Pasados dos meses de la celebración de las elecciones presidenciales en EEUU me he decidido a escribir una entrada. Motivos he tenido, pero por distintas razones no lo hice. Esta mañana me he encontrado con un artículo publicado en la edición de diciembre de Le Monde Diplomatique y he encontrado la razón o las ganas, quién sabe. Escrito por Murtaza Hussain y titulado "Votan por quienes los insultan", se centra en buscar una explicación por que en EEUU haya personas de las comunidades no blancas (afroamericana, hispana, asiática...) que hayan votado por Donald Trump.
En el artículo también se ofrece un cuadro estadístico, resumen de las encuestas realizadas en 2016 y 2020 por la empresa Edison Rechearch para el periódico The New York Times, que fija su atención en distintas variables demoscópicas: nivel de estudios, edad, renta, tamaño de la población, ámbito de residencia, comunidad étnica, sexo... Aunque en la imagen pueden verse los datos, voy a referirme a ellos, desagregándolos en los apoyos recibidos por cada uno de los candidatos presidenciales.
Los apoyos a Trump
El candidato republicano ha superado en apoyos al demócrata en las siguientes variables: población blanca sin estudios superiores (67% frente al 32%); mayores de 65 años (52/47); varones (53/45); rentas más altas, por encima de 100.000 dólares (54/42); medio rural (57/42); población blanca (58/41); y varones blancos (61/38).
De esos datos puede deducirse el perfil del votante de Trump, que se caracterizaría por ser un varón blanco, mayor de 65 años, sin estudios superiores, con los mayores niveles de renta y que vive en el medio rural.
El candidato republicano ha superado en apoyos al demócrata en las siguientes variables: población blanca sin estudios superiores (67% frente al 32%); mayores de 65 años (52/47); varones (53/45); rentas más altas, por encima de 100.000 dólares (54/42); medio rural (57/42); población blanca (58/41); y varones blancos (61/38).
De esos datos puede deducirse el perfil del votante de Trump, que se caracterizaría por ser un varón blanco, mayor de 65 años, sin estudios superiores, con los mayores niveles de renta y que vive en el medio rural.
Los apoyos a Biden
Por su parte, el candidato demócrata ha superado al republicano en lo que sigue: población blanca con estudios superiores (51/48); población no blanca sin estudios superiores (72/26); población no blanca con estudios superiores (70/27); grupo de edad con derecho al voto más joven, entre 18 y 29 años (60/36); mujeres (57/42); rentas más bajas, inferiores a 50.000 dólares (55/44); rentas intermedias, entre 50.000 y 100.000 dólares (57/42); medio urbano (60/38); población negra (87/12) e hispana (65/32); y mujeres negras (90/9).
El perfil del votante por Biden, claramente antitético al de su contrincante, sería el de una mujer en cualquiera de las comunidades étnicas, pero principalmente las no blancas; con un nivel de estudios indistinto; joven; que vive en el medio urbano; y con un nivel de renta tanto baja como intermedia.
Racismo y sexismo
Esos dos factores actúan como principales señas de identidad de los dos perfiles de votantes. El primero hace que exista una mayor propensión del voto blanco hacia Trump, con una diferencia de 17 puntos. No obstante, resulta más equilibrado en relación a las diferencias que hay en cuanto al voto de las minorías étnicas, que están claramente escoradas hacia Biden: 75 puntos de diferencia entre la comunidad negra y 33 puntos entre la hispana. En el caso de la población de origen asiático, en el artículo se indica que Trump obtuvo un tercio de los votos, que son sensiblemente inferiores a los de Biden.
En cuanto al voto según el sexo, la mayor preferencia de las mujeres por Biden se concreta en 15 puntos más sobre Trump. Aunque resulta algo inferior a la existente en relación al grupo étnico y pese a que los datos que se ofrecen no son completos, resulta muy plausible deducir que las diferencias sean mayores entre los grupos no blancos. Es lo que se desprende del hecho que entre las mujeres negras dicha diferencia sea de unos abrumadores 81 puntos.
Alguna conclusión
Resulta evidente que los extremos sociales, étnicos y de sexo delimitan claramente a quienes han optado por un candidato u otro. De un lado, pertenecer a la población blanca, ser preferentemente varón y disponer de los niveles de renta más altos apunta hacia el republicano Trump. Y de otro, pertenecer a las comunidades no blancas, preferentemente a la negra, ser mujer y encontrarse entre los niveles de renta entre intermedios y bajos apunta hacia el demócrata Biden.
Otra cosa es conocer las razones por las que la gente ha tomado la decisión de votar a uno y otro. En el voto por Biden ha habido mucho de rechazo a Trump. Una especie de opción por un mal menor. Como forma de evitar el mal mayor, parece explicable. Otra cosa es lo que puede conllevar.