Los asesinatos a mujeres continúan. En lo que va de año, hasta el 7 de junio, se han reconocido 17 oficialmente por el ministerio de Igualdad como consecuencia de la violencia de género. Pero el número es superior. El portal feminicidio.net los eleva a 38, contando también los no oficiales (3), los no íntimos (5), los familiares (7), sobre prostitutas (2), sin datos oficiales (2) y en investigación por el propio portal (1). A esos asesinatos hay que añadir otros dos, cometidos sobre menores, el último de los cuales es el sufrido por la niña canaria Olivia Gimeno Zimmerman y a la espera de que se encuentre el cuerpo de su hermana Anna.
Mientras tanto, a la vez que aumenta la indignación contra la violencia ejercida contra las mujeres y arrecian las protestas, el negacionismo sigue campando sin complejos como si no pasara nada. Una actitud que cada vez se va visibilizando más, ligada a los grupos más extremos de la derecha política, como Vox, que hacen gala de un antifeminismo que profesa la defensa del sistema patriarcal y encubre una misoginia descarnada.
El fascismo de nuestros días, como ocurrió con el primigenio, hace de las mujeres un elemento secundario. Si en otros tiempos buscó descaradamente recluirlas a la esfera del ámbito familiar, como esposas, madres e hijas sometidas, en la actualidad hace hincapié en negar que existe un sistema que las supedita y que actúa con violencia cuando osan hacer uso de su libertad como personas.
No podemos permitir que las cosas sigan así. Hay que acabar con esa violencia. En cualquiera de sus formas (directa, cultural, sobre sus hijos e hijas, psicológica...). Y denunciar a quienes, negándola, dan alas para que se perpetúe.
(Imagen: "La lluvia invisible", de Luis Valverde Luna; instalación de 2009 expuesta en el vestíbulo del IES Trafalgar de Barbate con motivo del 25-N).