La abogacía del estado ha remitido esta mañana un informe al Tribunal Supremo solicitando que Oriol Junqueras pueda ejercer como eurodiputado mientras disponga de la inmunidad que le confiere haber sido elegido para formar parte del Parlamento Europeo. Es lo que procedía, pues la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo ha sido lo suficientemente clara para que eso pueda ocurrir. Con ello se ha superado uno de los escollos para que ERC finalmente permita la investidura de Pedro Sánchez como jefe de gobierno y se acabe formando un gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos.
Esta misma tarde Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han presentado las líneas básicas del programa del nuevo gobierno, éste a la espera de los trámites parlamentarias necesarios para que pueda constituirse. Su contenido se encuentra en el documento "Coalición progresista. Un acuerdo para España" e independientemente de las contradicciones que pueda tener, no va a dejar indiferente a nadie.
La derecha en todas sus vertientes (política, social, mediática, religiosa...) lleva semanas despotricando contra el pacto, y desde ahora arreciarán los ataques y las amenazas. Es lo normal, teniendo en cuenta lo que representa y de dónde viene. No le gusta que las rentas más altas tengan que pagar más, que el salario mínimo tenga que subir, que la reforma laboral deba derogarse, que el mercado de la vivienda deba regularse, que el diálogo tenga que ser la vía para solucionar la relación con Cataluña, que haya que aprobar una ley sobre el cambio climático, que profundice en la igualdad entre varones y mujeres, que siga combatiendo la violencia contra las mujeres, que defienda el sistema público de pensiones, que haya que acabar con la ley mordaza, que la memoria histórica no puede quedar en agua mojada...
Si no sabemos actuar desde la izquierda en las situaciones concretas teniendo en cuenta la realidad, fácil se lo vamos a poner a quienes nada quieren saber de esas cosas que antes he mencionado. Son demasiado valiosas para dejar que sea la derecha en todas sus vertientes la que lleve a voz cantante.
Eso no significa que haya que bajar la guardia. Que sea necesario criticar lo que se haga mal. Pero sabiendo valorar el potencial de esperanza que se abre de cara al futuro.