Íbamos camino de Serguei Posad, donde se encuentra el monasterio ortodoxo ruso de la Trinidad y san Sergio, cuando desde el mismo autobús divisé, todavía en Moscú, la escultura "El obrero y la koljosiana" de Vera Mújina. No quedaron mal las imágenes que capté como pude con mi cámara fotográfica. Ya de regreso por la tarde quiso el azar que la guía decidiese hacer una parada técnica junto a la misma escultura, antes de iniciar la visita del metro moscovita. Tal cúmulo de circunstancias me puso ante una de las obras de arte soviético, e incluso del siglo XX, más conocidas, con la que pude recrearme más detenidamente.
Creada en 1937 para ser expuesta en la Exposición Internacional de París (1), la misma donde Picasso presentó su "Guernica", con ella surgió una obra que ha marcado la historia del arte. Sus grandes dimensiones, de 24'5 metros, y el enorme pedestal sobre el que se sostenía, obra de Boris Iofán, sobresalían en el recinto de la Exposición parisina situado entre el Campo de Marte y el Trocadero, tanto por su tamaño como por estar situado frente al pabellón que el arquitecto Albert Speer diseñó para Alemania.
El material utilizado por Mújina fue el acero y la técnica de construcción resultó novedosa, a base del montaje desde una estructura interna de las numerosas piezas que la componían, ensambladas entre sí (2). El resultado, una alegoría de la alianza obrero-campesina, debía expresar la idea con que se creó: poner de relieve el momento histórico que estaba viviendo la URSS, dentro de la utopía de una sociedad igualitaria. Eso es lo que explica, de un lado, su monumentalidad, a modo de un faro que debería iluminar a la humanidad; y de otro, la expresividad y el dinamismo que contienen los personajes.
Se ha escrito mucho acerca de dónde surgió el modelo escultórico. Se ha mencionado por ello a obras clásicas griegas como "Los Tiranicidas", de Critios y Nesiotés, o la "Victoria de Samotracia" (3). No debemos pasar por alto, empero, la influencia que pudo tener el proyecto que años antes ideó Vladimir Tatlin para su "Monumento a la III Internacional", concebido con una disposición en diagonal.
De vuelta a la URSS, su instalación fue objeto de varios intentos hasta que en 1939 se tomó la decisión de hacerlo en lo que se denominó como Exposición de los Logros de la Economía Nacional. Allí estuvo hasta 2003, en que se trasladó a su ubicación actual, el Centro Panruso de Exposiciones de Moscú, donde recuperó la altura inicial al situarla sobre un pedestal de 34'5 metros.
Hablar de Mújina es hacerlo de una artista inmersa plenamente en lo que fue el realismo socialista. Un estilo denostado en su momento e incluso en nuestros días, al estar vinculado al modelo que se impuso en la URSS desde la década de los treinta. Pero también desconocido, pues más allá de la motivación y sus propios rasgos, quienes lo pusieron en práctica consiguieron logros más que interesantes.
Hace bastantes años Eugenio Trías (4) nos dejó constancia de lo que supuso para él encontrarse de frente con la escultura: "Ante mí está, una mañana soleada de julio, un coloso de color amarillo oro. Un genio maligno occidental, podrido de modernidad y de vanguardia, sopla en mi oído adjetivos repelentes". La asociaba con la realidad del estalinismo, de ahí su espanto.
Pero no debemos olvidar que una parte importante de los y las artistas prevenía de la vanguardia existente con anterioridad a la revolución de 1917, desarrollando su talento en la década de los veinte dentro de un rico debate, sin que faltaran tensiones, entre sí y con el gobierno soviético (5). Esa impronta se trasladó a lo que acabó siendo el imperante realismo socialista, a lo que no fue ajeno una noción del arte alejada de las obras individuales con el fin de poder llegar a la gente en distintas formas, como carteles o postales (6). En este sentido, la imagen de "El obrero y la koljosiana" fue utilizada, por ejemplo, como emblema del estudio cinematográfico Mosfilm o en el mundo de la filatelia.
Notas
(1) Larisa Adámova (2013): "Vera Mújina, la escultora soviética de los colores", 13 de julio, http://amistadhispanosovietica.blogspot.com/2013/07/vera-mujina-la-escultora-sovietica-de.html
(2) Arina Shorokhova (2013): "Vera Mújina y el arte monumental soviético", reproducido el 13 de octubre en https://enclavedela.wordpress.com/2013/10/13/vera-mujina-y-el-arte-monumetal-sovietico/; y Antonio Marín Segovia (sin fecha): "Obrero y koljosiana es una...", en https://www.flickr.com/photos/antoniomarinsegovia/sets/72157673902424478
(3) Oleg Yegorov (2017): "'El obrero y la koljosiana', historia y hechos de una mítica escultura soviética", 10 de noviembre, en https://es.rbth.com/cultura/79558-obrero-y-koljosiana
(4) Eugenio Trías (1982): "El obrero y la 'koljosiana'", El País, 17 de septiembre, en https://elpais.com/diario/1982/09/17/opinion/401061616_850215.html
(6) Rosa Ferré (2017): "En el frente revolucionario del arte. Creación y experimento en la primera cultura soviética", en Juan Andrade, 1917. La revolución rusa cien años después (Madrid, Akal), p. 179.
(7) cuaradordelrealismo (2015): "Vera Ignatievna Mújina", en https://maestrosdelrealismosocialista.wordpress.com/2015/11/29/vera-ignatievna-mujina/.
(8) Diana Fernández, "Vera Múkhina. De la escena constructivista a la escultura del realismo socialista", Vestuario escénico, 30 de noviembre, en https://vestuarioescenico.wordpress.com/2017/11/30/vera-mukhina-de-la-escena-constructivista-a-la-escultura-del-realismo-socialista/