Rafael Bengoa ha sido consejero de Salud del gobierno vasco hasta 2012. Es un profesional de la medicina y ejerce como experto en ese campo, especialmente en la salud pública. Ahora está asesorando a Obama. Es un defensor de la sanidad pública, aunque, como veremos, conjuga varios postulados que pueden provocar cierta sorpresa. Sus opiniones tienen un claro tinte tecnocrático. Por eso repite mucho lo del discurso ideológico, tratado peyorativamente e independientemente que sea de izquierda o de derecha. No ve por ello que exista mala intención en las medidas neoliberalizadoras que están tomando los gobiernos del PP del estado y de las comunidades autónomas. Mantiene, eso sí, una postura que, desde su base tecnocrática, resulta contundente a la hora de poner en evidencia lo que están suponiendo dichas medidas (privatizaciones, copago, tarjeta sanitaria de inmigrantes...). Veamos cómo se expresa en la entrevista que Público nos ofrece hoy:
"No hay nada que indique que la gestión privada de hospitales públicos
sea más barata; ningún documento ni internacional ni nacional legitima esa
decisión en términos técnicos. En Suecia, donde sí se ha evaluado un ejemplo de privatización sobre un 6 o 7% de la población la información obtenida indica que al sector privado no le interesan ni
los enfermos complejos y caros, ni instalarse en zonas rurales, ni hacer
medicina preventiva".
"En España hay muy buena cobertura pública y no es necesario pasar a otra
cosa (...) Nuestro sistema público, que se mantiene alrededor de un 8% del PIB, es
un sistema bien rentable en el ránking europeo y mundial en relación con los
resultados que está obteniendo, muy satisfactorios en el ámbito clínico, en
Atención Primaria, en prevención, en vacunación, en cómo controlamos las gripes
y las enfermedades emergentes".
"(...) lo que nos queda es flexibilizar el sistema. El sistema está
excesivamente burocratizado, con una Administración Pública trasnochada para
gestionar una cosa que necesita muchísima agilidad. Hay que dar más margen de
maniobra a los directivos para que puedan mover personal y que no esté todo tan
condicionado a un contrapoder sindical. Nosotros tenemos que pensar en los
pacientes y para ello necesitamos más flexibilidad y abrir vías en dos grandes
bloques: el empoderamiento de los pacientes y el empoderamiento de los
profesionales".
"Los enfermos crónicos, entre otros, se tienen que autogestionar
mejor, pero para ello tenemos que ayudarles, estar en contacto con ellos y no
ponerles barreras como el copago, que sólo le dice al paciente que estorba y
que cuanto menos venga, mejor".
"La selección de riesgos está probada en dos estudios en Suecia y, sí,
eso ocurre en el sector privado. Pero incluso en España, en un seguro privado
no te cogen si tienes 65 años, ni si tienes 40 pero muchas enfermedades.
¡Imagínate traspasar eso al sector público!".
"Sí, vamos al revés del mundo (...). Creo que legítimamente buscan una solución varita mágica, en este caso,
la privatización, al problema de la sostenibilidad del sistema, pero no han
calculado las consecuencias, igual que ha pasado con el copago, con la retirada
de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares. Estas medidas son para
cumplir el presupuesto, pero el impacto sobre la salud va a ser muy grande".
"A mí no me parece bueno que una persona esté toda la vida en un cargo
público, pero uno no debe tener una puerta giratoria con una empresa con la que
ha estado colaborando".