En las elecciones municipales PP y PSOE han perdido en relación a 2011 alrededor de 3.150.000 votos, repartidos entre los casi 2,5 millones del primero y los 675.000 del segundo. Porcentualmente suman el 52,1%, es decir, poco más de la mitad de los votos, frente al 65% de hace cuatro años, que suponía a su vez las dos terceras partes de los votos. Una pérdida de trece puntos, de los que el PP aporta algo más de diez y el PSOE casi tres.
En cuanto a las elecciones autonómicas, que no han afectado en esta ocasión a cuatro comunidades (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), la situación resulta algo más compleja. PP y PSOE ha sumado más del 70% en Extremadura (78,5) y Castilla-La Mancha (73,7), no habiendo alcanzado siquiera el 67% (esto es, los dos tercios) en La Rioja (65,2%), Castilla y León (63,8) y Murcia (61,4). Entre el 50 y 60% se encuentran Madrid (58,5) y Asturias (56,3, añadiendo también al FAC). Y por debajo del 50%, Aragón (48,9), Baleares (47,4%), País Valencia (46,6), Navarra (44,6, añadiendo a UPN), Cantabria (46,6) y Canarias (38,5). En estos últimos, salvo Aragón y Cantabria, llama la atención el elevado fraccionamiento de sus parlamentos, en parte por la presencia de grupos nacionalistas. En Cantabria, por su parte, sobresale la presencia del Partido Regionalista Cántabro (30%) ha quedado en segundo lugar.
En relación a 2011, las pérdidas han sido importantes, siempre con el PP como el partido más afectado y con cierta diversidad de situaciones. Las pérdidas más llamativas, por encima de veinte puntos, han sido las del País Valenciano (-29,4), La Rioja (-24), Asturias (-23,3) y Murcia (-22,2). En torno a veinte puntos se sitúan Baleares (-20,4), Aragón (-19,8), Madrid y (-19,5), seguidas de las dos Castillas (17,4, la del norte, y 17,8, la de sur), siendo Extremadura la menos afectada por las pérdidas (-11,2). Casos aparte son los de Cantabria (-15,9), Canarias (-15,3) y Navarra (-13), donde la concentración del voto de PP (más UPN en Navarra) y PSOE era menor por la presencia de grupos regionalistas (Cantabria) o nacionalistas (Navarra, con dos, y Canarias).
Si añadimos a estos resultados los de las elecciones andaluzas de marzo, en que PP y PSOE sumaron el 62,2%, perdiendo 18 puntos sobre 2012, la cosa se refuerza. En el caso de Cataluña, las previsiones de cara a la convocatoria de septiembre llevan a una bajada importante del PP y el PSC, cuya suma estaría en torno al 25%. En el caso de Galicia (62,1%) y el País Vasco (24), si extrapoláramos los resultados de las municipales, la caída también sería llamativa: de unos nueve puntos, en la primera, y de unas seis, en la segunda.
El bipartidismo, pues, ha salido tocado tanto en las elecciones municipales como en las autonómicas y va camino de seguir erosionándose.