Hoy es un
día importante para IU: fue hace 30 años cuando nació como una coalición de
grupos políticos y personas independientes que tenía como objetivo aunar los
esfuerzos de quienes se sentían de izquierdas. Eran los tiempos en que el
partido gobernante, el PSOE, estaba cumpliendo a la perfección su papel como estabilizador del país en el orden occidental: consolidando la
integración en los dos clubes de países capitalistas avanzados, esto es, la
Comunidad Europea (después, Unión Europea) y la OTAN; aplicando una política económica que con tintes neoliberales que resumió perfectamente el ministro de Economía,
Carlos Solchga, en su frase "España es un buen país para hacerse rico"; desarrollando una política antiterrorista que conllevaba la guerra sucia a través del GAL o la tortura institucionalizada...
Al nacimiento de IU no fueron ajenas las movilizaciones previas al referéndum de la OTAN y cuya experiencia sirvió de punto de partida para el acercamiento de buena parte de quienes participaron en ella. Si bien fue el PCE el grupo más fuerte en su formación, estuvieron presentes otros partidos como el Partido Comunista de los Pueblos de España, Izquierda Republicana, el Partido de Acción Socialista, la Federación Progresista o la Candidatura Unitaria de Trabajadores, además de numerosas personas independientes. Fue elegido coordinador Gerardo iglesias, que también era secretario general del Partido Comunista de España.
Un año antes en Andalucía, bajo el impulso de Julio Anguita, secretario general del PCA, se había formado Convocatoria por Andalucía, fruto de una amplia movilización de numerosas personas ligadas a los distintos sectores de la vida política y social.
En junio se celebraron simultáneamente elecciones generales y andaluzas, con resultados desiguales, pero esperanzadores. Convocatoria por Andalucía obtuvo unos resultados excelentes, alcanzando el 18% de los votos. IU, por su parte, se quedó en un 4,6%, pero abrió un camino que en los años siguientes se fue consolidando en lo político, lo organizativo y lo electoral.
Treinta años después IU sigue viva, en una trayectoria llena de entrega y honradez por parte de su militancia, capaz de gestionar lo público con eficacia allí donde ha tenido ocasión, de adaptarse a los avatares políticos cambiantes y de soportar los momentos más difíciles. Ha sido un actor político de primer orden, estando presente en las demandas ciudadanas de todo tipo: contra la guerra, contra la corrupción, contra la especulación, contra el paro... Defensora de más democracia, más derechos, un trabajo mejor repartido, un medio ambiente más sano, el feminismo, la república... Y todo, pese al castigo sufrido por un sistema electoral injusto y sus secuelas en forma de voto útil hacia otras fuerzas políticas.
Por todas estas cosas, es de justicia reconocer esa trayectoria llena de dignidad. Siendo un grupo veterano y experimentado en su historia, lejos está considerarlo como viejo. Si así hubiera sido, ya habría desaparecido. Y es que IU sigue siendo necesaria.