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martes, 16 de abril de 2013
Quieren ahogar la revolución en Venezuela
Lo advertí ayer. Me referí a la siembra de la duda sobre los resultados de las elecciones del domingo con el fin de desestabilizar, una vez más, a la revolución bolivariana. Erré, sin embargo, en la prontitud con la que se han desatado los acontecimientos. La derecha venezolana está dispuesta a todo con tal de recuperar el poder de las fuerzas a las que representa. Se ha destapado una vez más. La moderación del mensaje que mantuvo Capriles durante las elecciones fue una perfecta mascarada. Su anuncio de no reconocer los resultados fue el punto de partida de una operación de mayor dimensión. El pronunciamiento de los voceros del imperio, no reconociendo a Maduro como vencedor de la contienda electoral, fue el otro aldabonazo. En medio, bocazas como el ministro de Asuntos Exteriores español, que se ha atrevido a dudar de lo ocurrido el pasado domingo. Y el momento ha llegado: van ya siete personas muertas y son decenas las heridas; son numerosos los lugares atacados por las hordas fascistas, que han asediado la cadena Telesur e incendiado sedes del partido socialista unificado, dispensarios sanitarios atendidos por personal de origen cubano o casas construidas dentro del programa de vivienda para la gente humilde. Maduro ha denunciado la preparación de un golpe militar. Uno más, después del ocurrido en 2002 y felizmente detenido por el pueblo que salió a la calle para defender a su presidente y a su revolución. Mientras tanto los medios de comunicación del sistema siguen malinformando, manipulando, distorsionando. Para el imperio, para el capital, para los amos del mundo todo vale. Lo quieren todo. No importa cómo. Quieren acabar con otra revolución en marcha. Es la mismo de siempre. Lo que ocurra a partir de ahora, está por ver. De momento el pueblo venezolano está resistiendo. Tiene experiencia. Ojalá le sirva para derrotar, una vez más, al fascismo.