Este verano, durante una conferencia mía en una localidad cercana, en la que trataba el tema de la represión habida tras el golpe militar de 1936, una persona del público aludió a la sorpresa que se había llevado por la mención de uno de sus abuelos, que había sufrido represalias por ser comunista. Conociendo uno a su familia en varias de sus ramas y generaciones, inmersa dentro del mundo de la derecha más rancia, no me llamó la atención tanto que desconociera lo ocurrido con su abuelo, como que lo manifestara públicamente.
Conozco otro caso cercano que en su día también me llamó atención. Fue cuando me llegó la información documental de un antiguo miembro de la CNT que en los años de postguerra se había dedicado a actividades de contrabando. Por la coincidencia del primer apellido deduje quién podía ser su hijo, también conocido en la localidad por su dedicación durante un tiempo a ese tipo de actividades. Al igual que las dos personas antes referidas, forma parte de los ambientes conservadores del lugar.
Me
acuerdo ahora de otros casos, esta vez más llamativos, por ser de personas que han
alcanzado la fama en niveles muy elevados. Se trata del torero Manuel Benítez “El
Cordobés”, el tenista Manuel Santana o el futbolista y entrenador José Antonio
Camacho, hijos de represaliados que tuvieron que pagar el tributo de la cárcel
durante la guerra, como le ocurrió al padre de “El Cordobés”, o después de ella,
en el caso de los otros dos.
Nuestros
famosos, sin embargo, han navegado en sus vidas por otros derroteros. Cercanos
a Franco estuvieron “El Cordobés” y Santana, que se dejaron agasajar por el
dictador cuando triunfaban en sus mundos. El torero, hijo de la represión y de la
miseria, no tuvo reparos en llamar delincuentes a sus antaño hermanos de clase
cuando reivindicaban eso de la tierra para quien la trabaja. El tenista, entregado
por su madre ya viuda a una familia adinerada, acabó formando parte de ese
mundo y mostrase como un derechista confeso. El futbolista, por su parte, perteneciente
a un tiempo diferente al de los otros dos por ser más joven, ha hecho apología más
de una vez de esa frase favorita entre la gente de derecha referida a dejar la
política a un lado.
He puesto estos ejemplos para ilustrar los cambios que se producen entre generaciones. Cambios en los comportamientos políticos que, en el caso que nos ocupa, son producto de un contexto traumático. Situaciones que nos ayudan a entender algo más por qué el fascismo español se mantuvo durante tanto tiempo en forma de dictadura y todavía sigue presente, de otras formas, en nuestros días. Un fascismo que se cebó con quienes perdieron la guerra, que supo atenazar de miedo a muchas de esas personas, que llegó a atraer a su seno otras tantas ("El paso del tiempo") y que sembró en buena parte de sus descendientes esa semilla que aún perdura.
(Imagen: fragmento de Persistencia de la memoria, de Salvador Dalí).