Milanés ha musicado también poemas de otro grande de la poesía cubana: Nicolás Guillén. Lo hizo en exclusiva en Pablo Milanés canta a Nicolás Guillén (1975), al que pertenece "Solo de flauta", y luego, en otras canciones que ha ido incluyendo en discos posteriores.
"Para vivir" es una de las canciones más conocidas de Milanés. Forma parte del álbum La vida no vale nada (1976), pero también ha sido incluida en otros posteriores. Es una canción de amor, un tema que, como es lógico, resulta muy recurrente en la obra del artista. De ella llegó a decir Luis Eduardo Aute en los años ochenta que se encontraba entre las más bellas del género.
Y también es de las más conocidas "Años", que apareció en 1978, dentro un álbum que ha tenido varios nombres, pero siempre destacando el nombre del artista. Lo escuché por primera vez a través de una cinta en el verano de 1979, durante una breve estancia en Miraflores de la Sierra (en Madrid, después de dos intentos fallidos de encontrar trabajo en Barcelona y en Andorra). Al poco me hice con el disco de vinilo y que conservo todavía. En "Años" el relato que Milanés hace del amor a través del paso del tiempo me parece la realidad misma. Quizás por eso sea una canción que ha sido interpretada más artistas. Lo hizo en varias ocasiones Mercedes Sosa, como en el disco Querido Pablo, editado en 1985, que es la versión que ofrezco para escuchar.
Con el paso de los años Milanés, y sobre todo desde los años noventa, ha ido evolucionando hacia un mayor intimismo, dejando al lado el sentido combativo y hasta épico que tuvieron bastantes de la canciones anteriores. En "Canto de la abuela", que da nombre al álbum de 1990 donde está incluida la canción, se refugia en el recuerdo de la infancia en Bayamo, en el sur de la isla, de donde es originario. Y lo hace a través de la figura de su abuela.
Abril
Juega el
viento de Abril gracioso y leve
con la
cortina azul de mi ventana:
da todo el
sol de Abril sobre la ufana
niña que
pide al Sol que se la lleve.
En vano el
Sol contemplará tendidos
hacia su
luz sus brazos seductores,
estos
brazos donde cuelgan las flores,
como en las
ramas cuelgan los nidos.
También el
Sol, también el Sol ha amado
y como
todos los que amamos, miente:
puede
llevar la luz sobre la frente,
pero lleva
la muerte en el costado.
Solo de flauta
La flauta gemía
La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.
La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si lloro, mi llanto parece el estruendo de loca alegría...
La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si canto, mi canto parece suspiro de cruel agonía...
La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.
Yo soy cual la flauta que ritma con ritmo sonoro
su fino y sonoro quebranto:
si canto parece que lloro;
si lloro, parece que canto...
Para vivir
Para vivir
Muchas veces te dije
que antes
de hacerlo
había que
pensarlo muy bien.
Que a esta
unión de nosotros
le hacía
falta carne y deseo también
que no
bastaba que me entendieras
y que murieras
por mí.
que no
bastaba que en mis fracasos
yo me
refugiara en ti.
Y ahora ves
lo que pasó,
al fin
nació al pasar de los años,
el tremendo
cansancio
que provoco
ya en ti.
Y aunque es
penoso,
lo tienes
que decir
Por mi
parte esperaba
que un día
el tiempo
se hiciera
cargo del fin,
si así no
hubiera sido,
yo habría
seguido jugando a hacerte feliz.
Y aunque el
llanto es amargo,
piensa en
los años que tienes para vivir,
que mi
dolor no es menos
y lo peor
es que ya no puedo sentir.
Y ahora a
tratar de conquistar
con vano
afán este tiempo perdido,
que nos
deja vencidos
sin poder
conocer
eso que
llaman
amor para
vivir.
Para vivir…
Años
El tiempo
pasa,
nos vamos
poniendo viejos
y el amor
no lo reflejo como ayer.
En cada
conversación,
cada beso,
cada abrazo
se impone
siempre un pedazo de razón.
Pasan los
años
y cómo
cambia lo que yo siento.
Lo que ayer
era amor
se va
volviendo otro sentimiento,
porque años
atrás
tomar tu
mano, robarte un beso,
sin forzar
un momento,
formaban
parte de una verdad
El tiempo
pasa,
nos vamos
poniendo viejos
y el amor
no lo reflejo como ayer.
En cada
conversación,
cada beso,
cada abrazo
se impone
siempre un pedazo de temor.
Vamos
viviendo,
viendo las
horas
que van
muriendo.
Las viejas
discusiones
se van
perdiendo entre las razones.
A todo
dices que sí, a nada digo que no
para poder
construir
una
tremenda armonía
que pone
viejos los corazones.
El tiempo
pasa,
nos vamos
poniendo viejos
y el amor
no lo reflejo como ayer.
En cada
conversación,
cada beso,
cada abrazo
se impone
siempre un pedazo de razón.
Canto de la abuela
Iba yo de
tu mano pequeñito.
Las cosas
gigantescas que miraba
eran como
por siempre inalcanzables,
pues el
tiempo a mi edad nada importaba.
Al evocar
tu voz y tu ternura
en hermoso
paseo hacia el Más Luz,
me volcabas
la fe de tu alma pura
para que un
día creyera como tú.
Y llegabas
saludando a tus hermanos,
al señor
Evangelino, a doña Flor,
y en
aquella enorme silla me sentabas
y
entonábamos un cántico de amor.
Y aquel
verso y aquella melodía,
que tal vez
repitiera sin pensar,
se me
fueron quedando en la agonía
de los años
que me iban a cambiar:
Padre
nuestro que estás en los cielos
circundado
de gloria inmortal,
esperanza
del alma que eleva
al amor y a
la ciencia a un altar.
Deja, deja
que en
nuestro hogares
nunca falte,
¡oh Dios!,
tu bondad,
una chispa
de luz para el alma,
para el
cuerpo un pedazo de pan.
Hoy me
recuerdo, abuela, pequeñito,
descubriendo
tu voz y tu ternura
y, aunque
sólo en el hombre crea, admito
que tu
canto creció con mi estatura.
¡Ay, abuela!,
¡ay, Bayamo!,
cuanto más
pasan los años,
más
recordamos.
El ocaso es
una forma
de
acercarse a la niñez
y si son
recuerdos dulces
se
disfrutan otra vez.
Tú ves.
Los mejores
pensamientos,
viniendo de
donde vengan,
siempre
ennoblecen el alma
sin nada
que los detenga.
Dame un
baño de dulzura,
invítame a
caminar
junto a tu
huella inmortal
y límpiame
de amargura.
Hoy me
recuerdo, abuela, pequeñito,
descubriendo
tu voz y tu ternura
y, aunque
sólo en el hombre crea, admito
que tu
canto creció con mi estatura.
(El retrato de José Martí es obra del artista Kamil Bullaudy)
(El retrato de José Martí es obra del artista Kamil Bullaudy)