Los
procesos de paz son complicados. Después de que la violencia se haya adueñado
de la sociedad, regenerar un tejido social que contemple otra perspectiva
resulta difícil. Porque los sentimientos, encontrados, siguen estando presentes.
El esfuerzo para afrontar la realidad resulta duro. Supone muchas cosas: empatizar,
trazar puentes, reconocer…
Acabo
de leer en El Salto (el antiguo Diagonal) una entrevista realizada por Ter García y Pablo Elorduy que me ha
llamado la atención: "Pat Magee y Jo Berry: ‘Construir puentes significa dejaratrás los juicios y estar dispuesto a empatizar’". Se ha realizado a dos personajes provenientes de
mundos muy distintos, antagónicos, pero desde hace unos años con la voluntad de
superar algo que vivieron y sufrieron en 1984. Ella, Joanna Cynthia Berry, hija
de un diputado británico conservador, Anthony Berry, víctima de un atentado del
IRA. Él, Patrick Magee, uno de los autores. Lo que vino después entra dentro
una sucesión en cierta medida lógica: el dolor de Jo y la detención de Pat, que
acabó torturado y condenado.
El
proceso de paz iniciado en Irlanda del Norte hace dos décadas supuso un cambio
en la situación. Para el conjunto de la sociedad y para Jo y Pat. Ella quiso
saber, cara a cara, del mismo Pat lo que hizo y lo que pensaba. Primero fueron
horas de conversación franca. Luego, un contacto más permanente. Hoy son parte
importante dentro de un proyecto que tiene como objetivo la reconciliación. Y
llevan años viajando por todo el mundo. Han estado estos días en Euskal Herria.
Donde queda mucho por hacer.