Por mi parte, estas son unas consideraciones hechas a modo vuelapluma:
Pablo Casado (PP): estuvo moderado en las formas; sacó pecho del gobierno de Mariano Rajoy; no quiso contestar a las reiteradas ofertas de gobierno que hizo Rivera; no le faltaron alusiones a la izquierda, los batasunos, los independentistas; tiró de la pregunta a Sánchez sobre un indulto a los líderes catalanes procesados; se quedó frío, en lo que fue su peor momento, cuando Sánchez le lanzó, recordando a su compañera Cayetana, las palabras lo del "no es no", el silencio no es un sí o que las mujeres no son ni taxis ni vientres de alquiler; buscó recuperar votos moderados del centro-derecha; hizo valer lo del voto útil ante el peligro de que gane la izquierda; se mostró como un partido de gobierno, evitando estridencias y poniendo como ejemplo al gobierno de Rajoy...
Albert Rivera (Cs): fue el más agresivo, porque lo necesitaba; se le notó airado, interrumpiendo con frecuencia a los otros oponentes, más con Sánchez ("no se ponga nervioso", "no sea carca"); quiso realzar su imagen de lo nuevo frente al viejo bipartidismo; actuó con imágenes que pretendía impactantes, como la foto de Sánchez con Torra, la tarjeta sanitaria única o la detención de Rodrigo Rato; lanzó términos duros como comunistas, por la izquierda, o golpistas, por el nacionalismo catalán; acusó a Sánchez de complicidad con el independentismo, basándose en los apoyos a la moción de censura y la conversación con Quim Torra; coincidió con Casado en lo del indulto a los líderes catalanes; se mostró el más centralista en lo territorial, hasta el punto de criticar al PP por su relación con el PNV; se apropió de la frase "el milagro económico del PP está en la cárcel", de Mª Jesús Montero, referida al PP; buscó ganarse el centro, compitiendo con el PSOE desde su apelación al reformismo y los gobiernos de Felipe González; y buscó evitar fugas hacia el PP y, menos, Vox con su apelación constante al nacionalismo español frente al independentismo...
Pablo Iglesias (Unidos Podemos): además de su moderación, resultó sorprendente, quizás más, su continua apelación a la Constitución; más concretamente, a su parte más progresista, esto es, los artículos que se refieren a los derechos sociales; vinculó el patriotismo de la derecha a los privilegios de la gente rica y una visión intolerante de la realidad plurinacional de España; aprovechó lo de las cloacas del estado para criticar a PSOE y PP por haber hecho uso de ellas cuando han gobernado; se ofreció como acompañante en un gobierno con el PSOE; intentó que Sánchez aclarase un posible acuerdo con Cs...
Hoy toca la segunda parte. Intuyo cuatro cosas:
a) Casado mostrará una cara más agresiva, pero sin pasarse; en un equilibrio por apostar por el voto útil, pero evitando fugas por su derecha.
b) Rivera insistirá en su agresividad, si bien imprimiendo una mayor intensidad; es el que más lo necesita, porque es el que durante las últimas semanas ha perdido más; por ello insistirá en lo territorial y el anticatalanismo.
c) Sánchez seguirá en el mismo tono de moderación, buscando la ocasión, cuando pueda, de lanzar algún contragolpe; se siente seguro en su papel y confía en conseguir votos por su flanco izquierdo.
d) Iglesias quizás sea el que tenga guardada una carta en la manga, buscando atraer el voto que se pueda quedar o ir a la abstención; insistir en demasía en lo de la Constitución puede detraer a la gente más joven; quizás se muestre más agresivo en advertir el peligro de un gobierno de la derecha y el riesgo que un gobierno del PSOE acabe siendo la versión 2 del de Zapatero.