sábado, 23 de diciembre de 2017

Exhaustivo informe sobre más de medio siglo de torturas en Euskal Herria




















Días pasados se ha hecho público el informe titulado Proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en el País Vasco, dirigido por Francisco Etxeberría, Carlos Martín Beristain y Laura Pego, y encargado por la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del gobierno vasco. Un trabajo exhaustivo que abarca el periodo que va de 1960 a 2014. Supone una verdadera radiografía de unas prácticas execrables llevadas a cabo por distintos aparatos represivos del estado a lo largo de algo más de medio siglo en Euskal Herria.

Los datos resultan llamativos por su dimensión. Aun con ello, no son completos, pues de lo ocurrido durante el régimen franquista y hasta 1978 se han analizado sólo 1.081 denuncias. Queda pendiente, así mismo, el análisis de 454 expedientes.

Dada la importancia y lo exhaustivo del trabajo, de más de 500 páginas, no está de más acudir directamente a él para disponer de una información más pormenorizada. No obstante, a modo de resumen estos son algunos de los datos más relevantes:

a) el número de documentos estudiados ha sido de 26.113, correspondiendo a 4.113 casos y 3.415 víctimas;
b) en un 70% ha habido golpes; en un 25%, asfixia; y en un 22%, violencia sexual;
c) el Tribunal Supremo ha ratificado 20 condenas por torturas y malos tratos realizadas sobre 31 víctimas; las personas condenadas por ello, bien de la Policía Nacional o bien de la Guardia Civil, han sido 49;
d) el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado al estado español en 7 ocasiones por no haber investigado diligentemente las denuncias;
e) en lo referente al Protocolo de Estambul, que evalúa el grado de credibilidad de las denuncias, se ha valorado como “de máxima consistencia” en el 5,9% de los casos en que se ha aplicado; en el 41,1%, como “muy consistente”; en el 48,5%, como “consistente”; y sólo en un 4,5% se ha considerado que eran “inconsistentes”.  

Euskal Herria está viviendo un momento importante. El proceso de paz iniciado hace siete años es un reto que no puede dejarse echar a perder. El cese de las acciones violentas de ETA supusieron un primer paso. La actividad de la mediación internacional está dando sus frutos, pese a la pasividad del gobierno central. Conocer la verdad sobre lo ocurrido es un precio que debe pagarse para pode superar un conflicto que viene de lejos. Y en la verdad se encuentra también poner al descubierto la acción represiva del estado y la vulneración de los derechos humanos que se derivó de ella.