El PP ha sido el gran derrotado, perdiendo varias comunidades y numerosos ayuntamientos, incluidos lugares emblemáticos como Madrid y Valencia, y con el riesgo de perder más.
Ciudadanos ha visto frenadas las previsiones de su crecimiento y tiene ahora la llave de gobiernos en bastantes lugares, inclinando la balanza hacia el PP o hacia la izquierda.
El nacionalismo conservador ha tenido resultados desiguales: CiU y CC han bajado, pero ésta se sitúa al frente de su comunidad, y el PNV ha subido en el País Vasco.
La izquierda nacionalista también ha tenido resultados desiguales: han subido ERC (en las municipales), Compromís, Bildu (en Navarra) y las CUP, mientras que han bajado Bildu (en al comunidad vasca), BNG y Cha.
El PSOE ha reducido su número de votos en general, pero en las autonómicas vuelve a ganar en Extremadura, se ha recuperado en Castilla-La Mancha y es previsible que presida con apoyos la Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón, quedando pendiente de lo que haga Ciudadanos en Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia.
Podemos ha conocido una situación compleja, dado que formalmente sólo se presentaba en las autonómicas, donde ha tenido resultados por debajo de las previsiones de meses atrás, no situándose en ningún caso como primera o segunda fuerza; los mejores los ha tenido en Aragón, Asturias y Madrid; en Cádiz puede alcanzar la alcaldía, previo acuerdo con PSOE e IU.
IU ha tenido resultados desiguales: malos en general en las autonómicas, destacando la salida de los parlamentos de Madrid y País Valenciano, aunque en Asturias ha mantenido su representación; en las municipales, allí donde se ha presentado como tal o nucleando las candidaturas unitarias, ha tendido a mantenerse, salvo Madrid, donde ha sufrido un fuerte varapalo.
Lo más sobresaliente ha sido el surgimiento de candidaturas unitarias populares, que han obtenido resultados bastante buenos como Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Zaragoza en Común, Marea Atlántica de A Coruña, Guanyar Alacant, Ganemos Salamanca, Compostela Aberta...