La victoria electoral de los partidos de derecha en votos (50%) y en escaños (59) ha abierto un camino del que no se sabe en lo concreto qué puede ocurrir, pero sí intuir. Los programas políticos de esos partidos son claros y sobre todo sabemos del ejercicio del poder en otros ámbitos territoriales, especialmente por parte del PP. Intuyo un terremoto político, donde los recortes y la privatización de los servicios públicos van a perjudicar sobremanera a los sectores sociales más vulnerables, que en esta tierra no son pocos.
La servidumbre de PP y Ciudadanos con respecto a Vox resulta altamente peligrosa. La competencia política del PP con respecto a Vox, además, puede llevar a una deriva hacia postulados propios de la extrema derecha, que puede resultar aún más peligrosa. El pacto de los tres partidos de la derecha para repartirse ayer la Mesa del Parlamento, dice mucho. Mientras Adelante Andalucía ha quedado excluida, de los siete puestos que componen dicha Mesa la derecha se ha hecho con cinco, uno de ellos para Vox.
Las elecciones del pasado 2 de diciembre han supuesto un grave derrota del PSOE. Las fugas de votos que ha sufrido hacia Ciudadanos y hacia la abstención, le han llevado a una situación nueva y francamente difícil. La figura de Susana Díaz ha salido altamente dañada, sumando una nueva derrota política a la ya sufrida el año pasado frente a Pedro Sánchez en las primarias de su partido. Su futuro político, pues, está en el aire.
Difícil lo tiene también Adelante Andalucía, gravemente perjudicada por la elevada abstención de anteriores votantes de Podemos e IU. Los malos resultados ha abierto esa caja de los truenos propia de la izquierda, donde mucha gente se suma al coro de encontrar las causas en lo ajeno: que si la suma resta, que si has faltado la marca Podemos, que si solos nos iba mejor, que si todos son iguales... Cada cual a lo suyo, como queriendo volver a un punto de partida que no era mucho mejor. Y añado algo importante a quienes corresponda: olvidándose de la irresponsabilidad de inhibirse electoralmente para dejar el paso libre a la derecha pura y dura en sus tres marcas.
Difícil futuro tiene por delante Andalucía.