miércoles, 20 de abril de 2022

El asesinato de Julián Grimau, 59 años después


Escuché ayer por la noche en la cadena SER  el reportaje "27 balas, 3 tiros de gracia y una dictadura que se disparó a sí misma: el fusilamiento de Julián Grimau", cuyos autores son Aimar Bretos, Víctor Olazábal e Ignacio Sánchez. Un excelente trabajo, de 45 minutos de duración, que se emitió dentro del tiempo del programa Hora XXV. 

En él se hace una reconstrucción del "polémico caso que mostró ante el mundo las atrocidades que se seguían sucediendo en la dictadura", que tuvo como protagonista a Julián Grimau, uno de los dirigentes del PCE en el interior, que acabó siendo fusilado en la madrugada del 20 de abril de 1963. Detenido en noviembre de 1962, fue llevado de inmediato a la Dirección General de Seguridad, donde sufrió terribles torturas y hasta un intento de asesinato, al ser lanzado desde una ventana de uno de los patios interiores del edificio. Pese a que logró sobrevivir, tras su recuperación fue juzgado por un tribunal militar que lo condenó a muerte bajo0 la acusación de rebelión militar continuada.

Las movilizaciones que se llevaron a cabo en distintos países del mundo y los mensajes enviados por dirigentes políticos y religiosos (el papa Juan XXIII, el cardenal Montini -futuro Pablo VI-, John F. Kennedy, Nikita Jruschev...) no impidieron que el gobierno de la dictadura conmutase la pena. Salvo el caso del ministro Fernando María de Castiella, que ocupaba la cartera de Asuntos Exteriores, todos votaron a favor de la aplicación de la sentencia.

Desde el ministerio de Información y Turismo, que por entonces dirigía Manuel Fraga Iribarne, se organizó una campaña difamatoria contra Grimau, basada en falsedades y dejando de lado las enormes irregularidades habidas durante el proceso judicial, sin contar lo ocurrido con anterioridad tras su detención. Privado de una defensa civil, se recurrió a un letrado militar, Alejandro Rebollo, cuya actuación estuvo cargada de dignidad. Defendió en todo momento su inocencia, pese a las limitaciones que tuvo para ejercer su actividad. Y pasados los años no dudó en reiterar la injusticia cometida.   

Para el reportaje se ha contado con la colaboración de distintas personas, cuyos testimonios ilustran lo ocurrido, desde la dimensión más general hasta la situación vivida por el propio Grimau. Destacan, entre otras, las voces de Enrique Santiago, actual secretario general del PCE; Santiago Carrillo Menéndez, hijo del que era por entonces secretario general del partido y que, aun siendo niño, tenía una relación entrañable con Grimau y su familia; de la historiadora Carme Molinero; de los juristas Juan José del Águila y Carlos Jiménez Villarejo; o del periodista Enric Juliana.

No falta en el reportaje la audición de dos canciones dedicadas por esos años al dirigente comunista, que se hicieron muy famosas durante mucho tiempo, interpretadas por una gran variedad de artistas y cantadas entre quienes luchaban contra la dictadura. 

Una es la que compuso en 1964 Chicho Sánchez, con el título "Canción a Julián Grimau", y que empieza de esta manera:

He conocido el crimen una mañana,
color tiene mi pena de sangre humana.
Sólo nubes y plomo lo presenciaron.
Julián Grimau, hermano,
te asesinaron, te asesinaron.

La otra fue obra de la artista chilena Violeta Parra, cuya letra de "El Santo Padre" acaba así:

Entre más injusticia, 
señor Fiscal,
más fuerza tiene mi alma 
para cantar.
Lindo es segar el trigo 
en el sembrao
regado con tu sangre, 
Julian Grimau

¿Qué dirá el Santo Padre 
que vive en Roma,
que le están degollando
a sus palomas?