Varias decenas de miles de personas se manifestaron ayer a lo largo de todo el día en Madrid, convocadas por las Marchas de la Dignidad. Un número bastante mayor que el facilitado por la Delegación del Gobierno en la capital española, que lo ha cuantificado en 6.000, pero inferior también a algunas estimaciones de quienes asistieron a las marchas, que exageradamente elevaron la cantidad a 20.000.
La noticia apenas ha sido recogida por los medios de comunicación del sistema, que, además, cuando lo han hecho, han minimizado la cuantía de las personas asistentes, dando por bueno el número de la Delegación del Gobierno.
Bajo el lema "Pan, trabajo, techo e igualdad" fueron desfilando por las calles del centro las personas asistentes, en muchos casos procedentes de las seis columnas que salieron desde distintos puntos de la capital. Acudieron, así, al llamamiento hecho por diversos grupos sociales y políticos: colectivos de todo tipo, incluidos los estibadores de los puertos; sindicatos, como CGT, SAT, CNT o Solidaridad Obreros; grupos políticos, como IU, PCE, Izquierda Castellana o Corriente Roja. Ha destacado la presencia de Alberto Garzón, pero no así la de Pablo Iglesias. Precisamente Podemos no participó en la convocatoria de las marchas, aunque sí se pudieron ver algunas de sus caras más conocidas.
Hacía tiempo que no se celebraba una manifestación de esta naturaleza. Las secuelas de la "ley mordaza" y la mayor apuesta de algunos grupos por la actividad institucional han contribuido a la desmovilización que se viene dando desde hace dos o tres años. Bastante lejos de lo ocurrido en los momentos finales del gobierno del PSOE, con Zapatero al frente, y en los primeros años del gobierno del PP, ya con Rajoy.
Y motivos no faltan para que el malestar aflore en las calles con mucha más gente y más frecuencia.