El asesinato de mujeres sigue siendo una triste realidad. Los datos varían según la fuente, sobre todo porque no existe coincidencia a la hora de valorar esas muertes como producto de la violencia de género. Desde la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género existe una mayor cautela, mientras que desde el portal feminicidio.net se tienen en cuenta otras variables.
Las 55 víctimas mortales de los datos oficiales
La Delegación del Gobierno creada para tal fin ha reconocido 55 muertes a manos de sus parejas o exparejas. Reducir dichas muertes a ese vínculo de relación personal es lo que explica que el número resulte bastante menor a lo que otras fuentes defienden.
Se trata de una cantidad que supone un crecimiento por tercer año consecutivo, desde que en 2016 se redujeran en 11 las muertes (18'3%) sobre el año anterior.
Por meses, después de un tenebroso enero, con 8 muertes, fueron los meses de verano, de junio a septiembre, los que concentraron el mayor número: 24 (43'6%); y eso que en agosto el número fue de los bajos: 3.
Por comunidades autónomas, el reparto es el siguiente: Andalucía, 13; Cataluña, 9; Comunidad Valenciana y Madrid, 7; Canarias, 6; Castilla y León y Galicia, 3; Cantabria, 2; y Aragón, Baleares y Murcia, 1. En el resto y las dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) no habría habido ninguna víctima mortal de este tipo.
Unos datos más preocupantes: las 99 víctimas mortales que ha registrado feminicidio.net
Los datos que ofrece el portal feminicidio.net son claros: 99 mujeres fallecidas, a las que podrían unirse otras 4, sobre las que se está investigando sucedido.
De todas esas muertes se han reconocido oficialmente 55 casos de feminicidios íntimos. Pero pueden (o deben) añadirse más casos, hasta completar el casi centenar, si atendemos a una tipología más completa: feminicidios íntimos no oficiales, 5; feminicidios no íntimos, 6; feminicidios infantiles, 1; feminicidios familiares, 20; feminicidios sobre prostitutas, 1; asesinatos por robo, 5; asesinatos por violencia comunitaria, 1; y feminicidios o asesinatos sin datos suficientes, 5. Y para completar el panorama, ha habido otras 4 muertes, en este caso de varones, relacionadas con la violencia de género: 3 menores y 1 adulto.
Por meses, los más violentos han sido: junio (16), septiembre y octubre (13) y enero (11); les han seguido mayo y noviembre (9), octubre (7), febrero, marzo, abril y agosto (5); y finalmente, diciembre (1, a falta de lo que queda de mes).
En cuanto al ámbito territorial, se observa cierta continuidad sobre los años anteriores en aquellas comunidades autónomas y provincias donde más casos se han dado. Veamos cómo se reparten.
Por comunidades autónomas las más afectadas han sido Andalucía (19), Cataluña (18), Canarias (14), Madrid (12) y Comunidad Valenciana (11). Seguidas de Galicia (6), Aragón y Castilla y León (3), Baleares, Cantabria, Castilla La Mancha, Murcia y Navarra (2), y Asturias y Extremadura (1). Ni Ceuta ni Melilla, ciudades autónomas, han conocido muertes de esta naturaleza, si bien se está investigando un caso de feminicidio en la primera.
Las provincias que se encuentran a la cabeza han sido Barcelona (13), Madrid (12) y Santa Cruz de Tenerife (8), seguidas de Las Palmas de Gran Canaria y Málaga (6), Alicante (5), y Córdoba, Pontevedra, Tarragona y Valencia (4).
Los 4 casos que se están investigando, por último, han tenido lugar en Baleares, Barcelona, Ceuta y Vizcaya.
Frente al negacionismo
La preocupación social por el problema es creciente. Eso no quita para que todavía haya sectores de la población que manifiesten una postura confusa o que simplemente nieguen la realidad. Por otra parte, desde los ámbitos oficiales quedan muchas cosas que Hacer. Es necesario que se destinen mayores recursos humanos y económicos; que haya un mayor esfuerzo para aumentar los programas de prevención; o que se preste la atención debida en la formación de quienes, de una forma u otra, tienen relación con la protección de las víctimas.
La novedad de este año quizás haya sido el mayor nivel de visibilización de los grupos que niegan la violencia de género. A ello hay que unir el crecimiento electoral del partido que explícitamente lo niega y su presencia en las instituciones: principalmente en los parlamentos, pero también en los ayuntamientos. Su capacidad de influencia ha aumentado, no tanto porque estén gobernando directamente, sino por la capacidad que están teniendo para influir en las medidas regresivas que se están tomando en algunos lugares.
Por eso es necesario no bajar la guardia. El negacionismo está actuando desde distintos frentes, incluidos algunos medios religiosos y, por supuesto, de los medios de comunicación. Un negacionismo que puede ser estridente o sibilino, que puede disfrazarse de banalidad, relativismo o equidistancia y que no tiene ningún reparo en lanzar noticias falsas u ocultar la realidad. Siempre con el común denominador de la negación de la igualdad entre las personas, defendiendo con ello el sistema patriarcal en toda su dimensión.
(Imagen: "Me quiere mucho, poquito y nada", de Sonia Gutiérrez)