domingo, 30 de junio de 2019

La placa de Alexander Samojvalov en San Petersburgo, artista del realismo socialista





























En lo que fue mi último paseo por las calles de San Petersburgo, poco antes de tomar el autobús que había de llevarnos al aeropuerto, me topé con una placa dedicada al artista soviético Alexander Samojvalov (1894-1971). Situada en la avenida Bolshoi, en la isla de San Basilio, puede leerse que en esa casa vivió y trabajó entre 1924 y 1951. 


Durante mi reciente estancia Rusia apenas he podido conocer el arte desarrollado durante el siglo XX en lo que fue el imperio ruso y luego la URSS. De las vanguardias artísticas, pues, no he visto nada. Del realismo socialista, algo más. Como lo visto en el Metro de Moscú y algunas obras descubiertas de improviso en algunos lugares: "El obrero y la koljosiana" o las esculturas dedicadas a Maiakovski, Marx y el general Yukov, en la misma ciudad; el busto de Lenin, en Serguei Posad; o el monumento dedicado a Lenin en la avenida Moscú de San Petersburgo. 

Por el contrario, me he quedado con las ganas de visitar, por distintas razones, las secciones correspondientes al arte de las tres primeras décadas del siglo XX en los museos Tretiakov de Moscú o el Hermitage de San Petersburgo.   

Volviendo a Samojvalov, estamos ante uno de los artistas más representativos 
del realismo socialista. Pintor y artista gráfico, perteneció a la conocida como escuela de Leningrado, el nombre que San Petersburgo tuvo entre 1924 y 1991. El año pasado pudo verse en una exposición del Museo de Arte Ruso de Málaga alguna obra suya, como el cuadro "Kirov en la marcha de deportistas aficionados".

El realismo socialista es el estilo que acabó imponiéndose en los años 30 en la URSS. Sobre él se mezclan valoraciones y hasta sentimientos encontrados. Denostado por su vinculación al estalinismo, no por ello resulta muy desconocido en el mundo occidental e incomprendido. Presentado durante los años de la Guerra Fría desde determinadas instancias de EEUU (oficiales, en el caso de la CIA y su Fundación por la Libertad, y privadas, en el del magnate Rockefeller) como lo antagónico al expresionismo abstracto, la versión made in USA de la "modernidad capitalista", se han intercalado prejuicios y deformaciones  que nos impiden observarlo y apreciarlo en toda su dimensión, como corresponde con cualquier manifestación artística.

Recomiendo un artículo "La  literatura del partido. El realismo socialista entre el arte y la política", de María Fernanda Alle. Nos aporta un acercamiento a la comprensión de la naturaleza de ese estilo. Además de lo propiamente ligado al poder del estado soviético, tiene en cuenta también otros aspectos, políticos y artísticos, derivados del debate habido no sólo desde 1917 y a lo largo de los años 20, con el Proletkult como eje, sino incluso antes, en el seno del movimiento socialdemócrata en su facción bolchevique. 

Espero tener tiempo para profundizar en todo esto. No me faltan ganas, como tampoco las ocasiones de poder conseguir acercarme a las obras que se crearon a lo largo del siglo XX en lo que fue el imperio ruso, hasta 1917, y luego la URSS, hasta 1991.