unas 30.000 detenciones por motivos políticos y/o de terrorismo, y los casos de tortura probados, siguiendo el informe presentado por el Gobierno Vasco en 2017 (4), han superado los 4.000. Aunque se sospecha que haya habido bastantes más casos, las condenas judiciales tan sólo se han quedado en 20, lo que pone de relieve el grado de connivencia y/u ocultamiento que se ha dado en las distintas instancias oficiales. Han sido varios los organismos internacionales de derechos humanos los que ha corroborado ese extremo, con denuncias y resoluciones contra el Estado que deberían más que sonrojar sobre lo ocurrido. Entre ellas se encuentran tres resoluciones del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, una condena del Comité de Derechos Humanos y otra más del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (5).

Ha sido en ese contexto donde el general Galindo actuó sin contemplaciones. A lo largo de los años ochenta y noventa gozó de un gran protagonismo. Entre sus subordinados y los familiares de las víctimas de ETA estaba considerado como un héroe, y las propias autoridades del ministerio del Interior, por entonces del PSOE (con José Barrionuevo y José Luis Corcuera como ministros, supervisados, a su vez, por el "señor X"), le dejaron hacer y hasta se lo reconocieron en forma de condecoraciones y ascensos. Por el contrario, su figura ha sido valorada muy negativamente desde amplios sectores de la sociedad vasca y también en el mundo que defiende los derechos humanos. El empleo sistemático de la tortura fue uno de sus pecados, aunque también fue denunciado por estar involucrado, personalmente o a través de algunos de sus subordinados, en otros delitos, como el de narcotráfico (6).

A Galindo tampoco le faltó hacer uso de cierta megalomanía sobre sus virtudes, lo que aderezó con un claro tufillo de nostalgia imperial. Durante su juicio en la Audiencia Nacional en 1999 llegó a declarar que "con seis hombres de éstos yo hubiera conquistado América del Sur".

¡Ay!

Notas

(1) Juan Manuel Sánchez Sáez, "Balance de  víctimas mortales del terrorismo y la violencia política en la extrema derecha durante la Transición (1975-1982)"; en HAOL, n. 27, invierno de 2012 (file:///C:/Users/pc/Downloads/Dialnet-BalanceDeVictimasMortalesDelTerrorismoYLaViolencia-3861317.pdf).
(2) Mariano Sánchez Soler, La Transición sangrienta. Una historia violenta del proceso democrático en España (1975-1983); Barcelona, Península, 2010.
(3) Begoña Piña, "Unas grabaciones a altos mandos de la Guardia Civil demuestran que Zabalza murió tras ser torturado en Intxaurrondo"; en Público, 22-02-2021 (https://www.publico.es/politica/mikel-zabalza-grabaciones-altos-mandos-guardia-civil-zabalza-torturado-murio-intxaurrondo.html).
(4) Jesús María Montero Barrado, "Exhaustivo informe sobre más de medio siglo de torturas en el País Vasco"; en Entre el mar y la meseta, 23-12-2017 (http://marymeseta.blogspot.com/2017/12/un-exhaustivo-informe-sobre-mas-de.html).
(5) Isabel Camacho, "Memorial de la infamia. El informe sobre la tortura en Euskadi se cierra con 4.113 casos probados y más de mil testimonios"; en ctxt. Contexto y acción, 20-12-2017 (https://ctxt.es/es/20171220/Politica/16845/Torturas-espana-euskadi-informe-derechos.htm).
(6) Ramón Sola, "Muere por covid Galindo, el torturador que llegó a general"; en Naiz, 13-02-2021 (https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20210213/galindo-el-torturador-que-llego-a-general). 

sábado, 20 de febrero de 2021

El valor de Pablo Iglesias en el Congreso para hablar del poder de los grupos de comunicación

Me llegó ayer un mensaje con el enlace de la intervención de Pablo Iglesias en la sesión del Congreso el pasado 17 de febrero y, más concretamente, dentro del debate dedicado al papel de los medios de comunicación. Las palabras que pronunció, 
como vicepresidente del gobierno, merecen ser escuchadas por los argumentos que esgrimió. No tuvo tapujos a la hora de poner de relieve el poder que dichos medios tienen, especialmente los grandes, así como la consideración de determinadas categorías que se dan por ciertas, cuando no dejan de ser una patraña.

La idea principal de su intervención fue denunciar que buena parte de los medios de comunicación están sostenidos por potentes grupos económicos, lo que conlleva que la supuesta libertad de opinión e información en la práctica no es otra cosa que una forma de manipulación sobre la opinión pública. Como ha destacado Pascual Serrano, un conocido analista sobre los medios, hubo “algo excepcional en lo que sucedió”, pues Iglesias “tuvo el valor de, desde el cargo más alto de un país hasta ahora, en el lugar más legítimo y valioso de la democracia (el Parlamento), decir lo que nadie había dicho”.

A  lo largo de los algo más de 12 minutos de su intervención delimitó aspectos que deben estar claros, así como desmontó otros tantos tópicos muy enraizados entre la opinión pública. Y es que los medios de comunicación no deben arrogarse el monopolio de la libertad de expresión y de información. Y más aún cuando, tal como señaló en un momento, en España el 80% de la audiencia de televisión está acaparada por dos grupos privados, que además concentran el 83% de la publicidad.

La libertad de expresión pertenece al conjunto de la sociedad, que se puede ejercer individualmente, a través de los diversos grupos y colectivos que la componen, o los propios medios de comunicación, tanto públicos como privados. Pero sin perder de vista que en estos últimos existe una intromisión de poderosos grupos económicos que interfieren de una manera permanente en la toma de decisiones políticas para defender así sus propios intereses, sean los particulares de las empresas que los integran o sean los generales de la clase social de la que forman parte.

En este sentido, Iglesias puso dos ejemplos. Uno, el referido a las presiones recibidas por Pedro Sánchez en 2016 desde varios grupos de comunicación para que no llegara a un acuerdo con Iglesias. No se refirió a lo que vino meses después, cuando acabó siendo defenestrado de su propio partido por cumplir su dicho de "no es no", negándose a respaldar la investidura de Mariano Rajoy. Y el otro ejemplo, más reciente, la campaña lanzada contra la ley sobre la publicidad en el juego y las apuestas deportivas que promovió el ministerio de Consumo, que tiene a Alberto Garzón al frente. 

Se puede añadir otro ejemplo, éste por mi parte, como lo que está ocurriendo en torno al tratamiento de las movilizaciones contra el encarcelamiento de Pablo Hasél. Se tiende a destacar mayoritariamente desde esos medios la violencia de grupos minoritarios -sobredimensionándola-, ocultando la actitud pacífica mayoritaria de quienes asisten, ocultando o minimizando la que proviene de las fuerzas del orden público, y responsabilizando de distinta manera a Unidas Podemos e incluso al propio presidente del gobierno. 

Desde estos medios, así mismo, se airea que su legitimidad proviene de la audiencia que tienen. Ayer mismo se ha podido oír esto por boca de una conocida presentadora de un programa televisivo, una forma de contestar a lo que Iglesias dijo sobre la naturaleza democrática de las instituciones que nos representan por ser elegidas, que en el caso de las Cortes no son otra cosa que la sede de la soberanía popular. De esta manera, lo que se quiere es equiparar perversamente dos legitimidades, menospreciando aquella que tiene su origen en las elecciones.

Por último, está la apropiación que los grupos mediáticos hacen de la libertad de información y opinión. Y esto tiene una derivación, como  es su oposición a que se pueda legislar para impedir que lo que emiten o publican falte a la verdad.

En 2010 se publicó un libro del antes aludido Pascual Serrano, cuyo título es muy revelador: Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación en España (Madrid, Foca). Llegué a dedicarle una entrada ("Quiénes y cómo nos manipulan. A propósito de un libro de Pascual Serrano"), como también tengo abierta en este cuaderno una etiqueta específica, "Medios: verdades y mentiras", en la que llevo incluidas, contando ésta, nada menos que 64 entradas. Pero volviendo a lo que nos ocupa, quiero reproducir en este escrito  unas palabras que Serrano escribió en su libro: "un sistema que permite la concentración y no limita el poder lo que desencadena no es mejorar la posición del medio frente al poderoso sino permitir que sea éste -mediante bancos, financieras, grupos industriales, etc.- quien acumule todo el control y nadie pueda hacerle sombra". 

Porque -y ahora con las palabras finales de la intervención de Iglesias- hay que seguir "diciendo la verdad sobre cómo funciona el poder en nuestro país".      

viernes, 19 de febrero de 2021

Movimientos en el seno de la derechona

Los resultados de las elecciones catalanas han hecho saltar las alarmas en muchos sectores de la derecha española. A la debacle de Ciudadanos, que ha perdido 3 de 4 votos con respecto a 2017, y el fracaso del PP, que no ha quedado muy lejos de perder la representación parlamentaria, se ha unido el sorpasso de Vox. 

El PP está en horas muy bajas. Acorralado por la corrupción, no se le ha ocurrido otra cosa a Pablo Casado que anunciar la venta la sede central del partido, una maniobra que no es otra cosa  echar una cortina de humo para tapar las negras evidencias. La dirigencia ha evitado profundizar en la causas de los sucesivos fracasos electorales sufridos desde 2019 en las municipales, autonómicas, europeas y dos generales, salvo en Madrid -capital y comunidad- y Andalucía, y sus feudos tradicionales de Castilla y León, Murcia y Galicia. Es cierto que en esta última ha revalidado el triunfo en las autonómicas de 2020, pero lo ha hecho gracias a un Alberto Núñez Feijóo que durante la campaña evitó en lo posible que no se vieran las siglas del partido. Y también es cierto que en el País Vasco (6'8% y en coalición con Cs) y en Cataluña (3'9%) el fracaso ha sido estrepitoso.  
 
A Cs se le siguen soltando las costuras internas, con un Albert Rivera lanzado a la yugular de Inés Arrimadas y urdiendo maniobras para acercar lo que va quedando del partido al PP. Por ahora, Arrimadas ha optado por la resistencia, pero eso me huele algo a la actitud que mantuvo en su día Rosa Díez con UPyD, cuando en 2015 rechazó la propuesta de unidad con Cs que le habían ofrecido.  

No cabe la menor duda que la herencia de corrupción que le han dejado a la actual dirigencia del PP es muy dura. Algo de lo que sus componentes se beneficiaron políticamente mientras ascendían en su jerarquía y que, encima, han estado negando. Pero su estrategia de confrontación durísima contra el gobierno del PSOE y Unidas Podemos tampoco le ha ayudado. Una actitud que no es nueva, y ni siquiera puntual, en el PP. Basta recordar lo que dijeron José María Aznar y Mariano Rajoy frente a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, independientemente de los motivos y los detalles. Pero hay una diferencia: por entonces el PP acaparaba todo el espectro político de la derecha, desde la más moderada hasta la más extrema, mientras que ahora ha visto cómo ese espacio se ha ido dividiendo en tres partes. 

Que en estos momentos su flanco más extremo sea el que esté sufriendo más, ha puesto de relieve tres cosas: una, que la vía que abrió en su día sobre Cataluña, oponiéndose al actual Estatut, ha acabado dando rienda suelta al nacionalismo español más delirante; otra, que la condescendencia que está empleando con Vox para poder mantenerse al frente de los gobiernos autonómicos de Madrid y Andalucía, lo que está es alimentando a ese partido; y la última, que la radicalidad con la que está haciendo oposición al actual gobierno, lejos de aportarle algo, también está favoreciendo a Vox.

Desde una buena parte de la derecha mediática se están redoblando los esfuerzos para que PP y CS acaben coaligándose, fundiéndose o absorbiendo el primero al segundo. El objetivo no es otro que aunar votos, optimizar la obtención de escaños y evitar que el avance de Vox acabe por devorarlos o, cuando menos, dejarlos en un papel secundario.  

Y es que el avance de Vox, no siendo todavía decisivo, resulta altamente preocupante. Representa el fascismo de nuevo tipo, que es heterogéneo por países, pero coincidente ante todo en su carácter antidemocrático. Junto a los tics autoritarios, en estos momentos están haciendo gala de aspectos como un nacionalismo español exacerbado y excluyente; una pretensión por restringir o abolir derechos políticos y civiles, lo que se traduce en racismo, xenofobia, homofobia o misoginia; continuas apelaciones nostálgicas a la dictadura franquista...        

¡Cuántas sorpresas nos quedan por ir viendo!

miércoles, 17 de febrero de 2021

Ecuador: giro hacia la izquierda, pero pendiente de elegir al nuevo presidente

Los resultados totales de las elecciones presidenciales celebradas en Ecuador el  domingo 7 de febrero han estado en el aire. No ha ocurrido lo mismo en las elecciones a la Asamblea Nacional, donde, salvo algunos detalles, ya se conoce el reparto de escaños.

La disputa por la presidencia 

Dado el carácter presidencialista del sistema político ecuatoriano, elegir a la cabeza del estado resulta de máxima importancia. El triunfo de Andrés Arauz, candidato de Unión por la Esperanza (UNES), ha sido claro, aunque insuficiente para evitar que se diera una segunda vuelta. Distinto ha sido el caso de quién conseguiría el segundo puesto y que sería el contrincante de Arauz en la segunda vuelta, a disputar el próximo mes de abril

Hasta ahora ha habido varios vaivenes en el recuento del Consejo Nacional Electoral (CNE), lo que no ha estado exento de polémica, dado el estrecho margen existente en la disputa de ese segundo puesto: de un lado, Guillermo Lasso, candidato del Movimiento Creando Oportunidades (CREO) y el Partido Social Cristiano (PSC), y de otro, Yaku Pérez, candidato de Pachakutik (PK). El recuento ha estado oscilando entre el 19% y el 20%, inicialmente favorable a Pérez y finalmente a Lasso. Ha habido denuncias de irregularidades en el recuento, formuladas especialmente desde PK. Incluso el viernes pasado Pérez y Lasso llegaron a un acuerdo para solicitar al CNE el recuento del 100% de los votos en la provincia de Guayas y del 50% en otras dieciséis (1).   

Tampoco han faltado denuncias desde la propia UNES, cuyo candidato Arauz ha llegado a declarar el pasado lunes lo siguiente: “Quienes han cogobernado el país junto a Lenín Moreno quieren aferrarse al poder, por eso han intentado, por vías antidemocráticas, descalificar nuestra candidatura, [y] ahora, con mentiras, quieren presionar al sistema de justicia para un nuevo episodio de persecución (…). Toda esta patraña tiene una sola intención: impedir que el binomio Arauz-Rabascall que lidera la preferencia electoral participe de la segunda vuelta” (2).

Pero, sin que se haya aceptado por el CNE la repetición del recuento en esas 17 provincias, Lasso ha acabado dando por buenos los datos finales ofrecidos y correspondientes al 100% de los sufragios (3). Los resultados han sido los siguientes:

Andrés Arauz (UNES): 32'72%
Guillermo Lasso (CREO-PSC): 19'74%
Yaku Pérez (PK): 19'38%
Xavier Hervás (ID): 15'68%

Las otras 14 candidaturas, hasta un total de 14, han sumado en torno al 12'5% de los votos, oscilando entre el 0'21% y el 2'1%.  

En todo caso, no daba igual qué candidato debería enfrentarse a Arauz en la segunda vuelta. Con Lasso, existen, de entrada, altas probabilidades para que triunfe el candidato de UNES, dado que en líneas generales se ha dado una inclinación del voto hacia la izquierda, lo que perjudica al candidato conservador. De haber sido Pérez el contrincante, se habría producido una mayor disputa por el voto en el espacio de la izquierda. A su vez, obligaría al electorado conservador a tener que optar bien por el candidato del correísmo, Arauz, o bien por el del indigenismo y medioambientalismo, el propio Pérez.

Pero las cosas son más complejas y por ello vamos a ver que representa cada uno.

Los candidatos presidenciales

Arauz es el representante del correísmo, cuyo  líder natural, Rafael Correa, presidió el país entre 2007 y 2017, al frente de lo que se conoció como Revolución Ciudadana. Incluso su sucesor, Lenín Moreno, fue elegido en 2017 con el apoyo de ese movimiento, aunque finalmente acabó traicionando sus promesas electorales y a quienes le apoyaron. Fue llamativo el giro inesperado que dio desde el primer momento de su mandato, implementando medidas de corte neoliberal y acercándose tanto a los sectores oligárquicos como a los EEUU, sin que faltara su apoyo al procesamiento y la condena judicial contra el propio Correa. Fruto de esa política incrementó la represión contra las movilizaciones populares y, a la vez, el creciente desgobierno ha conllevado una crisis sanitaria muy grave desde la llegada de la pandemia del covid-19. 

La nueva plataforma del correísmo, Unión por la Esperanza, busca recuperar la herencia progresista de la Revolución Ciudadana. Se ha comprometido a proseguir en el camino de aumentar el gasto público en educación y sanidad, una mayor redistribución de la riqueza y una política exterior solidaria entre los países latinoamericanos e independiente de EEUU. En su contra han jugado algunos aspectos negativos del mandato de Correa, que primó el extractivismo de materias primas (petróleo, minerales, agua...) como fuente de obtención de recursos y divisas, y perjudicó a las zonas con una mayor presencia de las comunidades indígenas.

Esto último ha sido uno de los factores que han propiciado el alejamiento y la oposición de buna parte de los grupos indigenistas, organizados sobre todo en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Desde ella se ha nutrido el grupo PK, que ha presentado a Yaku Pérez como aspirante a la presidencia del país. Los líderes de esos grupos llevan años incidiendo en la defensa de los pueblos indígenas, lo que conlleva no sólo la atención a los derechos culturales, sino también la protección de los recursos naturales.

Si el movimiento indigenista protagonizó una fuerte oposición a la presidencia de Correa, durante el mandato de Moreno la intensificó, como consecuencia de las duras medidas de corte neoliberal que aplicó. Entre otras, llegó a retirar la subvención de los combustibles, cuyo encarecimiento perjudicó a la mayoría de las familias del país. Y ha sido ese grado elevado de movilizaciones el que ha aupado a Pérez, cuyo nivel de apoyos, no por inesperados, le ha permitido estar a punto de llevarle a competir la presidencia del país frente a Arauz.

El movimiento indigenista, empero, no es un bloque homogéneo. Conviven en él diversas facciones, que van de la izquierda a la derecha, aunque las primeras parecen mayoritarias. Otra cosa ha sido el comportamiento de algunos de sus líderes, como es el caso del propio Pérez. En 2017 apoyó a Lasso frente a Moreno, bajo el argumento de que prefería un banquero a un correísta. Incluso durante el mandato de Moreno ha llegado a mostrarse contrario a los sectores más combativos del indigenismo, coincidiendo en ocasiones con Lasso. Una situación que ha sido definida como de "polarización en medio de la paradoja", esto es, el efecto “que se ha ido agudizando en los últimos años en el país y que, más allá de las convicciones ideológicas, posiciona al ecuatoriano a favor o en contra del expresidente Rafael Correa. Y ese es el as en la manga y la principal baza que jugará Pérez si va a la segunda vuelta” (4).        

El candidato de CREO-PSC, Lasso, es el que mejor representa los intereses de la oligarquía ecuatoriana y la vinculación con EEUU. Pese a lo anómala que fue la presidencia de Moreno, la política que llevó a cabo entre 2017 y 2021 ha permitido a los sectores sociales y políticos conservadores recuperar buena parte del terreno que habían perdido con Correa. Sin embargo, las elecciones han puesto de manifiesto que los apoyos conseguidos por los grupos de derecha han sido limitados. Tan sólo el 19'74% en las presidenciales y el 19'4% en las legislativas, lo que ha situado a la derecha en el nivel más bajo obtenido en toda la historia del país.

Por último, se encuentra el caso de Xavier Hervás, candidato de Izquierda Democrática (ID), un empresario que se ha presentado ante la población como renovador y con un programa de centro-izquierda. Lo inesperado de su 15'68% de los votos se ha explicado por lo novedoso de su campaña electoral, que ha calado en mayor medida en los estratos de población más jóvenes y urbanos.

Las elecciones legislativas

Durante el pasado domingo 7 también se celebraron elecciones a la Asamblea Nacional (5). Aunque sus resultados han pasado bastante desapercibidos, consecuencia de la incertidumbre por conocer a quién iba a competir con el candidato de UNES, la nueva composición de la cámara legislativa se encuentra en la línea de lo ocurrido en las presidenciales. 

El reparto de los votos ha sido el siguiente:

UNES: 32'21%
PK: 16'48%e 
ID: 11'98%
CREO: 9'65%
PSC: 9'73%

Los restantes grupos con representación parlamentaria han sumado en torno al 15% de los votos, situándose entre el cetro-izquierda y la derecha.

La suma de votos de UNES, PK e ID, situados en distinto grado en la izquierda política, es del 61%. Frente a ellos, los dos grupos principales de la derecha se han quedado en el 19'4%. El resto de los votos se reparte entre otros grupos de distinto carácter, pero que no alteran la derrota de los grupos conservadores. 

En cuanto al reparto de los 137 escaños (6), la composición de la cámara queda de la siguiente manera:

UNES: 48
PK: 27
ID: 18
PSC: 18
CREO: 12

Los restantes 13 escaños se reparten entre siete grupos y algunos candidatos independientes. Pueden considerarse de izquierda o centro-izquierda 5; otros 5, de centro o derecha; y 3, independientes.

¿Y el futuro?  

Lo que pueda ocurrir en abril, cuando tenga lugar la segunda vuelta de las presidenciales, está por ver. Las encuestas que se vayan haciendo irán dando pistas de cuál va a ser el sentido del voto. Bien que sea mayoritario, en este caso en favor de Arauz, o bien si lo que se va a producir es una fuerte disputa por el triunfo. 

Como ya se ha apuntado antes, la orientación que se ha dado hacia la izquierda en los resultados de las presidenciales apuntan a que el favorito sea, en un principio, Arauz. Uno de los dilemas provendrá de la actitud que mantenga la dirigencia de los grupos indigenistas, que han mostrado en diversas ocasiones una gran hostilidad hacia el correísmo. Otra cosa será lo que el electorado indigenista acabe haciendo, al margen de lo que puedan apuntarle sus líderes.

Sería necesario que por parte de Arauz, junto con su plataforma UNES, se hiciera más hincapié en aspectos que quedaron pendientes durante el periodo de Correa, relacionados con la profundización de los derechos civiles. A la vez, debería buscar el entendimiento con los grupos indigenistas, en favor de un mayor respeto por la naturaleza. Y todo eso es lo que parece que están haciendo, como se desprende de las declaraciones uno de los líderes sociales (7).

Está por ver, por tanto, si en el electorado progresista va a prevalecer el recuerdo de los gobiernos de Rafael Correa y su Revolución Ciudadana, con el fin de profundizar en el camino de una sociedad más democrática y solidaria, y un país más independiente, a lo que habría que unir una apuesta por la ecología. O si, por el contrario, va a calar el sentimiento anticorreísta, presente en la derecha y algunos sectores del indigenismo, lo que supondría la consolidación del poder de la oligarquía, que con Moreno consiguió una vía importante para hacerlo.  

Notas

(1) "Recuento de sufragios, acuerdos espurios y más chicanas para desacreditar la victoria de Arauz / Pérez + Lasso + la CNE y OEA en relaciones carnales", en Resumen Latinoamericano, 13-02-2021. 
(2) Marco Teruggi. "Lasso ya no quiere el recuento masivo de votos", en Resumen Latinoamericano, 16-02-2021.
(3) Consejo Nacional Electoral. "Elecciones Generales 2021. Resultados generales" (https://resultados2021.cne.gob.ec/). 
(4) Aitor Montero. "Ecuador, sumido en la incertidumbre: todavía no se define la segunda vuelta electoral", en Cuarto Poder, 17-02-2021.
(5) Consejo Nacional Electoral. "Elecciones Generales 2021. Resultados generales" (https://resultados2021.cne.gob.ec/). 
(6) "Elecciones legislativas de Ecuador de 2021", en Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Ecuador_de_2021). 
(7) Carlos Aznárez. "Christian González: 'Se acerca el fin de una época neoliberal, totalitaria, el fin de una política de extermino contra el pueblo'", en Resumen Latinoamericano, 11-02-2021.

Post data del 19 de febrero

El artículo "Yaku Pérez y el fin de los binarismos", de Andrés Kogan Valderrama y publicado en Rebelión, aporta una dimensión que tiene como referente el indigenismo. Resulta interesante y ayuda a entender mejor la situación política que se está viviendo en Ecuador, llena de complejidad y contradicciones.

lunes, 15 de febrero de 2021

Elecciones catalanas 2021: resultados y posibilidades de futuro


La participación

Ha sido del 53'6%, lo que supone una caída de 25'5 puntos. En términos absolutos han votado 1'5 millones de personas menos. La pandemia ha tenido que ver, claro está, como ocurrió en las autonómicas gallegas y vascas de julio pasado, en las que también bajó la participación: del 49%, en Galicia (4'6 puntos menos que en 2016); y del 50'8%, en el País Vasco (9'2 puntos menos que en 2016). 

Pero no sólo ha sido eso. Aunque está por cuantificarlo, ha habido una desmovilización de naturaleza política en una una buena parte del electorado: mayor, en el de la derecha españolista; y menor, en el independentista.

Resultados por grupos

PSC. Ha sido el grupo más votado, con  alrededor de 651.000 papeletas (21'3%) y 33 escaños. Ha sido el único que ha subido sobre 2017 en todos los aspectos: unos 44.000 votos, 9'2 puntos y 16 escaños. La mayor parte de esa subida provendría de Cs y una parte menor, de ECP.  

ERC. Con el 21'3% de los votos y 33 escaños se ha convertido en el segundo grupo de Catalunya y en el primero entre los grupos independentistas. Aunque ha perdido alrededor de 333.000 votos, ha subido en 1 escaño. Sus  pérdidas representan el 35'5% de los votos de 2017.

J xC. Ha obtenido el 20'1% y 32 escaños, lo que supone la pérdida de la primacía entre los grupos independentistas, unos 381.000 votos y 2 escaños. A su vez, las pérdidas representan el 40'2% de los votos de 2017. Una parte se habrían fugado al más moderado PDeCat, lo que quizás le haya perjudicado en su intento por mantener el liderazgo en el campo independentista. 

Vox. Ha sido el gran beneficiado de la derecha españolista, si bien en 2017 no se presentó a las elecciones. Ha obtenido unos 217.000 votos (7'7%) y 11 escaños, por lo que se sitúa como la primera fuerza de la derecha españolista. El grueso de esos votos habrían sido de Cs en 2017 y también, aunque en menor medida, del PP.

ECP. Con el 6'9% de los votos (-0'6% sobre 2017) ha logrado mantener los 8 escaños que tenía. Pero ha retrocedido mucho en votos: unos 123.000, que representan el 40'5% sobre los de 2017. Esas pérdidas se repartirían entre fugas al PSC y, en menor medida, a ERC y La CUP, y la abstención 

CUP. Ha estado entre los tres grupos que han salido más beneficiados, sobre todo por su subida hasta los 9 escaños, 5 más que en 2017. Apenas ha perdido 6.000 votos, no así en términos relativos, subiendo del 4'5% en 2017 a los 6'75 actuales. Se habría beneficiado de los sectores independentistas más radicalizados, sobre todo de ERC, pero también de JxC. 

Cs. Ha sufrido una debacle sin precedentes: de ser el grupo más votado (25'4%) y con más escaños (36), ha quedado relegado al penúltimo lugar entre los que han conseguido representación parlamentaria. Sus pérdidas se elevan a alrededor de 952.000 votos, que representan el 85'8% de lo obtenido en 2017, 19'8 puntos y 30 escaños. 

PP. Ha obtenido unos resultados muy pobres: 3'9% y 3 escaños. Ha perdido 1 escaño y unos 77.000 votos, esto es, el 41'4% sobre 2017.

PDeCat. Sus escasos 77.000 votos (6'7%) no le han permitido acceder  a obtener representación parlamentaria. Heredero de la tradición pactista de la derecha catalana, se ha visto perjudicado por el voto más útil a JxC.

Los resultados por bloques

Con toda probabilidad, siguiendo a lo anticipado por las encuestas, los cambios en el sentido del voto se habría producido dentro de cada bloque: sobre todo, en lo que corresponde al eje que separa el independentismo del unionismo; y en menor medida, a los bloques izquierda y derecha españolista.  

Los grupos independentistas. En términos relativos han aumentado, sumando algo más de la mitad de los votos: 50'8%, es decir, 3'2 puntos más que en 2017. También han subido en 4 escaños, llegando a los 74. Sin embargo, han perdido 643.000 votos, que representan el 30'9% de los obtenidos en 2017.

Los grupos de izquierda. Han alcanzado el 57'9% de los votos, que suponen 10'5 puntos más que en 2017. En escaños han sumado 22 más, hasta llegar a los 83. Pero en número de votos han perdido 527.000, que representan el 24'4% sobre 2017. 

Los grupos de la izquierda radical. ECP y la CUP han sumado el 13,6% de los votos, aumentando 1'6 puntos sobre 2017. También han subido en 5 escaños, si bien corresponden todos a la CUP. Por otro lado, han perdido 138.000 votos, que representan el 26'5% de los obtenidos en 2017, pero sin olvidar que 132.000 son de ECP.

La derecha españolista. Los tres grupos que la componen se han quedado en el 17'2% de los votos y 20 escaños, lo que supone unas pérdidas sobre 2017 (cuando sólo se presentaron Cs y PP) de 12'4 puntos y 20 escaños. En términos absolutos han perdido 812.000 votos, que representan el 62'6% de los obtenidos en 2017. La clave, no obstante, está en la debacle de Cs con sus 952.000 votos perdidos. Vox, pues, ha superado no sólo al PP, sino también al a Cs.  

Las encuestas

Las numerosas encuestas que se han realizado, tanto por empresas privadas como por los organismos públicos CIS y CEO, han tendido, en líneas generales, a predecir el sentido de los votos por grupos. Eso no quita que haya habido algunas discordancias llamativas, sobre todo por parte del CIS estatal, que ha patinado en más de una ocasión.

Los resultados de los tres grupos más votados han estado en la línea prevista, llamando la atención tanto la subida del PSC ("efecto Illa") como la de JxC, en este caso en detrimento de ERC. Sobre JxC lo más extraño ha sido el bajo porcentaje que le adjudicó el CIS, con tan sólo el 12'5%.

De los otros dos grupos de izquierda, ECP y la CUP, ha habido coincidencias en general, si bien el CIS, una vez más, elevó en demasía los apoyos al primero, al que adjudicó el 9'7%.

Donde se ha producido un menor acercamiento a los resultados ha sido entre los grupos de la derecha españolista. No se ha detectado la bajada tan acusada de Cs, la menor del PP y la subida, hasta el 7'7% final, de Vox. Quizás hayan influido factores como la apertura del juicio sobre la caja B del PP o las declaraciones de Pablo Casado sobre la actuación de la policía durante el 1-O.

En cuanto a los bloques, las previsiones sobre los apoyos al bloque independentista han estado por debajo, entre 1 y 5 puntos, sin que en ningún caso la suma superase el 50%. Y en el caso del bloque de la derecha españolista, las previsiones han estado entre 3 y 5 puntos por encima del 17% final obtenido. 

Por último, en lo referente a la participación, lo que ha ocurrido es que ha estado entre 5 y 10 puntos por debajo de lo que se preveía en algunas encuestas. Aunque ya se preveía que la abstención podía afectar en mayor medida a la derecha españolista, esa menor participación quizás es lo que explique que sus resultados se hayan situado en el 17%.

¿Qué puede ocurrir?

Va ser muy difícil, si no imposible, que Salvador Illa consiga ser president. No tiene apoyos.

Con toda seguridad lo será Pere Aragonés, que conseguirá los apoyos de JxC y posiblemente de la CUP.

Otra cosa es la conformación del govern. Desde ERC se tiene ganas de una gestión progresista y que esté menos ligada a JxC. Eso le acerca a la CUP y a ECP. Pero ERC tampoco puede perder de vista lo referente a lo que está pendiente del procès y a los presos, donde tiene la presión de JxC, la CUP y un parte del propio partido. 

Puede que se cree una especie de statu quo en el que un gobierno progresista, posiblemente con la presencia de ECP, acuerde un programa de medidas de carácter social y, a la vez, busque una nueva vía de relación con el gobierno central. En este caso, se contemplaría el tratamiento de las personas condenadas por el Tribunal Supremo y, lo que es más difícil, se buscarían fórmulas y/o gestos de cara a admitir algún tipo de consulta en Catalunya. En este caso ECP se convertiría, con sus presencias respectivas, en el puente entre los dos gobiernos.  

Una cerrazón de ERC  pactando de nuevo con JxC conllevaría un doble estancamiento: en Catalunya, perjudicando la solución de la situación sanitaria y socio-económica; y en relación al conjunto del estado, porque cerraría las puertas a una vía de avance hacia el objetivo no tanto de la independencia, para lo que los números no dan, como de una salida honrosa: presos y consulta.
 
Y por otra parte, una cerrazón del PSOE, a través del PSC, dificultaría la gobernabilidad del ejecutivo central, que necesita de apoyos constantes para poder mantenerse.

ECP (la coalición donde confluyen Comunes, Podemos, Esquerra Unida i Alternativa...) es el grupo que más está apostando por un govern de izquierdas. Eso fue el eje de su discurso durante la campaña electoral y, coherente con ello y con los propios resultados, está insistiendo para que eso pueda ocurrir.    

En el caso de la derecha españolista, Cs ha recibido la puntilla sobre lo que va a ser su futuro. El PP presidido por Pablo Casado, por su parte, sigue fracasando electoralmente, preso de un pasado atestado de corrupción y con la amenaza de Vox por su derecha. Y es aquí por donde viene el peligro, porque sigue avanzando, aun cuando en los casos del País Vasco y Catalunya sólo haya obtenido, respectivamente, un 2% y un 7'7% de los votos, o que la suma de los grupos de la derecha españolista haya sido del 8'7% y el 17%. 

Y unas reflexiones para acabar

Buscar el apaciguamiento con el fascismo, como hicieron las potencias occidentales europeas con la Alemania nazi en septiembre de 1938, sólo conlleva que siga avanzando. Al fascismo se le combate con más medidas sociales, que beneficien a la mayoría, y con más democracia, donde están los derechos políticos y civiles, y también, por qué no, las consultas.

Es necesario que se busquen espacios de encuentro de las diferentes izquierdas. Con muchos intereses coincidentes y con discordancias que se puede resolver dialogando. En Catalunya los grupos de izquierda suman el 58% de los votos. En el conjunto del estado, habiendo un mayor equilibrio, hay grupos de la derecha nacionalista vasca o catalana que coinciden en la lucha contra el fascismo. 

(Mapa: eldiario.es).

jueves, 11 de febrero de 2021

La libertad de expresión, con la religión, la corona o la bandera de por medio

"Por Dios, por la patria y el rey..." empieza el "Oriamendi", el himno carlista por excelencia. Toda una declaración de intenciones de lo que representa un movimiento político que caló hondo desde 1833 y expresó lo más rancio en nuestro país, y que en 1936 formó parte de ese "Glorioso Movimiento Salvador de España" que acabó con la Segunda República a base de sangre y fuego. 

Hoy abre Público su portada con artículo, firmado por Ana María Pascual, que lleva el título "Alrededor de 150 artistas, raperos, tuiteros, periodistas y políticos han sido condenados de delitos de opinión". Se ha hecho desde que en 1995 entró en vigor el actual Código Penal, al que se ha unido la más reciente "ley mordaza" de 2015. Por el primero, con los juzgados y tribunales de por medio; y por la segunda, a través de la vía administrativa. Y los motivos de las condenas tienen que ver con la religión, con la corona, con la bandera... Con lo que se canta en el "Oriamendi". 

miércoles, 10 de febrero de 2021

Arrecian los apoyos para que el rapero Pablo Hasél no entre en prisión y en defensa de la libertad de expresión


El rapero Pablo Hasél está a punto de entrar en prisión por orden de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. En 2018 fue condenado por los delitos de injurias a la corona y enaltecimiento del terrorismo, pero, después de varios recursos para que evitar la entrada en la cárcel, 
la misma Sala ha rechazado finalmente que eso pueda ocurrir, en contra incluso del criterio de la fiscalía, que se ha basando en la cuantía del tiempo de condena: 9 meses.

La sentencia ya fue cuestionada en su día desde distintos ámbitos, como profesionales de la abogacía y de la judicatura, penalistas, la Asociación de Juezas y Jueces para la Democracia o la Plataforma por el Derecho a la Libertad de Información, entre otras. En los últimos días han arreciado las críticas a la decisión judicial y los apoyos al cantante, entre los que se encuentra el manifiesto hecho público ayer que ha sido firmado por más de 200 artistas.  

En todos los casos consideran que lo ocurrido durante el proceso judicial no ha estado en concordancia con los criterios que se siguen en distintas instancias europeas acerca de lo que es la libertad de expresión. Incluso se resalta que desde esas instancias se ha instado a las autoridades de nuestro país para que modifiquen la legislación para que esté acorde con la tónica general de la UE. 

Precisamente el manifiesto firmado por dos centenares de artistas comienza de una manera que pone al descubierto una realidad preocupante sobre la libertad de expresión en nuestro país: "La persecución a raperos, tuiteros, periodistas, así como otros representantes de la cultura y el arte, por intentar ejercer su derecho a la libertad de expresión se ha convertido en una constante. Así, el Estado español ha pasado a encabezar la lista de países que más artistas ha represaliado por el contenido de sus canciones. Ahora, con el encarcelamiento de Pablo Hasél, el Estado español se está equiparando a países como Turquía o Marruecos, que también cuentan con varios artistas encarcelados por denunciar los abusos que se cometen desde el Estado.". 

Para Fernando de la Fuente, que es magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid y viceportavoz de Juezas y Jueces por la Democracia, el último dictamen del tribunal para el ingreso de Hasél en prisión no resulta adecuado, como ha declarado al diario Público: "Lo normal y razonable es que una pena inferior a dos años no se ejecute porque suele ser bastante inadecuada desde el punto de vista de la reinserción. Las penas cortas privativas de libertad no tienen un efecto resocializador sino lo contrario, por lo que se suelen buscar otro tipo de alternativas".

Por su parte, Patricia Goicoechea, que es directora adjunta de Rights International Spain, ha declarado al mismo diario que “en los últimos años ha habido varias sentencias condenatorias a raperos y artistas que se pueden considerar como una restricción a la libertad de expresión”. A lo que ha añadido que existen bases suficientes para presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, dado que en el proceso judicial seguido contra Pablo Hasél se ha producido una “restricción desproporcionada de la libertad de expresión".

Andrés Boix, que es profesor de la Universidad de Valencia, ha declarado al diario digital Cuarto Poder que  "históricamente, hay una serie de límites a la libertad de expresión. Por eso, la injuria y la calumnia están prohibidas, pero cuando no hablamos de críticas a una persona, sino a una institución, se empiezan a parecer más a un delito de opinión. Hablar de instituciones es hablar de política".

En todo lo que está ocurriendo, no debemos perder de vista algunas  cosas. Una es que la Sala de la Audiencia Nacional que ha tomado las decisiones tiene al frente a la magistrada Concepción Espejel, destacada por su vinculación al PP y dentro de él, a su amiga María Dolores de Cospedal. Y otra, el papel que están jugando los medios de comunicación del sistema. Como ha destacado José Manzaneda en un artículo para Cubainformación, dichos medios se han dividido “entre la fría información de agencias y la justificación entusiasta de la condena”.

Finalmente, ayer mismo el grupo parlamentario en el Congreso formado por Unidas Podemos y las confluencias afines registró la Proposición de Ley Orgánica de reforma del Código Penal para la protección de la libertad de expresión. Tal como indicaron en la rueda de prensa correspondiente Enrique Santiago y Jaume Asens, se trata de acabar con esa situación de ataque a la libertad de expresión y la  "criminalización de tuiteros, cineastas y raperos". Así mismo, se mostraron optimistas de cara a que el PSOE apoye la iniciativa, entre otras porque se ha respetado el protocolo de acuerdo de gobierno firmado en su día. 

Pues eso.

martes, 9 de febrero de 2021

"Ese PP ya no existe"

Es lo que ha declarado Pablo Casado para justificar que lidera un PP diferente, sin la mancha de la corrupción. Porque con esas palabras ha reconocido que durante la época en que Luis Bárcenas estuvo en las alturas de las finanzas internas las cosas se hacían a través de mordidas, chanchullos, sobresueldos, 
cajas bes... Primero, como gerente, bajo las órdenes directas de los sucesivos tesoreros Rosendo Naseiro y Álvaro Lapuerta; y luego, siendo él mismo tesorero. Y, claro está, sin olvidar que esa forma de actuar contaba con una cobertura proveniente de la cima del partido. Por encima de ellos estaban los secretarios generales y los presidentes del partido, que estatutariamente tienen la máxima autoridad. Y aquí entran, entre los primeros, los Álvarez Cascos, Arenas, Rajoy, Acebes y la Cospedal; y entre los segundos, los Fraga, Aznar y Rajoy. 

El PP ha estado sumido en la corrupción prácticamente desde sus orígenes, cuando se llamaba AP. En todos los niveles jerárquicos de su organización, desde el municipal hasta el central, pasando por el provincial y autonómico. A lo largo de los años  ha sido receptor de importantes donaciones económicas hechas desde el mundo empresarial, creando todo un entramado que se fue incrementando, perfeccionando y puliendo a medida que fue ampliando el campo de acción, sobre todo cuando fue accediendo al gobierno de las diferentes instancias institucionales del estado. De esa manera, en un juego recíproco de intereses, donde unos concedían y otros donaban, el partido financió su día a día, sus sedes, sus campañas electorales o cualquier otro tipo de eventos. A la vez, gratificó más que generosamente a una parte de quienes dirigían el cotarro. Y tampoco faltaron los más que pillos (las "ranas" de doña Esperanza) que se llevaron a sus propios bolsillos los pellizcos correspondientes y los escondieron en cuentas bancarias allende las fronteras.

Un partido dopado en su funcionamiento, lo que le ha permitido moverse con una soltura desmesurada en todos los órdenes de la vida política. El mismo partido que, llegado el momento, no dudó en hacer uso del aparato policial para buscar información y pruebas documentales en casas ajenas. El mismo que sigue viendo en el aparato judicial un medio para dar satisfacción a sus necesidades.

Y eso que no he hablado de la doctrina y práctica políticas del partido, que en sus cuatro décadas de existencia se ha dedicado a privatizar lo público, precarizar el empleo, reducir los impuestos de la gente rica, amordazar la libre expresión, participar en guerras... El mismo partido que, al decir de su actual presidente, que con anterioridad ha sido uno de los cachorros de esa jauría, "ya no existe".

Y encima nos lo tenemos que creer.