Llevamos tiempo pendiente de la situación de Julian Assange. Informático y periodista, ha sido el fundador de WikiLeaks, que desde 2006 se ha dedicado a publicar millones de documentos secretos del aparato estatal de EEUU a través de medios de comunicación y redes sociales, poniendo al descubierto sus vergüenzas. Ello ha sido motivo para que desde el primer momento haya estado en el punto de mira del poder imperial, que ha hecho todo lo posible para ponerle freno y, desde 2010, intentar detenerlo.
Fue en este año cuando, tras publicar los documentos secretos que le facilitó Edward Manning (hoy, Chelsea Mannning) sobre las tropelías provocadas por EEUU en las guerras de Afganistán e Irak, se inició la operación de acoso y derribo. Acusado falsamente de dos violaciones en Suecia, dos años después, durante su estancia en Londres, hubo de solicitar asilo político en la embajada de Ecuador, lo que le fue concedido. Sin embargo, con el fin del mandato presidencial de Rafael Correa en el país latinoamericano la situación de Assange cambió. El giro drástico dado por el actual mandatario, Lenin Moreno, conllevó, entre otras cosas, un acercamiento del gobierno ecuatoriano al de EEUU, que en el caso de Assange culminó con su entrega a las autoridades británicas el pasado mes de abril.
Las muestras de solidaridad internacional, que son muy numerosas, no han cesado. Se está haciendo de muchas maneras: recogida de firmas, llamamientos, cartas a las autoridades, artículos, libros... Pero eso no ha quitado que su calvario haya ido a más. Sus condiciones vitales han empeorado notablemente, tanto por el trato recibido como por la angustia que supone la espera de una decisión judicial sobre su extradición a EEUU, que se prevé que se resuelva en febrero. Se teme incluso por su vida, como ha denunciado un grupo de 60 profesionales de la medicina mediante la carta "Open letter to the UK Home Secretary Priti Patel and Shadow Home Secretary Diane Abnott" ["Carta abierta al ministro del Interior del Reino Unido, Priti Patel, y a la ministra del Interior en la sombra, Diane Abbott].
He leído estos días dos artículos muy interesantes. Uno, publicado en la revista Ctxt (de donde procede la imagen), lo ha escrito Rafael Poch: "Continúa la farsa judicial contra Assange". El otro, aparecido hoy en Rebelión, es de Sally Burch, cuyo título "En defensa de Julian Assange", coincide con un libro recién publicado, In Defense of Julian Assange, del que es coautora junto a otras 40 personas.