El cineasta británico Ken Loach ha reaccionado tras a muerte de Margaret Thatcher con una curiosa propuesta: "¿Cómo deberíamos honrarla? Privaticemos su funeral. Saquémoslo a concurso público y aceptemos la oferta más barata. Es lo que ella hubiera querido". Loach es una de las personas firmantes que se oponen a celebración de un funeral de estado. Su ironía tiene, desde luego, una lógica contundente. Sabe, como mucha gente en su país, lo que ha representado "la dama de hierro". Ha dirigido varias películas relacionadas con los estragos que hizo en el seno de la sociedad en general y de la clase obrera en particular (¿quién no recuerda Lloviendo piedras, con ese padre en paro haciendo lo posible para que su hija pudiera hacer la primera comunión?). Ahora ha vuelto a recordar aquellos años terribles y, por supuesto, lo mucho que queda de ellos en nuestros días. Mucha gente es consciente de ello. Y no lo ha olvidado.