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martes, 11 de octubre de 2016
El bipartidismo que se resiste
¿Por qué el PP sigue siendo el favorito entre el electorado y está creciendo en los últimos sondeos? ¿Por qué ocurre eso, si está manchado de corrupción hasta el cuello? ¿Por qué, aun cuando los juicios que se están celebrando sobre las tarjetas black de Bankia y la Gürtel deberían restarle confianza? ¿Por qué sigue teniendo tanta confianza el partido que a través de su gobierno ha aplicado en grado extremo un plan de ataque frontal contra los derechos de la mayor parte de los sectores sociales, en especial los segmentos más jóvenes? Está claro que dispone de una base electoral que se ajusta a una visión de la vida conservadora. Está claro que hay gente que no se está viendo afectada en lo sustancial por lo que está ocurriendo, manteniendo su nivel de ingresos y su status. Está claro que mucha gente mayor, incluso humilde, temerosa de ver disminuir sus ingresos o de perder su patrimonio, prefiere la seguridad de lo actual, incluso creyéndose que su situación le permite echar una mano a sus vástagos. También parece claro que la gente más joven, todavía fija en el presente, sigue sin tomar conciencia de que su futuro es una condena hacia una pendiente de inestabilidad precariedad y hasta miseria. No se explica que con todo este cúmulo de circunstancias, el partido que tiene el mayor grado de responsabilidad en lo que está ocurriendo siga siendo el preferido. Sí, lejos de lo que obtuvo en 2011, pero a la cabeza entre todas las opciones. Y ahora con un fiel escudero: el PSOE, otrora ejecutor del mismo tipo de medidas, que ha protagonizado un golpe de mano en la cúpula para enderezarlo por el camino correcto, "si el país lo necesita". En fin, el bipartidismo que se resiste.