La encuesta de El Mundo refleja que el electorado del PP y de Ciudadanos prefiere a Susana Díaz. El de PSOE y Unidos Podemos, a Pedro Sánchez. El del propio PSOE, en un 53,8%, prefiere a Sánchez frente a Díaz, que se queda con el 34,7%. El electorado de los otros grupos políticos, en su mayoría nacionalistas, prácticamente reparte por igual los apoyos (37,3%, para él y 36,6%, para ella), pero no se pronuncia en un nivel alto (26,1%).
El Confidencial ha desvelado que (cierto o no) Sánchez tenía pactado en secreto con Podemos un gobierno de izquierdas, apoyado por los grupos nacionalistas. Y añade que el plan se desbarató cuando se inició la operación de descabezamiento del que fue secretario general.
Las elecciones de EEUU dieron en noviembre pasado la victoria a Donald Trump; en Francia los sondeos apuntan al Frente Nacional como partido más votado en la primera vuelta; a principios de diciembre estuvo a punto de acceder a la presidencia de Austria el candidato de extrema derecha; en junio la opción del Brexit salió ganadora en el referéndum de Gran Bretaña; los partidos de extrema derecha ganan elecciones o posiciones en buena parte de los países europeos, sobre todo de la parte oriental...
Aquí, en España, el PP sube poco a poco en los sondeos, a costa, eso sí, de Ciudadanos y el PSOE. La suma de PP y Ciudadanos, como ya se reflejó en las elecciones de junio, sigue siendo superior a la de PSOE y Unidos Podemos. Si, además, el electorado del PSOE está dividido entre susanistas y sanchistas, la suma de la moderación y la derechona aumenta la distancia con respecto a lo que potencialmente suma la izquierda.
Entre los grupos nacionalistas la cosa es compleja también. El PNV está virando al pragmatismo y la moderación de los años ochenta y primeros noventa, sin importarle con quién pactar. En Cataluña, el PDC, escorado ahora hacia el independentismo, demasiado tiene con sobrevivir después del castigo sufrido por lo de Pujol y su familia. Mejor lo tiene electoralmente ERC, pero está por ver cómo administra su primacía de cara a los meses venideros: ¿proseguir en la hoja de ruta soberanista marcada en JxS o abrir un escenario nuevo de acuerdo con el estado en base a una consulta pactada? Bildu-EH, en parte salvada tras las elecciones de septiembre, ha de posicionarse más claramente.
Derivados cruelmente hacia el neoliberalismo descarado con los gobiernos de Zapatero y, sobre todo, de Rajoy, ¿hacia dónde nos quieren llevar en lo que atañe a los temas preferidos por la extrema derecha rampante de Europa y EEUU? Y en cuanto a la política territorial, ¿se pretende seguir en la cerrazón neocentralista made in PP y aledaños?
¡Qué vértigo!