Sí, eso es lo que ha ocurrido con Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, el célebre opositor venezolano recién vuelto a ser detenido, acusado, en primera instancia, por su fomento de la violencia en Venezuela.
Lilian llevaba en su coche varias cajas de billetes de bolívares -la moneda oficial del país- por un monto total de 200 millones. En el cambio oficial país su equivalencia en dólares sería de 20 millones y en euros, de 17 millones, si bien, en el cambio de hecho sería de alrededor de 12.000 dólares y 10.000 euros. Vistas así las cosas, se podría pensar que no es para tanto, pero en el contexto venezolano resulta más que sospechoso: teniendo en cuenta que el salario mínimo está cercano a 100.000 bolívares anuales, la cantidad encontrada -agárrense- equivale al que recibiría una persona durante ¡170 años!
Pues bien, Lilian, ni corta ni perezosa, no se le ha ocurrido otra cosa que decir que ese dinero iba destinado a pagar la estancia en un residencia de su "abuelita" -así la nombró- de 103 años de edad.
Las preguntas que se pueden hacer son muchas. ¿Tanto cuesta la residencia de su "abuelita"? ¿No existe otra forma de pago más cómoda que llevar cajas de billetes en un coche? ¿La legislación venezolana -y de otros países- permite ese trasiego de dinero y esa forma de pago? ¿No será que...? En efecto, teniendo en cuenta que ni él -Leopoldo- y ella -Lilian- no tienen un trabajo conocido, ¿de qué viven? Y lo que es peor, ¿quiénes financian -y cómo- tanta algarabía de violencia que hay en Venezuela?