El almeriense Rafael Gómez Nieto, nacido en 1921, fue miembro de la conocida como quinta del biberón y, al acabar la guerra española, fue recluido en el campo de concentración de Saint Cyiprien. Luchó en la resistencia francesa contra la ocupación alemana y, como componente de la división Lecrerc, en agosto de 1944 estuvo en la vanguardia que entró en París para liberarlo. Era el último superviviente español de esa famosa "Nueve" que estaba plagada de exiliados republicanos.
Manolis Glezos nació en Grecia en 1922. Era comunista y estuvo entre quienes en mayo de 1941 arrancaron la bandera nazi que ondeaba en el Acrópolis de Atenas. Hasta 1974 alternó estancias en la cárcel con periodos de libertad. Ya nonagenario, llegó a ocupar un escaño del Parlamento Europeo.
Salvador Guzmán era malagueño, al que conocían como "el niño de Coín". Con casi diez años, pues había nacido en 1927, estuvo entre las decenas de miles de personas que huyeron en febrero de 1937 por la "carretera de la muerte". De regreso a su pueblo cuando acabó la guerra, supo del fusilamiento de su padre en los muros del cementerio de San Rafael en 1945. Ha sido una de las pocas personas que van quedando de "la desbandá".
Faustino Sánchez García fue minero asturiano. Nacido en 1928, como comunista formó parte de la resistencia en la España franquista, lo que pagó con privaciones, torturas y cárceles. Preocupado hasta el último momento en la lucha para no perder la memoria de lo ocurrido, ha formado parte de la "querella argentina" contra los crímenes del franquismo.
Fueron testigos de los horrores que fue sembrando el fascismo por Europa. Y, aun habiendo sido supervivientes, merecen el honor que el poeta griego Konstantino Kavafis dejó escrito en estos versos:
Valientes que luchasteis hasta caer con gloria,
sin temor a los que habían vencido en tantas partes.