miércoles, 27 de abril de 2016

Paraísos fiscales, entramado de intereses y poderes ocultos

Los "papeles de Panamá" están poniendo al descubierto muchas cosas. Aparentemente distintas e incluso contradictorias, pero muy relacionadas entre sí. En ellos se encuentra también lo oculto y en un doble sentido: lo que está escondido por su propia naturaleza, dada la opacidad de los paraísos fiscales, que no son otra cosa que un ingrediente básico del sistema económico; y lo que está apostado, en algo así como la sombra de la sombra, moviendo las riendas de lo que está ocurriendo. 

Sobre esto último ya dediqué una entrada hace algo más de dos semanas ("Los 'papeles de Panamá': maniobras de distracción y lo que se esconde detrás), destacando que, no casualmente, sólo están apareciendo personas, pero no lo principal: las entidades financieras visibles en cada país. Aunque aparezcan muchas personas, no son tantas, porque en su mayoría siguen ocultas. Que tenga que haber daños colaterales, no deja de ser un mal menor con el fin de preservar los intereses generales. Se trata de una estrategia controlada, con determinados medios de comunicación como vehículos de transmisión, que tiene como destinataria aquella parte de la opinión pública que se contenta con creer que el sistema económico funciona, porque es capaz de detectar lo que que está mal, sacarlo a la luz y denunciar a quienes actúan incorrectamente. Vistas así las cosas, se trataría de una jugada perfecta.


El problema deriva de que quienes salen a la luz se sienten como animales acorralados. Su reacción en bastantes casos está siendo la de negar su participación. Un recurso frecuente en el mundo judicial: negar y sembrar la duda. Negaciones que conllevan argumentos peregrinos, cuando no ridículos, contradicciones, mentiras y, en algunos casos por ahora, la presentación de querellas. 


Esto último es lo que ha hecho el grupo PRISA, que no ha admitido que el nombre de su presidente, Juan Luis Cebrián, haya aparecido en los medios de comunicación estos días. Es cierto que en lo visto por ahora es su exmujer la que está presente en varios documentos como titular de cuentas offshore. Pero también lo es que eso tuvo lugar cuando todavía existía el matrimonio. A ello hay que añadir que ella misma haya declarado que se trata de operaciones llevadas a cabo por el señor Cebrián. Curiosamente El País, buque insignia de PRISA, fue de los medios que en los primeros días lanzó los nombres de varios dirigentes políticos famosos (Hugo Chávez, Vladimir Putin, David Cameron, etc.), mientras reconocía que quienes aparecían en los "papeles" eran gente allegada.


Hay un modus operandi que coincide y es que quienes participan en ese tipo de sociedades en los paraísos fiscales, reconocidos o no como tales (Panamá no lo es por el gobierno español), buscan la garantía de opacidad que necesitan. Mantienen conexión con los bancos de sus países de origen o de países admitidos como transparentes aunque no lo sean (Suiza, Luxemburgo...) y mediante esas sociedades despliegan una serie de operaciones económicas de todo tipo dentro de la red de paraísos fiscales. Lo dejan en manos de despachos especializados para que hagan y deshagan cuanto necesiten con la ayuda de testaferros, encubriendo el origen de quienes son sus titulares. 


Pero, cuidado, esos paraísos no son sólo los antes aludidos. Como nos ha contado el sociólogo Armando Fernández Steinko en Rebelión el mapa de los paraísos fiscales tiene su epicentro en lugares más cercanos y nada sospechosos: "Gran Bretaña, con el epicentro en la City de Londres; Estados Unidos, con el eje en Nueva York; y Suiza, con el foco en Ginebra. Se trata de los tres grandes sumideros de dinero ilícito –y también tres de los países con mercados financieros más líquidos del mundo-, rodeados por jurisdicciones periféricas donde se capta ese dinero ilícito, que termina en las tres plazas financieras citadas. El dinero entra por Panamá, las Islas Vírgenes del Caribe, Andorra, Gibraltar…".

Todo un entramado de intereses que sirve para ocultar capitales, blanquear dinero, escaquearse del pago de impuestos o financiar tramas ocultas en forma de guerras, grupos terroristas, golpes de estado, fraudes electorales, campañas de manipulación... Poderes ocultos que actúan en la sombra.